Argentina- 29 de enero de 2020
29 de enero 2020
En Wall Street, el gobierno negocia la entrega de la nación. El parlamento la va a refrendar…
Para enfrentar el robo de la deuda externa hay que luchar como en diciembre de 2017
Wall Street le está sacando rápido la careta a los Fernández. Por más que se llenen la boca hablando de “soberanía”, la realidad es que los Fernández vinieron a gobernar para el FMI y los especuladores de Wall Street.
En el problema de la deuda externa se esto se ve claro. Guzmán no fue a Nueva York a “defender los intereses de la Argentina”. Los inversionistas y banqueros saben que Argentina está quebrada y quieren garantías de cobro, después de que JP Morgan y el FMI nos endeudaron en más de U$S 100 mil millones, solo en los últimos 4 años.
Guzmán fue a garantizarle a todos estos parásitos que van a cobrar y en los mejores términos posibles. Solo pide “buena voluntad” y “comprensión” para que acepten cobrar más tarde. Ahora en el Congreso, la burguesía de conjunto va a refrendar esta política.
El servilismo de la burguesía argentina con el imperialismo no tiene límites. El gobierno fue a Wall Street a rendirle cuentas a los banqueros, accionistas y CEO’s de los monopolios cerealeros, petroleros, mineros, automotrices, etc. yanquis agrupados en el Council of the Americas, los dueños de Argentina y América Latina.
A los Fernández jamás se les cruzó por la cabeza desconocer la deuda. En 2005, mientras parloteaba contra Bush, Kirchner retomó los pagos, después de que los trabajadores habíamos impuesto el no pago en 2001 echando 5 presidentes. Desde entonces los K no solo fueron “pagadores seriales” (US$ 200 mil millones) sino que nos siguieron endeudando (de US$ 178 a 250 mil millones).
Ahora reconocen el 100% de la deuda de Macri, en esa infame operación de sobreendeudamiento y saqueo que dirigieron JP Morgan y el FMI, y que los propios K, Massa y los gobernadores del PJ sostuvieron desde el parlamento y las provincias.
Ahora todos los parásitos se preparan para seguir el festín: fondos de inversión acreedores como Blackrock, Pimco o Greylock Capital; intermediarios y asesores como JP Morgan, Merrill Lynch, Rothschild y Lazard; abogados litigantes y comisionistas locales varios.
Desde el punto de vista legal, según la ley que fue al parlamento los Fernández aceptan someterse a la jurisdicción de jueces yanquis… ¡de distrito! (como la Corte del Distrito Sur de Nueva York) para que “lauden" entre el Estado argentino y los acreedores.
Es un festival de especulación y robo. Muchos inversionistas compraron bonos al 40% de su valor nominal y esperan cobrar al 100% + intereses, aunque sea con demora. Así, sin trabajar, estos parásitos se meten la diferencia en el bolsillo. ¡Es una estafa!
Todos nos están chupando la sangre a los obreros, los únicos que producimos la riqueza de la nación, y siguen redoblando las condiciones de explotación para exprimirnos más y más.
Para eso está el pacto social de la burocracia con el gobierno y la patronal. Techint reincorporó a 191 obreros que había despedido, pero con un régimen de suspensiones y el 70% del salario anterior. La burocracia empresaria del kirchnerista Caló se lo permitió. En distintos gremios siguen los despidos y suspensiones.
Con el pacto social nos liquidaron las paritarias por sumas fijas decretadas por el gobierno.
Y mientras a nosotros nos tienen el salario congelado, las grandes empresas siguen aumentando los precios tan alevosamente que Fernández tuvo que salir a hablar de “la enorme irresponsabilidad de algunos empresarios que están aumentando marcas alternativas”. Eso es la inflación: la ganancia de los capitalistas. Por supuesto que el charlatán profesional de Fernández no va a tomar ninguna medida contra ellos, porque es el gobierno de ellos.
Pero si los obreros osáramos tomar fábricas o cortar rutas por salario, a enseguida nos mandarían a Berni y la gendarmería, como se cansaron de hacer con Néstor y Cristina. La burocracia piquetera ya se reunió con la Ministra de Seguridad para impedir los piquetes. Eso es el pacto social: hambre, traición de la burocracia y sometimiento a los planes de los capitalistas.
El FIT-U no ha llamado a enfrentar estos planes de entrega con los métodos de la clase obrera. En su declaración del 27 de enero plantea algunas medidas elementales pero no quiere mover un dedo para luchar ni siquiera por su programa. Dirigiendo el SUTNA, la UF-Haedo, el SUTEBA-Matanza, Kimberly Clark, etc. el FIT-U no llamó desde allí a una acción de las organizaciones obreras frente al parlamento, con paro y piquetes.
Solo convocó a un acto frente al Congreso para que se luzcan sus figuras parlamentarias, Del Caño, Solano, Bregman, etc. un acto que no significó ningún paso adelante en la autoorganización de la vanguardia obrera. Esto es toda una muestra del “antiimperialismo” de campaña del FIT-U.
Pero al imperialismo no se lo derrota con marketing ni discursos. A los yanquis y el FMI se los enfrenta luchando como en Ecuador, con la huelga general revolucionaria. Así se derrotó el paquetazo del gobierno y el FMI en ese país.
El FIT-U habla de Francia pero no quiere luchar como los obreros franceses. Habla de Chubut pero no llama a derrotar a la burocracia sindical y piquetera que nos enchaleca y garantiza la entrega de nuestras conquistas. El camino del FIT-U es el de las leyes en el parlamento y la sumisión al pacto social.
La vanguardia obrera necesita reagruparse. No se puede perder más tiempo. ¡El sindicalismo combativo debe convocar ya mismo un encuentro obrero para preparar la guerra contra la burocracia y el pacto social!
¡Hay que volver a pelear como en diciembre de 2017 en Plaza Congreso!
Juan Carballo |