13-05-2013

SIRIA

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El dia mas sangriento en lo que va del genocidio en Siria

IV CONGRESO

Declaración de la Fracción Leninista Trotskista Internacional
Colectivo por la IV Internacional

 

  • Con Al Assad masacrando a las masas revolucionarias sirias a cuenta de las potencias imperialistas…
  • Con la revolución siria cercada y calumniada por las direcciones traidoras del proletariado internacional…

 

  • Con Netanyahu reunido con los jefes de los mandarines chinos y Kerry con Putin para buscar todos juntos una transición que legitime, luego de Al Assad, a otro gobierno contrarrevolucionario y pro imperialista…

Ahora sí, con las masas masacradas, las fuerzas contrarrevolucionarias del sionismo
pueden atacar, de forma cobarde la nación siria…
El imperialismo busca disciplinar sus agentes contrarrevolucionarios en la región y quedarse con todo el botín

SIRIA
Una revolución cercada y traicionada: una revolución ensangrentada

La última palabra no está dicha:

Para derrotar el ataque contrarrevolucionario del sionismo, la clase obrera y los explotados de Siria y Medio Oriente deben conquistar Damasco y marchar con la revolución palestina a tomar Jerusalén

La clase obrera mundial debe ponerse de pie para romper el cerco a la revolución Siria
Allí se pelea un combate clave del proletariado mundial

I - El 4 y 5 de Mayo la aviación sionista bombardeó objetivos militares de Al Assad y de las brigadas de la Guardia Republicana Iraní y el Hezbollah, quienes actúan en las cercanías de Damasco, como escudo militar y guardia pretoriana al asesino Al Assad.
Las fuerzas contrarrevolucionarias del sionismo dicen que el ataque fue para impedir el paso de armas hacia el Líbano. Este argumento es tan solo una excusa para justificar una intervención militar, ya directa del sionismo y del imperialismo, en Siria, en momentos en que el chacal y asesino Al Assad ha consumado un brutal genocidio contra las masas sirias y su heroica revolución. Queda cada vez más claro que el régimen asesino de Al Assad ya hizo el trabajo sucio de masacrar a las masas a cuenta de todas las potencias imperialistas. Ha llegado la hora de que sus jefes, las potencias imperialistas, azuzando a su perro guardián del sionismo comiencen a implementar el proceso de transición para la salida de Al Assad, y así ser ellos quienes se queden con el botín de la nación Siria, pero siempre impidiendo que sean las masas las que lo derroquen de forma revolucionaria, como ocurrió en Libia con Khadafy.

Afiche sobre Foro-Debate en apoyo a la revolución Siria realizado en Chile

Es que el imperialismo necesitaba concentrar sus fuerzas contrarrevolucionarias y aplastar la revolución en Siria para cortar la cadena de revoluciones que, desde 2011 de Túnez a Yemen, desde Libia a Egipto, y con la Siria sublevada, amenazaba con llegar a insurreccionar a las masas palestinas para que sean éstas la vanguardia de la revolución obrera y socialista en toda la región.

Más de un millón cuatrocientos mil explotados sirios están hacinados en campos de refugiados en las fronteras del Líbano y Turquía; cuatro millones de obreros y campesinos, deambulan por la Siria ensangrentada con sus viviendas destruidas; más de 350.000 muertos yacen enterrados en fosas comunes, en los baldíos y en las calles, la mayoría niños y mujeres y habitantes de los barrios obreros más importantes de esa nación, producto de los bombardeos aéreos del Ejército de Al Assad y el exterminio casa a casa.
El perro Al Assad, ya ha jugado todo su papel y su rol de masacrar a las masas revolucionarias de Siria y ahogar en un baño de sangre la revolución. Para el imperialismo, en estas condiciones y con este resultado, no puede ser Al Assad quien garantice mantener un régimen burgués post revolución que dé estabilidad a Siria y a toda la región.

La revolución siria ha sido traicionada, cercada… ensangrentada. Allí concentró fuerzas el imperialismo para contener la cadena de revoluciones que venía desde Túnez. Con esa cadena de revoluciones que amenazaban desde Egipto y Libia, desde Yemen a Bahréin, ahora expropiadas y traicionadas, el imperialismo pudo, por primera vez usar a su gendarme sionista para atacar a las masas y a los pueblos oprimidos de Medio Oriente. Con las masas sirias sublevándose en Hama y Homs; con la plaza Tahrir en llamas por la revolución; con las masas libias tomando Trípoli con las banderas de Palestina; y en Túnez con la clase obrera dislocando al régimen asesino de Ben Alí, jamás podría haber intervenido el gendarme sionista, ni siquiera para alertar que está allí, como reserva estratégica de la contrarrevolución en la región.
El imperialismo ha utilizado a todos sus agentes, para cercar, conspirar y masacrar a las masas de Siria. Allí planificó provocar una derrota estratégica a las masas revolucionarias del Magreb y Medio Oriente. Lo pudo hacer porque las direcciones traidoras y los partidos socialimperialistas se repartieron los roles, unos sostuvieron al genocida Al Assad y a los lacayos del imperialismo de Rusia y China, y otros a los cobardes generales del ESL y al gobierno sirio escondido en Qatar, para que desde adentro mismo de la revolución desarmen a las masas, las controlen y limiten todo su poderío.

Ahora sí, el ataque del sionismo es para alertar que cada agente del imperialismo de la región debe jugar su rol, para eso les pagan. Un nuevo momento de la revolución y la contrarrevolución en Siria se ha iniciado. El más pérfido de los momentos: la burguesía intenta consolidar, en el terreno de la negociación, el triunfo que consiguió con engaños, con cercos contrarrevolucionarios, con calumnias de las direcciones traidoras, con tiros por la espalda, con bombardeos de exterminio en el campo de batalla contra los explotados.
No está dicha la última palabra, la revolución siria y su destino se resolverá en los combates aún inconclusos de una revolución que aún mantiene llamas encendidas en la última trinchera, y centralmente en el combate de la clase obrera del Magreb y Medio Oriente y a nivel internacional.

A partir de este momento, la lucha por recuperar Damasco y a esta revolución traicionada y ensangrentada, sólo será posible si la clase obrera internacional rompe con las direcciones que le impiden conquistar la unidad internacional del proletariado para destruir el cerco a sus hermanos sirios. Es que la lucha por Damasco, como está planteada en esta revolución, se resuelve como lo empiezan a hacer las masas de Libia: enfrentando abiertamente al gobierno de transición; luchando por el pan que les ha sido negado en Túnez, Egipto, Yemen; como se lo siguen negando, llevando a condiciones de barbarie, a la clase obrera europea, norteamericana y del resto del planeta.
Tanta sangre derramada ha sido por una vida digna, por poder comer y contra la carestía de la vida. Por ello la lucha por recuperar Damasco, es la lucha por que la revolución del Magreb y Medio Oriente devenga abiertamente en revolución socialista, para poder así, expropiar a la burguesía llegando a Damasco y marchar con la clase obrera palestina a tomar Jerusalén.

II - Hace un mes y medio Obama, en su visita a su socio Netanyahu, declaró que Israel era su único aliado estratégico en la región y que éste tenía el derecho a defender sus fronteras a como dé lugar. Pero dejó en claro que, todavía, no había que atacar Irán, sino que era el momento en que había que mandar a las guardias republicanas iraníes, para colaborar y sostener a Al Assad y a su ejército, para que éste no se desintegre en Damasco, antes de que lleguen las masas para derrocar al perro genocida.

El imperialismo yanqui sacó lecciones de Libia: Khadafy había ensangrentado Trípoli cuando la revolución recién comenzaba; la OTAN contuvo, con bombardeos selectivos en Brega, a las milicias para que no avancen a Trípoli; Bengasi estaba cercada por Khadafy. La revolución parecía contenida. Bajo el “auspicio” de la OTAN los generales de Khadafy y el CNT negociaban un “gobierno de transición”, porque ya daban por controladas y cercadas a las masas. La zona oeste de la frontera con Túnez estaba nuevamente controlada por Khadafy. Pero todo se derrumbó: las masas rompieron el cerco de Brega; derrotaron a las tropas de Khadafy en Bengasi y Misrrata a pesar y en contra del CNT; recuperaron Zawya al oeste y así, el avance de las masas a Trípoli se hizo irreversible haciendo estallar el pacto de la transición entre el CNT, Khadafy y la OTAN.
Este pacto incluía que los generales de Trípoli de Khadafy, junto a los generales del CNT, reunificaran la casta de oficiales del ejército y con viejos y nuevos políticos burgueses se conformara el nuevo gobierno de transición, manteniendo un fuerte poder en Trípoli con la vida de Khadafy a salvo y con las masas desarmadas ciudad a ciudad. Nada de esto sucedió, el poder del estado quedó descalabrado y con las masas armadas tirando al gobierno de Khadafy.
Este es el escenario de pesadilla del imperialismo y la OTAN: que se abra en Siria una crisis revolucionaria en las alturas y estallen todas las instituciones de dominio burgués, quedando las masas armadas. Esto exaspera al imperialismo que aún hoy lamenta aquel primer triunfo de las masas en Libia. Su embajador yanqui, devorado por el fuego de la revolución que aún está viva en Bengasi, da cuenta de ello.

El imperialismo ha aprendido de esta experiencia. Para que esto no suceda hoy en Siria ha mandado a la guardia republicana iraní a sostenerlo a Al Assad en Damasco, a fortalecer su casta de oficiales contrarrevolucionaria y a retomar hasta el último barrio y casa de Damasco, porque esta es la condición para iniciar todo gobierno de transición, inclusive sin Al Assad.
La clave del imperialismo es que la revolución no destruya todas las instituciones del régimen de dominio burgués, como el ejército, su casta de jueces, los partidos burgueses, sus leyes, etc. porque el estado quedaría totalmente desarticulado y las masas armadas.
El objetivo del imperialismo es que Siria no puede ser una nueva Libia. Por eso ayer sostuvo a Al Assad con Rusia y China ante el genocidio y hoy con los ayatolas iraníes y Hezbollah sostiene la masacre en Damasco y a la casta de oficiales asesina del ejército, porque así garantiza darle estabilidad al futuro gobierno de transición. A no dudarlo, el imperialismo sabe lo que busca: que los oficiales de Al Assad sean la base del “nuevo ejército” junto a los generales del Ejército Sirio Libre (ESL), que se mantenga desarmadas a las masas y que se inicie una salida ordenada de Al Assad del gobierno, sin que peligren las instituciones de dominio burgués en Siria. Es justamente para esto que hizo un genocidio.

El imperialismo no fue ni va a buscar la democracia, la libertad, la independencia de la nación Siria, ni mucho menos a hacer caridad y darle pan a los hambrientos y explotados. Estados Unidos, como jefe de los bandoleros imperialistas, va a garantizar el poder de los explotadores y conquistar un gobierno que le permita mantener el saqueo de la nación siria. Ese es el plan de transición que el imperialismo ha comenzado a implementar y que, como veremos luego, no solamente ha disciplinado a los ayatolas iraníes en Damasco, sino también al ESL y a Jabhat Al Nusra en los territorios liberados, y también a Rusia y China, que en esta fase de negociación cumplirán el mandato de su amo imperialista. Su modelo es la transición de Egipto, de Túnez y si es posible y la relación de fuerzas se lo permite, la de Yemen.
La junta militar asesina, con los Hermanos Musulmanes co-gobernando en Egipto, es el modelo para aplicar en Siria. Pero, en este caso, con la burguesía de Qatar, la burguesía alauita de Al Assad y con Al Assad… muy lejos de Siria.

