Homenaje a León Trotsky, a 80 años de su asesinato a manos del stalinismo
Intervención desde Madrid de Paula Medrano, dirigente de Democracia Obrera del Estado Español y de la FLTI
“¿Por qué los trotskistas fueron tan perseguidos?
Porque eran los que lucharon encarnizadamente por derrotar a la burocracia estalinista que expropió la lucha del proletariado de la URSS. Ellos sabían que derrotar a esa lacra que usurpaba el estado obrero, era parte de la lucha por la revolución mundial.
Porque eran quienes luchaban por poner en pie una nueva internacional para que la clase obrera mundial recuperara el internacionalismo proletario que liquidó Stalin.
Porque planteaban que si no se tomaba el poder, las conquistas de la clase obrera no podrían perdurar.”
Buenas tardes. Difícil tarea me toca. No es sencillo hablar de cómo llegó a fundarse la Cuarta; de la enorme lucha que dieron los trotskistas en los ‘30; y de lo que sucedió luego del asesinato de León Trotsky.
La IV Internacional se fundó en el ‘38 y fue una síntesis de la experiencia histórica y la continuidad del socialismo científico de dos generaciones: una. la que en 1902 en el marxismo ruso, y desde 1905 en el marxismo alemán, se puso de pie para enfrentar la traición del reformismo en la Primera Guerra Mundial, que llevó a una carnicería al proletariado mundial; y la otra, la generación que sobrevivió a ese combate y que enfrentó al stalinismo.
Hoy podemos ver, en los homenajes que se están haciendo a Trotsky en todo el mundo, que todos hablan de “León Trotsky y de la IV Internacional” como algo romántico. Incluso lo plantean como un luchador más del socialismo. Los discursos que uno pudo ver en estos días de las distintas corrientes de los renegados del trotskismo, están llenos de cliché. Pero la realidad fue otra. La pelea por fundar la IV Internacional no fue un camino de rosas. Estuvo plagada de puñaladas por la espalda del stalinismo, por los Juicios de Moscú, donde asesinaron a los mejores de los luchadores bolcheviques, donde enviaron a miles de ellos a campos de concentración.
Como decía el compañero Martín, cuando se fundó la IV Internacional en septiembre del ‘38, apenas unos meses antes, en febrero, el hijo de León Trotsky, León Sedov -que era quien organizaba a la Oposición de Izquierda desde el exilio- era asesinado por órdenes de Stalin.
Ahora… uno se pone a ver y se pregunta ¿Por qué tanta saña? ¿Por qué tanta persecución al movimiento trotskista? ¿Por qué nos persiguieron en el mundo entero? Porque, para quienes no lo saben, Trotsky, durante mucho tiempo, no tuvo visa. Estuvo exiliado por el mundo, hasta que pudo conseguir parar en México.
¿Por qué nos persiguieron tanto? Porque los trotskistas lucharon por derrocar a la burocracia stalinista. Porque ellos fueron los que denunciaron que el stalinismo expropiaba la lucha del proletariado de la URSS. Porque los trotskistas sabíamos que quitar a la burocracia stalinista del Estado Obrero era parte de la lucha por la revolución mundial.
Nos perseguían porque éramos quienes luchábamos por poner en pie una nueva Internacional, y por recuperar ese internacionalismo proletario que existía antes de que el stalinismo liquidara la III Internacional. Cualquiera recordará que para conquistar las 8 horas se hicieron huelgas mundiales. Ese internacionalismo proletario fue el que liquidó el stalinismo, y por el cual el trotskismo dejó sangre, sudor y lágrimas para volver a ponerlo en pie.
Pero algo importante, ¿por qué nos perseguían tanto y por qué el imperialismo nos tenía en la mira a los trotskistas… y a León Trotsky en particular? Porque éramos los únicos que planteábamos que no se podía mantener ninguna conquista si la clase obrera no tomaba el poder. Y en ese momento, la clave de los stalinistas y de los reformistas era quitarle del camino a la clase obrera su lucha hacia la toma del poder.
