Correspondencia Internacional - 28 de mayo de 2024
A propósito de la ubicación de los marxistas en las trincheras de las guerras de liberación nacional de la Palestina martirizada y la Ucrania ocupada
Sobre la declaración principista ante las elecciones de Sudáfrica de la WIVL y su correcto combate contra el CNA y a favor de la lucha inclaudicable del pueblo palestino
Camaradas de la WIVL de Sudáfrica:
En el día de hoy recibimos su segundo borrador de declaración ante las elecciones de Sudáfrica. Sabemos que la estarán publicando puesto que se están realizando las elecciones allí el día 29, pero de todas maneras queríamos hacerles llegar esta carta con nuestras inquietudes y puntos de vista, que los consideramos de utilidad para colaborar con vuestra lucha.
En primer lugar, nos parece que vuestra declaración es principista. Creemos que es una importante elaboración que debe ser seguida por los obreros avanzados y revolucionarios del mundo.
En esta carta que aquí les escribimos pretendemos, fraternalmente, aprender de vuestra experiencia y hacerles aportes a vuestra declaración, que desde ya consideramos muy valiosa y de verdad contiene denuncias y aportes sustanciales.
La denuncia que plantean contra el CNA sobre su posición ante el pueblo palestino nos parece de gran utilidad y muy precisa. Es un ejemplo de cómo enfrentar a los gobiernos de colaboración de clases sirvientes del imperialismo.
Asimismo, antes de transmitirles una inquietud sobre la cuestión ucraniana que ustedes plantean en su declaración y nuestra posición al respecto, queremos hacerle una pregunta de algo que no entendemos, que es a qué se refieren cuando plantean “nacionalización de los altos mandos”. No sabemos si es la nacionalización de las empresas privatizadas, de las transnacionales, de los directorios de las mismas o exactamente qué. Es por desconocimiento que les planteamos esta pregunta.
Bien, vayamos al punto donde creemos que tenemos un matiz para reflexionar y debatir en común. Seguramente ustedes conocerán nuestras posiciones sobre la cuestión ucraniana. Nosotros hemos visto que ustedes han planteado esta cuestión en su declaración, y por ello queremos hacerles llegar nuestro punto de vista al respecto puesto que afirmamos que el debate entre corrientes que nos reconocemos como marxistas y revolucionarias es clave para conquistar una estrategia y programa revolucionario internacional.
En el siglo XXI se han presentado crisis políticas, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones, donde se profundizó la crisis de dirección del proletariado, cuestión que agudizó la dispersión de las corrientes que nos reivindicamos del movimiento trotskista.
Desde ya, saludamos vuestra actitud fraternal de enviarnos sus posiciones y borradores para que opinemos al respecto. Y eso haremos en esta nota.
Sobre vuestra posición ante la cuestión ucraniana planteada en su declaración ante las elecciones de Sudáfrica
Para nosotros, Ucrania es una nación terriblemente oprimida. Ha sido oprimida durante siglos: primero por los zares, luego por el stalinismo y después por la burguesía “gran eslava” de Moscú, que actúa como gendarme y socio de las distintas potencias imperialistas en sus negocios en Eurasia a partir del ‘89. Inclusive Putin actuó así en Medio Oriente, masacrando, por encargo del imperialismo, a las masas de la revolución siria junto al fascista Al Assad. Y lo que es peor, el chacal de Moscú y su banda de asesinos apoyan abiertamente al sionismo y lo sostienen desde la ONU. Mantienen así la continuidad de Stalin, que es cofundador del estado de Israel junto a los “imperialismos democráticos” a la salida de la Segunda Guerra Mundial.
Para dar tan solo un ejemplo de esto, la “Gran Rusia” tiene dos grandes bases militares, una en Latakia y la otra en Tartus (Siria), sobre las costas del Mediterráneo, a tan solo 200 millas de la Gaza masacrada. A diferencia de la valiente nación yemení que en el Mar Rojo bombardea barcos sionistas e imperialistas, esas bases militares de Moscú están para cuidar esos barcos en su tránsito por el Mediterráneo.
Una vez aclarada esta cuestión sobre en qué trinchera militar está ubicado Moscú ante la Palestina masacrada, entremos en la reflexión que les queremos hacer.
