Pese al asesinato y la masacre del estado mayor bolchevique y de la III internacional por parte del stalinismo
Pese al asesinato y la persecución al bolchevismo en la resistencia en los ’30; a León Trotsky, León Sedov, Rudolph Klement, Abraham León, asesinados entre otros mártires del proletariado mundial por la KGB, el fascismo y el imperialismo
Pese al revisionismo y el pablismo, que no dejaron piedra sobre piedra del bolchevismo y la cuarta internacional
En el 70º aniversario del asesinato de León Trotsky
Desde la Fracción Leninista Trotskista Internacional afirmamos
¡LA IV° INTERNACIONAL NO HA MUERTO!
¡VIVA EL COMBATE POR LA REFUNDACIÓN DE LA IV° INTERNACIONAL!
A 70 años del asesinato de León Trotsky, desde la Fracción Leninista Trotskista Internacional rendimos un homenaje a su obra más grandiosa: fundar la IV Internacional, que fuera continuidad del bolchevismo y la III Internacional, es decir, de la fracción internacionalista y revolucionaria del proletariado mundial.
La fundación de la IV Internacional en 1938 fue la síntesis de la experiencia histórica y la continuidad del socialismo científico en la época imperialista de dos generaciones: la que desde 1902 en el marxismo ruso y desde 1906 en el marxismo alemán se puso de pie para enfrentar la traición del reformismo al proletariado en la primera guerra mundial; y la generación, que unida a la que sobrevivió de este combate, enfrentó al stalinismo, esa segunda horneada de menchevismo, que no fue otra cosa que los verdugos del bolchevismo y los estranguladores de la revolución de octubre y mundial.
La fundación de la IV Internacional y el programa que ésta puso en pie, como síntesis histórica del programa para la revolución socialista internacional, fue la obra más grande y a la que le dedicó su más grande esfuerzo el camarada León Trotsky. Para golpear a este movimiento revolucionario que se había puesto de pie cuando ya se iniciara la segunda guerra mundial actuó a cuenta del imperialismo el golpe certero contrarrevolucionario del stalinismo que asesinó a Trotsky y a decenas y decenas de sus camaradas de combate.
Así, a principios del siglo XX, la burguesía y el imperialismo y las direcciones traidoras tuvieron que escarmentar y exterminar físicamente a la fracción internacionalista de la socialdemocracia alemana de Liebknecht y Rosa Luxemburgo (asesinados a manos de la soldadesca socialdemócrata de Noske en la revolución de los consejos obreros del ’18 y ’19 de ese país). Ellos junto a Lenin, el bolchevismo y el camarada Trotsky, se sublevaron contra la traición abierta de la socialdemocracia, que llamó al proletariado a enfrentarse entre sí en el campo de batalla al servicio de las pandillas imperialistas en la primera guerra mundial.
El stalinismo, como emergente de la descomposición y aislamiento del estado obrero a partir de mediados y fines de los ‘20, fue el encargado de llevar hasta el final, y con un cinismo un millón de veces superior, la labor contrarrevolucionaria que comenzara la socialdemocracia a principios del siglo XX, para liquidar a la fracción revolucionaria internacionalista del proletariado mundial. Los revolucionarios internacionalistas que, fundando la III Internacional y tomando el poder en Rusia, le demostraron a la clase obrera mundial que se podía tomar el cielo por asalto.
Ante el terror de la burguesía imperialista, el proletariado amenazó con hacerse del poder en toda Europa. Por la inmadurez de los jóvenes y nuevos partidos comunistas que surgían a la salida de la primera guerra mundial, el proletariado no se pudo hacer del poder en Alemania, lo que llevó a que la URSS quede aislada y sometida a las terribles presiones de la economía mundial dominada por el imperialismo y al atraso de sus fuerzas productivas.
