20 de abril de 2019
Desde el corazón del África negra
Declaración de Liga Obrera Internacional (WIL) de Zimbabwe, adherente de la FLTI
Hacia el 1° de Mayo de 2019
Llamamiento por un 1°de Mayo revolucionario,
socialista e internacionalista
¡Bajo las banderas de la revolución socialista mundial!
¡Bajo las banderas de la IV Internacional!
Este 1° de Mayo, los socialistas revolucionarios nos ponemos de pie junto a nuestros hermanos trabajadores de Sudáfrica, Mozambique y de todo nuestro martirizado continente.
Saludamos a los mineros de Marikana y Hwange. Ellos se sublevaron contra los salarios de hambre y sus condiciones de esclavos. Ellos son la avanzada de la lucha contra el saqueo de nuestros minerales y riquezas por parte de las transnacionales imperialistas.
Exigimos juicio y castigo a todos los políticos, patrones y policías que organizaron la masacre de los 34 mineros de Marikana.
Estamos de pie junto a las comunidades obreras de toda África del Sur que sobreviven sin luz, sin agua y con hambrunas y en las peores condiciones de vida.
Estamos hermanados a los trabajadores y los sindicatos combativos de Sudáfrica que han roto con la burocracia de la COSATU y con el régimen infame del CNA, y que en las calles y con el método de la huelga general provocaron la caída del gobierno hambreado de Zuma y amenazan con derrocar a ese régimen pro-imperialista de la AngloAmerican.
Ellos nos marcan el camino para terminar en Zimbabwe con la oprobiosa dictadura militar, agente del FMI y el imperialismo que saquean a todos los pueblos de África.
Desde Zimbabwe, hacia este 1° de Mayo de 2019, saludamos los nuevos levantamientos revolucionarios de los explotados del Magreb y Medio Oriente como en Sudán y Argelia, y a las masas que resisten en Irán contra los clérigos millonarios y represores de los pueblos de Medio Oriente.
En este 1° de Mayo llamamos a profundizar la más amplia solidaridad con los combates y la resistencia del pueblo palestino contra la fuerza sionista de ocupación.
En este Día Internacional de los Trabajadores, no olvidamos a las martirizadas masas de Siria y de Yemen, masacradas por el fascista Al Assad, por Putin, las fuerzas contrarrevolucionarias de Arabia Saudita, la teocracia iraní y todas las pandillas burguesas asesinas y represoras de sus propios pueblos, a cuenta del imperialismo.
En Magreb y Medio Oriente se combate por el pan y por la libertad y contra feroces dictaduras, como la que sufrimos los obreros y el pueblo de Zimbabwe.
En este Día Internacional de los Trabajadores, combatimos junto a los obreros y los pueblos oprimidos de América Latina que padecen una durísima ofensiva del imperialismo yanqui. Condenamos a los que hablando en nombre del “socialismo” y de la “lucha antiimperialista”, fueron y son los responsables del avance del imperialismo en todo el continente americano. Hoy los yanquis cercan Venezuela y con regímenes antiobreros atacan todas las conquistas de las masas explotadas.
Denunciamos a la farsa de la “Revolución Bolivariana” que con Maduro en Venezuela no le ha tocado un dólar ni un solo bien al imperialismo que bloquea y asedia esa nación para quedarse con su petróleo y todas sus riquezas.
Denunciamos esa verdadera estafa de la “Revolución Bolivariana” que con los hermanos Castro ha entregado Cuba al imperialismo, restableciendo el derecho de herencia y la propiedad privada, y le ha firmado a los yanquis pactos contrarrevolucionarios como el que entregó a la resistencia colombiana al régimen de las 7 bases militares yanquis en Colombia.
Y esto sucede mientras el gobierno de Evo Morales en Bolivia bate récords en la entrega de los minerales y los hidrocarburos a las transnacionales que saquean esa nación, tal como antes lo hacían los gobiernos llamados de la Rosca, agentes directos de los yanquis.
Desde Zimbabwe y toda África del Sur, los socialistas revolucionarios saludamos y hacemos nuestra la sublevación y el levantamiento revolucionario de nuestros hermanos negros de Haití. Su combate es el que nos une a nuestros compañeros obreros de EEUU que han hecho valer en las calles de la bestia imperialista que “las vidas negras importan”. Este grito de guerra debe recorrer a toda la clase obrera mundial.
Este 1° de Mayo, saludamos a los trabajadores y al pueblo de Argelia, cuyos migrantes constituyen un tercio de la clase obrera francesa y ya han ganado las calles de París junto a los Chalecos Amarillos y los trabajadores, combatiendo contra la flexibilización laboral y el ataque a todas sus conquistas.
Sentimos como propia la lucha por la independencia y la autodeterminación de la nación catalana contra la monarquía de los Borbones. Esta es la misma lucha nacional que defendemos por la independencia de todos los pueblos de África saqueados por el imperialismo.