Nosotros consideramos que Ucrania, una nación históricamente oprimida por la “Gran Rusia” y sometida hoy al FMI y al saqueo imperialista, ha sido invadida por el chacal Putin para terminar de estrangularla con triples cadenas.
Ante la agresión de Putin y de la “Gran Rusia”, que ocupan e invaden militarmente Ucrania, los marxistas no somos neutrales, sino que somos defensistas de la nación oprimida atacada militarmente y ocupada.
Peleamos por la derrota militar de las tropas de la "Gran Rusia" que invaden Ucrania. Desde esa trinchera combatimos contra el gobierno de Zelensky, el cual se asienta en la gran oligarquía ucraniana y en la Monsanto y en Cargill que saquean las tierras de Ucrania. Mientras el FMI profundizó el saqueo de esa nación, como lo hiciera la banca internacional anteriormente con Yanukovich, el agente directo de Moscú (que las masas derrocaron 2014) y luego con Poroshenko, agente directo de los yanquis.
Lo que está claro es que luego de dos años y medio de guerra, con más de 200 mil muertos y millones de ucranianos refugiados, con el gobierno de Zelensky, la oligarquía y demás sirvientes el imperialismo, no se puede ganar la guerra de liberación nacional. Solamente se puede vencer si se recupera la unidad de la clase obrera ucraniana de Kiev al Donbass y junto al proletariado europeo, luchar por expulsar a las tropas invasoras y romper con el imperialismo.
Por ello combatimos por una dirección proletaria de la guerra nacional. Peleamos, entonces, por poner en pie consejos de obreros y soldados ucranianos que tomen en sus manos la dirección política y militar de la guerra y se saquen de encima al gobierno oprobioso y lacayo de Zelensky y sus generales, para poder derrotar a Putin y sus tropas invasoras.
Nadie puede dudar que la amplia mayoría de las masas explotadas de Ucrania no acepta que su nación esté bajo las botas de Putin y Moscú, como lo estuviera bajo las de los Zares y luego Stalin.
Comprender en profundidad la cuestión nacional ucraniana es lo que le permitió a los bolcheviques en el año 1921 terminar de dirigir la toma del poder en Ucrania, que devino en soviética porque conquistó su independencia nacional y pudo federarse libremente a la URSS. Así el proletariado ucraniano pudo acaudillar a las amplias masas oprimidas de esa nación para la revolución socialista.
En este momento de grave crisis de esta brutal guerra que ya es de desgaste y de masacre, afirmamos que solo una Ucrania soviética e independiente podrá conseguir su liberación nacional, expulsar a las tropas invasoras y romper con el imperialismo, poniendo las ricas tierras de la nación al servicio de que coma el pueblo y expropiando las grandes concentraciones capitalistas, las transnacionales y los bancos, bajo control de sus trabajadores.
La izquierda reformista mundial pinta a Putin como si fuera un “héroe antiimperialista”, cuando en realidad es un sicario a cuenta de las distintas potencias imperialistas, siempre listo a masacrar a los pueblos sublevados.
La “Gran Rusia” es la encargada de mantener el orden burgués en decenas de naciones que oprime a su interior. Es la que disciplina a las ex repúblicas soviéticas para que no escapen al control del imperialismo. Es la que invadió Bielorrusia para aplastar una enorme oleada de huelgas de los obreros automotrices de esa nación, como semanas antes lo había hecho en Kazajistán para masacrar un enorme combate de los trabajadores petroleros.
Las andanzas del carnicero Putin, que asesinó a más de 4 millones de chechenos, se acaban de demostrar en Armenia, donde le entregó Nagorno Karabaj a Azerbaiyán, que está tutelado por Turquía y es saqueado por la BP, que se quedó con todo el paso de los oleoducto del Cáucaso, por donde saca el petróleo que se roba del Mar Caspio.
Camaradas, hay un dato clave para definir el carácter de Ucrania y de la guerra que se desarrolla allí ya desde hace más de dos años.
Seguramente nos pondremos de acuerdo en que el ejército sionista recibe de la OTAN y de EEUU armamento de altísima tecnología y de última generación. Sin ir más lejos, el ejército británico le envió 60 aviones de ultimísima generación al sionismo desde octubre hasta la fecha.
