16 de agosto de 2024
Sudáfrica: a 12 años de la masacre de Marikana
La lucha de los mineros de 2012-2014 abrió una fase de huelgas generales y ofensivas revolucionarias del movimiento obrero de Sudáfrica
Entrevista de “El Organizador Obrero Internacional” a James S., dirigente de la WIL de Zimbabwe,
y a Carlos Munzer, co-autor del libro El Marxismo y la Cuestión Negra
Realizada por Florencia Cerrillos
Organizador Obrero Internacional (OOI): Ya pasaron 12 años del asesinato de 34 mineros a manos de sicarios y pistoleros de la AngloAmerican. Los trabajadores de Sudáfrica aún claman justicia.
Carlos Munzer (CM): Efectivamente, el que fuera el ejecutor de esta masacre actualmente es el presidente de Sudáfrica. Hoy, 16 de agosto, es un día de luto y dolor para toda la clase obrera negra. En 2012 fueron asesinados 34 mineros por las transnacionales encabezadas por la AngloAmerican y la London Mining Company (Lonmin). Usaron para ello a sicarios de la policía y pistoleros a sueldo de la burocracia sindical stalinista de la central sindical COSATU y del gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA).
Los enormes combates de 2012-2014 del movimiento minero de Sudáfrica se transformaron en la avanzada de una embestida de masas que provocó la caída del odiado presidente Zuma años después y dejó en grave crisis al régimen infame del CNA y el stalinismo, sostenido por la burocracia sindical.
Millones de obreros habían entrado a la lucha en aquellos años. Sacar lecciones de este período de 2012 a 2018-2019, signado por grandes combates de clase ofensivos del proletariado sudafricano, merece toda la atención del movimiento revolucionario internacional. Tuvieron que surgir “nuevas” mediaciones y direcciones que engañaron a las masas para que estas no derrocaran al régimen pro-imperialista del CNA y la burguesía negra, sostenido en la burocracia de los sindicatos y el stalinismo.
La pelea por el juicio y castigo a todos los asesinos de Marikana, el reclamo por un salario de 12.500 rands, la expulsión y expropiación sin pago de las transnacionales que saquean Sudáfrica, continúan siendo una tarea pendiente…
OOI: James, ¿lo que motorizó el inicio de la lucha de Marikana fue entonces la demanda de 12.500 rands de salario, que era el equivalente al costo de la canasta familiar?
James S. (JS): Sí. Para conquistarlo se desarrolló una oleada de huelgas durante 3 años, de las más aguerridas del proletariado de Sudáfrica. El combate de los mineros de Marikana es un hito inclusive de la lucha de clases a nivel continental y abrió un agudo proceso de radicalización de amplias capas del proletariado.
En 2012 estuve en Marikana luego de la masacre a los compañeros, a llevar la solidaridad junto a una delegación de obreros de Zimbabwe para coordinar y extender esa lucha a toda África del Sur. Me reuní con delegados de los mineros y conocí las terribles condiciones de vida que padecen. Muchos de los trabajadores duermen en chozas y casillas de cartón que rodean las minas de platino.
Durante todos estos años estuvimos con ellos en las enormes movilizaciones de masas que realizan los 16 de agosto en el lugar donde fueron asesinados los 34 compañeros. Esta lucha y sus mártires jamás serán olvidados.
El combate de Marikana fue seguido y apoyado por los obreros avanzados de todo el continente. Fue uno de los combates más radicalizados de la clase obrera de África del Sur.
OOI: ¿A qué te refieres con esto último?
JS: Es que, para poder salir a pelear por sus demandas, los trabajadores de Marikana tuvieron que romper con el sindicato oficialista, que era un verdadero apéndice de la empresa y el gobierno. Los mineros pusieron en pie un enorme comité de huelga con delegados de base y asambleas. Su reclamo era trabajo y salario digno. La lucha económica se elevó a lucha política: chocó con el gobierno. Es más, fue una de las luchas antiimperialistas más grandes de Sudáfrica de los últimos años, donde se enfrentó a la AngloAmerican, a los piratas angloyanquis que desde hace décadas y décadas saquean a los pueblos oprimidos de África y sus enormes riquezas. Una de las grandes consignas de la lucha era: “12.500 rands o hagan sus valijas y váyanse del país”.
OOI: En ese momento estaba el gobierno de Zuma del CNA.
CM: Sí. Y con el CNA estaba cogobernando el viejo Partido Comunista stalinista de Sudáfrica, que con Mandela había garantizado una salida pacífica y de “reconciliación” a los represores y esclavistas blancos del Apartheid, salvándolos del proceso revolucionario de los ’80 que derrotó a ese régimen infame.
El CNA vino a continuar y hacer de garante del saqueo de las enormes riquezas de los minerales de Sudáfrica como el platino (como en Marikana), el oro, el cobre, etc., mientras con ese pacto de “reconciliación” los asesinos blancos del Apartheid quedaron en libertad y ocupando los cargos fundamentales de la oficialidad y el generalato del ejército de Pretoria, que actúa como un verdadero gendarme de los negocios del imperialismo en toda la región.
Zuma era parte de una nueva burguesía que hizo su fortuna como gerentes “negros” del saqueo imperialista y que surgió en un mar de obreros negros esclavos.
No te olvides que África es un continente disputado por las potencias imperialistas y las transnacionales porque posee una enorme fuente de materias primas, no solo de minerales de todo tipo, inclusive uranio y coltán, sino también de hidrocarburos, cacao, caucho, etc. Esto contrasta con la pobreza extrema y la explotación brutal que padecen los obreros del continente.
Para dar tan solo un ejemplo, el cacao que extrae Cargill, la más grande empresa cerealera y productora de alimentos del mundo, se lo roba de Costa de Marfil, Ghana, Nigeria y Camerún. Cargill es la dueña de esas naciones. Ocupó sus tierras a punta de pistola, con paramilitares y las bayonetas de sus generales gurkas. En esas naciones millones de niños levantan el cacao con el que las grandes transnacionales producen las 800 mil millones de toneladas de chocolate que se consumen en el mundo. Sin ir más lejos, en el Congo más de 100 mil niños levantan el coltán y el cobalto para las mineras canadienses, inglesas y norteamericanas… Allí se vive un estado de explotación y saqueo del trabajo infantil que ni siquiera fue visto en la esclavitud, donde se esperaba que el esclavo creciera y se fortaleciera hasta la adolescencia para hacerlo producir y que aguantara con vida más tiempo al servicio del esclavista.
JS: En Sudáfrica, en el cordón minero del platino, millares de obreros, en las peores condiciones de trabajo y de miseria, inclusive sin vivienda, extraen los minerales que engordan los bolsillos de las trasnacionales de los piratas angloyanquis.
Y esto hay que decirlo porque una arrogante aristocracia obrera blanca, una ínfima minoría de obreros privilegiados de las potencias imperialistas, que es la base de las burocracias sindicales y los partidos social-imperialistas de los países centrales, mira con desdén y desprecio a los obreros negros que llegan a sus países buscando pan y una cama para dormir, escapando del martirio del hambre y la esclavitud. Pero los que llegan allí son los verdaderos propietarios desalojados de sus tierras por las transnacionales y los banqueros de los centros imperiales.
