30/9/2018
Marruecos
Ante el brutal asesinato de una migrante…
Miles de jóvenes marroquíes se levantan al grito de
“¡El pueblo quiere saber quién mató a Hayat!” y “¡Abajo la opresión del régimen!”
El 25 de septiembre pasado las patrullas de la Marina Real Marroquí, tiñieron de rojo el mar Mediterráneo, disparando a mansalva sobre una embarcación con migrantes que, huyendo de la miseria y la opresión del régimen marroquí, buscaban un camino para entrar a Europa.
La joven Hayat Belkacem (que significa “vida” en árabe) de 22 años, había partido de su Marruecos natal en una embarcación que se dirigía rumbo al Estado Español, cuando fue interceptada por la marina real marroquí, la cual abrió fuego asesinando a Hayat y dejando 3 migrantes heridos de gravedad. Estos asesinos que cuidan las fronteras de Europa a cuenta de las potencias imperialistas de Maastricht no dudaron en abrir fuego contra una embarcación que el único delito que cometió fue cruzar el Mar en busca de un trabajo y una vida digna.
Es que la situación en Marruecos no se aguanta más. Luego de ser desviados y reprimidos los levantamientos de 2011 y las oleadas revolucionarias que se sucedieron en 2016 y 2017, las condiciones de vida para las masas se han vuelto insoportables. Conseguir un trabajo es una tarea tan difícil que los jóvenes ya no ven en el horizonte un futuro en el cual tener un empleo con el cual mantenerse ellos y su familia. Este es el motivo por el que los habitantes del “Rif” (norte de Marruecos) marchan de a miles a Ceuta, intentando cruzar el alambrado para llegar al Estado Español, o bien se hacen a la mar para llegar a costas europeas.
La casa donde vivía Hayat Belkacem se encuentra en uno de los rincones más humildes del barrio más pobre de Tetuán, el de Jebel Darsa. Su madre cuenta que “Su sueño era trabajar en España y ayudarme. Decía que a partir del segundo mes me enviaría dinero. Su padre está enfermo. Contándola a ella, son cinco hijos los que tenemos. Ella era la mayor, la que trabajaba y me ayudaba. Ella me escuchaba, compraba ropa para sus hermanos, hacía compras para la casa. Estudiaba y trabajaba en verano”. La historia de Hayat y su familia es la de miles y miles de marroquíes. Su madre trabaja en una fábrica de tratamiento de gambas con un salario de 1500 dírhams (137 euros). Con eso apenas pueden pagar la luz, la comunidad de vecinos y unos 500 dírhams al de la tienda (45 euros) por la comida. El dinero no le alcanza para pagar los estudios de sus hijos y por eso, una de ellas ya había abandonado los estudios en séptimo de primaria.
Aun así, juntaron los 639 euros que costaba el trayecto en patera hasta las costas españolas para que su hija pudiera comenzar una vida mejor allí y ayudar a su familia.
El brutal asesinato de Hayat desató la bronca ante todos los explotados rifeños, porque mostró que si se quedan en Marruecos mueren de hambre, si protestan son encarcelados y no vuelven a ver la luz del sol, y si buscan un futuro en un país vecino como el Estado Español serán asesinados por las guardias fronterizas, sea la guardia marroquí, el Frontex (policía fronteriza de la UE) o la guardia costera española.
Así es que, desafiando la represión, realizaron un homenaje a Hayat en un partido de futbol local y una nueva revuelta sacudió la noche de la ciudad de Tetuan (de donde era oriunda Hayat) el 28 de septiembre. Los gritos de guerra eran “El pueblo quiere saber quién mató a Hayat”, “Mátennos a todos”, “Queremos renunciar a nuestra nacionalidad” (haciendo alusión de que quieren entrar a España), “Abajo la opresión del Hogra” (la palabra con la cual denominan al régimen.).
Millones de obreros esclavos golpean a las puertas de Europa. Ellos son los verdaderos dueños de las riquezas robadas y saqueadas por las transnacionales imperialistas. Las pandillas imperialistas utilizan esta fuerza de trabajo para hacer los peores trabajos y los hacen ingresar a Europa o los asesinan en el Mar Mediterráneo en función de la fuerza de trabajo esclavo que necesiten.
La Marina de Marruecos actúa en el Mar Mediterráneo como gendarme de Europa, haciendo el trabajo sucio que los gobiernos del Estado Español y demás países europeos no quieren hacer. Mientras el gobierno español con las vallas con sus concertinas y a palos, impide que los migrantes salten a Ceuta y Melilla, sus colonias.
Las burocracias sindicales son enemigas de organizar las filas de los migrantes y de transformar a las organizaciones obreras en la avanzada en la lucha por la apertura de las fronteras y por conquistar “a igual trabajo, igual salario” para todos los obreros, con reducción de la jornada laboral y un salario digno para todos.
¡Que se abran las fronteras! ¡Los inmigrantes son el mar de Europa!
¡Justicia por Hayat, Mouhcine Fikri y todos los asesinados por el Hogra!
¡Trabajo, vida digna, papeles y derechos para todos! ¡A igual trabajo, igual salario, en toda Europa y al otro lado del Mediterráneo!
¡Que los sindicatos y organizaciones obreras afilien a los migrantes y refugiados como miembros de honor, para que puedan pelear juntos a sus hermanos de clase en Europa y en todo el mundo!
¡Comités de migrantes en todos los sindicatos!
Para que todos puedan trabajar: ¡reparto de las horas de trabajo sin rebaja salarial! Un turno más en todas las fábricas para que los miles de desocupados y trabajadores migrantes entren a trabajar.
¡Libertad a todos los refugiados y migrantes presos en verdaderos centros de concentración en la Europa imperialista!
¡Abajo el Maastricht imperialista! |
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