Esto es porque el sionismo es un portaaviones yanqui en tierra que cuida los negocios y las rutas del petróleo del imperialismo en todo Medio Oriente. Para eso fue fundado.
Como parte de este armamento, por dar tan solo un ejemplo, el estado de Israel tiene un escudo protector anti-misilístico igual al que tiene la OTAN en Hungría para interceptar todo tipo de misiles disparados hacia la Europa imperialista y hacia el mismo EEUU. Tanta defensa anti-aérea tiene el estado de Israel, que casi nunca hay muertos sionistas a causa de los centenares de cohetes de bajo calibre que son disparados desde Líbano y desde Gaza hacia Tel Aviv y que son detenidos el 99% de ellos antes de que toquen tierra.
Estamos frente a una extensión del ejército norteamericano. De eso se trata el estado sionista que ha ocupado la nación palestina.
A diferencia del sionismo y su ejército (que es el séptimo ejército más poderoso del planeta), el imperialismo y la OTAN para nada le dan a Ucrania este tipo de armamento, sino tanques de los años ’70… Y mientras tiene su Fuerza Aérea diezmada, ya ni siquiera le están dando misiles para su artillería. Esto está resultando en un enorme avance de Moscú rompiendo las líneas de trincheras de Ucrania. Si el imperialismo abasteciera al sionismo de la misma manera con la que dice “abastecer” a la Ucrania invadida, el estado de Israel no duraría ni una semana en Gaza y en Medio Oriente.
Plantear que en Ucrania se desarrolla una “guerra entre la OTAN y Moscú”, es una verdadera falacia. Rara “guerra de la OTAN” donde esta no tiene en Ucrania ni aviación, ni marina de guerra, ni sistema defensivo satelital… Ni siquiera tanques que funcionen más de 10 kilómetros.
En realidad, los yanquis, con la OTAN, lo que han hecho es tirar a su peón ucraniano para que lo invada Putin y sea éste el encargado de aplastar esa nación. ¿Qué ganó EEUU con esta guerra? Desarticular el mercado europeo que había construido el eje franco-alemán con Maastricht, desde Portugal hasta las estepas rusas. Es que Alemania y Francia eran los que realmente se habían quedado, a partir del ’89, con las fuentes de materias primas de la ex URSS. EEUU no lo podía permitir.
La guerra de Ucrania es la “solución final” de los yanquis contra sus competidores imperialistas europeos, sobre todo Alemania, que habiendo perdido la Primera y la Segunda Guerra Mundial, igual se estaba quedando con todas las riquezas de Rusia, recreando un mercado europeo con una división del trabajo articulada e inclusive cerrando sus aduanas imponiendo aranceles a Japón y al mismo EEUU.
Las pandillas de Maastricht eran abastecidas de gas, minerales y materias primas baratas, totalmente asociadas a la altísima oligarquía de Moscú.
Para enfrentar esta anomalía, primero, Obama dedicó su mandato a negociar los aranceles de exportación e importación de EEUU a Europa, buscando abrir sus mercados, y fracasó. Luego vino Trump con la guerra comercial y también fracasó.
Biden vino a traer la “solución final” y a partir al mercado europeo, en primer lugar, quedándose con la empresa de gas de Ucrania, controlando los gasoductos del Cáucaso y de Kiev y luego bombardeando y destruyendo el gasoducto Nordstream 2 que iba de Siberia directamente a Alemania, y cuya empresa a cargo tenía como presidente a Schroeder, el ex canciller alemán.
EEUU volvió a Europa, sometiendo y partiendo al eje franco-alemán y poniéndolo bajo la disciplina de la OTAN.
Esta política yanqui, que dejó aislada a Rusia, incluyó tirar a Ucrania como un peón para que se la degluta Putin.
La política de los yanquis es que la clase obrera ucraniana quede totalmente aplastada por Rusia, con millones de refugiados y asesinados, para que luego sean ellos los que se queden con una nación oprimida y devastada y todas sus riquezas.
La política stalinista de dejar aislada a la clase obrera ucraniana, es criminal. Más y más Moscú aplasta a Ucrania y más y más, las ex repúblicas soviéticas del Cáucaso, del Oriente Europeo y las euroasiáticas, se recuestan y se recostarán más sobre las garras del imperialismo yanqui y el Maastricht imperialista para escapar del terror, el látigo y el fusil de las botas de Putin.
