Esto ocurre cuando en el país el domingo 16 de agosto de 2020 marca ocho años desde la masacre que ocurrió en la zona minera del noroeste. Pero las familias aún no han conseguido justicia.
34 trabajadores perdieron la vida en la masacre de Marikana en 2012 en los tiroteos masivos en dos sitios alrededor de Koppie donde los trabajadores se habían reunido durante su huelga, exigiendo un salario mínimo de R12 500 al mes.
Hoy la burocracia de COSATU ya no puede hablar en nombre de los trabajadores. Cada vez se aclara su papel como agente de la burguesía. Han entregado a los trabajadores de Marikana. Es la clase obrera conquistando su propia democracia la que debe barrer a los dirigentes serviles, cómplices y ejecutores de los esquemas capitalistas de esclavitud.
Este octavo aniversario de la masacre de Marikana se da en momentos en que nuestros hermanos, los trabajadores y el pueblo negro de EEUU, se encuentran sublevados contra el régimen de los Republicratas y su policía asesina. George Floyd fue asesinado por estas fuerzas represivas el 25 de mayo de este año mientras exclamaba “no puedo respirar”, tal como Eric Garner hace unos años. Los asesinatos de George Floyd, como ayer de Eric Garner, Michael Brown, Freddie Grey son continuidad de la masacre llevada a cabo en Sudáfrica a los mineros de Marikana. Es la Anglo American, el capital financiero norteamericano, el que trata a los trabajadores negros en EE.UU. como lo hace con los mineros y obreros de África: como esclavos y matándolos. George Floyd es la cruz número 35 de las que se encuentran en Marikana conmemorando a los mineros masacrados. ¡Sus asesinatos aún reclaman justicia!
Mientras tanto, por la pandemia de coronavirus que se extiende por todo el mundo, las mineras afirman que han estado luchando por recuperar las pérdidas sufridas por más de un mes de operaciones estancadas. Dicen que no están ganando dinero al producir al 50% en Sibanye-Stillwater, el mayor productor de platino del mundo. Creemos que esto es una oportunidad que ven para reestructurar y usar el COVID-19 como una excusa para despedir a los trabajadores.
Ahora los trabajadores están preocupados por la pérdida de puestos de trabajo. Los trabajadores de Marikana también están preocupados por la posibilidad de perder sus trabajos. La gente está asustada y enojada, no es fácil perder un trabajo, dicen los mineros. A los mineros les preocupa más perder su trabajo que contraer el coronavirus.
Las cosas están mal, peor que antes. En Marikana los obreros padecen hambre, algunos son tan pobres que ni siquiera pueden permitirse comprar mascaras o comida cuando debajo de sus pies están quizás las riquezas de platino más grandes del mundo. El agua también es un problema en algunas zonas, lo que dificulta respetar las medidas de higiene para prevenir la propagación del coronavirus.
El brote de la pandemia de coronavirus ha expuesto rápidamente todo lo que está podrido en la sociedad capitalista.
Hoy existe una creciente preocupación por la brutalidad policial y militar en cuanto a la aplicación de las regulaciones de Sudáfrica desde el primer día del encierro/cuarentena, los soldados y la policía golpeando y pateando a los residentes en asentamientos informales, obligándolos a hacer saltos de rana y rodar en el barro mientras se arrogaban el derecho a hacer justicia en el momento.
Antes de la cuarentena, Ramaphosa, el presidente de Sudáfrica, se dirigió a un mitin televisado de agentes de policía. Tuvo cuidado de salpicar su discurso con garantías de que el papel de la policía sería "ayudar, asistir y guiar" al pueblo de Sudáfrica. Pero el verdadero corazón de su mensaje fue la siguiente amenaza:
Pero, por supuesto, habrá quienes quieran arriesgarse. Habrá quienes querrán tomar atajos. Habrá aquellos cuya intención será deliberada, donde deliberadamente querrán desafiar al estado. Y para los que tengo un mensaje claro: este no es el momento de jugar con fuego. Este no es el momento de jugar con la gente de Sudáfrica. Nos tomamos muy en serio la salvación de vidas. Y aquellos que quieran arriesgarse, aquellos que quieran hacer cosas incorrectas, por supuesto, deben enfrentar la ira del estado sudafricano.
Ramaphosa está volviendo a pisar terreno familiar. En 2012, cuando era vicepresidente, correos electrónicos infames revelaron el tono de sus conversaciones telefónicas con el entonces ministro de Policía. Calificó a la huelga de mineros de Marikana como "un acto criminal" que requiere "acciones concomitantes". Al día siguiente, treinta y cuatro mineros fueron asesinados a tiros en la Masacre de Marikana. En el contexto de la creciente militarización de la policía y los estímulos de los ministros del CNA para usar la fuerza letal contra los “delincuentes” al tiempo que indicaban que esos excesos serían pasados por alto, la presión de Ramaphosa se tradujo fácilmente en el uso de fuerza letal. Tiene las manos manchadas de sangre de trabajadores.
El país ha estado bloqueado durante más de cuatro meses y el gobierno ha perdido el control del virus. Los hospitales están llenos.
Se han perdido tres millones de puestos de trabajo. Hay hambre y desesperación generalizadas en las comunidades. Los salarios y los empleos del sector público están siendo atacados. El Presupuesto Complementario del CNA promete recortes de fondos devastadores para escuelas, servicios municipales y otros servicios públicos en los próximos años.
La clase trabajadora necesita tomar el control de la batalla contra Covid-19.
Los trabajadores deben acabar con el gobierno de Ramaphosa y el parlamento donde se combinan complots malvados a espaldas y contra los pobres.
¡Abajo la burocracia colaboracionista! ¡Fuera el Ministerio de Trabajo, el estado, los empresarios y sus políticos de nuestras organizaciones! ¡Fuera los estatutos y cuerpos orgánicos de la burocracia y sus sindicatos estatizados! ¡Que vayan los delegados a cobrar la cuota sindical en los lugares de trabajo en las fábricas y establecimientos! ¡Por líderes revocables y delegados elegidos en asamblea de base, que se revocarían cuando la asamblea así lo decida o lo crea necesario! ¡Que los dirigentes, una vez finalizado su mandato, vuelvan al trabajo!
Para conquistar pan, trabajos, salarios; tierra, vivienda; Crédito barato para las clases medias arruinadas: ¡Fuera el imperialismo! ¡Fuera el FMI!
¡Expropiación sin compensación y bajo control obrero de las transnacionales, la Anglo American, las minas, la tierra y los bancos!
Solo la clase obrera expropiando tanto al imperialismo como a la nueva burguesía negra puede garantizar un plan obrero de emergencia y así eliminar el sufrimiento de las masas.
La verdadera lucha por la revolución socialista está en los cuerpos embrionarios de doble poder de las masas, que están surgiendo en el sur de África. La lucha por el internacionalismo proletario de los trabajadores sudafricanos está al lado de las masas revolucionarias que luchan hoy en Zimbabwe y Sudán; los que resisten en Siria y Palestina; los que luchan en los países imperialistas como los Chalecos Negros de Francia. Los mineros en Perú.
Los mejores aliados que tenemos en esta lucha son nuestros hermanos sublevados en EEUU. Junto a ellos golpeamos a las transnacionales imperialistas que nos saquean aquí y nos superexplotan y asesinan cuando estamos allá. ¡De Portland y Washington a Marikana y todo el sur de África… una misma lucha!
#NeverAgain
#RememberMarikana
#JusticeForMarikana
#BlackLivesMatter
Liga Obrera Internacional (WIL) de Zimbabwe |