La dureza y el empuje de esa enorme lucha de Marikana fue el estallido de años de opresión, sometimiento y esclavitud asalariada de Sudáfrica y todo el continente.
OOI: El continente negro es uno de los más saqueados del planeta desde hace siglos
CM: Claro. Inclusive en su surgimiento, el capitalismo subsumió el modo de producción esclavista y llevó a los obreros negros a trabajar a las grandes plantaciones de Brasil o a las tierras del algodón de EEUU, desde donde se abastecía de materia prima para los telares de los capitalistas ingleses cuando comenzaba la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Esa fue la ruta de los esclavos.
Pero el proletariado negro en África y en el mundo jamás dejó de pelear. Inclusive en el norte de África, en el Magreb, los trabajadores árabes fueron, como sucedió en Túnez, Argelia, Libia, Egipto, la avanzada de los levantamientos revolucionarios que confluyeron con las sublevaciones de las masas de Medio Oriente contra el imperialismo y sus gobiernos títeres en 2011.
El proletariado negro protagonizó enormes combates, no solo en Sudáfrica. Fueron la clase obrera y los campesinos pobres los que dieron su vida por la independencia de sus naciones en el siglo pasado en todo el continente africano. Esos combates fueron expropiados por una lacaya burguesía negra que los amos blancos imperialistas dejaron para mantener el orden en sus colonias y semicolonias. Ese proceso culminó a finales de los años ‘80.
Últimamente vimos las grandes luchas de Malí y el Chad que fueron parte del combate de las masas contra el robo del uranio, con el cual se alimenta el aparato nuclear de Francia. Recientemente en Kenia, una enorme sublevación revolucionaria de masas embistió contra la ciudadela del poder, contra las leyes antiobreras que intenta imponer el FMI.
El proletariado sudafricano fue otro sector de vanguardia del combate en este siglo XXI. Los obreros de Sudáfrica que habían enfrentado al Apartheid, chocaron rápidamente con la gran burguesía negra que expropió ese combate.
OOI: En el libro “El Marxismo y la Cuestión Negra”, que escribieron y compilaron con materiales históricos de la FLTI, se plantea que fue el stalinismo en todas sus variantes, pro-Moscú o pro-maoísta, el que permitió que la burguesía negra expropie ese combate anticolonial y antiimperialista de las masas de África.
CM: Ese es el rol que jugó el stalinismo. En Sudáfrica fueron parte y fundadores del CNA. Así surgió a mediados de los ’90 ese gobierno dirigido por Mandela, integrado por una proto-burguesía negra y el stalinismo, que con la caída del Apartheid salvó de la revolución proletaria a las grandes propiedades del imperialismo y se impuso como gestor de sus negocios, desviando la lucha revolucionaria de las masas que conmovió a África y al mundo entero en los años 70 y 80.
Los sindicatos, al igual que la COSATU, estaban al interior del CNA. Funcionaron como un apéndice del régimen y los gobiernos de turno y quedaron totalmente estatizados puesto que ese movimiento tenía que volver a controlar férreamente a la clase obrera para que esta no avance a la revolución socialista.
El daño realizado por el stalinismo a la clase obrera de Sudáfrica y todo el continente es el mismo daño que causó con la entrega al imperialismo de la URSS y China en el ’89, o como vemos ahora en Cuba con la restauración capitalista.
En África, como así también en Centroamérica en los ’80, el stalinismo realizó sus últimos “trabajos sucios” al servicio del imperialismo antes de entregar los estados obreros.
Este proceso venía de antes. No nos olvidemos que a mediados de los ‘70 había sido derrotado militarmente el imperialismo portugués en África. Este huyó de sus colonias y fueron los gobiernos “stalinistas burgueses” los que mantuvieron allí la propiedad privada y garantizaron el saqueo imperialista, mientras en Portugal se abría la revolución que fue abiertamente traicionada por el Partido Comunista de ese país.
JS: Hay que insistir en lo que aquí planteamos sobre cómo surgió el gobierno del CNA, sostenido por el stalinismo en Sudáfrica, producto de una gran traición a la revolución, puesto que la enorme lucha de los mineros de Marikana y de todas las minas de platino, enfrentó a ese régimen de traidores y de una burguesía negra millonaria que mantuvo los negocios del imperialismo en toda la región.
Gran parte de la burguesía y el imperialismo mundial le hacen un monumento a Mandela, que los salvó con su régimen de la “reconciliación” con esa asesina burguesía blanca del Apartheid.
Esto que te digo es muy importante y es imprescindible conocerlo para comprender profundamente qué pasó en Marikana. El sindicato oficial que estaba en las minas era el NUM (Sindicato Nacional de Mineros), del cual había sido dirigente el propio Ramaphosa, que terminó siendo después gerente de la mina Lonmin, al que enfrentaron los trabajadores de Marikana en sus huelgas de 2012-2014, y fue el que mandó a la policía y los pistoleros rompehuelgas a reprimir a mansalva a los mineros.
OOI: Por lo que dices, la lucha de Marikana fue un punto de ruptura cualitativo de la clase obrera con el gobierno del CNA y el imperialismo
CM: Claro. Ese es el hecho cualitativo, que abrió una verdadera situación pre-revolucionaria de radicalización de las masas y crisis en las alturas.
OOI: Pero el resultado inmediato de esas grandes huelgas, ¿cuál fue?
JS: Desde el punto de vista económico, el salario de 12.500 rands que se reclamaba no se consiguió. Hoy por la inflación, debería ser de 15.000 rands. La miseria continúa. Se conquistaron mínimos aumentos salariales. Hoy el salario promedio de un obrero es de 4.600 rands.
Está claro que la huelga de 2012 y la vuelta al combate en 2013 de los obreros de Marikana, no logró su objetivo, pero dejó una gran enseñanza cuando los compañeros gritaban: “Queremos 12.500 rands o matamos a los gerentes”. Es decir, la clase obrera sabía, intuía que tenía que tomar en sus manos la mina del imperialismo para conseguir sus conquistas. Este fue uno de los grandes jalones revolucionarios del proletariado del continente de los últimos años.
Esa lucha amenazaba con barrer al régimen. En su profundización se abría el camino para conseguir las conquistas que se reclamaban.
Es que, en su levantamiento, sublevó a la mayoría de la clase obrera sudafricana contra el régimen y se abrió un proceso de ruptura con los traidores de la COSATU y con el CNA. En este período vivimos una gran acción independiente de masas. La lucha se expandió al proletariado industrial, que impulsó al combate a unos de sus sindicatos como el NUMSA de los metalmecánicos, que retomó ese combate y comenzó lo que los marxistas definimos como auge proletario.
OOI: En los círculos de izquierda internacional se intenta dejar en el olvido la heroica huelga de millares de obreros del platino que comenzara en Marikana en 2012
JS: Lo vemos hoy en este 12° aniversario de la masacre y en los homenajes que hacen los mineros todos los años a sus compañeros caídos. En todos los que participé, jamás vi allí a ninguna corriente que se reivindique del socialismo revolucionario y ni hablar del Partido Comunista que es visto como uno de los traidores más grandes del proletariado de Sudáfrica.
Es que muchas corrientes del stalinismo y de los renegados del trotskismo quieren guardar bajo la alfombra ese heroico combate de los mineros de Marikana porque fue un ejemplo de lucha con democracia obrera, comités de huelga e inclusive, con comités de autodefensa.