III – En la fase actual de la revolución siria se desmorona la farsa y la mentira del “eje del mal” que pregonaba Bush y el imperialismo norteamericano. Para el imperialismo el único “eje del mal” es la clase obrera que explota y los pueblos que oprime. La burguesía iraní es su socia menor, todos miembros de una misma clase poseedora. Hoy, en Siria, el imperialismo utiliza a sus agentes de la burguesía chiita iraní, para sostener al ejército de Al Assad en Damasco.
Desde que Obama, como jefe de los piratas yanquis, reconoció que debía iniciar la retirada de sus tropas de Afganistán e Irak, son los ayatolas quienes le cuidan las espaldas -siendo una mayoría absoluta en el gobierno del protectorado de ese país-, encargándose de masacrar a toda la resistencia antiimperialista de la nación iraquí, después de haber derrotado a su propia clase obrera durante los levantamientos por el pan en el 2009. Cuando Obama asumió le dijo a la burguesía chiita de Irán, que venía a “darle la mano”. Ahora le dio la mano, fusiles y dinero para que colaboren con él.

Estos son los duros y testarudos hechos contra los que se estrellan los dientes todas las corrientes que posan de antiimperialistas ante la clase obrera mundial y sólo son lacayos del imperialismo. Irán amenazaba con enfrentar a Estados Unidos en todo el Mediterráneo, meses atrás. Se anunciaba la madre de las batallas… con una delegación de la ONU, con dos llamados a hacer un embargo y con una amenaza de un misil del sionismo, la burguesía iraní se cuadró ante su comandante en jefe Obama y marchó a sostener a Al Assad en Damasco.

Hezbollah, socio en los negocios de telecomunicaciones y con la presidencia del Líbano en sus manos, después de atacar violentamente a las masas del sur del Líbano que pugnaban por entrar al combate junto a sus hermanos de Siria, envió a sus guardias pretorianas a combatir a Siria, junto a Al Assad.
La burguesía chiita y los ayatolas, tienen experiencia en aplastar, estrangular y masacrar revoluciones. Fueron los que usurparon, expropiaron y llenaron de sangre a la revolución iraní a comienzos de los ‘80, dirigida por los comités de soldados y los consejos obreros que demolían al régimen y al gobierno del Sha Reza Pahlevi. La burguesía chiita, exiliada en París, fue enviada rápidamente para, con la excusa de un régimen teocrático, poner en pie un clásico régimen bonapartista que expropió la revolución y masacró a lo mejor de la vanguardia obrera y de soldados que habían protagonizado una heroica revolución.
Esta tragedia del estrangulamiento de la revolución iraní llevó a su derrota y le permitió al imperialismo, lanzarlo a Sadán Hussein en una guerra fratricida contra Irán, para escarmentar a las masas de Persia con cuatro millones de muertos.

IV – Reafirmamos entonces que el ataque actual del sionismo significa un alerta a las fuerzas contrarrevolucionarias de los ayatolas iraníes, al Hezbollah y al mismo Al Assad, de que cuando se pacte el gobierno de transición será sin Al Assad; Hezbollah ya no será necesario en Siria y deberá volver disciplinadamente al Líbano a cuidarle la frontera Norte al estado sionista; y los ayatolas deberán seguir controlando a las masas iraquíes, puesto que si no, los bombazos caerán sobre Teherán.
¿Por qué? Porque si es derrotada esta cadena de revoluciones que enfrentó abiertamente al imperialismo y a sus gobiernos cipayos del Magreb y Medio Oriente, los ayatolas iraníes, luego de ser utilizarlos como tropas terrestres de la OTAN y gurkas en Irak y en Siria, ya no serán necesarios y estarán garantizadas las condiciones para que el ataque imperialista sobre Irán sea un hecho.
Así trata el imperialismo a sus agentes, la historia lo demuestra. Utilizó a los ayatolas para aplastar a los Shoras y a los consejos obreros de la revolución iraní y luego mandó a Saddam Hussein, para en una guerra entre pueblos hermanos, provocar una masacre de las masas de Medio Oriente.
Los ayatolas pedirán más negocios por sus servicios. El imperialismo sólo los utiliza hoy, para mañana sacarlos del medio como socios menores y quedarse con todo el petróleo de Medio Oriente, comenzando por el de Irán.
Esta es la lógica y la dinámica de la revolución y la contrarrevolución y de esto se trata la contraofensiva que ha lanzado el imperialismo, midiendo a cada paso la relación de fuerzas, utilizando a todos sus agentes y conquistando nuevas posiciones desde las cuales lanzar nuevos ataques contra los explotados.

En Washington el parlamento y el senado norteamericano llevan meses discutiendo cómo puede ser que haya caído su embajador en Libia. Obama calma a sus socios de Wall Street: “ya correrá más sangre en Medio Oriente, ya volveremos a Libia a vengar a nuestro embajador cuando terminemos de masacrar a las masas de Siria, Egipto, Palestina, recuperemos Túnez y así llegaremos a Trípoli”. Y afirma también que: “He preferido perder la vida de un embajador y no intervenir antes de tiempo con una invasión norteamericana en Libia arriesgándonos a perder el control de toda la región e incendiar todo Medio Oriente”. Esa es la relación de fuerzas que habían conquistado las masas revolucionarias y que hoy quiere recuperar Obama, masacrando en Siria con Al Assad.  
Por eso, o la clase obrera mundial frena a la bestia imperialista, o esta hará correr ríos de sangre y nuevas guerras contra el proletariado internacional, y de Medio Oriente y el Magreb árabe en particular.

Las direcciones traidoras del proletariado mundial han entregado Siria, como lo hacen con todas las luchas de la nuestra clase. Vencer a estas direcciones traidoras, derrotarlas en su avance, es la garantía de la victoria. Esta es la tarea que tenemos por delante los trotskistas que luchamos por la refundación de la IV Internacional.

V - Obama mandó a su agente sionista a hacer una demostración de fuerzas con este bombardeo selectivo, también para enviarles un aviso de lo que les sucederá a las masas palestinas que se encuentran en un estado de efervescencia próximo a la revuelta. 4500 presos palestinos combaten, con huelgas de hambre, en las cárceles del infame estado sionista de Israel. Las piedras de los niños palestinos ya anuncian el inicio de una nueva Intifada.
Los colonos sionistas, armados hasta los dientes, han ocupado las mejores tierras de Cisjordania y de Jerusalén del este. Así se prepara el sionismo para discutir el plan de los “Dos estados”.
Día a día se suceden los choques de las masas palestinas con sus carceleros sionistas en Jerusalén, Gaza y en Cisjordania. La burguesía palestina de Al Fatah y Hamas controla cada vez menos a las masas, cada negociación con el sionismo invasor puede significar su derrocamiento por parte de las masas, que no aceptan el “reconocimiento” de la Palestina ocupada en los campos de concentración de Gaza y Cisjordania. Mientras en Siria, los refugiados palestinos han entrado al combate contra el asesino Al Assad y también lo hacen en el Líbano.

El doble carácter de esta acción contrarrevolucionaria del sionismo, es para garantizarle al imperialismo el disciplinamiento de todos sus agentes, quedar en posición de contraofensiva para aplastar a las masas palestinas que comienzan a sublevarse y poder iniciar maniobras ofensivas contrarrevolucionarias en toda la región cuando su amo yanqui lo requiera.

VI - En Siria se concentraron todas las fuerzas contrarrevolucionarias para aplastar a las masas y cortar esa cadena de revoluciones abierta en el Magreb y Medio Oriente hace dos años. No era el sionismo ni ninguna fuerza del imperialismo la que de forma directa pudiera intervenir para frenar las insurrecciones que ciudad a ciudad, de Homs a Deraa, Alepo, Raqa, Hama, Idlib, se levantaban en Siria, en combates por el pan y contra la entrega de la nación al imperialismo por parte del lacayo Al Assad.
En su ofensiva revolucionaria ya iniciada en 2011, con el método de la guerra civil y la insurrección, las masas amenazaban con transformar a Siria en una nueva Libia, partiendo horizontalmente al Ejército asesino mientras comenzaban a ponerse de pie los comités de obreros armados y de soldados, llamados “comités de coordinación”, es decir, los organismos de combate y autoorganización de las masas sublevadas.
Esta lucha revolucionaria llegó a las puertas de Damasco y amenazaba con derrocar al chacal Al Assad, como ayer lo hicieran las milicias libias entrando a Trípoli. El imperialismo no podía permitir que la cabeza de Al Assad rodara como la de Khadafy en Sirte a mano de las masas.
Pero hace dos años el imperialismo no podía intervenir de forma directa y mucho menos el sionismo, porque hubieran regado de nafta el fuego de la revolución que recorría toda la región. Por eso era el mismo chacal Al Assad quien tenía que cumplir esa función.

 

Una enorme concentración de fuerzas a nivel internacional para cercar,
traicionar y ensangrentar la revolución siria

 

VII – El imperialismo y sus agentes han lanzado una contraofensiva contra las masas, que a partir del 2011 habían comenzado una cadena de revoluciones en Medio Oriente y el Magreb. En ella buscan trazar un plan para volcar la relación de fuerzas a su favor.
Inglaterra, Francia y Alemania insisten en que hay que armar abiertamente al ESL para que éste llegue a Damasco, inclusive expulsando a Jabhat Al Nusra y a sus milicias islámicas de la burguesía saudí que buscan una tajada de los negocios de Siria a la caída de Al Assad.
Las distintas potencias imperialistas discuten entre ellas cómo mejor clavar los últimos clavos al cajón de la revolución Siria, a la que aún le temen...
El imperialismo norteamericano, por ahora, no comparte la posición de sus aliados imperialistas. Con un fino instinto de clase, Obama ya se ha percatado de que el ESL no podrá controlar a las masas, si es éste quien aparece derrocando a Al Assad. Con justa razón, el imperialismo teme que se subleven las masas ante la salida de Al Assad y el ESL no las pueda contener ante una nueva ofensiva revolucionaria. Ellos tan sólo controlan a las masas en el retroceso y después que se ha consumado un genocidio.
El ESL es el agente imperialista al interior de la revolución para controlarla y desarmarla, no es el agente que las masacra, para eso está Al Assad. Empujado por las masas, un ingreso del ESL a Damasco plantea el siguiente problema: ¿Quién detiene a las masas para que no hagan con Al Assad lo que hicieron con Khadafy y como en Libia destruyan a la casta de oficiales en Siria y queden armadas?
El imperialismo ha percibido que aún las bombas de Al Assad y el ESL controlando a las masas, no las han terminado de derrotar, ni de desarmar hasta el final. Miles se repliegan ante el avance de Al Assad pero se quedan con sus armas. La base del ESL enfrenta a cada paso a los generales “de ninguna batalla”. Parafraseando a Trotsky, a propósito de la guerra civil española, podríamos decir que en este “frente republicano” o “por la democracia” del gobierno de Qatar y el ESL ya están surgiendo y deben surgir aún muchos más generales como Al Assad. Es que ellos son los encargados de desarmar a las masas. Por ahora han logrado que las masas no expropien a la burguesía en los territorios que se han liberado de Al Assad. También por ahora, han logrado disciplinarlas militarmente en su gran mayoría.
Estados Unidos descree de la alternativa que proponen Francia y Alemania, que están nerviosas por la tardanza de Obama de intervenir decididamente. Estados Unidos como jefe de los bandoleros imperialistas insiste en un pacto con Al Assad controlando Damasco y sentado él también en una mesa junto al gobierno de Qatar, al ESL, a las burguesías árabes, a Rusia, a China, en fin, a esa cueva de bandidos que es la ONU, para todos juntos discutir una salida ordenada sin Al Assad, e iniciar un régimen de transición bajo el mando norteamericano, con las masas aplastadas y controladas.