El camarada Trotsky, como la vieja guardia bolchevique, sufrió lo mismo que sufrieron las masas y el proletariado alemán y europeo, que no pudieron hacerse del poder. Sufrieron las mismas condiciones de resistencia y padecimiento que las masas de la URSS, cuyas energías quedaron agotadas luego de 4 años de guerra civil y un durísimo combate contra 14 ejércitos imperialistas. Los revolucionarios sufrían la reacción emergente de estas condiciones, que al interior del estado obrero cercado llevaban a la emergencia de una cínica y arribista burocracia contrarrevolucionaria, que lo llevara luego a su degeneración completa.
A partir de allí, Trotsky y el trotskismo, desde la URSS y combatiendo por recuperar la III Internacional en occidente, iniciaron la continuidad del bolchevismo, esta vez en resistencia contra el stalinismo, obra que pega un enorme salto histórico con la fundación de la IV Internacional en el año ’38, continuadora del bolchevismo y la III Internacional revolucionaria. Un nuevo Kienthal y Zimmerwald que se preparaba para la lucha por la toma del poder en la segunda guerra mundial, después de ella y en todo el período histórico posterior.
Cuando hoy los más grandes detractores de Trotsky lo alaban como una “personalidad política más del movimiento socialista”. Cuando el mismo Chávez (el que abastece con el petróleo de Venezuela a toda la maquinaria de guerra imperialista) llama a leer sus libros (entregados a sus manos por renegados como Alan Woods). Cuando inclusive los renegados del trotskismo les llevan a los burócratas castristas, revestidos de “democráticos”, algunas obras de Trotsky a la feria del libro de La Habana. Cuando en los últimos 70 años en nombre del trotskismo y de Trotsky, luego de su muerte, se pusiera a la IV Internacional y su programa a los pies del stalinismo, el verdugo de la clase obrera mundial y del movimiento revolucionario internacional, por un oportunismo y un revisionismo surgido de las entrañas mismas de la IV Internacional. Cuando hoy, en nombre de la IV Internacional, se vuelve a levantar y a camuflar el mismo programa y las pseudoterías ya viejas y desdentadas del menchevismo y el stalinismo para estrangular al proletariado mundial… los trotskistas denunciamos lo que ya denunciara Lenin en su obra “El Estado y la Revolución”, a propósito de cómo se transformó a Marx en un león sin dientes por parte de sus detractores y falsificadores:
Como decía Lenin entonces:
“Ocurre hoy con la doctrina de Marx lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas en su lucha por la liberación. En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para "consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola. En semejante "arreglo" del marxismo se dan la mano actualmente la burguesía y los oportunistas dentro del movimiento obrero. Olvidan, relegan a un segundo plano, tergiversan el aspecto revolucionario de esta doctrina, su espíritu revolucionario. Hacen pasar a primer plano, ensalzan lo que es o parece ser aceptable para la burguesía. Todos los socialchovinistas son hoy -- ¡bromas aparte! -- "marxistas". Y cada vez con mayor frecuencia los sabios burgueses alemanes, que ayer todavía eran especialistas en pulverizar el marxismo, hablan hoy ¡de un Marx "nacional-alemán" que, según ellos, educó estas asociaciones obreras tan magníficamente organizadas para llevar a cabo la guerra de rapiña!”
Cuánta verdad histórica encierra esta posición de Lenin. Una gran lección para desenmascarar a los que adulan al leninismo y al trotskismo, mellando el filo revolucionario de su combate y de su legado para rodearlos de una cierta aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas. Así lo hizo el stalinismo luego con Lenin, y ahora los renegados del trotskismo con Trotsky y su legado, la IV Internacional.
Desde la FLTI, a 70 años de la ejecución de Trotsky, denunciamos la impostura que los renegados del trotskismo hacen de sus posiciones revolucionarias y el combate implacable que dieron Trotsky y los bolcheviques leninistas contra la burguesía y los explotadores.
El trotskismo combatió contra toda colaboración de clases. No sólo contra el frente popular en Francia o en España en los ’30, sino ya en el ’27 en China, cuando Stalin llevó al Partido Comunista a ingresar como ala izquierda del Kuomintang, un movimiento nacionalista burgués, cuyo dirigente Chiang Kai Shek fuera invitado como presidente de honor a los congresos de la III Internacional stalinista, y luego volviera a China donde masacró a un millón de comunistas y aplastó la insurrección de Cantón de 1927.
