Si el primer ensayo del ‘69, preparado durante 25 años, terminó en la gran derrota del ‘76, el otro, el del ‘82, fue abortado antes que desarrollara toda su plenitud.
La dictadura se enfrentaba a la crisis económica y al inicio del ascenso obrero (setecientas huelgas que culminan con la huelga general del 28 de marzo de 1982). La clase media ya había roto con el régimen. Así, Galtieri, para salir de este encierro, se lanza a la aventura de invadir las Malvinas. Este hecho transforma el incipiente ascenso obrero en una gran y desbordante movilización obrera y popular.
En una primera etapa, por lo prematuro de la derrota, esta movilización no logró decantar comités de acción antimperialistas ni organismos de autoorganización de las masas para la guerra contra el imperialismo. La clase venía de una dura derrota histórica en el ‘76.
Pero la capitulación militar en la guerra transformó el ascenso que había comenzado por Malvinas en enfrentamiento directo a la dictadura, que se derrumba a partir del 14 de julio de 1982.
Cae Galtieri, la Junta militar se disuelve y durante una semana no hay gobierno. Los partidos peronistas y radical, colaboradores de la dictadura, están totalmente debilitados aunque les alcanza para sostener al gobierno de Bignone que cierra el vacío (con el apoyo desde la izquierda del PC y Alende). Se abre así una crisis y un salto en la situación revolucionaria que ya la guerra había abierto, hasta que la ‘‘multipartidaria” en diciembre de ese año logra empezar a ponerse a la cabeza de las masas para llevar todo a las elecciones. Fueron meses de crisis en las alturas nunca vista en el país.
La disciplina de las FF.AA. estaba rota, los soldados desafiaban públicamente a los oficiales (rechazando junto a sus padres la entrega de las medallas por la participación en la guerra). Grandes movilizaciones contra los impuestos recorrieron el gran Buenos Aires, las movilizaciones a Plaza de Mayo de uno u otro sector eran diarias. La burocracia se vio obligada a llamar a dos huelgas generales, verdaderas huelgas políticas que paralizaron literalmente al país.
Pero fue nuevamente la misma inmadurez que ya destacamos del proceso de masas abierto con Malvinas, la inexistencia de organismos que expresaran la tendencia de las masas a organizarse de manera independiente, lo que permitió a la burguesía, a partir de la derrota militar, asentar, aunque no sin esfuerzos, el régimen de la democracia burguesa y los partidos, a los que fueron rápidamente las masas viéndolos no como salvadores de la dictadura genocida, ni de la entrega de Malvinas. Así comenzó a ser estrangulada, casi desde sus inicios, la crisis revolucionaria que significó la caída de la dictadura."
Un extracto sacado de un artículo histórico "APUNTES PARA UNA HISTORIA DEL TROTSKISMO ARGENTINO"
(ver artículo completo)
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