 

El ESL es el primer enviado contrarrevolucionario para controlar a las masas desde adentro de su combate y expropiar su lucha

VIII – El imperialismo con Obama, desde Turquía, desde la ONU, con su agente sionista, había comprendido muy bien que faltaba aún controlar a las masas de las zonas en las que éstas, con heroicidad y miles de muertos, habían logrado vencer al ejército de Al Assad. Hacía falta, como ya dijimos, que las zonas liberadas del ejército del perro Al Assad, terminaran de ser controladas por esos oficiales cobardes del ESL, que se colocaron al frente de esa avanzada revolucionaria para contenerla, desarmar a las masas y garantizar que en esas zonas no se expropiara al imperialismo, a la burguesía, ni la tierra de los terratenientes.
Ellos fueron el factor fundamental para intentar transformar a los trabajadores en armas y a sus comités de soldados en un ejército regular bajo el mando de ex oficiales del ejército de Al Assad. Hoy se visten de “democráticos” en el ESL, con un centro de operaciones en Turquía, desarmando a las masas y monopolizando el pan y el control de los alimentos en las zonas liberadas. Así, le salvaron la vida a todos los burgueses instaurando gobiernos de “transición” ciudad por ciudad basado en el desarme de las masas.
Este proceso, de control del ESL, es muy inestable. En ciudades como Homs y Alepo, su base reclutada son los comités de coordinación, que los ex generales de Al Assad han puesto bajo su disciplina, tan solo por controlar el armamento y otorgando limosnas para que las masas puedan comer, por lo menos, una vez al día.
Está muy lejos el ESL aún de transformarse en un ejército regular. Muchas patrullas aún combaten con su  nombre pero no están bajo su control. La medida en que, esa casta de oficiales travestida de “democrática” -que se saca fotos en los combates y luego huye-, pueda controlar a las masas y sus heroicos combatientes, será un factor importante para definir el ritmo de la transición que está preparando el imperialismo. Para ellos no basta con la masacre de Al Assad, sino que precisa de un control férreo de los generales “democráticos” del ESL.

Jamás hubieran podido estos oficiales del ESL, que no combatieron en una sola batalla decisiva, haber logrado esta ubicación si antes las masas no hubieran sido masacradas en un verdadero genocidio por la aviación de Al Assad, inclusive por sus Drones no tripulados. Ni un misil tierra-aire le dieron los “amigos” de la revolución siria de Turquía y Qatar a las masas armadas. El imperialismo se ha cuidado muy bien de no enviarle armamento pesado al ESL por temor a que éste caiga en manos de las masas. La Unión Europea impuso un bloqueo de armas para Siria, mientras Rusia y China armaban hasta los dientes a Al Assad. las potencias imperialistas DESARMABAN a las masas y sus lacayos ARMABAN hasta los dientes al genocida.
Es que las fuerzas de Al Assad se hubieran desplomado al perder el control aéreo de la nación, con el que se garantizó el genocidio y la masacre, debido a que el ejército con su infantería y sus tanques se disolvía al ingreso de las ciudades, pasándose al campo de las masas sublevadas.
Todas estas maniobras del imperialismo no fueron suficientes, porque miles de combatientes se negaban a disciplinarse a éstos generales de ninguna batalla,  que vendían el pan y los alimentos más caros en las zonas liberadas que en las zonas controladas por el ejército de Al Assad.
La clave del gobierno de transición de Siria, escondido en Qatar, fue desarmar a las masas en la resistencia y en las zonas liberadas de Al Assad. Un plan pergeñado cínica y milimétricamente por el imperialismo, con Obama y las transnacionales yanquis planificándolo y siguiéndolo día a día.
Pero esto tampoco alcanzaba para contener a las masas. En una guerra de asedio, patrullas y milicias concentraban su ataque independiente contra las tropas de Al Assad y amenazaban con una ofensiva rompiendo el control por izquierda del ESL.

 

Desde Arabia Saudita, impulsado por la burguesía sunita, Jabhat Al Nusra fue enviado para controlar y disciplinar férreamente a la vanguardia más combativa de la resistencia a Al Assad, que rompía con el ESL

 

IX - Contra las masas Sirias, se juntaron enormes fuerzas contrarrevolucionarias, para derrotar y cercar la revolución. Por ello también partieron a Siria, desde Irak y Arabia Saudita, fracciones de la burguesía sunita del mundo árabe, que enviaron, con mucho dinero, “armamento pesado” a sus combatientes islámicos de Jabhat Al Nusra. Estos intentaron ganar prestigio con sus banderas de la lucha “antiimperialista” de Irak y Afganistán. Ellos buscaban organizar a las milicias que rompían con el ESL para, con un discurso “antiimperialista”, terminar de controlarlas y disciplinarlas. Ellos fueron los que llegaron a controlar a la resistencia que combatía en las puertas mismas de Damasco. Ellos lograron, mientras Al Assad los acusaba de terroristas, terminar de controlar a lo mejor de la vanguardia siria y su lucha antiimperialista.
A través de Jabhat Al Nusra fracciones de la burguesía sunita llegaron también para disputarse los negocios, al igual que lo hacía la oficialidad del ESL, ante la futura caída de Al Assad. Ahora, en los territorios que controla Jabhat AlNusra se reparten los negocios con el ESL. Ambos organizan como sus socios a los burgueses locales, dándoles protección contra las masas que amenazan su propiedad para comer y hacer justicia, puesto que los burgueses locales, eran todos espías y soplones de Al Assad contra las masas.
Esta nueva mediación para controlar a las masas, que funciona bajo la égida de la burguesía sunita y saudí de la región imponen la “ley del Corán”, diciéndoles para disciplinar a las masas: “entreguen las armas, disciplínense al Corán o ejecutaremos a la vanguardia que no se subordine”.

 

Ya se ha hecho público en Moscú el pacto de Obama y Putin, Al Assad, Netanyahu y los mandarines chinos, el gobierno de Qatar con el ESL y Jabhat Al Nusra. Todos se preparan para avanzar a una nueva fase del plan contrarrevolucionario para estrangular la revolución siria

 

X – Hoy el Secretario de Estado norteamericano Kerry y Putin, acordaron una conferencia internacional “por la paz” en Siria para fines de mayo, como ayer habían acordado, tras bambalinas, armar hasta los dientes a Al Assad para masacrar a las masas de Siria.
En una conferencia de prensa dada en Moscú, el 8 de mayo, conjuntamente con el Ministro de Relaciones Exteriores de Putin, Lavrov, éste último afirmó que ahora “Moscú no estaba preocupado del destino de individuos en particular”.
Bajo las órdenes de Kerry y Obama, su lacayo Putin manifestó que “hay que efectivamente implementar la creación de un gobierno de transición”, ahora sin Al Assad. Queda claro que Putin es un sirviente más de Obama y el imperialismo norteamericano.
El imperialismo disciplina a todos sus agentes. ¿Y ahora? ¿Cómo explican las corrientes que se reivindican de la lucha antiimperialista de las masas a nivel mundial este acuerdo de acatamiento disciplinado de Putin a su amo Obama, mientras los mandarines chinos recibían las órdenes del otro “Ministro de Relaciones Exteriores del Pentágono”, que es Netanyahu, para darles las instrucciones de último momento?

Aquí lo que queda claro es que Putin, armando a Al Assad para masacrar la revolución Siria, estaba bajo las órdenes de Obama que ahora viajó para decirle que las nuevas órdenes son  que ha llegado la hora, luego del genocidio impuesto por su agente Al Assad, de abrir el camino a un “gobierno de transición sin Al Assad”.
La orden es precisa: no avanzan los rebeldes, ni Al Assad entrega Damasco. Mientras se negocia el régimen de transición, las guardias de mercenarios de los ayatolas iraníes, sostienen junto a Hezbollah, al “gobierno” de Al Assad en Damasco.
El ESL controla gran parte de Alepo, Homs, Idlib y sectores de varias provincias donde se derrotó a Al Assad. La burguesía kurda se prepara para participar en el negocio de la “paz de los cementerios”. Los territorios que controla Jabhat Al Nusra son proclamados por estos como “estado Islámisco”, para controlar a las masas con el Corán, el látigo y fusilamiento, haciendo jurar fidelidad hasta la muerte.

En la Conferencia de Ginebra se discutirá “cómo terminar con la crisis humanitaria de Siria”, como cínicamente lo anuncian. Obama obliga, disciplinando a Moscú y a Pekín, a un acuerdo entre todas las partes en conflicto.
Amenaza que si no se disciplinan todos sus agentes, el imperialismo yanqui se prepara para la desintegración de Siria, lo que sería una “libanización” bajo los bombazos del sionismo, y vendrá entonces una doble y triple masacre contra las masas. Siria quedará partida en cuatro o cinco regiones con un retroceso ya total de la civilización en la región.
Estas son las condiciones del momento actual de esta brutal ofensiva contrarrevolucionaria contra las masas de Siria. Todas las fracciones de la burguesía, agentes del imperialismo, que participaron en esta Siria ensangrentada, buscarán repartirse el botín, pero lo harán bajo las órdenes del imperialismo norteamericano que se quedará con la parte del león. Él garantizará que las fronteras del estado sionista de Israel no se toquen y que Siria tenga estabilidad para actuar como un factor de disciplinamiento de las masas en todo Medio Oriente y el Magreb.

XI - El plan del imperialismo yanqui es cuidadoso puesto que un error de cálculo, puede provocar para los explotadores una catástrofe a la salida de Al Assad. Aún les da terror a las clases dominantes que masas hambreadas, con sus familias masacradas vean como propia la caída del régimen asesino de Damasco.
Obama, como un león herido, se lame sus cicatrices. Dieron por derrotadas y cercadas a las masas de Libia y hoy su embajador en ese país “ha pasado a mejor vida”, mientras empresas constructoras francesas intentan reconstruir su embajada allí.