Nos vamos ir un poquito más atrás. A partir de mediados/fines de los ’20. El stalinismo surgió como emergente de la descomposición por el aislamiento del Estado Obrero, y lo que hizo fue llevar hasta el final lo que la socialdemocracia no había podido terminar de lograr a principios del Siglo XX, que era liquidar a la fracción revolucionaria internacionalista del proletariado mundial. Eso es lo que vino a hacer el stalinismo con el asesinato de Trotsky y la persecución a todos los trotskistas.
Trotsky y toda la vieja guardia bolchevique sufrieron lo mismo que sufrieron las masas y el proletariado alemán y europeo que no pudieron hacerse del poder. Sufrieron las mismas condiciones de resistencia y padecimientos que las masas de la URSS, que tenían ya las energías agotadas después de haber estado luchando durante 4 años de guerra civil en un combate enorme contra 14 ejércitos imperialistas. Esas condiciones fueron las que llevaron al surgimiento de una cínica burocracia contrarrevolucionaria, que llevó al Estado Obrero, a NUESTRO Estado Obrero, a su degeneración completa.
A partir de ahí, Trotsky y los trotskistas, desde adentro de la URSS, lucharon a brazo partido por recuperar la III Internacional. Hicieron la Oposición de Izquierda, y fueron, como siempre, perseguidos por el stalinismo.
León Trotsky y los trotskistas tenían como objetivo volver a poner en pie un nuevo Kienthal y Zimmerwald, el mismo que en 1914 se puso en pie y enfrentó la traición de la socialdemocracia que votaba los créditos de guerra en la Primera Guerra mundial, pero ahora lo querían hacer para preparar la lucha para la Toma del Poder en la Segunda Guerra mundial, después de ella y en todo el período histórico posterior. Por eso querían poner en pie y luchaban por fundar la IV Internacional.
A 80 años de que fuera ejecutado Trotsky, lo que queremos denunciar hoy es la falsedad y la impostura de los renegados del trotskismo sobre las posiciones revolucionarias y del combate que dieron Trotsky y los trotskistas. Porque acá no se trata de clichés. No se trata de romanticismo. Se trata de Programa y de cómo hacemos para que la clase obrera tome el poder.
Entonces, rendirle un homenaje a Trotsky y a los trotskistas es tomar en nuestras manos las lecciones que el trotskismo dejó en su lucha contra el estalinismo y luchar para que el proletariado también las tome.
Hemos visto miles de ejemplo de toda la izquierda y los renegados del trotskismo en particular de llamar a votar a Evo morales en Bolivia, de pedir los millones de votos que necesitaba Chávez, de entregarle el Programa de Transición a Chávez… El problema que tiene esta gente es que, el lema, el principio fundamental de Trotsky y los trotskistas que lucharon por fundar la IV fue el de combatir contra toda colaboración de clases. Una de las lecciones más grandes de la IV, y que se puede ver en el Programa de Transición, es la lucha contra el Frente Popular, sea en Francia o en España.
Compañeros, en España el stalinismo decía -y después vamos a ver que hoy plantean lo mismo los renegados del trotskismo- que para ganar la guerra contra Franco había que pedirle armas a los “imperialismos democráticos”. ¿No les suena? Porque si vemos la declaración de la LIT-CI cuando empezó la revolución Siria, dicen lo mismo.
En cambio, los trotskistas en los ‘30 lo que planteaban era que, para ganar la guerra contra el franquismo había que expropiar a la burguesía y tomar el poder. Nosotros para Siria planteamos lo mismo, y decíamos que el misil más poderoso que tenía la clase obrera siria era el de la expropiación.
Fíjense que ahora hablan todos de “fascismo” con una liviandad que pone los pelos de punta. Pero en los ‘30, el trotskismo sabía que en la lucha de la clase obrera española se jugaba el destino de la clase obrera mundial. Puso todas sus fuerzas y se organizaron milicias desde todos los países para ir a combatir contra el fascismo. A COMBATIR, compañeros, no “a discutir”, como plantea hoy la izquierda.
Lo que plantearon los trotskistas en los ’30 no es nada distinto de lo que hemos planteado nosotros en relación a Siria, por ejemplo, cuando decíamos que desde todas las organizaciones obreras internacionales se tenían que organizar brigadas para ir a combatir contra el fascista Al Assad y sus aliados.
