Anexo I
La utopía reaccionaria del “socialismo en una sola isla” del
stalinismo y el castrismo llevó a la catástrofe a la revolución cubana
Históricamente el stalinismo, con su pseudo teoría de “socialismo en un solo país” y la “revolución por etapas”, se enfrentó abiertamente al internacionalismo proletario. El stalinismo liquidó la III Internacional ingresando a la Sociedad de las Naciones (hoy ONU).
Estas condiciones las preparó a la salida de la II Guerra Mundial, traicionando la revolución en Europa y frenando la revolución en Berlín Oriental, impidiendo que la revolución avanzara en expropiar a la burguesía desde Alemania hasta Portugal. De eso se trató el Pacto de Yalta que firmaran Churchill, Roosevelt y Stalin.
La política contrarrevolucionaria internacional del estalinismo tenía su refracción en la URSS con la utopía reaccionaria de llegar al “socialismo en un solo país”, desarrollando las fuerzas productivas dentro de sus fronteras hasta superar y derrotar las del capitalismo. El trotskismo afirmó que esto significaba una utopía reaccionaria, puesto que el sistema capitalista es internacional y las fuerzas productivas se extienden por fuera de las fronteras nacionales. En el caso de la URSS con el triunfo de la revolución socialista se pudo relativamente desarrollar esas fuerzas, pero jamás éstas siquiera pudieron alcanzar a la de las potencias imperialistas menos poderosas. Esta política conducía indefectiblemente a la catástrofe de la URSS, las fuerzas productivas de un estado obrero aislado son asfixiadas por la economía capitalista mundial. Si esto se dio así en la URSS que llegó a abarcar la tercera parte del planeta, el estado obrero cubano aislado, a 90 millas de Estados Unidos, ni podía soñar con alcanzar siquiera a las fuerzas productivas de alguna potencia imperialista.
Otro factor importante era la productividad del trabajo, el bajo rendimiento del trabajo, la interrupción del aprovisionamiento, dejaba en claro que lo que se había impuesto, tanto en la ex URSS –Rusia era un país imperialista atrasado- como en Cuba –un país semicolonial atrasado-, no era el socialismo donde las masas podían tomar lo que necesitaban para vivir, sino un régimen de transición, donde la escasez de alimentos se hacia sentir.
Fidel Castro y la burocracia restauracionista pregonaban para América Latina y el resto del mundo –como parte del pacto de Yalta de coexistencia pacífica con el imperialismo- “un capitalismo humanizado que distribuya las riquezas” mientras que para Cuba decían que podía construirse “el socialismo en los límites de Cuba”.
Por el contrario, el socialismo sólo puede partir del más alto grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas bajo el capitalismo. Un país atrasado como lo es Cuba, con un estado burgués débil, puede llegar mediante el triunfo de la revolución proletaria, a la imposición de la dictadura del proletariado antes que un país imperialista donde es más difícil para el proletariado tomar el poder dada la fortaleza del estado. Sin embargo un país semicolonial no puede llegar al socialismo, ya que éste sólo se hará realidad con el triunfo de la revolución en al menos una serie de países imperialistas. Es por ello que en Estados Unidos se encuentra la llave para derrotar la política contrarrevolucionaria de los Castro, los bolivarianos y el imperialismo, para poner a Cuba como bastión de la revolución en el continente y el mundo.
El capitalismo es un modo de producción mundial, tal como las fuerzas productivas y su economía. Cuando el proletariado conquista el poder político en algún país e impone un estado obrero, éste no queda separado de la economía mundo que es capitalista, sino todo lo contrario. La revolución socialista es mundial y un estado obrero debe ser la palanca para que la revolución se extienda sobre todo a los países imperialistas más avanzados en sus fuerzas productivas, para llegar al socialismo. Si el estado obrero no juega ese rol de extender la revolución mundial, inevitablemente morirá aplastado bajo la bota capitalista. Y esto es exactamente lo que ocurrió con los ex estados obreros de la URSS, China y ahora Cuba.
Ante semejante barbaridad teórica Trotsky, enfrentando a la burocracia stalinista y a esta pseudo teoría de “Socialismo en un solo país” planteaba en 1928: “Las fuerzas de producción son incompatibles con las fronteras nacionales… Desde hace mucho tiempo, las fuerzas de producción de los países capitalistas no encuentran lugar suficiente en el interior de los límites de los estados nacionales. De ahí se derivan no solamente el mercado exterior, la exportación de hombres y de capitales, la conquista de territorio, la política colonial, la última guerra imperialista, sino también la imposibilidad de que viva, desde el punto de vista económico, una sociedad socialista que tenga como fin su propia existencia. Desde hace mucho tiempo, las fuerzas de producción de los países capitalistas no encuentran lugar suficiente en el interior de los límites de los estados nacionales. No se puede construir la sociedad socialista más que basándose en las fuerzas productivas más modernas, en la electrificación, en el empleo de la química en la producción, en la agrícola inclusive, en la combinación, en la generalización de los elementos superiores de la técnica contemporánea llevadas a su máximo desarrollo... El socialismo debe no solo apoderarse del capitalismo las fuerzas de producción más desarrolladas, sino que debe llevarlas inmediatamente más lejos, elevarlas, dándoles un desenvolvimiento imposible bajo el capitalismo” (TROTSKY, L.D., Crítica al Programa de la Internacional Comunista, 1928).
La teoría estalinista de socialismo en un solo país fue desarrollada a partir de 1924 en la URSS a manos de Stalin. Luego de la derrota del proletariado alemán y europeo surgió una casta burocrática enquistada en el estado obrero que le otorgaba muchísimos privilegios administrando a la URSS. Trotsky planteaba que la burocracia a su manera defendía el estado obrero, pero a su vez aplicando la política de socialismo en un solo país lo hundía cada vez más. |