En última instancia, lo que se quiere ocultar también es la ruptura masiva de la base obrera con su dirección burocrática del sindicato NUM, como te decía antes, y que había surgido el AMCU (Sindicato Asociado de Minería y Construcción), que expresaba al comité de huelga y al cuerpo de delegados democrático, representativo de la amplísima mayoría de los mineros.
No te olvides que en Marikana trabajaban 12 mil obreros y con su lucha empalmaron con decenas y decenas de miles de mineros del platino de la región, como ocurrió en 2014 cuando todos entraron en huelga.
El combate de Marikana deja una gran lección y aprendizaje para el movimiento obrero internacional. Muchos se preguntan cómo se hizo para que millares de obreros soporten 5 meses de huelga en 2014.
Esta lucha me hizo acordar a las grandes huelgas de los obreros mineros ingleses cuando Thatcher a mediados de los ‘80 cerró las minas de carbón. En Inglaterra, la lucha se sostuvo porque los sindicatos tenían un gran fondo de huelga acumulado por las cuotas sindicales y le pagaban el 50% del salario a todos los huelguistas, cuestión que sorprende a muchos trabajadores cuando les contamos que para eso existen las cuotas sindicales y así deberían usarse.
Esos 5 meses de lucha en Marikana se sostuvieron, en primer lugar, por el heroísmo de los trabajadores y el fondo de huelga y la solidaridad que recibieron, pero esencialmente, porque en la mina trabajaban obreros de Zimbabwe, de Angola, de Mozambique, de Namibia y de otros varios países vecinos de toda África. Los obreros se turnaban para estar en la huelga, mientras otros volvían a sus países por 30 días para alimentarse con sus familias. Fue una de las huelgas de mayor creatividad y confraternización internacional de los obreros. Un verdadero ejemplo para la clase obrera mundial.
OOI: Por lo que dices, entiendo que si la huelga de Marikana no triunfó en sus objetivos económicos, sí lo hizo en el proceso que abrió en el proletariado sudafricano.
JS: Ya planteé cómo esta lucha fue el punto de partida de un proceso de ofensiva revolucionaria de los trabajadores contra el régimen y que chocó abiertamente con la burocracia sindical stalinista de la COSATU.
Lo que surgió en Marikana fue una organización alternativa a la burocracia. Los obreros quedaron velando a sus muertos luego de la huelga de 2012. Pero su estado de ánimo no fue derrotado. En mayo de 2013 salieron de nuevo a pelear luego de que sicarios y el gobierno ejecutaran a uno de sus dirigentes, Mawethu Steven.
Ese día los obreros se negaron a bajar a las galerías subterráneas de la mina y empezaba su segunda ofensiva. Steven había sido asesinado en un bar de la región mientras miraba un partido de fútbol. Él había enfrentado abiertamente a la burocracia del NUM y había adquirido una gran popularidad entre todos sus compañeros. Era dirigente del AMCU. La cobarde gerencia de Lonmin lo mandó a matar, mientras los jueces antiobreros del Apartheid lo citaban a declarar ante la Comisión de Investigación por la masacre de Marikana.
El odio de nuevo recorrió las minas de Sudáfrica. Todos: gerentes, jueces, policía, fueron los responsables de este nuevo asesinato. La patronal angloyanqui intentaba a toda costa hacer retroceder la nueva organización conquistada por la huelga del año anterior.
OOI: ¿Estas luchas son las que anticiparon el combate generalizado de 2014?
CM: La gran explosión del movimiento minero fue en 2014. Los obreros no soportaban más las condiciones de trabajo en la mina. Exigían justicia por sus mártires. Y su grito de guerra, era, como dijo James: “12.500 rands de salario o hagan las valijas y váyanse del país”.
La huelga de 2014 se extendió por todo el cordón del platino de Sudáfrica, paralizando la Anglo American Platinum (Amplats), Impala Platinum y Lonmin Platinum, las tres mayores saqueadoras de los minerales y riquezas naturales del África martirizada.
La lucha económica rápidamente devino en lucha política y se generalizaba a todo el movimiento obrero de Sudáfrica.
El gobierno de Zuma era realmente odiado por toda la clase obrera y cada una de sus luchas, lo debilitaba más y más.
Quería precisar que esta ofensiva de masas provocó una crisis histórica en el CNA y posteriormente, abriría una enorme crisis en las alturas en los años venideros.
2018-2019: surgen nuevas mediaciones del stalinismo para dividir la ofensiva revolucionaria de masas abierta en Sudáfrica
OOI: Lo que vienen definiendo es que las luchas de los mineros abrieron un proceso de ruptura de la clase obrera con el CNA.
CM: Sí, y también se desarrolló un enorme proceso de radicalización que duró años. La lucha minera despertó a otro sector clave del proletariado de Sudáfrica, como dijo James: los obreros metalmecánicos, de la industria automotriz y metalúrgica del sindicato NUMSA, que también surgió en ruptura con la COSATU y el CNA en el año 2013-2014. Este sindicato acusaba al CNA de ser responsable con Ramaphosa del asesinato de los 34 mineros de Marikana y de ser un gobierno totalmente antiobrero y sirviente del imperialismo.
El sindicato minero AMCU y el metalmecánico NUMSA fueron jalones de este proceso de radicalización. Amplias capas de la clase obrera giraban a la izquierda. Rompían en un ángulo de 180° con el CNA, la COSATU y el stalinismo. Una situación pre-revolucionaria ya estaba abierta.
Esta ofensiva de masas impuso la caída anticipada del gobierno de Zuma en 2018, contra el que los obreros habían organizado una enorme huelga general en 2017. Esos años fueron el punto más alto de la crisis de los de arriba y de tendencia a acciones independientes de masas de los de abajo. Entraban a la pelea los estudiantes, amplias franjas de la clase obrera, los desocupados en las poblaciones…
JS: Quisiera acotar en este punto, que a partir de la huelga de Marikana, este proceso impactó enormemente en los países de la región.
En Zimbabwe se desarrolló un escenario de grandes luchas obreras y estudiantiles con movilizaciones, huelgas y combates en las calles. Este proceso de radicalización chocó abiertamente con el régimen del ZANU-PF (Unión Nacional Africana de Zimbabwe - Frente Patriótico) y amenazaba con derrocar al gobierno de Mugabe. Una enorme crisis política se abría en las alturas. Este agente del imperialismo y el FMI estaba a punto de caer a manos de las masas.
Eso motivó que un sector del gobierno y el partido burgués MDC (Movimiento por el Cambio Democrático), que posaba de “opositor” y “democrático”, apoyaron un golpe militar que puso a Mnangagwa en el poder, quien luego llamó a elecciones. Formó un gabinete con militares apoyado por el MDC y la burocracia sindical de la central sindical ZCTU, que actuaron como un verdadero frente de colaboración de clases.
El MDC posaba de “opositor”. Corrientes como la ISO (Organización Socialista Internacional) de Zimbabwe, grupo hermano de los ex trotskistas del SWP inglés, lo cubrían por izquierda y terminaron llamando a votar a ese partido burgués en las elecciones.