El bombazo del sionismo a Siria fue para dejar en claro que, a la conferencia llamada por Estados Unidos y su lacayo Putin, no falte nadie. La tarea es ahora, como afirmaron Lavrov y Kerry, “convencer al gobierno y a todos los grupos de la oposición a sentarse en una mesa de negociación”.
Después de un año se decide convocar a una conferencia que fue acordada en Ginebra en julio del año pasado para “parar la crisis humanitaria en Siria”. Se concreta ahora con el trabajo sucio de Al Assad ya cumplido.
Mientras tanto, la discusión sobre si existen o no armas químicas de uno y de otro lado de las trincheras, no es más que una excusa del imperialismo que, si decide intervenir directamente, las “encontrará” como excusa para una intervención directa.

XII - En este momento la negociación de las pandillas burguesas imperialistas se realiza en una delgada cornisa, las revoluciones del Magreb y Medio Oriente fueron desviadas pero no aplastadas. La caída de Al Assad puede significar que las masas martirizadas de Siria lo vean como un triunfo propio y quieran hacer justicia con sus manos y así sobrepasen a esos generales de “ninguna batalla” del ESL, impuesto por el imperialismo desde Turquía para controlar y desarmar a las masas en las zonas liberadas del régimen asesino de Al Assad.

El plan de la negociación de la transición, regado por la sangre de las masas martirizadas de Siria, ha comenzado. Pero, los capítulos finales de esta tragedia no han sido escritos.
La revolución siria, asimismo, no es más que un eslabón de una sola revolución en todo el Magreb y Medio Oriente. Su suerte dependerá no solamente de la conspiración, las trampas y las masacres contra las masas, sino también y fundamentalmente de una revolución cuyo fuego aún no ha sido apagado desde Túnez a la Palestina martirizada.
Estamos frente a una cadena de revoluciones que perforó la contención de todas las direcciones traidoras del proletariado internacional, como parte de una ofensiva que, desde el 2008 con los combates de Atenas, de China de Marikana, de la clase obrera europea, ha hecho tambalear a toda la ciudadela del poder, enfrentando la bancarrota del imperialismo y el crack de Wall Street.
La última palabra no está dicha. El destino de la cuestión siria se resolverá en última instancia en el combate del proletariado internacional.

XIII - El imperialismo yanqui sabe muy bien que al interior de Estados Unidos, las masas, luego de sus retrocesos en Irak y Afganistán, le han puesto un límite muy similar al de la derrota de Vietnam a mediados de los ‘70, que le impide un accionar ofensivo y de intervención directa como lo hiciera Bush en los primeros años del siglo XXI con los jefes de las petroleras y la Halliburton ávidos de negocios y de saqueo de las rutas del petróleo.
No es un paseo para el imperialismo terminar de asentar este triunfo contrarrevolucionario en Siria. Está lidiando con una cadena de revoluciones y con los límites que le impone su propia clase obrera para aventuras militares superiores.
Los trotskistas afirmamos que, si se asienta la contrarrevolución de Al Assad contra las masas, no serán Chávez, Nasser ni burgueses que posan de antiimperialistas, sino el sionismo y nuevas invasiones imperialistas las que vendrán sobre Medio Oriente y el Magreb, incluido Irán, después de que los ayatolas hayan hecho también el trabajo sucio como lacayos del imperialismo. Y esto ya lo anticipó Francia con su invasión a Malí, para, con sus bases militares desde la región subsahariana africana, con sus fuerzas contrarrevolucionarias, impedir no sólo la extensión de la revolución del Magreb hacia el centro y sur del continente, sino también para poder atacar desde el sur a la revolución tunecina, libia, egipcia, etc.

El imperialismo, en la cadena de revoluciones abierta en 2011 veía caer todos sus dispositivos de control de la región, desde Mubarak hasta Ben Alí y el sionismo no podía intervenir directamente, como ya dijimos. Los carniceros imperialistas lloraban la muerte de Khadafy junto a toda la izquierda de Obama, mientras las masas quedaban armadas en Libia.
La cadena de revoluciones quedó inconclusa, pero no fueron derrotadas. El imperialismo se juega en Siria una de las primeras batallas para comenzar a derrotar la cadena de revoluciones que amenazaron su dominio en toda la región y por ello ha utilizado sagazmente a todos sus agentes.

 

El rol del ESL y Jabhat Al Nusra: impedir que surja el doble poder armado de la clase obrera y los explotados en las zonas donde Al Assad fue derrotado por las masas

 

XIV - La consecuencia del accionar de estas dos verdaderas quintacolumnas, que actuaron para terminar de controlar a las masas masacradas por Al Assad en los territorios donde éste no puede entrar, es que las masas han quedado sometidas y controladas por estas dos fuerzas reaccionarias de la burguesía. Ellas actuaron para impedir que las masas reagrupen sus fuerzas y para que pongan sus armas bajo su disciplina. La clave de la política de estas corrientes fue impedir que en las ciudades y territorios donde fue derrotado Al Assad surja un verdadero doble poder de las masas armadas en lucha, que expropie a la burguesía y que abra el camino a marchar sobre Damasco con el método de la insurrección, es decir, de la revolución proletaria.
Los “comités de coordinación” fueron embriones de organismos de doble poder en Siria, cuando las masas entraban en la fase insurreccional de la guerra civil. Estos organismos controlaban el abastecimiento y organizaban a los soldados que se pasaban por miles al lado del pueblo sublevado.
Las súplicas “por la paz” con sus marchas pacíficas proclamadas por los religiosos de las mezquitas, quedaron atrás cuando el ejército de Al Assad entraba a Hama, Deraa, etc, para aplastar a las masas insurreccionadas.
A partir del 2011, los gobiernos locales, ciudad por ciudad, del asesino Al Assad, caían, se desplomaban. Las masas dislocaban al ejército asesino de Al Assad. Surgía un doble poder que avanzaba y se desarrollaba como organizador de la guerra civil para conquistar el pan y derrotar a la casta de oficiales asesina de Al Assad.
La dinámica de la revolución que empezaba, cuyo motor era conseguir el pan, saciar el hambre de las masas, parar el aumento de la carestía de la vida y la brutal desocupación (que rondaba un 27% ó 30%), era expropiar a la burguesía, sus bancos y los terratenientes, para poder comer. Eso empujó a una lucha política de masas abierta contra la dictadura de Al Assad.
Toda la izquierda reformista mundial hoy quiere hacerle creer a las masas del mundo que en Siria se combatió y hoy se combate “por la democracia” en general, porque son “masas democráticas enfrentado dictaduras” ¡Mentira! El motor de la revolución fue y sigue siendo el pan, por lo que las masas salieron a enfrentar a Al Assad. Necesitaban democracia y libertad para organizarse, luchar y aplastar a Al Assad y a toda la burguesía.
Las organizaciones traidoras del proletariado quieren negar, para que la clase obrera internacional no vea esta revolución como propia, que las condiciones de Siria eran y son las mismas que las de España, China, Grecia, las del proletariado en Bangladesh donde miles de obreros mueren aplastados en las fábricas cárceles de las textiles imperialistas… como en EEUU, donde 43 millones de trabajadores viven con 3 dólares al día de la beneficencia del estado.
La izquierda mundial quiere ocultar el carácter obrero de la revolución que comenzaba porque justamente quiere someter a las masas a la “democracia”, es decir, a Obama, a la burguesía y el “imperialismo democrático”, cuando fue este quien armó a Al Assad para que las masacre, y hoy prepara una “trampa democrática” para expropiar su revolución, con Al Assad y la “oposición democrática”, con una condición: la propiedad de los capitalistas no se toca. La crisis de Siria la deben pagar las masas. ¡Y la están pagando con una hambruna generalizada y centenares de miles masacrados!
Por ello había que aplastar a la revolución siria, como un escarmiento a las revoluciones que venían desde Túnez, que amenazaban no solamente a los regímenes burgueses sino también a la propiedad de los capitalistas y el imperialismo. La muerte de Mohammad Bouazizi, que se inmoló porque no le dejaban vender vegetales para alimentar a su familia en Túnez, es  una clara muestra de lo que decimos. Esa fue la chispa que incendió todo.

XV - En Siria, al inicio de la revolución, las insurrecciones locales por ciudad, como en Libia ayer, desarrollaban a cada paso las condiciones para conquistar comunas obreras que expropiaran a la burguesía para avanzar sobre Damasco y hacerse del poder, derrumbando el régimen de Al Assad y abriendo una crisis revolucionaria.
Esa fue la fase ofensiva de la revolución, que se desarrollaba en las fronteras mismas del estado de Israel. Miles de combatientes de la región de Túnez, Libia, Egipto, Palestina, fueron a combatir junto a sus hermanos sirios para que la revolución de sus países triunfe en Damasco y poder marchar así a Jerusalén.
Como ya vimos, el imperialismo y la burguesía comprendieron rápidamente que había que parar esta revolución, que todos los traidores de la clase obrera negaron y que el estado mayor de los explotadores percibió con claridad. La revolución siria era y es un eslabón de una cadena de revoluciones que en algún punto tenían que frenar y aplastar, por eso encomendaron a Al Assad que lo haga.
Cuando Al Assad atacaba por tierra con su infantería y caballería, sus ejércitos se disolvían al entrar en contacto con las masas; miles de soldados se pasaban con sus armas al lado de sus hermanos y otros eran fusilados por negarse a masacrar a su propio pueblo.
Por ello, el ejército de Al Assad, armado hasta los dientes por Rusia y China (que hicieron un fabuloso negocio de armas durante la guerra) se vio obligado a atacar con la fuerza aérea con drones, con artillería y misiles para barrer físicamente en cada una de estas ciudades y las barriadas obreras de las masas insurrectas.
Fue una guerra contrarrevolucionaria de exterminio. Solamente después de masacrar y hacer de ciudades enteras tierra arrasada, intentaban entrar los oficiales y las tropas de Al Assad que aun así eran rechazadas, y con la heroica lucha de masas se disolvían aún más. En la guerra civil de clases, Al Assad no ganaba la guerra. Se peleaba casa a casa. El obrero, el campesino arruinado, el soldado defendía a su familia y a sus hijos.
El manual de la guerra plantea que por cada soldado de una ciudad invadida debe haber 10 que lo atacan; aquí, ante el ataque del ejército de Al Assad, de cada 10 que atacaban, 8 soldados rasos, hijos del pueblo, se pasaban a combatir con las masas contra Al Assad. Esa fue la dinámica de la revolución. Y la respuesta de la contrarrevolución no se hizo esperar.
Se estaba partiendo horizontalmente un ejército burgués, que le da estabilidad a las fronteras del Estado Sionista de Israel, como se las daba el pacto de Camp David desde Egipto.
Pero lo más grave para la burguesía era que surgía el poder de los consejos de obreros y soldados, que eran los “comités de coordinación”. Había que impedir esto a toda costa. El doble poder de las masas se podía desarrollar, una vez ya armado, expropiando a la burguesía, a sus bancos, sus cadenas de distribución de alimentos, sus tierras, controlando los pozos de petróleo y los oleoductos, juzgando y castigando a todos los asesinos de Al Assad.