Esto es lo que denunciaba Trotsky en los años ’30: una Ucrania aplastada por las botas de Stalin, solo empujaba más y más a su pueblo a los brazos de Hitler. Una Ucrania soviética e independiente era la mejor frontera que podía tener la URSS contra Hitler y los “Aliados”.
La política defensista de la nación ucraniana, invadida y partida por Putin y saqueada por el imperialismo, es la que pone a la orden del día conquistar la unidad de la clase obrera europea contra la OTAN, contra el Maastricht imperialista y contra los bandidos y criminales de Moscú.
¿Alguien puede creer que la clase obrera ucraniana quedará fuerte y vigorosa para luchar por su liberación nacional contra el imperialismo, si es aplastada y masacrada en la guerra por Rusia?
Nuestro programa desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, tuvo como táctica una política de unidad de acción militar contra las tropas invasoras de Putin, pero combatiendo a brazo partido para que la clase obrera intervenga en la guerra nacional con total y absoluta independencia política y para que ésta tome en sus manos, desde las fábricas y desde las trincheras junto a los consejos de soldados, la dirección política y militar de la guerra.
Es que ningún sector de la burguesía, por más nacionalistas” y de “izquierda” que se pinte, puede llevar hasta el final una lucha consecuente por la liberación nacional.
Desde hace meses ha quedado claro ante millones de obreros que la OTAN solo envía chatarra al frente de Ucrania y que el gobierno burgués pro-imperialista de Zelensky ataca a la clase obrera con verdaderos planes de hambre, miseria y represión en la retaguardia.
El momento actual de la guerra pone a la orden del día la lucha por la unidad de la clase obrera ucraniana y por el derrocamiento de Zelensky, como el camino más corto y económico para la derrota de la invasión “gran rusa” a la nación oprimida.
Este es el misil más poderoso para liberar a Ucrania, pero solo lo tiene la clase obrera, que rápidamente podrá unir sus filas de Kiev al Donbass y sublevarse en las zonas de Ucrania que son ocupadas por Putin, quien impone los peores planes de hambre, miseria, represión y fascismo en los lugares que controla.
A los obreros de Europa y el mundo les decimos que embarquen todo pertrecho militar, suministros, etc. que vayan al frente de batalla de la nación ucraniana invadida y desechen y no trasladen ningún abastecimiento a la máquina de guerra de Putin.
Insistimos, la mayoría de la izquierda mundial está de acuerdo con la invasión de la “Gran Rusia” a Ucrania. Nosotros creemos que si Putin se impone, se fortalece el garante de los negocios del imperialismo en toda la región. Y Ucrania quedará oprimida con dobles y triples cadenas. No será el “nuevo zar” de Moscú el que, tomando Ucrania, rompa con el FMI y mucho menos expropie a las transnacionales que hacen también fabulosos negocios en toda Rusia con Putin.
Una victoria de Putin significaría que Ucrania quede como Armenia, que fue masacrada y entregada a la BP, como Chechenia, donde se consumó un genocidio de 4 millones de habitantes, como Georgia, Osetia del Norte y del Sur, que fueron invadidas, o como Kazajistán y Kirguistán, donde están instaladas poderosas bases militares rusas que le cuidan los negocios a las transnacionales imperialistas.
Putin traslada automáticamente a los lugares a los que va la política que aplica al interior de Rusia, donde están prohibidas las huelgas y donde toda reunión de más de dos personas que discutan de política es motivo de prisión y destierro a Siberia. Es la política que permite golpear a las mujeres para disciplinarlas. La política que impone la prohibición de los sindicatos y de toda organización obrera e independiente. Es la política de opresión de todas las naciones de Eurasia. Es la política que le permite al Citibank y a todas las empresas imperialistas llevarse utilidades y dividendos a Wall Street, la City de Londres o Maastricht cuando lo deseen.
Si las masas derrotan a la “Gran Rusia” en Ucrania quedarán en mejores condiciones para derrocar a Zelensky, el nuevo Bonaparte ucraniano a cuenta del imperialismo.
Asimismo, una derrota del chacal de Moscú sería un aliciente para la sublevación de todas las naciones oprimidas por la “Gran Rusia” y todas las ex repúblicas soviéticas.