En Zimbabwe el partido stalinista “pro-Moscú” no existe. El ZANU-PF, que fue el movimiento de liberación nacional de la antigua Rodesia (hoy Zimbabwe) en los ’70, estaba ligado a China, era pro-maoísta. La ISO es la que juega el rol del stalinismo en Zimbabwe, mientras que en Sudáfrica apoyó a las distintas fracciones de “izquierda” del Partido Comunista con las que se intentó contener a las masas en su embestida revolucionaria de 2012 a 2018.
Así actuaron los “socialistas” de la City de Londres: sometiendo a los obreros a las burguesías “democráticas” y cubriéndole la espalda al stalinismo… Son partidos, gobiernos y regímenes, la mayoría de ellos profundamente dictatoriales, que son garantes de la aplicación de los peores planes fondomonetaristas de saqueo financiero de los países de África y del latrocinio de las transnacionales a las riquezas del continente.
OOI: Con lo que tú dices James, estaba planteada la unidad revolucionaria del corazón del proletariado industrial de Sudáfrica.
JS: Ya te dije. No solamente de Sudáfrica, sino de la región. Pero en Sudáfrica en particular, se había abierto ya una situación pre-revolucionaria, como definía Carlos.
La burguesía y el imperialismo angloyanqui tuvieron que buscar en Sudáfrica nuevas mediaciones para contener este ascenso. La huelga general de octubre de 2017 había arrastrado a la amplísima mayoría de la clase obrera y las masas explotadas. Los viejos sindicatos stalinistas habían perdido totalmente el control del movimiento obrero. El inicio del combate en Marikana significó el inicio de la crisis política del CNA y el gobierno de Zuma.
CM: Esto fue lo que provocó luego la caída de ese gobierno en febrero de 2018. La crisis del CNA y las acciones independientes de la clase obrera abrieron en ese momento una enorme crisis política en las alturas.
Esta crisis fue cerrada rápidamente: la burguesía entregó la cabeza de Zuma y el Congreso nombró a Ramaphosa, el gerente de Lonmin que había masacrado en Marikana, como presidente interino hasta las elecciones de 2019. Esto enfureció a la clase obrera, pero a la vez, por el accionar de nuevas mediaciones que montó el régimen, dividió la ofensiva de masas.
En que antes de la caída de Zuma, la burguesía no podía seguir recurriendo a pistoleros y rompehuelgas que solo echaban más gasolina al fuego de la ofensiva revolucionaria de los explotados. Lo que necesitaban era tirarle agua. Lamentablemente, las “nuevas” direcciones de los sindicatos, como la del NUMSA, llevaron la lucha a presionar al Parlamento para que sea este el que aparezca destituyendo a Zuma, y no como realmente fue: producto de una acción revolucionaria de los trabajadores.
Esta política de la dirección del NUMSA debilitó el frente de lucha de los explotados. Se abría así una nueva crisis de dirección del proletariado en ascenso. “Nuevas” direcciones neo-stalinistas, rupturas del viejo Partido Comunista, se montaban sobre las masas radicalizadas para impedir que estas choquen abiertamente con el estado burgués y avancen a la revolución.
OOI: ¿Entonces se montaron nuevas mediaciones para desviar y desorganizar esta ofensiva revolucionaria?
CM: Exactamente. Durante la huelga general de octubre de 2017, el Partido Comunista y la burocracia oficialista de la COSATU planteaban abiertamente, con una clara posición reaccionaria, que se vaya Zuma y gobierne Ramaphosa por mandato del Congreso.
Mientras tanto, la dirección del sindicato NUMSA puso la alfombra para que la burguesía resolviera su crisis a través del Parlamento que, como te decía, nombró a Ramaphosa presidente. Presenciamos una trampa infame para desviar el ascenso revolucionario que ponía en cuestión el derrocamiento directo del gobierno y del régimen de conjunto.
Lamentablemente, el AMCU de Marikana no fue parte de la huelga porque los obreros pensaban que si salía Zuma iba a ser votado Ramaphosa, el asesino de Lonmin, pero también su dirección impidió ser una alternativa y disputar la dirección de la huelga general.
Las direcciones de las organizaciones obreras combativas que había puesto en pie el proletariado, dividían sus filas. Como vimos, ya sea, apoyando la “caída pacífica de Zuma y la asunción de Ramaphosa vía parlamentaria” o negándose a intervenir en la huelga para disputar la dirección con un programa revolucionario. El AMCU ya lo había conquistado en los combates previos de los mineros del platino: 12.500 rands para todos, expulsar al imperialismo, comités de huelga y democracia directa.
OOI: ¿Esto lo garantizaron las nuevas direcciones que surgieron?
CM: Hubo una acción consciente y planificada por parte del estado para dividir la ofensiva obrera. Tanto al frente del NUMSA como del AMCU se colocaron “nuevas direcciones”, pero estas provenían de las entrañas del stalinismo sudafricano y del CNA. Dos alas del Partido Comunista rompieron con este y “giraron a la izquierda” para contener a las masas.
Una de ellas fue dirigida por Malema, ex dirigente de la Juventud Comunista de Sudáfrica. Esta corriente se proclama como “nacionalista negra” y pregona la lucha por el “poder negro”. Encabezó la pelea y el reclamo al CNA por la indemnización a las viudas de Marikana, llevando esta demanda a la justicia burguesa. Año a año prometía que con un “poder negro se podía terminar con la explotación de la AngloAmerican”, sin expropiar sin pago y bajo control obrero sus minas. Es decir, tras un discurso aparentemente “antiimperialista”, diluyó el programa realmente antiimperialista y revolucionario que expresó la radicalización de los heroicos mineros del platino en Sudáfrica. Y con la demanda de “poder negro” separó a los mineros de Marikana del resto de la clase obrera que rompía con el CNA.
Esta fue la corriente que abortó la lucha por el “poder negro”, el cual solamente se podía conquistar poniendo en pie en toda Sudáfrica comités de fábrica de sindicatos combativos, de estudiantes rebeldes, de delegaciones de las poblaciones que reclaman servicios elementales para vivir dignamente y luchando por disolver la policía asesina, con la milicia obrera y los comités de soldados. Es que solamente los organismos de autoorganización de masas luchando por tomar el poder, son los únicos que pueden garantizar una República Negra Obrera y Campesina, que sea un punto de apoyo para la Federación de Repúblicas Negras y Socialistas de África.
Todo esto fue un engaño fríamente calculado por el stalinismo, el imperialismo y el gobierno del CNA.
OOI: ¿Qué rol jugó entonces la dirección del NUMSA, porque decías que llevó el ascenso obrero a los pies del Parlamento para que sea amortiguada la caída de Zuma?
CM: La dirección del NUMSA también emergió de las entrañas del stalinismo. Fue un ala de la burocracia de la COSATU que se vestía de “izquierda”, “combativa” y hasta de “revolucionaria”.
En 2013-2014, cuando rompe con la COSATU, esta dirección llama a poner en pie un “partido revolucionario de trabajadores” en Sudáfrica. No nos olvidemos que el NUMSA y la SAFTU, la federación de sindicatos que también rompió con la central sindical oficial, organizan a 800.000 obreros industriales de Sudáfrica.
El surgimiento de este proceso que la base obrera llenó de un contenido combativo y de abierta radicalización, como vimos, fue desviado por su dirección, en última instancia, a jugar un rol de “ala izquierda” del régimen del CNA.
