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El Organizador Obrero Internacional

Venezuela - 19 de noviembre de 2025

Luego de que Trump largó un ataque feroz a 30 millones de inmigrantes hispanos en EEUU…

Ahora, los piratas imperialistas yanquis apuntan sus cañoneras a Venezuela para robarse su petróleo…

¡Fuera yanquis de Venezuela, el Caribe y toda América Latina!

De Alaska a Tierra del Fuego , ¡una sola lucha antiimperialista contra los piratas de Wall Street!


A fines de agosto Trump, con la excusa de “enfrentar el narcotráfico”, desde el Pentágono ordenó desplegar más de 4 mil efectivos militares, 8 buques de guerra equipados con misiles, y 1 submarino con propulsión nuclear y aviones de vigilancia, sobre el Mar Caribe. Asimismo aterrizaron 5 cazas F-35 y 1 aeronave logística Boeing C-5 que están en Puerto Rico, a los que se sumaron 10 cazas F-35 más en dicho país.
Con el reciente envío del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, se completa el mayor despliegue militar del imperialismo yanqui en la región en décadas, con 12.000 soldados en casi una docena de buques de la Armada, en lo que el Secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, ha denominado “Operación Lanza del Sur”.
Así en una verdadera invasión militar de los mares, Trump ha tomado control del Caribe, donde los yanquis ya han realizado 20 ataques contra pequeñas embarcaciones y han asesinado de forma sumaria a 80 personas.

Estamos ante una verdadera ofensiva militar de los yanquis sobre Venezuela para quedarse con su reserva de petróleo que es la más grande del mundo, incluso cinco veces más que la de EEUU.

También Francia se ha sumado a esta agresión militar enviando buques a sus territorios en la zona, justificando su refuerzo naval como “parte de una estrategia de cooperación internacional contra las redes criminales que operan en la zona”. Lo que queda claro es que refuerza su presencia militar en Latinoamérica para proteger sus territorios de ultramar como la Guayana Francesa y las Antillas francesas como Guadalupe y Martinica.

Ante esta agresión militar de EEUU nos ubicamos incondicionalmente en la defensa de Venezuela, pues si los yanquis invaden y se quedan con el petróleo, el oro y todos los recursos venezolanos, este no va a traer más “democracia”, sino que va a imponer un régimen de terror y fascismo sobre las masas peor que el de Maduro e impondrá triples cadenas a la nación en el camino de su ofensiva por colonizar América Latina para quedarse con el litio, petróleo, minerales, tierras y todos nuestros recursos naturales, tal cual lo dijo hace años la excomandante en jefe del Comando Sur, Laura Richardson.
Esta ofensiva es un escarmiento y un ataque a toda Latinoamérica. ¡No lo podemos permitir! De pasar, este ataque creará las mejores condiciones para una ofensiva superior, y que, si alguna nación oprimida pelea contra el imperialismo, los yanquis puedan invadirla rápidamente.

 

Maduro y los “bolivarianos” entregaron la lucha antiimperialista de las masas latinoamericanas... Ahora los yanquis vienen por todo

La cobarde burguesía “bolivariana” aplicó a rajatabla el plan yanqui, pues con el petróleo que garantiza el supuesto “antimperialista” Maduro a EEUU se alimenta su maquinaria de guerra para abastecer al sionismo con bombas y armas para masacrar Palestina.
Es que Maduro, apoyado en las FFAA que administran los negocios petroleros, no solo ha garantizado el petróleo y el oro del Orinoco a EEUU, sino que en 2019 pagó U$S 70 mil millones a Wall Street por la fraudulenta deuda externa, que en 2023 llegaba a U$S 161 mil millones. Lo hicieron dejando un país quebrado con un 85% de pobreza, millones buscando comida en la basura, más de 8 millones de emigrados por el mundo, salarios de 1 dólar y medio, y la industria petrolera devastada.
Maduro no le tocó un solo dólar a las transnacionales y los banqueros, mientras los yanquis incautaron los fondos de Venezuela en el exterior y hoy están a punto de subastar y quedarse con las refinerías y estaciones de servicio de CITGO (PdVSA) en EEUU que Maduro había puesto en garantía por el pago de la deuda externa.

Para evitar un nuevo “Caracazo”, Maduro y los generales de las FFAA, impusieron un bonapartismo policíaco contra las masas reprimiendo cada levantamiento. Pero su gobierno también se apoyó a grado extremo en la estatización de los sindicatos liquidando todas las libertades democráticas, pues no solo eliminó los derechos laborales, reprimió cada protesta obrera, persiguió y encarceló a dirigentes sindicales, sino que, a mediados de agosto de este año, propuso eliminar los sindicatos mediante una nueva Constitución para poner “movimientos de trabajadores” bajo su total control.