Por eso la política imperialista ante la guerra de Ucrania. Para nada el imperialismo está de acuerdo con una derrota catastrófica de Putin que debilite el control del guardián de sus negocios en toda Eurasia. Por eso arma a Ucrania a cuentagotas. La política de Biden es dejarlo debilitado a Putin y derrocarlo solo cuando haya conquistado agentes políticos y militares directos en esa enorme región del planeta.
Para corroborar lo que aquí decimos, basta ver los fondos que ha votado el Congreso norteamericano en relación a Palestina y a Ucrania y el uso que se les dio.
En cuanto al ejército sionista de Netanyahu, el Congreso yanqui resolvió darle 10 mil millones de dólares, que Biden se los entregó inmediatamente para alimentar su máquina de guerra de última generación para aplastar a 2 millones y medio de habitantes en Gaza y alguna decenas de miles de partisanos que resisten. Por ello, la hipocresía de Biden de calificar como “exagerada” la matanza de Netanyahu en Rafah, para lavarse las manos manchadas de sangre.
En cambio, para Ucrania, el Congreso norteamericano votó “otorgarle” 61 mil millones de dólares pero no ingresó ni un solo centavo a esa nación oprimida puesto que el FMI se embolsó ese dinero para cobrarse su fraudulenta deuda externa. Como si fuera poco, Ucrania tuvo que pagar los tanques chatarras que le mandara Alemania desde la OTAN y encima cubrir parte de la deuda contraída por la compra anterior de armamento. Hasta las municiones de su artillería le escasean a Ucrania.
Creemos que cuando ustedes hablan en su declaración de “las masacres de Zelensky” se refieren a las masacres contrarrevolucionarias contra los obreros en lucha que largara el gobierno de Poroshenko desde Kiev, años antes de la asunción de Zelensky, para aplastar al proletariado ucraniano, bombardeando los edificios de los sindicatos de Odessa y atacando duramente también al movimiento minero del Donbass. Es que ellos habían sido la vanguardia, junto a las masas de Kiev, del derrocamiento del gobierno de Yanukovich, el agente directo de Moscú, odiado por todos los explotados del este y el oeste ucraniano.
Mientras esto sucedía, Putin y el stalinismo europeo enviaban una quinta columna al Donbass, antes de la actual invasión rusa. Esa quinta columna se encargó de masacrar a todos los batallones de combatientes que llamaban a sus hermanos de Kiev a la unidad del pueblo ucraniano para liberarse. El asesinato de los dirigentes de la Brigada Fantasma como Mozgovoy es un ejemplo de lo que decimos.
Al decir de Trotsky, la lucha por la liberación nacional de los pueblos oprimidos expresa de forma laberíntica la lucha de clases en la época imperialista.
Por ello planteó, por ejemplo, que ante la invasión de un país imperialista a una nación oprimida, estamos del lado del “Brasil fascista” contra la “Inglaterra democrática”. Es que si el “Brasil fascista” era derrotado por Inglaterra, quedaría atado con dobles y triples cadenas al imperialismo. Por ello mismo, estuvimos por la derrota militar de Inglaterra cuando invadió Malvinas, pese a la criminal política burguesa del genocida Galtieri y la junta militar argentina que no le tocó ni un solo negocio, ni un solo banco, ni un solo milímetro de tierra al imperialismo inglés en Argentina.
Lo mismo planteó Trotsky frente a la invasión japonesa a China, impulsando la unidad de acción militar, sin apoyar en lo más mínimo a Chiang Kai Shek. Es que una victoria de la nación oprimida contra el imperialismo hubiera sido el inicio de una revolución de obreros y campesinos y el entierro de Chiang Kai Shek, que lucharía a brazo partido para que las masas no vayan hasta el final en su combate contra el Japón imperialista.
En resumidas cuentas, camaradas, estamos por la derrota de las tropas de ocupación de Putin en Ucrania, contra la posición que sostienen las corrientes stalinistas y de ex trotskistas, especialmente las europeas, que tienen el cinismo de apoyar a Putin porque “enfrenta a la OTAN”, cuando ellos, desde las burocracias de los sindicatos y desde gobiernos imperialistas de Maastricht, sostienen y son parte de la OTAN.