Para hacerlo, la directiva del NUMSA se vio obligada a ponerse a la cabeza de las luchas y la ofensiva obrera del proletariado industrial, y metalmecánico en particular, que no cesaba, como se expresó en la huelga general de 2018. La dirección del NUMSA se montó para llevar a las masas a dejar las calles y someterlas a la trampa electoral de 2019, en la cual resultó victorioso Ramaphosa, quien salió legitimado.
Para desarrollar esta política, la dirección neo-stalinista de este sindicato tuvo que mostrar una cara y un ropaje “izquierdista” y “revolucionario”…
JS: Es que ese proyecto del NUMSA de poner en pie un “nuevo partido revolucionario” no era creíble tan solo con “alas izquierdistas” del stalinismo. Para legitimar su política necesitaban a los renegados del trotskismo.
Por ello, los dirigentes del NUMSA participaron de diversos congresos internacionales de los autoproclamados “trotskistas” donde se fueron a lavar la cara y su ropa sucia. Estas corrientes ex trotskistas vestían de “rrrrojo” a esa dirección de izquierda stalinista que la burguesía sudafricana supo utilizar muy bien para imponer la trampa y el desvío de la situación pre-revolucionaria. Llama la atención que ahora todos se hagan los desentendidos.
Por ejemplo, la dirección del NUMSA participó de congresos de la central sindical Conlutas de Brasil, que es dirigida por el PSTU y la LIT-CI. También fueron llevados a reuniones de Notas Obreras de EEUU, por la misma Conlutas. Allí fueron recibidos como “héroes” de los obreros metalmecánicos de Sudáfrica.
Esta dirección del NUMSA que “giró a la izquierda”, canalizó la lucha de los trabajadores automotrices y metalúrgicos, pero a la vez, la llevó a un callejón sin salida; la desvió.
En enero de 2018, la directiva del NUMSA proclamó la fundación de ese partido como un “Partido Socialista Revolucionario de Trabajadores” (SRWP) y en abril de 2019 hicieron un congreso y lo fundaron. Allí ingresaron todas las corrientes que están a la izquierda del stalinismo, como la ISO y todos los grupos provenientes del ex trotskismo inglés. El CWG, un pequeñísimo grupo de Nueva Zelanda, aplaudía su fundación diciendo que había que hacer un nuevo “partido laborista” (como quieren hacerlo en todos los países del mundo, es decir, un partido reformista).
Una corriente revolucionaria proveniente de una fusión con la FLTI quiso hacer su experiencia y también ingresó al SRWP, como es el caso de la WIVL de Sudáfrica. Ellos entraban a ese partido creyendo que con él iban a avanzar a poner en pie un partido revolucionario. Nada más lejano a eso.
El SRWP fue fundado. De ese congreso participaron tan solo los cuadros y la dirección del NUMSA. Esta se cuidó muy bien durante todos aquellos años de que la constitución de ese partido y su programa no sean discutidos por centenares de miles de obreros de vanguardia.
El SRWP fue fundado solamente por los miembros de la directiva del NUMSA con su programa reformista. Su eje era “enfrentar a Ramaphosa” reivindicando la “Carta de la Libertad” que fue el llamado de Mandela para establecer el régimen de la “reconciliación” con los fascistas blancos del Apartheid del que hablábamos antes. Revestían ese programa con fraseología “socialista”. Es decir, los dirigentes del NUMSA pregonaban un programa “ultra rojo” sin romper con el CNA ni con el programa de “reconciliación” de Mandela.
Los obreros deben saber que esa dirección, que venía de participar de congresos de centrales sindicales dirigidas por los “trotskistas”, impuso que para entrar a ese partido había que reivindicar al castro-stalinismo y al chavismo. Querían reeditar en Sudáfrica la estafa de la “revolución bolivariana”, justo en momentos en que los hermanos Castro terminaban de entregar Cuba a la restauración capitalista. Fue una puñalada por la espalda; una enorme traición.
CM: Los dirigentes del NUMSA se vistieron con el ropaje del castrismo que en última instancia fue un instrumento muy importante con el que la burguesía intentó doblegar al movimiento obrero negro revolucionario, que se sentía parte y hermano de la revolución cubana en Sudáfrica, toda África y fundamentalmente en EEUU. Esta vez lo hicieron incorporando también la figura del chavismo.
Ya hay antecedentes de esta traición. En América Latina lo vimos a Castro en los años 70 pregonando la “vía pacífica al socialismo” en Chile o a principios de siglo XXI, con la estafa de la “revolución bolivariana”, estrangular a los pies de las burguesías nativas las enormes luchas antiimperialistas de las masas.
El congreso de fundación del SRWP fue una estafa política a los trabajadores. No nos podemos olvidar que en los ’70, el castrismo y sus “milicias” jugaron un rol clave para cubrir la enorme crisis política que dejó la expulsión del imperialismo portugués por parte de las masas revolucionarias de Angola y Guinea-Bissau. En esos países, los movimientos stalinistas se vieron con el poder en las manos y lo utilizaron para defender la propiedad privada de los capitalistas.
El castrismo se dedicó a proteger los pozos de petróleo de Rockefeller en Angola para que no sean expropiados por los obreros armados en su lucha antiimperialista contra la ocupación portuguesa. El castrismo jugó un rol nefasto en toda África, como lo hicieron en Sudáfrica apoyando abiertamente al CNA y a Mandela en los ’70 y los ’80. Esta vez, legitimando al SRWP que, como una variante neo-stalinista, fue parte, junto a Malema, del aborto del proceso revolucionario que se estaba poniendo de pie en Sudáfrica.
El trotskismo inglés, que tiene un relativo peso en países de África, y en Zimbabwe y Sudáfrica en particular, jugó un rol muy importante legitimando esta maniobra stalinista, como también lo hacen apoyando abiertamente hoy al CNA.
Estoy hablando de una corriente como la ISO. El compañero James ya contó la experiencia de Zimbabwe, donde la ISO jugó el rol del stalinismo de poner en pie frentes opositores con la burguesía que ellos llaman “democrática”, como el MDC, que no fue otra cosa que el agente “democrático” de las transnacionales imperialistas que saquean esa nación.
En Sudáfrica sostuvieron este proceso de apoyo al stalinismo y directamente al CNA. Como lo denunciamos en nuestro libro El Marxismo y la Cuestión Negra, la ISO afirmaba que “la democracia y las libertades democráticas se conquistaron en Sudáfrica con el gobierno del CNA”. Esto es una vil mentira. Las conquistas democráticas se consiguieron con las masas esclavas del Apartheid combatiendo en las calles y derrotando a ese régimen de oprobio. Estas libertades democráticas se perdieron como vimos en la masacre de Marikana y en los pogroms fascistas contra los obreros inmigrantes, justamente porque el CNA impidió la victoria de la revolución socialista en los ’80, cuando el Partido Comunista le entregó el poder a la burguesía negra.
OOI: En EEUU, la ISO directamente se disolvió para apoyar al multimillonario Sanders y a la estafadora política Ocasio-Cortez de los “socialistas democráticos” del Partido Demócrata imperialista, para que ellos llevaran a toda el ala izquierda de la clase obrera al apoyo a Biden “contra Trump”.
