Argentina - 17 de noviembre de 2021
Se consumó la trampa electoral bajo el mando de Biden y el FMI
Los capitalistas y el imperialismo alistan a los partidos patronales para profundizar el ataque a la clase obrera
Se consumó una nueva trampa electoral. Los partidos patronales, enemigos del pueblo, representantes del FMI, Wall Street y los grandes capitalistas locales, han sido relegitimados con 21 millones de votos para profundizar el ataque a los trabajadores y las masas explotadas.Por eso todos festejan.
Pero los obreros no tenemos nada que festejar. No tenemos trabajo ni salario dignos. No tenemos jubilaciones justas. Esta “democracia para ricos” solo nos ha dado más miseria, desocupación y carestía de la vida.
Aún así, millones de trabajadores, traicionados por la burocracia sindical, han sido llevados a votar por esos partidos verdugos de la clase obrera. Esa es latragedia de nuestra clase.
Fernández celebra haber reducido el margen de su derrota en la provincia de Buenos Aires respecto a las PASO, pero ello no puede ocultar la derrota histórica que ha sufrido el peronismo a nivel nacional, donde obtuvo el 33% (7.800.000) votos contra el 42% (9.800.000) de Juntos por el Cambio. Tanto es así que el PJ perdió el quórum propio en el Senado por primera vez desde 1983.
Juntos por el Cambio, que se ganó en las calles a las clases medias desde el inicio de la cuarentena, triunfó de forma contundente en las provincias del centro y el sur de la Argentina.
Los Fernández están haciéndole a la clase obrera lo que no pudo el gobierno de los CEO’s de Macri, al que la propia clase obrera le puso un límite con los combates de diciembre de 2017 frente al parlamento.
Este gobierno, con la burocracia sindical empresaria sosteniéndolo en un pacto con la UIA y el gran capital, ahogó cada reclamo y está avanzando en la reforma laboral por establecimiento. Fernández “festeja” los acuerdos con el FMI mientras se desangra perdiendo enormes franjas de votantes en la clase obrera y las masas explotadas.
No es para menos. El imperialismo está llevando adelante una feroz ofensiva de recolonización y saqueo de América Latina. En Argentina, se servirá de todos los agentes que tenga a mano para imponerla.
El gobierno peronista, agente directo del imperialismo norteamericano, apoyado en la burocracia sindical y piquetera, intenta generalizar el avance de la “maquilización” de la Argentina con los pistoleros de los sindicatos y las balas de la policía.
El PJ le garantiza a Wall Street el control y el sometimiento extremo de la clase obrera por medio de la burocracia de los sindicatos estatizados, una verdadera “policía” al servicio de los capitalistas al interior de las filas obreras. Por eso mismo, a pesar de haber perdido más de 5 millones de votos a nivel nacional respecto de 2019, Fernández puede festejar como un “triunfo” no haber perdido el control clave sobre los hambrientos del Conurbano, donde ganó y mantiene un férreo control vía los punteros municipales y la burocracia piquetera del Vaticano. Pero sobre todo festeja que tiene alistados a los pistoleros de los sindicatos contra la clase obrera y que tendrá el apoyo de Juntos por el Cambio en el parlamento para pasar los planes del FMI y el imperialismo.
El gobierno blande el aparato sindical en actos y marchas en su apoyo, luego de haber sacado a la clase obrera de la escena con duras derrotas y reveses a todas las luchas desde el inicio de la cuarentena en 2020.
La reunificación de la CGT refuerza el pacto social y el control férreo de las organizaciones obreras por parte del Estado, para continuar pasando la flexibilización laboral en acuerdos por fábrica y por sector como en Toyota, y con la liquidación de los planes sociales y el ingreso de los desocupados a trabajar por $30 o $40 mil.
Juntos por el Cambio -el partido de los gorilas del campo, la oligarquía y la banca- se recompuso en estas elecciones gracias al apoyo de las clases medias reaccionarias y de un sector de obreros que los votó en contra de Fernández. Su rol es garantizar que el gobierno ataque más y más a la clase obrera. De esto se trata la trampa electoral. El imperialismo aprieta la soga en el cuello de Fernández y lo exprime como a un limón hasta sacarle su última gota de servilismo a Wall Street y al FMI.
