Una nación estrangulada por el FMI que en su ofensiva las masas responden con un heroico combate antiimperialista haciendo arder el Parlamento burgués pro-yanqui…
¡Viva la sublevación de los esclavos contra el FMI y el imperialismo y sus lacayos políticos del gobierno y el parlamento!
¡Fuera el imperialismo de Kenia y de toda África!
Al grito de ¡Fuera todos los políticos! y ¡Que caiga el régimen!, los explotados y la juventud de Kenia entraron al Parlamento, sublevándose contra la ofensiva del imperialismo y el aumento generalizado de los precios.
En medio de su furia revolucionaria, las masas hicieron arder el Parlamento burgués que solo vota leyes a medida del imperialismo. Es por eso que los explotados protagonizaron esta heroica sublevación antiimperialista contra el saqueo y el control que ejerce el FMI de esa nación oprimida a la que le succiona hasta la última gota de sus riquezas.
Las masas de Kenia buscan destruir la ciudadela del poder en una verdadera semi-insurrección espontánea que, para triunfar, tiene que avanzar en armar al pueblo y romper horizontalmente a un ejército represor de los explotados y lacayo del imperialismo.
Kenia es una nación estrangulada por el imperialismo, con una deuda externa fenomenal que equivale al 70% de su PBI.
En medio de un enorme déficit fiscal y una gran corrupción, el gobierno lacayo de William Ruto lanzó una ofensiva contra las masas en un país donde el 50% de la población vive sobre la línea de la pobreza, y existen zonas donde el 90% está por debajo de este índice.
Ruto, para asumir el pago de la deuda, descargó sobre los explotados un brutal golpe. Esto desató un levantamiento espontáneo por el pan contra el imperialismo, el FMI, su gobierno lacayo y todos los políticos patronales.
Así, el martes 25 de junio, en Nairobi, capital de Kenia, y también en ciudades como Mombasa, Kisumu, Eldoret, Nyeri y Nakuru, miles de jóvenes y trabajadores ganaron las calles manifestando su bronca contra un proyecto de ley de finanzas públicas, que el FMI ordena para que Kenia pague la enorme deuda externa.
Desde la semana anterior las masas se venían manifestando en todo el país demandando la no aprobación de dicho proyecto de ley. La represión fue feroz y el jueves 20 de junio hubo dos muertos y al menos 200 heridos.
Las manifestaciones, cada vez más masivas y combativas, empujaron a los diputados a dejar sin efecto los impuestos al pan (16%) y el que grava las transferencias de dinero por teléfono.
Pero esto no fue suficiente para calmar la ira de los esclavos: los organizadores de estas manifestaciones declararon “7 días de ira” pidiendo un “cierre total” en Kenia para el martes 25/06.
¿Quiénes son los organizadores? Los jóvenes y trabajadores que, hartos del aumento de la carestía de la vida y de terribles padecimientos, exigieron el retiro de la ley de finanzas al grito de: “Vamos por todos los políticos” y “Ruto debe irse”.
Los explotados identificaron muy bien dónde estaba su enemigo, se dirigieron a esa cueva de bandidos y arremetieron contra el Parlamento y sus diputados justo cuando éstos venían de votar a favor de ese proyecto de ley de finanzas públicas.
Quemaron parte del edificio, mientras los legisladores huían despavoridos, abandonando el Parlamento por un túnel ante el odio de las masas. Es que éstas distinguieron que esos diputados no las representaban. Por ello gritaban: “ahora nosotros estamos aquí para representarnos”.
Hubo saqueos en algunas oficinas del estado; en el estacionamiento de la Corte Suprema se incendiaron vehículos; los manifestantes forzaron las barricadas de la policía para ingresar al Parlamento; volaban piedras por el aire en todo el lugar y ardía la oficina del gobernador de Nairobi. Y si bien el gobierno se vio obligadoaretirar la ley de finanzas, los explotados siguen en las calles e incluso entierran a sus mártires sin detener la movilización.
La respuesta de la policía fue una brutal represión para frenar a las masas sublevadas
Ante esto la policía atacó la movilización tirando balas reales, gases lacrimógenos y utilizó carros hidrantes para dispersar a la multitud. Tres camiones del ejército transportaron refuerzos para asegurar los alrededores del Parlamento, donde decenas de manifestantes se enfrentaban a la policía. En las calles se podía ver al menos tres cadáveres, esta feroz represión se extendió a las otras ciudades.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia, se registraron 22 muertos, 19 de ellos en Nairobi. “Se trata del mayor número de muertes en un solo día de protesta”, afirmó, añadiendo que 300 personas habían resultado heridas en todo el país. Esta represión se completó con la persecución y el encarcelamiento y secuestro de manifestantes.