JS: Sí, de esto estamos hablando. Y los obreros de Inglaterra y todo el mundo lo deben saber, tal como el siniestro rol jugado por las corrientes stalinista de “izquierda” que marchan a partidos únicos con los renegados del trotskismo.
Eso sucedió en Cuba, con Frank García Hernández del Partido Comunista, que reivindica la figura de Trotsky, pero que no es parte ni encabeza ningún combate de los obreros que enfrentan la restauración capitalista en la isla. Si hasta a la embajadora itinerante de Putin, Darya Mitina, la llevaron a congresos “antiimperialistas” con los ex trotskistas de Grecia.
Los trabajadores deben conocer el rol siniestro que juegan estos partidos únicos con el stalinismo, sacando las lecciones de Sudáfrica.
La clase obrera negra, una fracción clave
del proletariado mundial
OOI: ¿Cómo está hoy la clase obrera de Sudáfrica?
JS: Existe una visión socialista-nacional en las corrientes reformistas que ven a la clase obrera como una clase solamente nacional, cuando es esencialmente una clase internacional. Y el proletariado negro es una fracción de la clase obrera mundial, de la más explotada, pero también de la que más ha peleado a nivel internacional.
Cuando hablamos del combate de la clase obrera de África estamos discutiendo la situación de la clase obrera negra a nivel mundial, una de las más castigadas por el sistema capitalista.
En EEUU el movimiento obrero negro jugó un rol clave en los combates del proletariado norteamericano desde su surgimiento. Fue la avanzada de la lucha contra el imperialismo al interior de EEUU, en primer lugar, por sus conquistas como nación negra brutalmente oprimida dentro de esa potencia imperialista. También fueron vanguardia del combate contra la guerra de Vietnam. El movimiento negro fue clave en la lucha por el retiro de las tropas yanquis de Irak y Afganistán y luego enfrentando abiertamente a los supremacistas blancos y encabezando la lucha de todos los trabajadores de EEUU contra el gobierno de Trump, al que dejaron gravemente en crisis luego del asesinato de George Floyd. De todo esto damos cuenta en nuestro libro El Marxismo y la Cuestión Negra.
No nos olvidemos que en EEUU surgió el movimiento “Las Vidas Negras Importan” ya en el año 2013, en protesta por la absolución del policía que había asesinado al joven negro Travyon Martin en 2012. Este movimiento recobró enorme peso en 2020 cuando se pone a la cabeza de la lucha por el juicio y castigo a los asesinos de George Floyd.
El movimiento obrero negro no dejó de pelear ni en el siglo XX ni en el siglo XXI como parte de la clase obrera mundial en ningún lugar del mundo. Se sublevó en Haití. Fue y es parte junto a los obreros árabes del proletariado francés con los llamados “Chalecos Negros” que sublevados por los derechos de los inmigrantes en Europa y ganando las calles de París, levantaron en alto el grito de “El miedo cambió de bando”.
OOI: Hay millones de migrantes en el planeta. Gran parte de ellos, junto a los trabajadores árabes y latinoamericanos, son obreros negros.
CM: Efectivamente. Hay 260 millones de migrantes. Muchos de ellos provenientes del África negra mueren cruzando el Mediterráneo. En la Europa imperialista son utilizados como mano de obra descartable. No van a Europa de paseo, sino porque la cínica burguesía imperialista les abre las fronteras cuando los necesita para levantar las cosechas y hacer los peores trabajos. Luego, cuando se los quiere sacar de encima, deja que se hundan en el Mediterráneo de a centenares de miles.
Nada distinto a lo que sucede en la frontera de EEUU con los obreros latinoamericanos. El otro día leía que Trump anunció que su primera medida, si gana las elecciones, será expulsar a un millón de inmigrantes. Esto no es nada nuevo: es lo que está haciendo Biden, inclusive con pistoleros blancos fascistas de los estados del sur cerrando la frontera contra las caravanas de migrantes hambrientos de Centro y Sudamérica que intentan llegar allí.
En 2005 hubo un gran huracán en EEUU. Nueva Orleans quedó casi demolida. Obreros chicanos y negros fueron los que la reconstruyeron. Allí estalló una gran huelga de obreros de la construcción. El obrero negro se juntó con el obrero latinoamericano cuando éste lo saludó llamándolo a una lucha común “de esclavo a esclavo”…
OOI: Estuve leyendo la nota del compañero Peter de Inglaterra luego de las enormes marchas de masas por Palestina del proletariado y la juventud inglesa, que la clase obrera salió a enfrentar al movimiento fascista “antiinmigrante”
CM: El gran capital largó bandas fascistas en Inglaterra para con la excusa de los migrantes, aplastarlos y quebrar la unidad de la clase obrera. Ayer, la aristocracia y la burocracia obrera de los sindicatos y el Partido Laborista habían largado la consigna de “trabajo inglés para los ingleses”. Inclusive el Brexit se apoyó en las capas altas de la clase obrera inglesa. Hoy podemos ver cómo la burguesía imperialista trata al proletariado británico igual que a los inmigrantes, quitándole una a una todas sus conquistas.
Enormes franjas de la clase obrera inglesa están defendiendo en las calles a los inmigrantes. Con ellos marcharon en los últimos meses en apoyo a las masas palestinas, martirizadas con un verdadero genocidio del sionismo en Gaza, que se está extendiendo a Cisjordania.
Ya habíamos visto en Sudáfrica uno de los procesos de movilizaciones más grandes del mundo en apoyo a Palestina. El obrero negro sudafricano odia al sionismo, como ayer al régimen de la burguesía blanca del Apartheid, que los tenía en verdaderos campos de concentración llamados bantustanes. El obrero negro debía mostrar un documento o pasaporte para ir a trabajar. Es lo mismo que sucede hoy en la Palestina ocupada por el estado sionista-fascista de Israel.
Esto explica que Sudáfrica sea uno de los sectores de vanguardia en la solidaridad con el pueblo palestino. Al Apartheid lo derrotó una enorme lucha revolucionaria de años de las masas, expropiada por la burguesía negra y el stalinismo. Hoy vemos al CNA intentando capitalizar y desviar esta lucha contra la masacre sionista en Gaza, en los tribunales internacionales de La Haya, con “condenas” de la ONU, etc., que no han parado ni a uno de los misiles con los que el sionismo masacra a diario al pueblo palestino y destruye sus cuidades, hospitales, viviendas y escuelas.
OOI: Venían diciendo que la clase obrera negra es una fracción de la clase obrera mundial que pelea en todo el planeta.
CM: Así es. Son las burocracias sindicales, las aristocracias obreras y la izquierda reformista las que descoordinan y desincronizan su lucha y separan a la clase obrera negra del conjunto del proletariado mundial, tratándola como obreros de segunda.
Fijate que hay una paradoja: la clase obrera negra, como la del sur de África, produce un porcentaje enorme, por no decir la mayoría, de las materias primas con las cuales funciona el sistema capitalista mundial, como minerales, hidrocarburos, etc.
En los ’30, Trotsky decía que el obrero negro en EEUU nunca se dejó esclavizar. Siempre fue rebelde esté donde esté.
Coordinar a esta fracción de la clase obrera es un jalón decisivo para reconstruir la unidad del proletariado mundial que el stalinismo y las burocracias sindicales han destruido.
Núcleos trotskistas revolucionarios se construyen en África del Sur al calor del combate del proletariado negro
OOI: Nuestra corriente internacional surge y tiene un afluente muy importante en su constitución en los obreros de África.