Ver hoy a los renegados del trotskismo sostener a Chávez, solicitarle “que avance al socialismo”… solicitarle a Morales “que expropie al imperialismo”, mientras se revuelcan con ellos y demás desechos del stalinismo en el Foro Social Mundial, como han hecho todos los renegados del trotskismo en Latinoamérica, no es más que ver la vieja película de Stalin sosteniendo a Chiang Kai Shek, como sirviente de las burguesías nativas.
Ver hoy a los renegados de la IV Internacional sostener al Obama “democrático contra el Bush fascista” en EEUU, defender a rajatabla la unidad de la Europa imperialista de Maastricht, y seguir acompañando (como lo hacen) a la burocracia castrista, inclusive a las puertas de la restauración capitalista en Cuba, es repetir hoy, pero esta vez ensuciando las banderas de la IV Internacional, la vieja política stalinista de apoyo a los “imperialismos democráticos” como el de los asesinos Churchill y Roosevelt, no menos masacradores y saqueadores de los pueblos oprimidos que el fascista Hitler.
Los que “conmemoran” en esta fecha la “personalidad política” de Trotsky “como un socialista” más, son los que a cada paso destruyeron su legado y su combate histórico. Son lo que renegaron de él y, en última instancia, del bolchevismo y la IV Internacional, el partido mundial de la revolución socialista, al cual destruyeron mil y una veces.
Ellos son “trotskistas” y hacen actos para “homenajear a Trotsky tal cual icono inofensivo” tan sólo cuando se trata de controlar al ala izquierda de la clase obrera. Una vez que lo hacen, que le atan las manos al proletariado para pelear, que desmoralizan su lucha y sus combates, le hacen un adiós a Trotsky, a su legado… hasta el próximo “homenaje” dentro de un año.
Por eso silencian que la obra más grande, y por la cual hoy ellos se ven obligados a tener que hablar en nombre del trotskismo para mejor destruirlo, es que se fundó la IV Internacional con un programa y una perspectiva de llevar al triunfo al proletariado internacional a fines de los años ’30. Su programa y su legado fueron tan fuertes en la historia que aún hoy, luego de que fueran mil veces falsificados, revisados y bastardeados, el programa de la IV Internacional es el único desde donde se puede hablar y mirar a los ojos al proletariado mundial para luchar por su liberación. Por ello, corrientes morenistas, mandelistas y healistas, pablistas de la primera y segunda hora, y un sinfín de liquidadores de la IV Internacional, le dedican obituarios y recordatorios al camarada Trotsky.
A los que hablan en su nombre les decimos: aunque lo que ustedes hagan es una impostura de Trotsky, lo que logran al hablar de él es lo mismo que lograron sus antecesores, que obreros perspicaces y jóvenes revolucionarios vayan a leer sus obras, se incendien de pasión revolucionaria y comprendiendo el verdadero combate del bolchevismo, comiencen a ver que sus “maestros trotskistas” de hoy no tienen nada que ver con el trotskismo, como ya afirman millares de obreros conscientes en el mundo.
Por ello, a 70 años del asesinato de Trotsky, volvemos más que nunca a reafirmar: el trotskismo, su teoría y programa, como continuidad del bolchevismo, pasaron la prueba de la historia. Los “trotskistas”, no… los renegados del trotskismo no pasaron la prueba. A pesar y en contra de los usurpadores del trotskismo, luchando por recuperar las banderas del marxismo revolucionario y su legado, la IV Internacional vive. El trotskismo no ha muerto y ya se reagrupan las fuerzas para refundar la IV Internacional. Ese es nuestro más grande homenaje a nuestro camarada caído en el combate, León Trotsky.