Pero fíjense: el stalinismo, que fue el que le tiró por la espalda y sometió al Frente Popular a la clase obrera del Estado Español, el que asesinó no solo a los trotskistas sino también a los anarquistas, es el mismo con el que hoy están haciendo sus homenajes los renegados del trotskismo. ¡80 años después! Para pensar, ¿no?
Los trotskistas no solo combatieron contra esa política de Frente Popular. También combatieron contra la política de Stalin que llevó al Partido Comunista a ingresar como “ala izquierda” del Koumintang en China. El Koumintang era en movimiento nacionalista burgués. Su dirigente, Chiang Kai Shek, fue invitado como “presidente de honor” a los congresos de la III Internacional stalinista.
Imaginémonos si hacemos un congreso internacional y lo invitamos a Evo Morales, a Maduro… El reformismo no los invitó a sus congresos, pero los llamó a votar siempre. Ahora, ese mismo Chaing Kai Shek volvió a China, después de haber estado en el congreso de la III Internacional, y masacró a un millón de comunistas y aplastó la insurrección de Cantón de 1927. Así actúa la burguesía con la clase obrera. Esto es lo que sucede cuando se somete a la clase obrera a un movimiento nacionalista burgués.
Otra lucha importante y lección que dejo el programa del trotskismo y la IV Internacional fue la pelea contra el centrismo que, a cada paso, intentaba abortar el giro a la izquierda de amplias capas de la clase obrera. Fue el combate contra el POUM, por ejemplo, acá en el Estado Español; el giro francés en Francia; y un combate contra los Frentes Únicos por arriba del stalinismo y la socialdemocracia que estrangulaban el camino a la Huelga General en Inglaterra a fines de los ‘20; y por supuesto, como ya dijera antes, contra el stalinismo en Alemania, el cual, con su política de “3er periodo”, entregó dividido y derrotado al proletariado ante el fascismo. El stalinismo fue el que permitió la emergencia del fascismo en Alemania por haber entregado dividido y derrotado al proletariado. Ese stalinismo es con el que hoy hacen homenajes los renegados del trotskismo.
La IV Internacional se fundó como continuidad del bolchevismo enfrentando la noche negra del stalinismo, el fascismo, el servilismo de las direcciones traidoras a los imperialismos “democráticos”, que llevaron a las tragedias de las derrotas de las revoluciones española y francesa, y que sometieron a la clase obrera norteamericana e inglesa a los carniceros imperialistas Roosevelt y Churchill.
Rendimos homenaje, también hoy, no solo a León Trotsky, sino también a la sección rusa de la IV Internacional fundada por León Trotsky, que enfrentó las ignominias del stalinismo y la burocracia soviética desde las cárceles. La sección rusa era centralizada desde occidente por el Secretariado Internacional de la IV, que encabezaba Trotsky junto a Cannon del SWP norteamericano, Van Heijenoort, Rudolph Klement -el compañero que apareció flotando en el Sena un día antes del Congreso de fundación de la IV-. Todos ellos, y muchos más constituían un estado mayor internacionalista que le daba continuidad al legado de la III Internacional.
Lo que queremos denunciar desde la FLTI, y reafirmamos hoy, 80 años después, es que el asesinato de Trotsky fue un hito decisivo para terminar de liquidar a toda una generación de revolucionarios socialistas e internacionalistas que no se pusieron de rodillas ante la burguesía; que dijeron “¡el agua y el fuego no se juntan!”, como dijo nuestro camarada Liebknecht; y que enfrentaron implacablemente a los traidores de los sindicatos y de las organizaciones obreras.
El asesinato de Trotsky fue un golpe certero, pero no fue solamente la mano del stalinismo. Eso fue monitoreado por el imperialismo mundial, que más que nadie estaba interesado de que a la salida de la guerra no existiese una Internacional revolucionaria que le dijera a la clase obrera que la única salida era tomar el poder.