Cuando ya no le quede ni una gota, no dudará en descartarlo sin piedad. Mientras tanto, la oposición gorila va a fiscalizar y apoyar desde el Congreso todas las medidas de los Fernández contra los trabajadores para el pago de deuda fraudulenta al FMI… siempre que cumpla a rajatabla que ordenan la embajada yanqui y la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina.
Es que, como adelantamos más arriba, Argentina está bajo las condiciones de la ofensiva del imperialismo norteamericano sobre América Latina. Biden quiere imponer un régimen de superexplotación obrera al nivel de las maquiladoras del norte de México, desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego.
Wall Street necesita convertir a la Argentina quebrada y saqueada en una colonieta como Colombia, Chile o Ecuador. Por eso, desde abril Washington siguió de cerca la marcha de la trampa electoral, que vino a coronar, en primer lugar, un enorme triunfo del régimen del pacto social y el fortalecimiento de todas sus instituciones de dominio, con las que se le impondrán a la clase obrera las peores ignominias y el saqueo de la nación.
Por delante no hay un camino de reformas parlamentarias sino un recrudecimiento de la guerra de clases. El imperialismo sabe que la “maquilización” de la Argentina no será pacífica.
Bajo órdenes de la embajada yanqui y los partidos patronales, los jueces acaban de condenar a César Arakaki y Daniel Ruiz por enfrentar el ataque de Macri a las jubilaciones en 2017. Sebastián Romero, ex-delegado de la GM, está preso por la misma causa. Estamos ante un gobierno que no duda en reprimir salvajemente a los trabajadores. En 2012, los jueces de la Kirchner y las petroleras torturaron y condenaron a cadena perpetua a los petroleros de Las Heras.
El enorme crecimiento electoral de Milei y Espert, a la cabeza de un movimiento protofascista fogoneado por el gran capital y la embajada norteamericana, es la muestra de que el imperialismo está explorando las condiciones para el fascismo en las clases medias, a las que llenan de odio contra los trabajadores para arrojarlas mañana a choques en las calles contra la clase obrera, si es que lo consideran necesario.
El acto de Milei en el Luna Park fue custodiado por “camisas negras” que mostraron públicamente sus armas, en un episodio montado para legitimar sus revólveres, con pleno aval de los jueces y la policía.
El FIT-U ya tiene los votos y los diputados… ahora hay que poner en pie el Frente de Lucha para unir las filas obreras en las calles contra el ataque de los de arriba
La clase obrera fue sometida a la trampa electoral en medio de una feroz crisis económica internacional. Las traiciones de la burocracia sindical impidieron a la clase obrera dar una respuesta contundente a la catástrofe económica y social y disputarle la dirección de las clases medias arruinadas a los gorilas. Millones de explotados han quedado en la marginalidad, la desocupación crónica y la desesperación. Muchos de ellos, hundidos en la desilusión y la desesperanza, han votado a Juntos por el Cambio contra el gobierno de los Fernández.
Este hecho, sin dudas, hace empalidecer la elección del FIT-U, que ha sacado 1.400.000 de votos y tiene 4 bancas en Diputados.
Pero cientos de miles de obreros lo votaron porque no se resignan a aceptar la miseria y el hambre y quieren que el FIT-U haga lo que dice: romper al FMI, repartir las horas de trabajo para terminar con la desocupación y conquistar un salario al nivel de la canasta familiar. La formidable elección de Vilca en Jujuy muestra que FIT-U ya es la primera fuerza en el movimiento obrero de esa provincia, las empresas, los ingenios, los empleados públicos y en el movimiento de desocupados.
Lamentablemente, el FIT-U dice que esto se consigue en el parlamento y no ha puesto sus fuerzas al servicio de organizar las fuerzas que lleven adelante este programa en las calles. En medio del crac y bajo la bota del FMI, pelear por reformas parlamentarias es una utopía. Los capitalistas solo cederán algo si están amenazados por el peligro de perder todo.