Como decía el volante que sacaran los grupos trotskistas en Argentina en el año 1940, luego de 70 años, desde la FLTI decimos junto a los fundadores de la IV Internacional, enfrentando a los renegados del trotskismo, a los falsificadores y detractores de Trotsky, a los que intentan convertir a Trotsky en un ícono inofensivo, castrando su doctrina revolucionaria: “¡León Trotsky ha muerto, camaradas! Ha caído como caen los que luchan, como caen los héroes del proletariado, rindiendo su vida por una humanidad mejor. Ha caído en horas aciagas del mundo, cuando más necesaria era su palabra orientadora y su presencia de jefe indiscutido del proletariado revolucionario de todos los países. ¡León Trotsky ha muerto, camaradas! Que la congoja varonil que anuda nuestra garganta y cierra nuestros puños nos lleve a tomar la firme decisión de compenetrarnos aún más de sus excepcionales virtudes y de vengarlo recogiendo aquello que había en Trotsky que no podrán destruir jamás los que ignominiosamente lo asesinaron: sus ideas de fiel continuador de Marx, Engels y Lenin que, junto con las de éstos, conducirán la futura revolución proletaria mundial. ¡León Trotsky ya no está con nosotros! Recojamos las últimas palabras que se le atribuyen y levantémoslas como bandera junto a su imperecedera figura de hombre, de líder y de revolucionario: ‘¡ESTOY CONVENCIDO DEL TRIUNFO DE LA CUARTA INTERNACIONAL! ¡ADELANTE!’” (Volante del Grupo Obrero Revolucionario, IV Internacional, Buenos Aires, Agosto de 1940)
Desde la FLTI rendimos homenaje al bolchevismo, a la III Internacional, a los combatientes de la izquierda de Kienthal y Zimmerwald y a sus continuadores en la noche negra de los ’30, cuando el stalinismo, el frente popular y el fascismo estrangularon la revolución proletaria y abrieron el camino a la segunda carnicería imperialista mundial.
Rendimos homenaje al bolchevismo en la resistencia, que levantó cabeza inmediatamente ante la muerte de Lenin a fines de los ’20 y principios de los ’30, combatiendo a la burocracia stalinista, que usurpando el estado obrero liquidó a los mejores elementos bolcheviques y destruyó al partido de Lenin y a la III Internacional.
El bolchevismo en la resistencia contra la ofensiva contrarrevolucionaria stalinista, era encabezado por León Trotsky y su Oposición de Izquierda al interior de la III Internacional y del Partido Comunista de la Unión Soviética, luego de que fuera derrotada en 1924 la última ofensiva revolucionaria del proletariado alemán, y de que las fuerzas de la revolución de octubre quedaran diezmadas y aisladas después de 4 años de guerra civil contra 14 ejércitos imperialistas, lo que dio origen a la emergencia de la burocracia stalinista como una excrescencia al interior del estado obrero.
Rendimos homenaje al camarada León Trotsky y a la IV Internacional, que en su combate contra el stalinismo, dejó las lecciones revolucionarias que completaron la teoría-programa de la revolución permanente en la revolución china de 1927 y en la lucha por la revolución política al interior de la URSS para restaurar el poder de los soviets, derrocando a la burocracia, para así transformar al estado obrero nuevamente en un bastión de la revolución mundial.
En los duros combates contra el frente popular en los ’30, en su lucha contra el centrismo que a cada paso intentaba abortar el giro a la izquierda de amplias capas de la clase obrera, contra los “frentes únicos por arriba” del stalinismo y la socialdemocracia que estrangularan el camino a la huelga general en Inglaterra a fines de los ‘20, y contra el fascismo en Alemania, donde el stalinismo y su política de “tercer período” entregaran dividido y derrotado al proletariado alemán ante la emergencia del fascismo en el ‘33, en esos años el trotskismo formó cuadros revolucionarios, bajo las durísimas condiciones de revolución y contrarrevolución. La IV Internacional se construyó como continuidad del bolchevismo enfrentando la noche negra del stalinismo, el fascismo y el servilismo de las direcciones traidoras a los “imperialismos democráticos” que llevaron a las tragedias de las derrotas de la revolución española y francesa, y sometieron a la clase obrera norteamericana e inglesa a los carniceros imperialistas de Roosevelt y Churchill.