A dos años de la guerra, ya está claro que nada de esto es así. En Ucrania hay una guerra de desgaste y de trincheras. Hay que decirle a los sirvientes de Putin, que Ucrania no tiene un solo avión, ni escudo antimisilístico, ni siquiera piezas de artillería. ¿Cómo van a decir que es una “guerra de la OTAN contra Rusia” o una “guerra de procuración de Ucrania a cuenta de la OTAN”?
También combatimos a las fracciones pro-socialdemócratas de la izquierda mundial, que sostienen que con el apoyo del imperialismo “democrático”, Ucrania puede triunfar en su lucha por la liberación nacional contra la invasión “gran rusa”.
Contra ambas posiciones, nosotros sostenemos la política de Lenin de 1921, que afirmaba que solo una Ucrania soviética podía liberarse de la invasión alemana, de las tropas blancas zaristas e inclusive de la burguesía nacional de la Rada ucraniana.
La actual política de Washington es que Putin desangre y destroce Ucrania, aplaste a su clase obrera, pero “sin ganar la guerra”. Esta situación desgastaría a Rusia y permitiría que Ucrania con sus gasoductos, minerales y tierras fértiles quede partida, con el Donbass y Crimea con sus minas obsoletas, controlados por Moscú, y el resto en poder de los yanquis y el FMI. Pero, insistimos, la clave es que quedarían la clase obrera y las masas populares empobrecidas divididas, aplastadas y derrotadas. Esto es lo que pasaría si se impone la victoria de Putin.
Ya está claro, inclusive para sectores de las masas ucranianas y sobre todo para los soldados que están en el frente sin municiones, que de la mano de la OTAN no se gana la guerra.
La puesta en pie de consejos de obreros y soldados para derrocar a Zelensky, es la tarea del momento. La táctica de unidad de acción militar con Zelensky contra Putin está llegando a su fin. Es el momento del derrocamiento de Zelensky para vencer a Rusia y reunificar a la clase obrera ucraniana y sublevar al proletariado ruso y del resto de Europa.
La consigna de Ucrania soviética e independiente es un grito de guerra para restaurar la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en las ex repúblicas soviéticas como Bielorrusia, Kazajistán, Georgia, Kirguistán, etc. y abrir el camino para que vuelva la URSS de Lenin y el Ejército Rojo.
La falta de un partido revolucionario internacional que acompañe esta experiencia, derrote a las direcciones traidoras (que someten a la clase obrera europea y mundial al asesino Putin o que quieren hacer pasar al imperialismo como una “fuerza liberadora de los pueblos oprimidos”) y pelee por una estrategia soviética e independiente ante la guerra y la revolución, es el mayor límite que tiene la nación ucraniana y la clase obrera de ese país para vencer.
Para profundizar en este debate, queríamos hacerles llegar la declaración que sacamos en el mes de febrero, a dos años de iniciada la guerra de Ucrania.
También les enviamos una polémica con un pseudo “intelectual” del PTS sobre el marxismo y la guerra en la cuestión ucraniana.
Tomen esto como un aporte, puesto que el movimiento marxista del siglo XXI, tal como sucedió en el siglo XX, tiene que dar respuesta a la cuestión de la guerra y a una elección correcta de las trincheras en la misma.
El programa marxista y la teoría de la revolución permanente en la lucha por la liberación nacional de las naciones oprimidas
Como venimos planteando, en Ucrania decimos que la tarea central hoy es derrotar la invasión militar de Putin y que para ello hay que tomar el poder ya y tirar a Zelensky y romper con el imperialismo, cuestión que uniría rápidamente a la clase obrera ucraniana con el conjunto del proletariado europeo.
Es que la táctica de unidad de acción militar al inicio de una guerra de liberación nacional, es tan solo eso: una táctica, que prepara las condiciones para que sea el proletariado, aliado a los campesinos pobres, interviniendo con una política independiente el que tome la dirección de la guerra.
En Palestina, nuestra política es de frente militar con las fuerzas que realmente chocan con el ocupante. La particularidad en Palestina es que es el imperialismo directamente, de la mano del sionismo, el que ocupa política y militarmente la nación oprimida. El estado de ocupación de Israel es un enclave colonial norteamericano en el corazón de la nación palestina, apoyado en su ejército fascista.