 

Con la estafa de la “Revolución Bolivariana” se restauró el capitalismo en Cuba y la “izquierda gringa” protegió todos los negocios del imperialismo de los embates de las masas

Esa es la burguesía “bolivariana” que demostró ser valiente para atacar a las masas y cobarde para enfrentar al imperialismo. Así, una de sus más grandes entregas fue que, en nombre del “socialismo” y junto a la nueva burguesía empresaria del PC, restauraron el capitalismo en Cuba. Y ahora, una vez que los yanquis los usaron como “limones exprimidos”, se los están sacando de encima para poner gobiernos agentes directos del imperialismo y su plan de colonización actual. Los “bolivarianos” ya jugaron todo su rol de expropiar y desorganizar la lucha antiimperialista de las masas latinoamericanas.

Pero la clase obrera y los explotados de América Latina no dejaron de pelear. Para contener el ascenso de 2019-2023, las burocracias sindicales y la izquierda reformista pusieron sobre sus hombros a las llamadas burguesías “progresistas” que sacaron nuevamente a las masas de las calles como en Colombia con el “plan de reconciliación” de Petro, como en Chile con Boric o Arce en Bolivia, el más grande aplicador de los planes del FMI de los últimos años.

En las distintas oleadas de obreros y campesinos de América Latina, buscaron incansablemente un camino para derrotar la ofensiva imperialista en el subcontinente. Aquí y allá fueron las direcciones las que desviaron ese combate a los lacayos de “izquierda” de Wall Street. Permanentemente desincronizaron la lucha de los trabajadores de América Latina de los combates de la clase obrera norteamericana.
Fueron colosales traiciones a estos enormes combates las que permitieron la actual contraofensiva imperialista en todo el continente.

Así es que surge el gobierno de Milei de Argentina, el de Noboa en Ecuador, el de Rodrigo Paz en Bolivia, el que se prepara de Kast en Chile o la crisis que se abrió con el gobierno de Petro en Colombia.
¿Por qué las masas iban a defender al MAS de Morales en Bolivia, al peronismo en Argentina, a Boric en Chile…? Si estos dejaron millones de desocupados y hambrientos, inflación galopante, carestía de la vida y todo esto para someter a los pueblos oprimidos al imperialismo y a las transnacionales.
El péndulo ahora ha girado a la derecha. Por traición de su dirección, la clase obrera no pudo ser caudilla de las clases medias arruinadas, el campesinado y todos los sectores populares llevados a la ruina por el saqueo imperialista.
En esa crisis pega el gran capital, diciendo “la culpa de toda la ruina actual de los pueblos de América Latina la tiene la clase obrera por pelear y sus organizaciones de lucha”, puesto que sus direcciones los llevaron como furgón de cola de gobiernos que terminan siendo odiados por las masas, como planteamos anteriormente.
De esto se trata el gobierno de Maduro en Venezuela, ahora ya apoyado exclusivamente en las FFAA, que ha terminado siendo odiado por las grandes masas, que fueron llevadas a padecimientos inauditos, mientras le garantizaba al imperialismo todos sus negocios…

Ahí está Brasil, donde Lula acaba de reunirse y recibir una buena palmada en la espalda de Trump. “Juntos podemos hacer buenos negocios”, le dijo este. Mientras, al mismo tiempo, la policía fascista de Río de Janeiro y las bandas armadas de Bolsonaro masacraban a más de 100 oprimidos en las favelas.

Y todavía no llegó lo peor. Ya vimos intentonas golpistas, que fueron derrotadas o debilitadas por las masas, como en Bolivia y Perú que dejaron decenas de muertos…
La actual oleada de gobiernos semi-bonapartistas bajo las órdenes de las cañoneras yanquis que ya están apuntando contra América Latina, explorarán cada vez más las condiciones para el fascismo y para imponer una derrota estratégica al proletariado de todo el continente, de EEUU a Tierra del Fuego.

 

¡La lucha contra el imperialismo y por la liberación nacional debe pasar a las manos firmes de la clase obrera venezolana y del continente!

Queda claro que con estas burguesías rastreras como Maduro que no le tocaron ni un pelo a las transnacionales, no se puede enfrentar al imperialismo consecuentemente.
La salida solo la puede dar la clase obrera en alianza con los campesinos pobres. Enfrentando al imperialismo, las masas deben mantener absoluta independencia política del gobierno y todas las pandillas burguesas.
Como denunciaban y gritaban los obreros de Sidor: “No creemos en socialistas con Hummer, ni en comunistas con Rolex... Creemos en la revolución de los trabajadores”. ¡Hay que enfrentar al imperialismo con el método de la revolución!