Con estas primeras derrotas se asentaba entonces la lacra stalinista no sólo en la URSS, sino también en la III Internacional.
Nos ponemos de pie para homenajear a los bolcheviques-leninistas que en 1933 valientemente luego de la traición del stalinismo al proletariado alemán, iniciaron su combate por poner en pie una nueva internacional: la IV Internacional, que fue conquistada en el campo de batalla de la guerra civil española contra las traiciones del stalinismo y el frente popular. Y también contra la impotencia y servilismo al reformismo por parte del centrismo que lo sostenía por izquierda, como el POUM español, surgido de un acuerdo sin principios entre Andrés Nin y los bujarinistas, lo que significó una verdadera tragedia para la revolución socialista en España.
La IV Internacional no se abstuvo ante la emergencia de capas enteras del proletariado que ante el avance del fascismo en España y Europa rompían con la socialdemocracia, giraban a la izquierda y buscaban un camino revolucionario que el stalinismo no brindaba. El trabajo de la IV Internacional sobre el centrismo, para facilitar rápidamente la evolución de centenares de miles de obreros al programa revolucionario, se concentraba en una política clara de flexibilidad táctica e intransigencia estratégica.
Es que al decir de Trotsky, el centrismo es el factor más importante de nuestra época. La tarea del movimiento revolucionario no es darles vituallas, sino obligarlo a optar entre la reforma o la revolución.
La imagen creada por renegados del trotskismo de que Trotsky “fue sectario” es una infamia. Como decía Trotsky, los reformistas, cuando nos acusan de “sectarios” atacan la solidez que tenemos los bolcheviques leninistas en nuestros principios y nuestra intransigencia irreductible en la lucha por la revolución proletaria. Los oportunistas no atacan nuestros puntos débiles (que indudablemente los tenemos), ellos atacan nuestros puntos fuertes.
Rendimos homenaje a la sección rusa de la IV Internacional fundada por León Trotsky como la fracción leninista del partido bolchevique que enfrentó las ignominias del stalinismo y la burocracia soviética contra el proletariado internacional.
Después de la emergencia de la burocracia stalinista, el trotskismo en la URSS daba con sus huesos en los campos de concentración stalinistas como en Vorkuta. Desde allí también se combatía, en las entrañas del stalinismo, por la IV Internacional.
La sección rusa era centralizada desde occidente por el secretariado internacional de la IV, encabezado por Trotsky junto a Cannon, Van Heijenoort, Rudolph Klement, entre otros. Junto a ellos, emergía una nueva generación de cuadros internacionalistas encabezada por el camarada León Sedov, perseguido por la Gestapo alemana y asesinado por la KGB por la espalda. Ellos y muchos otros constituían un estado mayor internacionalista que le daba continuidad al legado de la III Internacional. ¡Viva la heroica sección rusa de la IV Internacional, masacrada por el stalinismo en los campos de concentración y mil veces traicionada por la espalda por los liquidadores de la IV Internacional, que en occidente sometieron su programa y su combate a los pies del stalinismo y su política contrarrevolucionaria de coexistencia pacífica con el imperialismo en la posguerra! Ellos fueron sirvientes de Mao Tse Tung, Tito, Castro, Ho Chi Mihn. Y son los responsables de dejar aislada resistiendo a la IV Internacional en la Unión Soviética, como dejaron dislocada la revolución socialista en occidente de la revolución política en oriente que en Checoslovaquia, Hungría, Polonia enfrentaba a la burocracia stalinista.
Desde la FLTI homenajeamos a la teoría y al programa conquistado en la fundación de la IV Internacional, y reafirmamos su plena vigencia y actualidad. Lo hacemos denunciando a los falsificadores, revisionistas y renegados del trotskismo, que le han echado la culpa de todos sus males y la crisis de nuestro partido mundial a sus bases teóricas y programáticas.