Mientras cientos de agentes de la policía de Kenia, denunciados de abusos por organismos de derechos humanos, aterrizaban en Haití, todo ello bajo el mando de los yanquis al servicio de su política colonizadora y de ocupación de ese país. Esto le valió a Kenia el elogio de Joe Biden que la designó como “importante aliado no perteneciente a la OTAN”. ¡Cínicos!
¡Viva la sublevación de los esclavos!
A principio de la sublevación, el gobierno se vio obligado a anunciar el retiro de la mayoría de las medidas, pero las masas con buen instinto, percibieron a esto como un engaño del gobierno y entonces demandaron el retiro integral del texto del proyecto de la ley de finanzas. Y denuncian al gobierno por querer compensar la retirada de algunas medidas fiscales por otras, en particular un aumento del 50% de los impuestos sobre los carburantes.
Las masas experimentan en carne propia el saqueo del imperialismo y del FMI y sus transnacionales como Unilever, Coca Cola, Mastercard, IBM y Microsoft, como parte de la expoliación en el continente africano. La lucha de los explotados kenianos contra el gobierno, EEUU y el FMI es parte de la lucha antiimperialista de toda África y de las masas oprimidas de las colonias y semicolonias del mundo.
La clase obrera, acaudillando a los campesinos pobres y a la juventud combativa, tiene que tomar en sus manos la resolución de sus penurias y la liberación de sus cadenas, expulsando al FMI y rompiendo todos los lazos con el imperialismo.
¡Basta de perseguir, encarcelar, secuestrar y desaparecer a los que luchan! ¡Disolución ya de la policía y las fuerzas de represión!
Para poder triunfar la clase obrera tiene que poner en pie organismos de autoorganización por establecimiento, barrio, ciudad y región. Rodeando los cuarteles, tiene que llamar a sus hijos y hermanos que están en el ejército, a que rompan con la casta de oficiales y se pasen del lado del pueblo. ¡Por comités de soldados rasos! ¡Armamento generalizado de las masas en lucha! ¡Pongamos en pie milicias obreras y campesinas para poder expulsar al imperialismo y su gobierno lacayo de Ruto!
¡Son ellos o nosotros!
Para que el pueblo pueda comer: ¡Expropiación sin pago de las tierras explotadas por las multinacionales, para que vuelvan a las manos de sus verdaderos dueños y se repartan entre los campesinos pobres que son el 80% de la población y generan el 65% de las exportaciones. ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de las transnacionales que se llevan el té, el café, las hortalizas y la leche!
¡Expropiación a los banqueros sin indemnización! ¡Banca estatal única bajo control de los trabajadores para darles crédito barato a los campesinos y monopolio del comercio exterior! ¡Allí está la plata para salud y educación de calidad, y todas las demandas del pueblo pobre!
Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero a todas las transnacionales yanquis que nos roban todas nuestras riquezas naturales.
¡Fuera las transnacionales de Kenia! ¡Fuera el imperialismo y el FMI! ¡Fuera las bases militares de todas las potencias imperialistas de África!
La lucha de los explotados de Kenia es la avanzada del combate de todo el continente africano devastado por las multinacionales. Es una misma pelea contra un mismo enemigo: el imperialismo. Por ello la clase obrera y el pueblo pobre de Níger, Somalia, Senegal, Nigeria, Malí, Burkina Faso, Mozambique, Zimbabwe, Congo y Sudáfrica no pueden permanecer ajenos al torrente de la sublevación de los explotados de Kenia.
Hay que rodear este combate con una lucha unificada para expulsar al imperialismo y derrotar a sus gobiernos cipayos.
¡Hay que volver a unir los lazos internacionalistas trazados por la ruta de los esclavos junto a nuestros hermanos de clase de EEUU y la Europa imperialista, especialmente los obreros de color! Ellos son nuestros mejores aliados porque están en el corazón del imperialismo que saquea el África Negra. ¡Las vidas negras importan!
En la unidad y el combate internacionalista está la fuerza para vencer a nuestros gobiernos opresores y liberar a nuestras naciones del yugo imperialista.
¡Por una Federación de Repúblicas Negras de África del Centro y Sur!