Por ello, nuestra política allí se articula alrededor del eje de la destrucción del estado sionista-fascista de Israel, que es una fuerza de ocupación de toda la nación palestina, a la que tiene confinada en campos de concentración a cielo abierto. Nuestro programa, al igual que el de ustedes, se ajusta a esta particularidad.
Nuestra lucha en Palestina, como en toda lucha de liberación nacional, es por poner en pie un programa que le permita a los obreros y campesinos pobres tomar la dirección política y militar de la guerra contra la ocupación.
Por ello, nosotros intervenimos en Palestina para desenmascarar con un programa por la positiva a las corrientes burguesas que son inconsecuentes en la lucha contra el sionismo y que a cada paso intentan pactar con él o directamente ya se han sometido como hizo la OLP.
Por eso exigimos el desconocimiento inmediato de la Autoridad Nacional Palestina, que impide que entre al combate la juventud rebelde de Cisjordania, como también denunciamos a Hezbollah e Irán (que arman a Hamas a cuentagotas) por cercar y aislar a Gaza, sin lo cual el sionismo no podría continuar su actual ofensiva sobre el pueblo palestino.
Además, llamamos a las masas sirias a combatir contra Al Assad y Putin que le cuidan muy bien las fronteras de los Altos del Golán al estado de Israel y desde las costas de Siria custodian la ruta de su abastecimiento a través del Mediterráneo.
Asimismo, le decimos a la clase obrera que está sublevada en Irán, que la teocracia iraní que ella odia, es la que pacta con el imperialismo la política de “dos estados” para Palestina. Solo tomando como bandera la lucha por la liberación nacional del pueblo palestino, el proletariado iraní podrá derrotar a la oligarquía teocrática, retomando el combate revolucionario bajo el grito de “los clérigos viven como reyes y el pueblo como mendigo”, para también profundizar la pelea contra la opresión nacional de las masas árabes y kurdas que constituyen una minoría oprimida en esa nación persa.
Nuestra lucha por una dirección proletaria de la guerra nacional en Palestina contempla, como ustedes también han planteado, un programa democrático-revolucionario para unir a todo el pueblo palestino.
La consigna de Asamblea Nacional Palestina que ponga en pie una Mesa de Operaciones Militares independiente y que garantice una Palestina libre del río Jordán al Mar, es una tarea que, al igual que la destrucción del estado de Israel, solo podrá garantizar la clase obrera y el movimiento campesino, apoyados en los levantamientos de las masas de Medio Oriente y en la lucha de la clase obrera mundial.
Trotsky afirmaba en la Guerra Civil Española que la clave para la victoria militar depende en un 95% de contar con un programa de “reformas sociales” y las cuestiones propias militares son tan solo un 5%. Trotsky planteaba las lecciones de la victoria del Ejército Rojo en la URSS, que disgregaba a los ejércitos blancos entregándole la tierra al campesino y sublevando al proletariado alemán y europeo.
De ello se trata nuestro programa y nuestra política no solo en Ucrania sino esencialmente en Palestina.
No hay “ejército superpodoroso” que pueda resolver la ocupación de una nación oprimida cuando ésta combate con el método de la guerra civil de clases. La infantería sionista necesita tomar Gaza. La pelea ya es casa a casa. Pese al genocidio, los heroicos partisanos no se rinden.
Pero las burguesías árabes, la archirreaccionaria teocracia iraní y Hezbollah solo garantizan el cerco a Gaza. Los Ayatollahs solamente tiraron una andanada de drones, previo aviso (que fueron interceptados por el escudo antimisiles del sionismo), para tener autoridad para controlar a las masas palestinas. Estamos ante una teocracia contrarrevolucionaria miserable y cobarde.
Hay 7 millones de palestinos afuera de Gaza que las burguesías árabes y de Medio Oriente impiden que entren al combate.
En relación a la cuestión palestina no tenemos diferencias con vuestra declaración, sino todo lo contrario.
El título mismo de vuestra nota, “El CNA ya no es un movimiento de liberación; nos están bombardeando con desempleo. Todos los días es Gaza en Sudáfrica”, nos parece de verdad una consigna totalmente correcta, que podríamos plantear en Bolivia, en China, en todos los países de África y del resto del mundo semicolonial. También es válida para el propio EEUU del “democrático” Biden, donde los estudiantes sublevados por Gaza son reprimidos y atacados, como lo es el martirizado movimiento negro y los obreros migrantes que son perseguidos por bandas fascistas cuando cruzan la frontera. Es lo mismo que hace el Maastricht imperialista, que ha transformado al Mediterráneo en un gran cementerio de migrantes de África y Medio Oriente.