Saludamos a los trabajadores chinos que han iniciado un durísimo combate para construir sus sindicatos y hacer valer sus derechos contra el régimen fascista y de la esclavitud de los “mandarines” del PC chino.
Somos solidarios con los obreros de Rusia que enfrentan a la feroz dictadura burguesa cívico-militar de Putin, el sicario de los pueblos de Eurasia a cuenta del imperialismo. Apoyamos a las castigadas masas del este europeo, y en particular a los obreros de Rumania, de Serbia y de Hungría que hoy combaten, al igual que los obreros del resto de Europa y el mundo, contra la flexibilización laboral que quieren imponer las transnacionales en todo el planeta. Estamos de pie junto a la Ucrania martirizada y partida por el fascismo y entregada por el stalinismo junto a las bayonetas contrarrevolucionarias de Putin y la “gran Rusia”.
La mayoría de los trabajadores de Rusia, hoy esclavizada por un putrefacto sistema capitalista, ya siente que sus flagelos se terminarán cuando vuelva la URSS, pero esta vez, bajo formas revolucionarias, como lo fuera bajo las banderas de la III Internacional de Trotsky y Lenin. En ese momento, la URSS era un verdadero bastión para la revolución socialista internacional; era la URSS de los soviets, de los consejos de obreros y soldados, baluartes de la revolución europea, que mil veces usurparon y entregaron las fuerzas contrarrevolucionarias del stalinismo.
En este 1° de Mayo y ya en pleno siglo XXI, los socialistas revolucionarios de la WIL de Zimbabwe, adherente de la FLTI, afirmamos que no hay posibilidad alguna de avanzar a la victoria de la revolución socialista sin recuperar el legado del marxismo revolucionario del siglo XX, cuya continuidad quedó establecida por la IV Internacional. La tarea del momento no es otra que inscribir en el programa marxista la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarios en todos los ex estados obreros. Este es un combate inseparable de la lucha por la revolución socialista a nivel internacional.
Afirmamos que esa continuidad histórica es imposible de lograr sin saldar cuentas ante el proletariado mundial con la bestia stalinista, esos traidores y “Judas” del movimiento obrero, que entregaron a la banca imperialista las más grandes conquistas que consiguiera la clase obrera en el siglo XX: haberle expropiado un tercio del planeta a los capitalistas. Así le dieron una sobrevida a este sistema capitalista putrefacto.
No pueden más hablar en nombre del socialismo revolucionario los mao-stalinistas de ayer y capitalistas de hoy que pusieron en campos de concentración a la clase obrera china, entregándola como mano de obra esclava a las transnacionales. Denunciamos que son enemigos de la lucha revolucionaria por el socialismo los que traicionaron la sangre de más de 3 millones de obreros y campesinos vietnamitas que vencieron al imperialismo yanqui en 1975 tras años de combates y que hoy ven que las transnacionales de EEUU los súper-explotan, bajo el régimen de las bayonetas del viejo Hochiminhismo.
Los entregadores de la URSS (cuyo continuador es el fascista Putin) ayer se robaron con terror y acciones contrarrevolucionarias todas las empresas nacionalizadas del viejo estado obrero. Se llevaron sus millones de rublos a Londres, se compraron Mónaco y se asociaron al imperialismo mundial.
¡Basta ya de ensuciar al socialismo! ¡El stalinismo es entrega y traición! Por eso la burguesía lo preservó en todos los países del mundo para que al frente de los sindicatos hoy se constituya en una verdadera policía interna del movimiento obrero, para lo cual se han preparado durante décadas.
Pretender volver la rueda de la historia hacia atrás, equivale a traicionar a la clase obrera. Somos la fuerza revolucionaria que pelea bajo las banderas de la IV Internacional, la que combatió y combate al sistema capitalista mundial, la que luchó y lucha junto a los pueblos oprimidos del mundo, la que levantó y levanta la bandera de la victoria de la revolución socialista en los países avanzados y la que combatía y combate implacablemente a la lacra stalinista, que luego entregara todos los estados obreros.
Somos la IV Internacional fundada en 1938, la única heredera del bolchevismo y de la III Internacional revolucionaria, que fue entregada por el stalinismo al imperialismo mundial y puesta al servicio de su política contrarrevolucionaria. Los socialistas revolucionarios de África somos un núcleo de obreros internacionalistas que luchamos por ser los continuadores de ese heroico combate. Sabemos que para ello contamos con los millones de obreros y jóvenes que entran a la lucha. Esas son las fuerzas para llevar el programa revolucionario a la victoria, a condición de mostrarles a cada paso quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos. Esa es nuestra tarea y la obligación de todo revolucionario que se precie de tal.