No habrá salario ni trabajo digno sinuna lucha por expropiar sin pago a la oligarquía y a las transnacionales. No se puede romper con el FMI si no es con una lucha revolucionaria en las calles como la del Cordobazo o el 2001.
Para ello hay que romper con los partidos patronales y el pacto social de los carneros burocracia sindical, que ata a la clase obrera al PJ y al Estado.
El FIT-U ya consiguió los votos y los diputados. Ahora hay que reagrupar las filas obreras, llamando de forma urgente a poner en pie un gran Frente de Lucha de los autoconvocados de la salud, portuarios de la Terminal 5, los del Astilleros Río Santiago, junto a los sindicatos y movimientos piqueteros combativos, para preparar un gran combate contra el gobierno, la UIA, la oligarquía y la burocracia sindical.
Jujuy debe convertirse en un bastión de la clase obrera argentina contra la ofensiva del imperialismo y el gobierno. El millón y medio de votos del FIT-U, su peso en el SUTNA, la UF-Haedo, ATEN Capital, SUTEBA-Matanza y todas las seccionales Multicolor, y en los movimientos piqueteros combativos al servicio de esta pelea. Hay que derrotar a la burocracia sindical y reabrir el camino a la Huelga General. ¡Fuera los carneros y los traidores de la clase obrera!
Un Frente de Lucha con democracia directa llame a poner en pie o desarrollar los organismos de autodeterminación de los trabajadores y que constituya los comités de autodefensa obrera contra la represión del Estado y de los pistoleros de la burocracia sindical. Solo así se puede preparar un escarmiento a los infames grupúsculos fascistas de Milei.
Se trata de volver al grito del “que se vayan todos”. Hay que preparar un Argentinazo para que este gobierno antiobrero se vaya en helicóptero y conquistar, sobre las ruinas de este régimen infame, un gobierno obrero y popular de las masas autoorganizadas y armadas. Solo ese gobierno, en unidad con la clase obrera de todo el continente, puede garantizar salario y trabajo dignos para todos los trabajadores, rompiendo la sumisión al imperialismo y expropiando a la oligarquía, sin lo cual no habrá jamás pan ni liberación nacional.
La clase obrera mundial está protagonizando enormes combates. Sus direcciones, vendidas al capital y sus regímenes, los mantienen aislados país por país. En Corea los trabajadores lanzaron una feroz huelga general contra los planes del gobierno y para recuperar la libertad de sus dirigentes apresados. En el Estado Español los obreros metalúrgicos de Cádiz entran en huelga y combate contra la flexibilización laboral. Distintos sectores de la clase obrera norteamericana vienen dando pelea enfrentando a Biden y los carniceros imperialistas. Meses atrás los trabajadores y la juventud obrera colombiana se sublevaron de forma revolucionaria contra Duque y los planes del FMI.
Esos son los aliados naturales de la clase obrera argentina.
La tragedia es, como dijimos, que sus direcciones impiden la unificación en una sola lucha internacional. Pero aún no se ha dicho la última palabra. Desde el Astillero Río Santiago, sectores de obreros mandan su solidaridad con la huelga de los metalúrgicos de Cádiz, llamando a luchar juntos por encima de las fronteras.
Está verdadera moción pone a la orden del día la necesidad de unir a la clase obrera a nivel internacional, marcando un ángulo de 180° respecto de las direcciones la someten a los trabajadores a su propia burguesía y a sus regímenes, sembrando ilusiones en el Parlamento de los capitalistas y la colaboración de clases.
Lejos de esto, la fuerza de los trabajadores está en la clase obrera mundial. Se vuelve urgente retomar la tarea de poner en pie una dirección revolucionaria e internacionalista de la clase obrera, que unifique los combates de los trabajadores en todo el continente contra los ataques del imperialismo. Esa es la tarea de los revolucionarios, de los trotskistas que luchamos bajo las banderas de la IV Internacional de 1938. |