JS: A esto lo consideramos clave. Nuestra experiencia y acercamiento a la FLTI es un enorme aprendizaje de combate internacionalista. Nuestra intervención en estos acontecimientos y sacar estas lecciones, que están expresadas en nuestros materiales históricos y en el libro El Marxismo y la Cuestión Negra, fue decisivo para conquistar un programa revolucionario.
Nuestro desarrollo y evolución fueron complejos, difíciles. Provenimos de una ruptura de la ISO de Zimbabwe, que fue totalmente revolucionaria puesto que denunciábamos que ese partido era un apéndice del MDC. Surgimos con un programa contra el sometimiento al “frente popular”, mientras los compañeros de la WIVL de Sudáfrica venían buscando una alternativa internacional para desarrollar su combate en el continente, giraban a la izquierda y fueron parte también de la fundación de la FLTI.
Llegamos a África empalmando también con un proceso de radicalización en países como Mozambique. No te olvides que en 2009 se dio un gran proceso revolucionario en Madagascar; fue casi una revolución clásica.
OOI: ¿Qué rescatas de esta experiencia que hizo nuestra corriente en África?
JS: En primer lugar, rompimos nuestro aislamiento y nos ligamos a fenómenos de vanguardia revolucionaria del África profunda y de la clase obrera negra. Esta ofensiva de construcción internacional fue parte de nuestra intervención en procesos de guerra civil abiertos como Libia y Siria. Con ellos llegamos al Pacífico y aún mantenemos una política de bloque de acción internacional con los camaradas de la JRCL-RMF de Japón.
Las corrientes que liquidaron la IV Internacional buscan que este proceso altamente contradictorio de nuestra construcción, pero aguerrido e internacionalista, sea desconocido por las nuevas generaciones. Pero eso no va a suceder.
El ingreso de todos los grupos que se dicen trotskistas en África al SRWP, ese partido stalinista y castro-chavista de Sudáfrica, anticipó decisivamente la liquidación no solo política, sino también organizativa de las corrientes que se reivindican del marxismo revolucionario. La ISO es la avanzada de este proceso, como vimos en Zimbabwe, Sudáfrica, EEUU y también en la misma Inglaterra, donde se ubicaron como fracción de izquierda del Partido Laborista, dirigido en ese momento por Corbyn.
Pero a la vez esta enorme presión significó una crisis en nuestras filas que logramos atravesar seleccionando nuestras fuerzas, bajo las lecciones del programa trotskista conquistado.
Combatiendo contra estas presiones, fundamos nuestro núcleo revolucionario, anclados en una fracción internacional que a cada paso contrapesó y mantuvo vivo al trotskismo de los países de África del Sur.
No cedimos un ápice defendiendo los intereses estratégicos del proletariado negro a nivel internacional, como parte de la clase obrera mundial.
El ingreso de todos los grupos trotskistas al SRWP de Sudáfrica también fue una gran presión. Es indudable que la crisis de la IV Internacional sigue siendo un límite para poner en pie partidos revolucionarios de vanguardia. De allí que la lucha por su refundación sea una cuestión clave para hacerlo sin traicionar ni capitular.
CM: Fíjate vos que para entrar al congreso de fundación del SRWP, había que ponerse una remera roja con la cara de Castro y Chávez y jurar fidelidad a la “revolución bolivariana”. Como dice James, eso significó una enorme presión para el movimiento revolucionario que estaba dando sus primeros pasos en África. Evidentemente, fue así.
Esta política de ingresar al SRWP nos separó de los compañeros de la WIVL de Sudáfrica, pese a los enormes acuerdos que sosteníamos y aún sostenemos. Lo mismo con el CWG que llamó a entrar abiertamente allí.
Hoy el balance está claro: todo esto fue un montaje y una maniobra del stalinismo para desorganizar una ofensiva revolucionaria de masas. El CWG guarda silencio sobre esto. No así los camaradas de la WIVL que se encuentran sacando lecciones de esa experiencia.
Para que te des una idea, nuestros camaradas de Zimbabwe fueron al congreso de fundación del SRWP para luchar por que sean los obreros del NUMSA los que definan el programa y la política de ese partido. Fueron a dar una gran batalla con el programa internacionalista para la revolución sudafricana. No fueron con remeras de Castro ni de Chávez, sino de la IV Internacional. Por supuesto, que en la entrada les impidieron su ingreso para dar esta batalla. Allí solamente ingresaban las corrientes que se sometían a los dictados de la nueva burocracia de izquierda del NUMSA y le rendían pleitesía al castro-chavismo.
JS: Esta experiencia de construcción del SRWP culmina con la separación total de este partido de los obreros metalmecánicos, lo que le provoca una fuerte derrota electoral, pero también desmoralización en la base del sindicato.
En última instancia, Malema desde Marikana y este partido neo-stalinista, resultaron ser un aborto, por ahora, de la ruptura de la clase obrera sudafricana con el CNA y de la lucha por conquistar un movimiento obrero revolucionario y un partido internacionalista del proletariado de Sudáfrica que lo lleve a la toma del poder.
Esta fue una enorme frustración como lo fuera Mandela en los ’80. Pero en este caso, no está dicha la última palabra. El CNA es odiado por las masas, pero si la clase obrera no da una salida, la reacción de las sanguinarias y lacayas burguesías negras, junto al imperialismo, volverán a llenar de sangre al movimiento obrero de África, como hicieron ayer con los mineros de Marikana.
OOI: Como sucede en todo el mundo semicolonial, por la crisis imperialista, la disputa por las fuentes de materias primas se ha exacerbado.
CM: Esto en África se da multiplicado por mil debido al grado de riquezas de minerales y otras materias primas que son imprescindibles para el desarrollo de todas las ramas de producción de los monopolios imperialistas a nivel mundial.
El imperialismo avanza, como lo hizo siempre en África, aplastando a las naciones y pueblos que oprime. La lucha por las fuentes de materias primas está basada en guerras contrarrevolucionarias, en verdaderos genocidios como el del Congo, en regímenes siniestros como ayer el del Apartheid o los de las viejas colonias francesas del África Subsahariana. De esos países se extrae el uranio y el coltán, como de los países de África del Sur, se saquea el oro, el platino, los diamantes y un largo etcétera.
Pero las masas del África negra no se han rendido. Lo vimos recientemente en Kenia. No hubo país donde el proletariado no entrara en abiertas ofensivas revolucionarias, que fueron traicionadas y desviadas, o aplastadas por la contrarrevolución.
La construcción de partidos revolucionarios de vanguardia internacionalistas es una tarea contrarreloj. La crisis de dirección se profundiza. El continente africano demuestra que la época de crisis, guerras y revoluciones se agudiza y que la alternativa de socialismo o barbarie es una alternativa inmediata, a pesar y en contra del reformismo que proclama que los trabajadores presionando a los parlamentos burgueses y en bloques con las que llaman “burguesías progresistas” o “antiimperialistas” pueden elevar su nivel de vida, sin la victoria de la revolución.