Ese golpe que significó el asesinato de León Trotsky pudo ser decisivo porque el Secretariado de la IV Internacional capituló ante el terror del stalinismo y disolvió el centro internacional. La obra más grande de Trotsky, la IV Internacional, no fue destruida solamente por el golpe del stalinismo, sino porque los dirigentes de ese centro internacional, a la muerte de Trotsky, desertaron de sus tareas. Ese golpe fascista caló hondo y cada uno de esos dirigentes se volvieron a su país y, lamentablemente, a la salida de la guerra, la IV Internacional no era, como antes, una fuerza compacta, sino que cada uno estaba sometido a su propia burguesía en cada país.
Muchos dicen que es por debilidad de la dirección de Cannon, de Heijenoort… Pero eso es justificar la traición. Cedieron ante el terror del fascismo y desertaron de la IV. No solamente dejaron solas y sometidas a miles de presiones a las distintas secciones de la IV Internacional, sino que –y lo que fue más criminal- dejaron sola a la sección soviética de la URSS, la sección más importante que tenía la IV en ese momento.
Hace poco se hallaron documentos de esa sección soviética de la IV Internacional, de esos camaradas que fueron parte del Partido de Lenin y Trotsky, pero resistían desde las cárceles. Más de 130 bolcheviques que estaban en la prisión de los Urales, que estuvieron desde 1930 a 1933. Esos camaradas lucharon desde la cárcel por el internacionalismo proletario. Ellos veían y planteaban las obligaciones de los trabajadores soviéticos con la clase obrera alemana, porque veían que los iba a aplastar Hitler. Afirmaban que para que no sea aplastada la URSS, tenía que tomar el poder la clase obrera alemana. Una de las lecciones fundamentales con las que se fundó la IV Internacional. Llamaban a los obreros y a los soldados del Ejército Rojo a sublevarse contra Stalin, a reagrupar las fuerzas y a llegar a las puertas de Alemania para que así, la clase obrera alemana supiera que contaban con las fuerzas de los trabajadores soviéticos para aplastar a Hitler.
¡Qué distinta hubiese sido la historia si la IV Internacional hubiese existido y hubiese planteado esa política en relación a Siria! Hoy los compañeros en el Líbano no estarían combatiendo solos, ni separados de la clase obrera iraní y seguramente la bandera palestina estaría ondeando en todo el territorio palestino.
Por eso hoy queremos rendirle un homenaje a estos compañeros junto a Trotsky. Lamentablemente, si no mal recuerdo, hace un año, cuando aparecieron estos escritos -que mostraban el sacrificio de estos compañeros que escribían en papelitos y cuadernos chiquitos y los escondían dentro de la cárcel- en el mismo momento los renegados del trotskismo estaban reunidos en La Habana, de rodillas y rindiéndole pleitesía a los nuevos ricos del PC Cubano. Hoy, un año más tarde, se encuentran todos en Brasil junto al stalinismo.
Pero seamos claros, compañeros. Ellos están donde tienen que estar y a donde pertenecen. Lo que no tienen que hacer es hablar más en nombre del trotskismo. Y nuestra tarea es que no sigan siendo una piedra en el camino o un puñal por la espalda para la clase obrera mundial.
Por eso queremos rendirles un homenaje a esos camaradas de la prisión de los Urales, que solos y en las peores condiciones, como Trotsky, se mantuvieron como revolucionarios íntegros, como internacionalistas.
Eso es todo, compañeros.
Programa y resoluciones votados en el congreso de fundación de la IV Internacional en 1938, publicados por el SWP norteamericano
Oposicionistas de Izquierda protestando en un campo de Siberia, 1928. Sus banderas eran contra la burocracia, contra el campesinado rico y por la democracia obrera revolucionaria
León Trotsky junto a León Sedov
James Cannon y Felix Morrow
Reunión de la Oposición de Izquierda en Moscú, 1927
El renegado del trotskismo Alan Woods abrazado a Chávez
Conferencia de Teherán del '43 entre Stalin y los "imperialistas democráticos" representados por Churchill y Roosevelt
Brigadas Internacionales en España en los '30
El presidente yanqui Obama y Raúl Castro
Chiang Kai Shek con Mao Tse Tung y el embajador yanqui
Aislador político de Verkhneuralsk, URSS
Rudolph Klement
Manuscritos de los oposicionistas de izquierda
hallados en los aisladores políticos de la URSS