XVI - El imperialismo y la burguesía se aterrorizaron. La revolución de Egipto seguía viva. Las masas marchaban semana a semana a la plaza Tahrir a enfrentar el régimen de los generales de Mubarak y los Hermanos Musulmanes.
La revolución siria despertaba el entusiasmo de sus hermanos palestinos de Gaza y Cisjordania, a los que el imperialismo con la ONU intentó neutralizar con una votación a favor de un estado palestino fantoche en los campos de concentración.
Miles y miles de combatientes libios y tunecinos fueron a luchar a Siria. Su sueño, por el cual daban la vida, era llegar a Palestina.
El doble poder que tendía a surgir en Siria iba a ser visto como el poder de todas las masas oprimidas del Magreb Árabe a Jerusalén. Por eso había que masacrar a las masas. Pero, sobre todo, había que hacerlas pasar como enemigas de la clase obrera mundial. De eso se encargaron los traidores del FSM.
Había que estrangular el doble poder desde adentro, como ya vimos. Había que someterlo, disolverlo y no bastaban para ello las bombas de Al Assad, entonces fueron el ESL y Jabhat Al Nusra. Pero tampoco fue suficiente. Lo que había que destruir era el doble poder armado de los explotados, que por representar a la mayoría del pueblo en lucha y por amenazar la propiedad de los capitalistas, era el único y verdadero enemigo que todas las fuerzas burguesas debían aplastar.

Así, tuvieron que mandar también a Hezbollah y a los ayatolas iraníes, sostenidos por Rusia y China, para que pongan sus bayonetas y sus armas al servicio de aplastar el doble poder.
Los comités de obreros y soldados de la revolución siria no deben ser olvidados y no lo serán por la clase obrera mundial. Como vemos, para destruirlos, para que no se desarrollen y coordinen a nivel nacional y en todo el Magreb Árabe y Medio Oriente, se concentraron todas las fuerzas contrarrevolucionarias internacionales.
Por ello, insistimos, de Turquía, de Arabia Saudita y Qatar, enviaron al ESL y a Jabhat Al-Nusra para hacer abortar el doble poder de las masas, con partidos ejércitos que los disuelvan, las desarmen y las disciplinen, pero sobre todo, para que garanticen que no se expropie a la burguesía. Las masas pasaron a la defensiva.
Aun en los momentos de mayor exterminio de las masas obreras y populares, de brutal ataque de la aviación y los misiles, patrullas de los comités de coordinación reagrupaban sus fuerzas y comenzaban una guerra de asedio, que le impedía a las tropas de Al Assad tomar posesión de las ciudades. Era la fase defensiva de la guerra civil: los hombres y las mujeres defendiendo a sus hijos en la última trinchera, sabiendo que el ingreso de las tropas de Al Assad significaba la muerte de todos.

XVII - En las zonas liberadas de Al Assad, las masas masacradas, ultrajadas y contando por miles a sus mártires, siguieron buscando a los “espías” de Al Assad, que no eran más que los burgueses de cada ciudad.
En respuesta al genocidio y la masacre, las masas atacaban a los soplones de Al Assad, y eso las llevaba a expropiar sus mansiones para tener vivienda; sus comercios, sus bancos, sus empresas y sus tierras para comer. Esa era la dinámica de la revolución obrera y de los explotados que estaba en curso, como ya dijimos antes.

Para concretar la pérfida tarea contrarrevolucionaria, había que desarmar a las masas e impedir que estas expropiaran a los explotadores. Así protegieron a todos los “espías-burgueses” de Al Assad y sus propiedades, ya sea, contratándolos como generales del ESL y asociándose en sus negocios, o bien como hace Jabhat Al Nusra, canjeándoselos a los oficiales de Al Assad por centenares de miles de dólares cada uno y quedándose con sus empresas.
Por supuesto que en estos gobiernos de unidad nacional del ESL y de Jabhat Al Nusra, todo se acuerda, todo se vende y todo se negocia, junto a los oficiales de Al Assad.
El ESL y Jabhat Al Nusra impulsan una guerra de presión para negociar con Al Assad. No es para vencerlo, sino para asociarse, en un futuro gobierno, con sus oficiales y las fracciones burguesas que éste representa. Su objetivo, cuando controlan un territorio es destruir y disolver el doble poder expropiándoselo a las masas. Por eso mismo, son también las fuerzas garantes del pacto y las negociaciones que ya se están realizando entre Al Assad y el gobierno de la burguesía siria en el exilio en Qatar, Rusia y China, todos comandados por Estados Unidos.

Bajo un objetivo común, que no es otro que el de preservar la propiedad capitalista del conjunto de la clase explotadora, la burguesía interviene en la guerra disolviendo el doble poder de la clase obrera, desarmándola y estableciendo una guerra de ejércitos y de campos burgueses donde todos hacen negocios con la sangre, la derrota y los padecimientos inauditos de las masas.
La obsesión de la burguesía se resume a que no surja un territorio en donde las masas auto organizadas, establezcan un doble poder y muestren el camino de cómo derrotar a las fuerzas de Al Assad en Damasco, con el método de la insurrección y la revolución proletaria. Esta guerra de exterminio llevó a más de 1,2 millones de niños y mujeres a la frontera a campos de refugiados, fueron arrasadas ciudades enteras, se diezmaron las poblaciones, con centenares de miles de muertos, millones buscando dónde vivir; todo para aplastar el doble poder. Esto es terror blanco contrarrevolucionario. El embrión de doble poder de las masas despertó el odio y el terror de los explotadores y el imperialismo, y el silencio cómplice, la denigración y la calumnia de todas las direcciones traidoras del proletariado mundial.

 

Contra la Conferencia de Ginebra de Obama, Netanyahu, Moscú, Pekín y Al Assad, el CNS en Qatar y los generales burgueses del ESL
Contra la conferencia de los traidores de la revolución socialista del FSM en Túnez

Ha llegado la hora de poner en pie una Conferencia Internacional de las organizaciones obreras revolucionarias y de lucha del proletariado mundial para romper el cerco a Siria y que triunfe la revolución socialista

 

Una alternativa de hierro para la revolución del Magreb y Medio Oriente:
O reformismo y maquillaje de los gobiernos pro-imperialistas y contrarrevolucionarios del Magreb y Medio Oriente
O por la revolución socialista que conduce a los explotados a la victoria

 

XVIII - En el campo de las direcciones contrarrevolucionarias del proletariado mundial, un sector de éstas se ubica con el ejército asesino del perro Al Assad que masacra a las masas, abrazándose con los ayatolas iraníes, con las burguesías bolivarianas, con los asesinos de Rusia y China y con la nueva burguesía cubana, a los que pintan de “antiimperialistas” y los presentan ante las masas como los que “enfrentan” al imperialismo yanqui.
Otro sector proclama la pérfida pseudo teoría-programa de la “revolución democrática” y de la “primavera de los pueblos”, con la que terminan sosteniendo a los generales y oficiales burgueses del ESL, que rápidamente de las entrañas mismas del régimen de Al Assad, se pasaron al “frente democrático” para expropiar la revolución proletaria y garantizar la propiedad de los capitalistas.
Tendrían que ir todos los canallas de los charlatanes de las “revoluciones democráticas”, que hablan desde Londres, París, Buenos Aires, España, Austria o Nueva York, a ponerse ellos bajo la disciplina de los generales del ESL. No en el exilio, sino en Alepo, para que les entre en la sangre su propia medicina.
A los que han llamado a apoyar los sables de los generales asesinos de Al Assad, que masacraron a centenares de miles de obreros, niños y mujeres, les anunciamos que la historia de la clase obrera mundial no los dejará descansar en paz por cómplices del peor de los genocidios contra las masas de Siria.

Los trotskistas nos encargaremos de ello. Porque en Siria, se enfrentaron dos teorías y dos programas como veremos luego. La teoría de la revolución por etapas del stalinismo y del sometimiento de la clase obrera a la burguesía, y la teoría de la revolución permanente y el programa para la toma del poder.
Es que había que “defender la democracia con el método de la revolución proletaria”, como planteaba Trotsky en la guerra civil española. Había que aplastar a Al Assad, porque combatiendo contra él se armaban y se organizaban las masas. Había que disputarle en el terreno militar a la burguesía “opositora” y sus fracciones -como Jabhat Al Nusra y el ESL- la dirección militar de la guerra con los comités de coordinación de obreros y de soldados.
Esta pelea la dieron las masas en las peores condiciones. La mayoría de las fuerzas del FSM sostuvieron las bayonetas asesinas de Al Assad. Los que no, llamaron desde todo el mundo, como la LIT, el SWP inglés, la UIT, el NPA, a apoyar al ESL, a luchar por que éste dirija la guerra contra Al Assad y no los organismos de autodeterminación y soviéticos de las masas.
Estos últimos inventaron todo tipo de “organizaciones democráticas sirias”… en el exilio, a miles de kilómetros del campo de batalla. La clave fue que la clase obrera mundial no defienda el doble poder de los explotados de Siria. Era a ellos a los que había que hacerles llegar la solidaridad internacional de combatientes, medicamentos y armas.
Por responsabilidad de sus direcciones, la clase obrera mundial no pudo tener una política de intervención activa y de vanguardia, a través de sus organizaciones, en la revolución siria. Esto lo pagaron las masas gravemente, cada vez más sometidas a direcciones burguesas y pequeñoburguesas en el campo de batalla, y a la masacre de Al Assad.
Dirán que “no hubo condiciones”. Eso es una mentira y un vil engaño. Todo aquel que quería llegar y pelear por la revolución siria tenía un lugar en un consejo de soldados o en un “comité de coordinación”. Hay miles y miles de hermanos libios, chechenos, yemeníes, palestinos, tunecinos, egipcios, etc. que son la prueba viviente de ello.

No fue por fortaleza del imperialismo, ni de sus agentes de las burguesías nativas que la revolución en Siria hoy está cercada, traicionada y ensangrentada. Sino que fue por el pérfido rol contrarrevolucionario jugado por el FSM y toda la izquierda de Obama, lo que impidió que desde las organizaciones obreras del mundo se organizaran brigadas de combatientes, médicos y enfermeros;  el envío de alimentos, dinero y pertrechos; que se paralicen los puertos de las potencias imperialistas y que sean incendiadas todas las embajadas de Siria en el mundo. Muy por el contrario se dedicaron, desde los inicios de la revolución, a cercarla, calumniarla y separarla de la lucha de la clase obrera mundial. Así garantizaron que los generales “de ninguna batalla” del ESL y los oficiales con mucho dinero de Jabhat Al-Nusra puedan avanzar en desarmar, controlar y someter a las masas antiimperialistas de Siria masacradas por Al Assad.