Sobre vuestra experiencia en el SRWP sudafricano, el partido del NUMSA: un balance ejemplar que busca la verdad para reagrupar las filas del proletariado revolucionario
Saludamos vuestra posición sobre el papel reaccionario de la dirección del SRWP que plantean en vuestra declaración. En otra oportunidad profundizaremos sobre la posición que tuvimos ante la creación de ese partido, que engañó a miles de trabajadores y fue uno de los primeros pasos de la formación de partidos únicos entre ex trotskistas y stalinistas, lo que luego se viera concretado en el Encuentro de La Habana del año 2019, donde un ala stalinista de la nueva burguesía castrista llamó a “revindicar la figura de Trotsky en Cuba” y luego terminó moliendo a palos a los obreros cubanos sublevados contra el hambre.
Este partido único realiza reuniones internacionales, como la Conferencia Mediterránea de Atenas que se llevó a cabo a principios de año, donde intervinieron grupos ex trotskistas como los pablistas, el EEK de Grecia, el DIP de Turquía, etc., junto a Darya Mitina y otros representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Putin.
Ya habíamos visto al SWP norteamericano y la ISO de EEUU, apoyar junto al Partido Comunista y al castrismo a los “socialistas democráticos” de Sanders, que terminaron después dándoles los votos y el apoyo a Biden.
En América Latina, este frente-partido único de renegados del trotskismo y stalinistas se expresó en el apoyo de estas corrientes a los gobiernos de frente popular que estrangularon los procesos revolucionarios de los últimos años, como a Petro en Colombia, Boric en Chile, etc.
Es desde este punto de vista que nosotros abordamos el surgimiento del SRWP, que resultó ser la “tercer ala”, junto al CNA y la corriente de Malema, del stalinismo sudafricano. Vuestra experiencia allí ha sido muy importante y creemos que sacan conclusiones correctas al respecto, con las que coincidimos, sobre todo cuando plantean que ese partido intentó neutralizar y liquidar al ala izquierda de la clase obrera de Sudáfrica.
Ese partido y sus fundadores, incluyendo a la dirección del NUMSA, venían de participar en un congreso de Conlutas de Brasil y en una reunión de Notas Obreras de EEUU para vestirse con un ropaje “combativo”, pero lo que no podían hacer era sacarse la remera de Castro, Chávez y demás “bolivarianos” entregadores de la revolución latinoamericana y de Cuba al imperialismo.
Coincidimos en el balance que ustedes hacen, que es también de un gran aprendizaje de todos los que buscamos refundar la IV Internacional bajo su programa de 1938.
Por otro lado, creemos que vuestra declaración golpearía aún más fuerte si ligara la lucha del proletariado sudafricano, como lo hacen con la clase obrera palestina, norteamericana y mundial, a los obreros migrantes que desde Zimbabwe, Mozambique, etc. son doble y triplemente explotados en las filas de la clase obrera de Sudáfrica.
Esta demanda es inseparable de la lucha por una Federación de Repúblicas Negras Socialistas del Centro y Sur de África.
Camaradas, esperemos que nuestros aportes les sean de utilidad. Estamos marchando al VII Congreso de la FLTI en los próximos meses. Vuestras posiciones están siendo publicadas tanto en nuestra página web como en los boletines internos que empiezan a ser editados.
Saludamos la lucha en común y el debate fraternal que hemos iniciado. Cuenten con nuestra colaboración política para el enorme esfuerzo que están haciendo por reagrupar las fuerzas dispersas de la vanguardia del proletariado sudafricano.
Por último, queremos hacerles la propuesta de poner en pie un Comité Internacional para llamar a las organizaciones que están a la cabeza de la solidaridad por Palestina a coordinar un Día de Furia Internacional y reagrupar a la vanguardia que pelea por un programa revolucionario para aplastar al sionismo y su ofensiva contrarrevolucionaria.
Carlos Munzer y Omar Abeidy |
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