El capitalismo entró a la historia a sangre y fuego, con salvajes piraterías, esclavitud y limpiezas étnicas. Siglos atrás, la burguesía compró a los propios reyes y príncipes contra los que combatía. Hoy este sistema se sobrevive con guerras y barbarie, y se niega a retirarse de la escena histórica. Para mantenerse, compra, esta vez en su bancarrota y decadencia, a una capa privilegiada de burócratas y aristócratas obreros que estrangulan la lucha de los trabajadores, desorganizan nuestros combates, nos dividen a los obreros país por país y salvan a los regímenes que son acorralados por los combates revolucionarios de las masas, sometiendo a los explotados a los pies de sus verdugos. Son los que entregaron desde adentro los estados obreros como la URSS, China, Vietnam y Cuba al imperialismo, deviniendo ellos en nuevas clases poseedoras.
Los socialistas revolucionarios alertamos a la clase obrera mundial de que si no derrotamos a este podrido sistema capitalistas en bancarrota, este logrará sobrevivirse con guerras, fascismo y barbarie. Las guerras comerciales de hoy entre los bandidos imperialistas, mañana serán fuente de nuevas conflagraciones militares en gran escala, con los cuales las potencias imperialistas se disputarán a dentelladas las zonas de influencia y el saqueo del mundo semicolonial.
Poner en pie partidos revolucionarios leninistas, de combate e insurreccionalistas, es la tarea del momento. Refundar el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional, bajo su programa de fundación de 1938, es una pelea urgente.
En el siglo pasado, el imperialismo compró a la socialdemocracia y el stalinismo, que le permitieron sobrevivirse traicionando enormes revoluciones a nivel internacional. En este siglo XXI, el imperialismo intenta hacer lo mismo con las fuerzas de la IV Internacional, único lugar desde donde se puede hablar con banderas limpias y desde el socialismo revolucionario, a la clase obrera mundial. Lamentablemente, ya muchas de esas fuerzas de nuestro partido mundial se han rendido, capitulado y corrompido. Han ingresado a nuevos partidos stalinistas. Han devenido en nuevos sirvientes y lacayos del capital. Intentan no dejar piedra sobre piedra del Partido Mundial de la Revolución Socialista.
Aquí y allá adoptan como propios a viejos dirigentes stalinistas para a través de ellos, como se hace con Gramsci, buscar liquidar todo rastro de trotskismo en las nuevas generaciones de jóvenes revolucionarios. Otros ponen en pie “nuevas internacionales”, pero con los mismos viejos Partidos Comunistas stalinistas que entregaron los estados obreros. En otros países, ingresan directamente a los partidos reformistas que sostienen al capital, como sucede con los así llamados “anticapitalistas”, que hoy sostienen por izquierda a PODEMOS del Estado Español, a Syriza de Grecia, a Mélenchon en Francia y demás partidos social-imperialistas de Europa. Y vía Sanders, ya han ingresado al Partido Demócrata de los piratas imperialistas yanquis, hablando en nombre del “socialismo”, desde las oficinas de los más grandes ladrones y bandoleros del planeta de la oligarquía financiera de Wall Street.
El campo de batalla se ha llenado de escombros de viejos y vetustos aparatos que solo han servicio para sostener al sistema capitalista en estado de putrefacción. Pero lejos está la clase obrera de haberse rendido.
Los obreros trotskistas de África no permitiremos que sea destruido nuestro partido mundial, la IV Internacional. Combatimos y combatiremos para recuperar sus banderas.
Hacemos nuestro el Programa de Transición de la IV Internacional, escrito en 1938, que plantea con total vigencia las condiciones del campo de batalla: “Los prerrequisitos objetivos para la revolución proletaria no solo han ‘madurado’; han empezado a pudrirse un poco. Sin una revolución socialista, y además en el próximo período histórico, una catástrofe amenaza a toda la civilización humana. Todo depende ahora del proletariado, es decir, principalmente de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se redice a la crisis de su dirección revolucionaria”.
El reformismo responsabiliza a la clase obrera de las crueles derrotas y límites a la lucha que desarrolla a nivel internacional. Así quiere ocultar sus propias traiciones.
Pero la verdad es que la historia de la lucha de clases y las luchas actuales demuestran que los explotados, y en particular la clase obrera, jamás rehuyeron de ningún combate contra el ataque de los capitalistas, sus regímenes y sus estados. Las que han entregado y desorganizado su lucha, han sido las direcciones traidoras, que sobreabundan en el planeta, viviendo de las monedas que se caen de las superganancias del imperialismo, extraídas de la súper-explotación de los trabajadores y del saqueo de los pueblos oprimidos.
Las fuerzas para recrear el internacionalismo militante están hoy en los mil y un combates que protagoniza la clase obrera mundial.
Sabemos que por esta lucha, nos hemos ganado el justo odio de los stalinistas, los socialdemócratas y también el de los renegados del trotskismo, junto al de los burgueses liberales y los fascistas. Pero también sabemos que en este combate nos estamos ganando y nos ganaremos la simpatía, el apoyo y la fuerza de millones de explotados que autoorganizados y liberados de las direcciones traidoras, llevarán este combate a la victoria.
¡Por un 1° de Mayo revolucionario, socialista e internacionalista!
Liga Obrera Internacional – Zimbabwe (Workers International League-Zimbabwe)
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