XIX - Los trotskistas damos cuenta de estos durísimos acontecimientos de la revolución Siria, como lo hicimos desde Libia, desde el campo mismo de batalla. Somos parte de una oleada de combatientes antiimperialistas que fueron a luchar y dar su vida a Siria porque la vieron como los que realmente es, parte de una misma cadena de revoluciones del Magreb y Medio Oriente.
Desde las entrañas mismas de la revolución combatimos por organizar, armar y centralizar a los comités de coordinación para expropiar a la burguesía ciudad por ciudad para ganar la guerra, conquistar el pan y defender la democracia con el método de la revolución proletaria. Ese es el camino para derrotar a Al Assad y a todos los agentes del imperialismo, también a los “democráticos”, para que sean las masas las que, tomando este programa en sus manos, conquisten la dirección política de la guerra, con sus organismos de autodeterminación armados de obreros, campesinos y soldados rasos, para conquistar la victoria de la única manera posible, que no es otra que con el triunfo de la revolución socialista en Siria y toda la región.
Los trotskistas combatimos por romper el cerco de las direcciones traidoras que a nivel internacional impidieron que, como en la guerra civil española en los ´30, recuperando el internacionalismo proletario, lleguen brigadas internacionales desde todas las organizaciones obreras del mundo a combatir junto a las masas de Siria; a tomar las calles en las capitales de las potencias imperialistas y paralizar su maquinaria de guerra como lo hicieran los portuarios de Oakland contra la invasión yanqui a Irak y a Afganistán; a cercar las embajadas Sirias como lo hacían las masas de Egipto al grito de “Al Assad, Hezbollah, la OTAN y Norteamérica le cuidan las fronteras al sionismo”.

 

El estado mayor de Obama y las potencias imperialistas han centralizado a todos sus agentes burgueses y reformistas para aplastar la revolución siria.
La clase obrera mundial necesita su estado mayor: hay que refundar la IV Internacional

XX – Reiteramos: no escribimos esto como meros espectadores o periodistas, ni lo conocemos –como hace la izquierda socialimperialista- a través de entrevistas  a generales del ESL que están muy lejos del campo de batalla. Los trotskistas internacionalistas dimos la vida y regamos también con nuestra sangre esta heroica revolución. Llegamos al combate como parte de miles de combatientes antiimperialistas de Túnez, Libia y todo el Magreb y Medio Oriente.

Surgirán letanías de inválidos políticos que jamás llegaron ni llegarán al campo de batalla de la lucha de clases internacional. “Falta y faltó un partido revolucionario” clamarán para justificar su traición y echarle la culpa de su propia cobardía política y de su sometimiento a la burguesía, al “atraso de la consciencia” de las masas.
Nuestras aún débiles fuerzas luchan por poner en pie un partido revolucionario en Siria, como en todo el Magreb y Medio Oriente. Combatimos  enfrentando a  los traidores de la clase obrera mundial que en nombre del “socialismo” apoyan al genocida Al Assad y a los que en nombre de la “democracia”, dieron la dirección de la guerra no a las organizaciones de las masas sino a los expropiadores de su revolución; contra los que sometieron a toda la cadena de revoluciones desde Túnez a Egipto, a los parlamentos y constituyentes fraudulentas.
En el campo de batalla sirio enfrentamos a la dirección burguesa y pequeñoburguesa del ESL y Jabhat Al Nusra que han  transformado a la guerra civil en su propio negocio.

Esta vez, las letanías, las verdades generales de los que dicen “faltó un partido”, expresan ni más ni menos que su sumisión política a la burguesía, porque se negaron a luchar por extender, desarrollar dentro de Siria y hacer conocidos por las masas del mundo –para que los defiendan con su vida- a los organismos del poder obrero armado y del pueblo pobre de Siria, que se erigían como alternativa de poder contra el asesino Al Assad: los comités de coordinación. Con estos organismos se debían coordinar y centralizar los explotados de la plaza Tahrir, las milicias de Libia, los comités de fábrica y de desocupados de Túnez, las heroicas masas palestinas de Gaza y Cisjordania.
La Unión Europea y la ONU decretaron el embargo de armas a Siria. ¡Vaya cinismo! China y Rusia inundaban a Al Assad de armas. Turquía y la burguesía saudí armaron hasta los dientes a las direcciones del ESL y Jabhat Al Nusra para que ellos desarmen a las masas. Ya está claro que el embargo de armas era contra las masas. Tenían que evitar que estén armadas.
La tarea de la clase obrera mundial era romper el bloqueo de armas a los Comités de Coordinación, embarcando todo tipo de armamento y pertrechos para que lleguen a los comités de coordinación en el frente de batalla.
Ahora clamarán y llorarán por el “atraso de la consciencia de las masas”. Pero la clase obrera siria sólo recibió tiros por la espalda de las direcciones traidoras que cuando no hacían esto, sostenían a sus verdugos.

Impulsando este programa, las fuerzas que luchamos por refundar la IV Internacional, llegamos a esta guerra de clases y por él peleamos en el campo de batalla. Por ello sufrimos la persecución no sólo del asesino Al Assad, sino de los cobardes de la burguesía del ESL y de Jabhat Al Nusra.
Luchamos junto a la base de obreros y soldados; peleamos y morimos con ellos; expropiamos las mansiones de los assadistas; recuperamos alimentos para los combatientes; estuvimos a la cabeza de juzgar y castigar a los asesinos y burgueses de Al Assad en las zonas liberadas, junto con decenas de miles de abnegados combatientes de la clase obrera de la región.
Luchamos por que sean los obreros armados y sus hijos -los soldados rasos- los que nombren a sus jefes en el campo de batalla. Impulsamos la coordinación para conquistar el abastecimiento y los alimentos, que el ESL y Jabhat Al Nusra controlan y venden a precio vil a los combatientes y sus familias martirizadas.

XXI - En la guerra contra Al Assad no somos neutrales. Establecemos unidad de acción militar allí donde el enemigo ataca y hay que enfrentarlo. Pero lo hacemos alertando que los generales del ESL y de Jabhat Al Nusra mandan a la primera línea a los mejores combatientes y luchadores obreros, mientras ellos usan todo su poderío para disciplinar a las masas en la retaguardia.
Llamamos a coordinar y a centralizar, en la avanzada contra Al Assad, a los mejores combatientes, luchando por una dirección revolucionaria de la guerra, poniendo en pie tribunales obreros revolucionarios para ajusticiar a todos los burgueses colaboradores de Al Assad. Enfrentamos los pactos de negocios que hicieron con ellos los generales del ESL y Jabhat Al Nusra. Luchamos denodadamente para ganar la guerra con el método de la revolución proletaria.

No cedimos ni cedemos un ápice nuestra independencia política. Ni a la burguesía “ultra islámica” ni a los generales “democráticos” burgueses del ESL. Combatimos a nivel internacional contra los bolivarianos, los hermanos Castro y demás lacayos de la burguesía en América Latina que sostienen a Al Assad.
Llamamos incansablemente a la clase obrera norteamericana a romper con Obama, el jefe de los bandidos imperialistas. Llamamos a los que cercaban Wall Street a ponerse de pie junto a las masas sirias, porque a Al Assad lo sostienen los mismos banqueros que ellos enfrentaban en las 8 manzanas de Nueva York.
Llamamos a la clase obrera de los países imperialistas a ponerse de pie para paralizar la maquinaria de guerra de su propia burguesía para que sean derrotadas las tropas de ocupación francesas que han invadido Mali y para que sean aplastadas todas las bases militares que el imperialismo tiene en África y toda la región.
También llamamos a que la clase obrera mundial tome en sus manos la lucha para liberar a todos los presos políticos del imperialismo y las burguesías lacayas en el mundo, comenzando por los presos palestinos encerrados en las mazmorras del sionismo y los combatientes antiimperialistas presos en Guantánamo; para acabar con todas las cárceles secretas de la CIA en el mundo, donde se tortura a los mejores luchadores de la clase obrera mundial.

Enfrentamos a los asesinos y explotadores, a cuenta del imperialismo, de Putin y los mandarines chinos, gerentes y “capangas” de las transnacionales en el Pacífico, que armaron hasta los dientes a Al Assad.
Por ello viajamos a Japón, y con los revolucionarios de la JRCL dimos pasos decisivos hacia adelante en la ruptura del cerco a la revolución siria junto a las masas del Pacífico. Ellos pusieron su 50va Asamblea Contra la Guerra a disposición de la lucha de las masas sirias y de todo Medio Oriente.
Llamamos a la clase obrera a pelear como en Marikana. Llevamos a Siria su grito de guerra: “o nos dan aumento de salario o matamos a los gerentes” para que lo tomen las masas sirias.
Hicimos nuestro el mandato de los mineros de Asturias: “si nuestros hijos padecen hambre, los vuestros verterán sangre”, para llevarlo como grito de guerra a las masas sirias que hoy se agolpan en campos de refugiados bajo condiciones de hambruna.
Este primero de mayo  tuvimos el honor de hacer un acto internacionalista junto con nuestros compañeros revolucionarios que combaten en Siria, en una verdadera asamblea obrera. En nuestro IV Congreso, desde la FLTI y su Colectivo por la IV Internacional, junto a la Brigada León Sedov y decenas de luchadores obreros revolucionarios, honramos a los mártires de Chicago en el mismo frente de batalla de la Siria martirizada.

XXII - La traición a la revolución siria es que en estos dos años sobraron condiciones internacionales y combates de la clase obrera internacional como para que esta heroica revolución no quede aislada, cercada, estrangulada y ensangrentada. El imperialismo, con Siria ahogada en sangre y traicionada, pudo imponer su contraofensiva.
Como ya dijimos, la última palabra no está dicha. Lo que sí está dicho es que las banderas de la IV Internacional flamean en Alepo y Homs, pese a la traición -que seguramente se cobrará la historia- de todos los renegados del trotskismo que ensuciaron su programa y su legado en las calles de Siria.
Sabemos que luchando en Siria y en toda la región por poner en pie el doble poder y por la autoorganización de las masas, se construirá el partido revolucionario, que, adelantamos, no será sirio, como no es esta una revolución socialista aislada, sino que es un eslabón de una sola revolución del Magreb y Medio Oriente. El partido revolucionario sirio, del cual ya hemos conquistado un núcleo fundacional, será un eslabón de un único y sólo partido que, de Túnez a Jerusalén, actúe como un nervio sensible, capaz de vibrar ante cualquier estímulo de la revolución y la contrarrevolución. Los que combatimos por refundar la IV Internacional ya estamos dando pasos hacia ello.

XXIII – El pacto de Obama con Moscú y Pekín, con los generales de Al Assad ya negociando abiertamente con la Coalición Nacional Siria (representantes políticos del ESL) en Qatar, un gobierno de transición, con la revolución desangrada, impone tareas urgentes a los obreros internacionalistas que en el mundo pugnamos porque la revolución siria y de Medio Oriente no sea vencida.
Los bombardeos del sionismo son los primeros cañonazos de este pacto infame contra las masas, que se prepara tras bambalinas, donde ninguna de las fracciones burguesas de la región quiere quedar afuera del festín del reparto de los negocios de Siria. Tal cual perros de presa, aquí y allá se tiran tarascones por las sobras que le tira su amo el imperialismo.
Enfrentar al sionismo hoy significa enfrentar los pactos de Obama, Putin, la archi-reaccionaria y proimperialista burguesía china, el sionismo, las burguesías árabes, Al Assad, el gobierno del CNS en Qatar y las potencias imperialistas europeas.
Significa enfrentar también a Turquía como avanzada de la OTAN y a los generales del ESL, que con las bombas tiradas en la frontera turca, han encontrado la excusa para cerrarla e impedir que se abastezca la resistencia, y para que el que está afuera no entre y se muera como perro en los campos de refugiados, y el que está adentro se desarme, controlado por los generales del ESL o los generales del Jabhat Al Nusra.
Se cierran las fronteras con Turquía, el Líbano e Israel, Con el pacto que está en ciernes y su nueva “Conferencia de Ginebra” se cerrarán sus fornteras a los bombazos, la orden es y será clara, el que está adentro se desarma o será pasado por las armas del gobierno de transición de los generales de Al Assad, sin Al Assad.