La marina de guerra de EEUU ya controla el Caribe y todo el tránsito marítimo allí. Sus cañones apuntan a Venezuela pero en realidad son una pistola en la cabeza sobre toda la clase obrera latinoamericana para que se rinda.

El combate por derrotar al imperialismo debe pasar a manos de la clase obrera con un programa de unidad de acción militar para defender a la nación oprimida, pero de independencia política, que plantee como primera medida inmediata contra el cerco y a la amenaza militar de los yanquis, la expropiación sin pago y bajo control obrero de todos los bienes del imperialismo y la ruptura inmediata con el FMI, al que el gobierno de Maduro le sigue pagando una fraudulenta deuda externa.
Hay que expropiar rápidamente sin pago los bancos del imperialismo, e interrumpir e incautar toda concesión de explotación petrolera otorgada por el gobierno de Maduro a las empresas imperialistas y a las yanquis en particular, como la Chevron.
Hay que imponer sin demora el control obrero de PdVSA y expropiar sin pago a Fedecámaras y a la oligarquía opositora para que el pueblo coma y se arme para enfrentar al imperialismo.

Contra la inflación y los salarios de miseria: la ruptura con el imperialismo, la expropiación de la oligarquía golpista y la puesta en pie de comités de consumidores y de abastecimiento, abrirán el camino a conquistar un trabajo y un salario justo.
La lucha por refundar la central sindical venezolana, la Unión Nacional de los Trabajadores Venezolanos (UNT), independizándola de toda subordinación a la “boliburguesía”, fortalecería rápidamente a Venezuela en su lucha contra el imperialismo.
Es que en manos de los trabajadores de Venezuela está conseguir la más amplia unidad de acción y de combate antiimperialista con todos los obreros del continente.
Con un llamado a poner en pie una coordinación internacional con los sectores sublevados “contra el rey” Trump en EEUU, el Movimiento Antiguerra y los comités en defensa de las masas palestinas que luchan en las calles de Nueva York, Venezuela podrá romper el aislamiento que le quieren imponer las cañoneras yanquis y avanzar en paralizar la máquina de guerra imperialista.
El combate contra la expulsión de los migrantes en EEUU, que ha abierto enormes luchas en Los Ángeles, Chicago y decenas de ciudades de Norteamérica, pone a la orden del día la unidad con todos los obreros y campesinos pobres de América Latina.

Recuperar las riquezas que se roban el imperialismo y la oligarquía de la nación venezolana permitiría el regreso a casa con trabajo y salarios dignos, de millones de migrantes venezolanos que huyeron espantados por la miseria que impuso esa “boliburguesía” que prefirió enriquecerse y salvar los negocios del imperialismo, que darle de comer dignamente a su propio pueblo.

No hay tiempo que perder. Antes que sea tarde, hay que poner en pie la milicia obrera y los comités de soldados armados, bajo el control de los sindicatos y las organizaciones obreras.
Por comités de soldados rasos que elijan a sus jefes y los destituyan en cualquier momento y lugar, comenzando por los oficiales que no dudarán en pasarse rápidamente a las filas del imperialismo y rendirse. Ya lo vimos en la guerra de Malvinas: los jóvenes pelearon; los altos mandos los entregaron.

Hay que terminar de una vez por todas con las bandas de lúmpenes pagos organizadas por los llamados “Colectivos Bolivarianos”, con las que se reprime y coarta toda lucha independiente de los explotados.

Con la excusa de atacar a la burguesía golpista y a la oligarquía, hay miles de presos políticos encarcelados por enfrentar al régimen en Venezuela. ¡Libertad ya a los presos políticos de las masas! ¡Por tribunales obreros y populares que castiguen a los represores y asesinos del pueblo, y liberen a los luchadores!

Comité Redactor de “El Organizador Obrero Internacional”

 


Despliegue militar yanqui en el Caribe

 

 


El portaaviones USS Gerald R. Ford de EEUU, el más grande del mundo, en el Mar Caribe

 

 


Maduro junto a Fidel Castro en Cuba (2013)

 

 


Petro y Boric

 


Explotados comiendo de la basura en Venezuela

 

 


Movilizaciones en EEUU contra Trump: "¡No queremos reyes!"

 

 


La juventud de EEUU gana las calles en apoyo a Palestina