Homenajeamos al camarada Trotsky como símbolo de una generación de marxistas revolucionarios internacionalistas que desde la primera década del siglo XX, en la que se desarrollara y se sobreviviera el capitalismo, esta vez como imperialismo -es decir como capitalismo parasitario-, ajustó la teoría y el programa del marxismo con el método del socialismo científico, preparando las condiciones para llevar al proletariado a la victoria. Como ya dijimos, esa generación comenzó con un puñado de internacionalistas que concentraban las primeras experiencias revolucionarias en la nueva época imperialista que se abría en los inicios del siglo XX, tanto en Rusia con el bolchevismo, como en Alemania con Rosa Luxemburgo y Liebknecht. Estos revolucionarios internacionalistas fueron los que se fusionaron definitivamente en 1914, rompiendo con los renegados y traidores del marxismo como Bebel, Kauztky y demás socialdemócratas como los mencheviques, todos ellos sirvientes del imperialismo ruso, alemán y europeo, que entregaban al proletariado a las distintas pandillas de las potencias imperialistas que se disputaban el mundo en la carnicería de la primera guerra mundial.
Desde la FLTI denunciamos y reafirmamos ante el proletariado mundial, que el asesinato de Trotsky fue un hito decisivo para terminar de liquidar a toda una generación de revolucionarios socialistas e internacionalistas que no se pusieron de rodillas ante la burguesía; que dijeron como Liebknecht que ¡el agua y el fuego no se juntan!; que enfrentaron implacablemente a los traidores de los sindicatos y las organizaciones obreras, como la socialdemocracia. Que en la Rusia de los zares, bajo la dirección y centralización de un estado mayor internacional surgido de la fusión de los internacionalistas en Kienthal y Zimmerwald, lograron demostrarle a la clase obrera mundial que podía hacerse del poder y cambiar el curso de la historia, terminando con el régimen de explotación capitalista.
El asesinato de Trotsky a manos del stalinismo fue un golpe certero, centralizado y monitoreado por las camarillas del imperialismo mundial, de una cadena de golpes contrarrevolucionarios precedido por la masacre y el asesinato vil de Rosa Luxemburgo y Liebknecht por parte de la soldadesca socialdemócrata de Noske, para derrotar la gloriosa revolución de los consejos de obreros y soldados del ‘18 y ‘19 en Alemania, y por los juicios de Moscú, donde la burocracia stalinista liquidó a toda la generación bolchevique de la III Internacional.
¡Transformemos entonces este 70º aniversario del asesinato de Trotsky en un homenaje a Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo y los asesinados en los juicios de Moscú como toda la vieja guardia bolchevique! Homenajeemos a los camaradas León Sedov, Rudolph Klement, Abraham León y todos los trotskistas y revolucionarios masacrados por la espalda por la quinta columna stalinista en la guerra civil española… Rindamos homenaje entonces al camarada León Trotsky y a toda la generación de revolucionarios socialistas internacionalistas, que junto a Lenin, demostraron que era posible llevar al triunfo al proletariado mundial y conquistar las condiciones para la victoria.
Desde la FLTI sabemos que liquidar y destruir a toda una generación de revolucionarios internacionalistas e incorruptibles es lo que permitió en última instancia que el capitalismo se sobreviva, puesto que el proletariado sufrió un duro golpe a la centralización internacional de su combate, su organización y conciencia internacionalista, condiciones indispensables para que la clase obrera pueda liberarse de la explotación en la sociedad capitalista.
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Revista "Quatrieme Internationale"
Militantes trotskistas de la IV Internacional
en Johanesburgo, Sudáfrica 1934
Facsimil de las resoluciones de la Conferencia de fundación
de la IV Internacional
Abraham León
Rudolph Klement
León Sedov
Tatu Tao
Leon Trotsky fundador de la IV Internacional
y del Ejército Rojo de la URSS
Lenin y dirigentes de la 3 Internacional en 1919
Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht
El segundo Congreso de la Internacional Comunista 1920
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