Todo el que diga que desde la Conferencia de Ginebra que prepara Obama, las potencias imperialistas y todos sus agentes con Rusia y China, traerá un gobierno de transición “democrático”, lo único que hace es engañar a las masas. Lo que se está preparando es un pacto contrarrevolucionario, para que los generales de Al Assad, con los del ESL y Jabhat Al Nusra -jugando un rol análogo al de los Hermanos Musulmanes en Egipto- configuren un gobierno asentado en la masacre perpetrada por Al Assad y en el desarme y el sometimiento incondicional de las masas. Lo que vendrá no es un gobierno más democrático, sino el asentamiento del triunfo contrarrevolucionario de Al Assad. Ese es el pacto y la política imperialista que hay que enfrentar y derrotar hoy.

El proletariado ya ha sufrido pactos contrarrevolucionarios como este, firmados por las direcciones traidoras. Basta recordar los ‘80 con la entrega de la revolución nicaragüense y centroamericana con los acuerdos de Esquipulas y Contadora; los pactos de Stalin con los “imperialismos democráticos” en los ‘30 para estrangular la cadena de revoluciones en España, Francia, Italia que abrió el camino a la Segunda Guerra Mundial; los pactos de coexistencia pacífica de Moscú y Pekín con el imperialismo, que llevó a durísimos golpes contrarrevolucionarios para controlar a las masas de Europa del Este y entregar decenas y decenas de revoluciones en Occidente, salvando a las potencias imperialistas europeas de la revolución socialista.
El más emblemático de estos pactos funestos fue sin duda el de Yalta y Potsdam entre Churchill, Roosevelt y Stalin que mandó a la salida de la Segunda Guerra Mundial a los obreros a desarmarse para reconstruir Europa, y los que se negaban, como los partisanos griegos, italianos o franceses que enfrentaron heroicamente al fascismo, eran fusilados por el stalinismo. Este pacto, con la URSS usurpada por el stalinismo contrarrevolucionario ingresando a la ONU, garantizó en 1948 la fundación del estado de Israel armado hasta los dientes por el stalinismo y el imperialismo para ocupar Palestina y desterrar de su territorio al pueblo palestino, transformándolo en parias en su propia tierra y establecer un enclave contrarrevolucionario para controlar los negocios del imperialismo en la región y las rutas del petróleo.

XXIV - El pacto que hoy se prepara en la reunión de Ginebra tendrá un carácter contrarrevolucionario internacional.
Este pacto incluye que se desarma a las masas libias. Una cadena de provocaciones del CNL ha comenzado contra las milicias de Libia. Generales khadafistas ocupan los puestos más importantes de los ministerios, provocando reacciones espontáneas de brigadas de combatientes descoordinadas, que cada una por su cuenta enfrenta al gobierno del CNL al grito de “Fuera los ministros khadafistas”.
La falta de coordinación y centralidad de las  milicias con las organizaciones obreras y estudiantiles que marchan por trabajo y salario digno se ha transformado ya en una crisis abierta de la revolución en Libia. Es que la reacción khadafista bajo el mando del CNL y el imperialismo los está esperando, poniendo en pie la misma base social pequeño burguesa khadafista para imponerles putch contrarrevolucionarios y golpes certeros por separado.

En Egipto debe asentarse un régimen estable de la dictadura militar junto con los Hermanos Musulmanes, como ayer lo era el de Mubarak. Insistimos, como ocurre en Libia el pacto debe garantizar a todo o nada, la defensa del gobierno del CNL, que no es más que el mismo perro con otro collar. Un gobierno lleno de funcionarios y ministros khadafistas… que hoy ataca abiertamente a las milicias de Libia. Esto, por si quedaba alguna duda sobre en qué trinchera estaba y está el imperialismo. Su gobierno del CNL es 100% de generales, ministros y funcionarios khadafistas. Queda al desnudo que el gobierno de Khadafy de antiimperialista no tenía nada, salvo la chapa que le daba la izquierda de los lacayos del stalinismo a nivel mundial y los renegados del trotskismo como el WRP inglés, el SEP norteamericano, como representantes del club de laderos de Khadafy.
En Túnez, el pacto significa que las organizaciones obreras como la UGTT, apoyada por toda la izquierda europea, deben seguir siendo sometidas al gobierno burgués de Marsuki y que los sectores más desesperados que entran al combate, como los desocupados, reciban duros golpes contrarrevolucionarios por parte de las bandas salafistas.
El pacto significa el asentamiento de Francia y sus bases militares en Mali, para atacar por la retaguarda a la revolución del Norte de África y que esta no se extienda a todo el continente. Los misiles que ya apuntan desde Turquía por si a Al Assad y al ESL se le escapan de las manos las masas, dan cuenta de ello.
El pacto incluye que las masas palestinas quedan en los campos de concentración en Gaza y Cisjordania, con las mejores tierras en manos de los colonos sionistas fascistas armados.
El pacto busca imponer en Siria un régimen bonapartista como el de Yemen y Bahréin, basado en el aplastamiento sanguinario de las masas.
En Bahréin masacraron a más de 60 mil explotados con los tanques de los lacayos de la burguesía de Arabia Saudita –resguardando la base militar yanqui del la V Flota que está instalada en Bahréin- y garantizaron que la casta de oficiales se mantenga intacta.
Sobre la base del aplastamiento y la masacre contra las masas en Yemen se organizó un régimen bonapartista, bajo un gobierno del partido de Saleh (el presidente que cayó producto de la revolución en 2011), ahora con Abdu Rabbu Mansour Hadi junto a la Hermandad Musulmana.
Este es el plan que Obama quiere imponer en Siria, contra todos los que dicen que este “Bush tiznado” desparramaba la “democracia”. El pacto contrarrevolucionario que prepara junto a ESL, CNS, el sionismo, Al Assad, Moscú y China, es el paso decisivo que quieren dar para empezar a consumarlo.

XXV - Esto demuestra que no estamos ni estábamos frente a “revoluciones democráticas” bonachonas, sino que hemos presenciado ya varios actos del inicio de revoluciones obreras y socialistas que ponen en cuestión el poder de la burguesía y el imperialismo en toda la región. Por eso, o la clase obrera toma el poder o lo que se impondrá es la contrarrevolución, con regímenes tanto o más contrarrevolucionarios que los que las masas enfrentaron con sus levantamientos revolucionarios y con la profundización del saqueo igual o peor que antes de la revolución.

Esa es la lección que toda la izquierda reformista quiere esconder ante los ojos de las masas. O la clase obrera toma el poder o viene la guerra, la contrarrevolución y el fascismo, con más miseria, hambruna y padecimientos inauditos.
En Siria se han concentrado todas las fuerzas de la contrarrevolución burguesa imperialista, sostenida por las direcciones traidoras, para salvar los intereses de los banqueros imperialistas de Wall Street, la City de Londres, el Bundesbank y el City Bank, para que estos tiren su crisis sobre las masas.
Esa cueva de bandidos del FSM pregona el “socialismo del siglo XXI”, que es el de Al Assad, el de Khadafy, el de los más grandes agentes de los banqueros de Wall Street y capangas de las transnacionales imperialistas como son los empresarios esclavistas del PC Chino.
Otros pregonaban y pregonan la “primavera de los pueblos”, los inicios de las “revoluciones democráticas” para que la clase obrera no se haga del poder, y lo que se impusieron fueron contrarrevoluciones democráticas. El imperialismo y todos sus agentes las organizan y conspiran contra las masas para estrangular los procesos revolucionarios. La falacia de que los procesos en Medio Oriente fueron levantamientos de las masas impulsadas por Obama, la OTAN y los imperialismos “democráticos” fue y es la más grande calumnia contra las heroicas y hambrientas masas del Magreb y Medio Oriente… gritada a los cuatro vientos por la izquierda de Obama. Hoy han quedado desenmascarados. La tragedia es que ellos no pagan las consecuencias, lo pagan las masas.

XXVI - En Medio Oriente y el Norte de África se enfrentan el reformismo que conduce a la derrota a la clase obrera por un lado, y por otro lado, el programa de los socialistas internacionalistas que sienta las condiciones de la victoria, es decir, que plantea que la tarea más inmediata del proletariado, frente a la bancarrota del capitalismo, es el triunfo de la revolución socialista.  
Aquí no hay ningún “Socialismo del Siglo XXI”, ni ninguna revolución intermedia. O la clase obrera toma el poder, inicia su contraofensiva en Siria, en Túnez, etc.; la clase obrera europea, norteamericana y de los pueblos oprimidos vuelve al combate, o la derrota de las masas sirias será un punto de partida de una ofensiva contrarrevolucionaria generalizada del imperialismo, para hacerle pagar a las masas la bancarrota capitalista.

Ayer las direcciones traidoras apagaron la chispa de Grecia para que no incendiara Europa. Primero sostuvieron a los matones de la burocracia stalinista en los sindicatos griegos, a los que no les tembló el pulso para romperle la cabeza a los obreros que querían quemar el parlamento cuando se votaban los ajustes, para luego allanarle el camino a las fábulas de “vía pacífica al socialismo” como las que pregonó Syriza .
Así dilapidaron la fuerza y las energías de las masas en más de 20 huelgas generales para “presionar” a los gobiernos imperialistas para que “morigeren el ajuste”. Ahora, mientras el reformismo y Syriza sigue ofreciendo un triunfo electoral dentro de dos años, Amanecer Dorado y otros grupos fascistas levantan cabeza y con sus cachiporras ponen orden a la clase obrera, que hoy debe cortar leña en las plazas para calentarse, del mismo modo que lo hacen los refugiados sirios en la frontera de Siria con Turquía.
Este es el pacto contrarrevolucionario de Obama, Al Assad y todas las burguesías nativas y las direcciones traidoras para estrangular no solo la revolución en Siria, sino todos los procesos de ofensiva de las masas del Magreb y Medio Oriente y a nivel internacional.