En África se siguen enfrentando abiertamente dos teorías y dos estrategias: de un lado, el miserable programa de sumisión a la burguesía de “revolución por etapas” y frentes de colaboración de clases, y del otro, la teoría y la estrategia del trotskismo de lucha por la revolución socialista como tarea inmediata. Solo combatiendo por ella, el proletariado podrá conseguir aquí o allá demandas parciales, que se perderán si este no toma el poder.
Para la pelea por la refundación de la IV Internacional, el movimiento obrero negro y sus capas más avanzadas y más perspicaces, son un batallón decisivo.
OOI: He leído una declaración de balance de este proceso de los compañeros de la WIVL de Sudáfrica que fue publicada como parte de la Correspondencia Internacional hacia el VII Congreso de la FLTI.
CM: Esa nota es muy importante. Ellos rompieron con el SRWP haciendo un balance público autocrítico de su intervención allí.
OOI: Eso es muy progresivo
CM: No he visto a ninguna corriente que se reivindica del marxismo revolucionario plantear públicamente ante las masas ninguna de las terribles adaptaciones, capitulaciones y traiciones que hicieron.
JS: Yo conozco lo que dicen los camaradas de la WIVL, que es altamente auspicioso. En esa declaración plantean: “Cometimos un error al confiar en los líderes del NUMSA para crear un entorno propicio para la construcción real de un partido obrero revolucionario. Sin embargo, desde el principio, las estructuras fueron burocráticas y reprimieron las voces de los trabajadores. (…) Parece que el objetivo de los dirigentes del NUMSA era pacificar y neutralizar la base radical del sindicato hablando de revolución. En esto, jugaron un rol importante en sostener al imperialismo para contribuir a apaciguar y neutralizar a una parte clave de la izquierda revolucionaria de la clase obrera, centralmente del mismo NUMSA. (…) Como WIVL también aceptamos la culpa por haber permanecido en el SRWP durante tanto tiempo”.
CM: Eso es un gran paso adelante. Ahora esa lucha y esas lecciones tienen que elevarse en ir hasta el final en conquistar una política activa internacionalista para refundar la IV Internacional. Desde una visión nacional no se puede comprender el accionar de las direcciones traidoras que están centralizadas al día y al momento a nivel internacional.
Con los compañeros de la WIVL hemos impulsado en momentos clave, la lucha en solidaridad con las masas palestinas, por la destrucción del estado de Israel y contra el imperialismo yanqui que comanda al sionismo.
La lucha por poner en pie un estado mayor internacional que saque lecciones revolucionarias para facilitarle a la clase obrera identificar a sus enemigos, sobre todo cuando estos se visten de “rrrrojo”, es una tarea decisiva y es el mejor homenaje que le podemos hacer hoy desde la FLTI y los grupos revolucionarios de África que integran sus filas a los mineros de Marikana.
Ellos pusieron todo para triunfar y aún mantienen vigente la lucha por el juicio y castigo a todos los asesinos de sus compañeros y por un salario de 12.500 rands, que es una demanda revolucionaria de todo el movimiento obrero del África negra, que solo se terminará de conquistar expulsando al imperialismo y recuperando la tierra, en una Federación de Repúblicas Obreras y Socialistas Negras.
OOI: ¿Quieren agregar algo más?
JS: Aprovecho este reportaje para denunciar que ha comenzado un proceso de persecución al activismo obrero en Zimbabwe, donde los trabajadores a cada paso amenazan con duros combates, como los mineros y docentes, la sublevación de los estudiantes, etc. Hay que estar con ellos. Allí se encuentra una de las fracciones del proletariado más explotadas de África. Impulsar una campaña por la libertad de los presos políticos de Zimbabwe y el juicio y castigo a los asesinos de los mineros de Marikana, es la tarea del momento.
Antes de terminar, quisiera recordar que el 20 de agosto es un nuevo aniversario del asesinato de León Trotsky a manos de un agente stalinista. Desde el continente africano, la WIL le rinde un homenaje al camarada, fundador de la IV Internacional. Sabemos de la enorme lucha que dieron los fundadores de nuestro partido mundial por poner de pie al proletariado negro, de forma particular en EEUU.
Nuestro dirigente asesinado se empeñó en demasía para que nuestro partido en EEUU, el SWP, en los años ’30 dedique enormes fuerzas al trabajo en el movimiento negro.
Trotsky afirmaba que la reivindicación y el nacionalismo negro en EEUU no es más que el exceso natural de deseo de igualdad. Y eso es total y absolutamente progresivo. Pero por ello también afirmaba que el chovinismo blanco americano es la expresión de la dominación racial y es esencialmente reaccionario. Las tendencias nacionalistas de los negros enfrentan abiertamente al sistema capitalista que es el que impone el racismo y el desprecio al movimiento negro para generar una mano de obra barata y esclava.
Quería rendirle un homenaje al camarada León Trotsky sabiendo que esa tarea de combatir por una dirección revolucionaria de la clase obrera negra a nivel mundial es inseparable de la lucha por refundar el partido de los bolcheviques-leninistas, la IV Internacional.
Las banderas tienen que quedar claras. Nosotros combatimos bajo las limpias banderas de la IV Internacional para devolverle al proletariado negro de África la dirección que se merece.
CM: De nuestra parte, expresamos nuestro compromiso en el combate por la refundación de la IV Internacional en momentos en que los ex trotskistas han consumado su ingreso o fusión con las corrientes stalinistas y los frentes de colaboración de clases en todo el planeta.
JS: Esa experiencia ya se vivió aquí y la están pagando muy caro los obreros de Sudáfrica, Zimbabwe y todo el continente.
La fundación del SRWP de stalinistas y renegados del trotskismo, que abortaron la situación pre-revolucionaria en Sudáfrica, se dio en el mismo año en que alas “izquierdistas” del stalinismo y los liquidadores de la IV Internacional se juntaban en La Habana a “reivindicar la figura de Trotsky”, mientras traicionaban su legado y su programa en Sudáfrica, América Latina, EEUU y a nivel internacional.
Aquí salvaron al CNA del odio de las masas y en Cuba vistieron de un halo “democrático” al stalinismo que viene de restaurar el capitalismo en la isla.
Como lo demuestra Sudáfrica y lo demostró la experiencia del bolchevismo, entre trotskismo y stalinismo hay un río de sangre. Los asesinados en Marikana por la AngloAmerican y los pistoleros rompehuelgas del CNA y la burocracia stalinista, son parte de esa sangre.
OOI: El libro “El Marxismo y la Cuestión Negra” se encuentra agotado. ¿Están preparando una nueva edición?
CM: La Editorial Rudolph Klement está trabajando en una segunda edición del mismo, actualizando su presentación. Estamos desarrollando ese trabajo.
OOI: Creo que este reportaje podría ser parte de esta nueva edición.
CM: Los compañeros trotskistas de África tendrán la última palabra sobre esto que planteás. Es que este trabajo, al igual que nuestros libros de Siria, no han sido escritos desde cómodos escritorios, sino interviniendo en el corazón de los combates vivos de los procesos de guerra civil en los que nuestra corriente orgullosamente ha participado, como Marikana y las luchas de África del Sur, en Medio Oriente, en las Primeras Líneas de Colombia y Chile, contra el golpe en Perú…
Vaya entonces nuestro homenaje a los compañeros de Marikana en este 12° aniversario de la masacre. La victoria de la revolución socialista en África y a nivel internacional los va a vengar y recordar como mártires del proletariado mundial.
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