Éste pacto internacional contrarrevolucionario es sostenido de forma particular por el stalinismo a nivel internacional y por los hermanos Castro, que hoy han devenido en una floreciente burguesía en la isla. Decretaron el derecho de herencia y sus hijos, con trajes Armani, organizan los campos de golf en los hoteles de lujo de la burguesía imperialista. La nueva burguesía cubana, ayer junto al Papa Benedicto XVI, Castro, Chávez y Obama pactaban la entrega de la resistencia colombiana (que ya han dejado en la historia más de 250 mil muertos) y garantizaban la permanencia de las bases militares yanquis en Colombia. Hoy, con la bendición del Papa Francisco, los hermanos Castro entregan la revolución cubana a Obama y los gusanos de Miami, y sus socios “bolivarianos” del continente latinoamericano entregan las riquezas del subcontinente igual o mejor que los lacayos del TLC al imperialismo. Los Castro y los “bolivarianos” como Chávez fueron la avanzada en el continente latinoamericano de sostener a Obama, llamándolo a votar como su candidato a presidente en Estados Unidos, garantizando que los obreros negros e inmigrantes no rompan con ese Bush tiznado de Obama. Y ahora todos los laderos de los hermanos Castro pregonan que “no hay que hacerle el juego al imperialismo y a Obama en los combates de Medio Oriente”… ¡y lo dicen sin ruborizarse!, los más grande lacayos de Obama “luchan contra la política de Obama” en Siria. No hay ninguna contradicción, como lacayos del imperialismo también sostienen el sable de Al Assad con el que le corta el cuello a las masas sirias.

XXVII - La crisis de dirección se exacerba en el proletariado mundial. Por traición de su dirección, hoy es el imperialismo el que viene por todo para tirarle su crisis a las masas. Esto sucede luego de una ofensiva que desde el año 2008 ante el crack y la bancarrota del capitalismo, los explotados impulsaron en todo el mundo: en la Europa en ruinas, de Grecia a Portugal y en el Este contra el saqueo del FMI; con el inicio de aguerridas luchas de la clase obrera norteamericana contra la guerra; y con los levantamientos de la clase obrera de China, de Asia, de África y de toda América Latina. Eso obligó, inclusive al imperialismo yanqui, a no poder intervenir directamente -como lo había hecho Bush- en las revoluciones del Magreb y Medio Oriente, porque se arriesgaba a abrir un escenario tipo Vietnam al interior de Estados Unidos.
Los aparatos reformistas del pasado no pudieron contener esta ofensiva, aquí y allá fueron sobrepasados y revolcados por un ascenso vertiginoso de masas, por eso comenzaron por desincronizarlos y aislar sus focos más avanzados para que el imperialismo pueda concentrar todas sus fuerzas para aplastarlos.
En pomposas reuniones hacían promesas de victorias y ahora sólo entregan jalones de derrotas. El resultado está por verse. El imperialismo es cuidadoso porque sabe que un error de cálculo en la relación de fuerzas puede significar un violento levantamiento de masas. Es que no va a ser apenas en uno o dos actos que se apagará el fuego de la revolución que ha comenzado. La espontaneidad de las masas ha dado enormes muestras de heroicidad y potencialidad y ha demostrado toda la cobardía y servilismo de los traidores a los explotados. Las obligaciones de los revolucionarios se han centuplicado. La crisis de dirección se ha agudizado, resolverla es lo que garantizará el triunfo del combate de los explotados.

Contra el pacto de la rendición que le quieren imponer sus enemigos a la revolución siria, las fuerzas del proletariado internacional sostenemos: hay que poner en pie un pacto internacional de la clase obrera y los explotados, comenzando por la férrea unidad de los explotados del Magreb y Medio Oriente, para romper el cerco a las heroicas masas sirias.
Las masas palestinas han comenzado una dura Intifada. Ellas tienen en sus manos la tarea de parar desde adentro la maquinaria de guerra fascista del estado sionista contrarrevolucionario de Israel. La clase obrera y sus organizaciones no pueden dejar ni un minuto más a centenares de miles de refugiados muriéndose de hambre y asesinados por Al Assad en los campos de refugiados de Turquía, Líbano, etc.
Las fuerzas del proletariado mundial son enormes. Si brigadas de trabajadores de todas las organizaciones obreras del mundo llegan a combatir con sus hermanos de Homs, Damasco, Alepo, sería un shock eléctrico que volvería a poner de pie a los obreros sirios. Una acción así, decidida, cambiaría el curso de la historia de esta revolución.

El movimiento contra la guerra de Estados Unidos desde Oakland tiene en sus manos esta enorme tarea, desde las entrañas mismas de la bestia imperialista yanqui, rompiendo su sometimiento a Obama, al que lo ha llevado toda la izquierda traidora.
Millones de obreros inmigrantes turcos, sirios y de Medio Oriente trabajan y sufren los mismos padecimientos de hambre y ataque que el resto de los trabajadores europeos. El combate contra el hambre, la carestía de la vida, la desocupación, es el mismo en España, Francia e Italia que en Bangladesh donde se derrumban las fábricas-cárceles y se fabrica con sangre la ropa de lujo de la Quinta Avenida de Nueva York, la City de Londres o las Boutiques de París.
Sobran fuerzas para poner en pie una vigorosa solidaridad internacional para que la clase obrera concentre sus fuerzas en Siria, y pare en un punto y haga retroceder esta contraofensiva imperialista que no barrerá solamente con la revolución siria, sino que arremeterá, como ejemplo de castigo, contra toda la clase obrera mundial.
Son las direcciones cobardes sometidas al capital las que impiden una concentración de fuerzas de los explotados del mundo a la misma altura de que la que ha montado el imperialismo en Siria.

Un grito de guerra de miles de organizaciones obreras del mundo de “paremos la masacre en siria”, “marchemos todos a combatir a Medio Oriente para conquistar, junto a las masas sirias, Damasco”, bastaría para revitalizar el vigor de combate de las masas sirias.
La clase obrera europea, norteamericana, china, rusa y japonesa, paralizando la máquina de guerra que abastece a Al Assad, podría, en estos países, asimismo, crear las mejores condiciones para largar la contraofensiva del proletariado y parar el ataque del gran capital contra la clase obrera mundial.
Rodear a las masas de Siria significa enfrentar el plan siniestro de los “Dos estados” para las masas palestinas, que Obama, la ONU y la izquierda pro-sionista mundial quieren imponer, confinándolas a Ghettos y Bantustanes, mientras los colonos sionistas fascistas ocupan las mejores tierras de la nación palestina.
La lucha por Damasco es el mismo combate por derrotar al estado sionista de Israel y marchar, con la revolución palestina, a tomar Jerusalén.
A las milicias contrarrevolucionarias de las guardias republicanas de Irán y de las brigadas gurkas de la burguesía de Hezbollah que han tomado Damasco, hay que oponerle LA LUCHA POR BRIGADAS OBRERAS INTERNACIONALES PARA IR A COMBATIR A SIRIA, para poner en pie nuevamente los Shoras, los consejos obreros que Al Assad intentó destruir y masacra día a día, como ayer lo hizo la burguesía de los ayatolas iraníes en la revolución que en los ’80 derrocó al Sha Reza Pahlevi.

El momento de convocar a una Conferencia Internacional para romper el cerco a Siria ha llegado. Las organizaciones de combate más avanzadas de la clase obrera mundial, como los mineros de Huanuni de Bolivia, la juventud revolucionaria chilena, los indignados de Europa y Wall Street, los que combaten en Marikana contra la Anglo American y los que se sublevan contra las transnacionales en China y Bangladesh, junto a los que combatimos en el campo de batalla en Siria, tenemos la responsabilidad en nuestras manos de convocarla y ponerla en pie. Ello significa enfrentar abiertamente a los traidores del FSM reunido en Túnez que fueron a apoyar el pacto de la rendición de las masas sirias, palestinas y de todo el Magreb y Medio Oriente.
Esta es una moción que de ser tomada por las organizaciones obreras y combativas del proletariado mundial. Significaría romper el cerco a las masas sirias y organizar el envío de brigadas internacionales para ir a combatir a Siria y disputarle la dirección de la guerra a las fuerzas burguesas que allí se concentraron para expropiar la revolución de las masas sirias.

XXVIII – La guerra en Siria sólo se puede ganar luchando por la revolución socialista, como una sola revolución en el Norte de África y Medio Oriente, desconociendo los parlamentos fantoches, las constituyentes amañadas y fraudulentas, poniendo en pie, como en Libia, el armamento generalizado de los explotados y el desarme de la casta de oficiales asesina de los ejércitos burgueses de toda la región.
Por crisis de dirección se ha retrasado la toma del poder, por parte de las masas libias. Si se deja pasar esta situación que plantea la toma del poder, vendrá la contrarrevolución. El imperialismo yanqui prepara sus fuerzas para, con Mali ocupado por Francia, darle un durísimo golpe a las masas de Libia.
Las milicias libias deben llamar, para derrotar a los khadafistas y su gobierno, a unir su suerte a las masas sirias y por el derrocamiento revolucionario de Al Assad.
La revolución socialista es la tarea más inmediata de los pueblos oprimidos del Magreb y Medio Oriente. La lucha por el pan, por el trabajo, por la educación y la salud digna han llevado a los explotados a chocar con la soldadesca y los gobiernos burgueses contrarrevolucionarios y todos los dispositivos de dominio imperialista que tenía en la región.
Solamente el triunfo de la revolución socialista podrá acabar con el saqueo imperialista de la región y con la ocupación de la nación palestina por parte del estado sionista-fascista de Israel. Con la expropiación sin pago de las petroleras imperialistas sobraría pan, salud, educación, vivienda y trabajo para todos los explotados de la región que tienen el “oro negro” bajo sus pies.
Expropiando las tierras del Tigris, el Éufrates y el Nilo, y de los valles del Magreb y Medio Oriente, podría ponerse de pie de inmediato una agricultura que alimente a los pueblos hambrientos de la región.
Una avanzada de la revolución socialista en Medio Oriente incendiará Europa y el Mediterráneo, y encenderá de nuevo la chispa de Atenas con la que se incendiaría París.
La hora de la revolución socialista ha llegado. La alternativa es la barbarie, la guerra y las peores penurias para la clase obrera de los países imperialistas y la clase obrera mundial. Es que todos los obreros del mundo debemos comprender cómo actúa el enemigo, con qué saña, odio, y firmeza contra los trabajadores cuando éstos le cuestionan el poder, tan sólo por exigir el derecho a comer.
La lucha por los Estados Unidos Socialistas del Magreb y Medio Oriente debe ser la bandera de lucha de los trabajadores y los pueblos oprimidos de toda la región. Así se conquistará el pan, la tierra, la independencia nacional del imperialismo y se impondrá el juicio y castigo a todos los asesinos como Mubarak, Ben Alí y a todos sus generales y políticos burgueses que aún hoy siguen manejando las riendas del poder, escondidos tras las constituyentes fraudulentas y los parlamentos fantoches. Así tendrán su nación las martirizadas masas palestinas, sobre las ruinas del estado sionista-fascista de Israel, y conquistarán una Palestina libre, laica, democrática y no racista.
Los únicos gobiernos realmente democráticos, representantes de la amplia mayoría de los pueblos del Magreb y Medio Oriente sólo serán los gobiernos de la clase obrera y los campesinos pobres, apoyados en sus milicias y las organizaciones de lucha de las masas.

¡PARA QUE LA CLASE OBRERA VIVA EL IMPERIALISMO DEBE MORIR!
¡POR LOS ESTADOS UNIDOS SOCIALISTAS DEL MAGREB Y MEDIO ORIENTE!

IV Congreso de la FLTI
Colectivo por la IV Internacional