Después de la trampa electoral de las PASO
Bajo las órdenes del FMI y las cámaras patronales y sostenidos por la burocracia sindical…
Los Fernández y el PJ definen un nuevo gabinete que se prepara para profundizar el ataque a los trabajadores
Por las paritarias y el salario, por trabajo digno y vivienda…
Hay que reabrir el camino a la huelga general
¡Fuera los carneros de la burocracia sindical y piquetera!
Comité de Lucha Nacional de los autoconvocados
y el sindicalismo y el movimiento piquetero combativo
¡Paso al Argentinazo! ¡Que se vayan todos!
La semana pasada los trabajadores siguieron perplejos durante 3 días la discusión abierta al interior del gobierno entre la Kirchner y Fernández. El verdadero punto de esa discusión -que la embajada yanqui siguió de cerca- fue cómo fortalecer al gobierno hasta 2023, sin que la propia clase obrera, sumida en una crisis social peor que la de 2001, lo tire como a De la Rúa.
Saben que Fernández es odiado por millones hundidos en la desocupación, hambre y miseria como no pudo hacerlo Macri. Por eso ahora la Kirchner, después de pasar un brutal ataque contra el pueblo junto a Fernández, plantea soltar algunas limosnas para evitar un estallido social y marchar sobre esa base a un gran pacto parlamentario de todos los partidos patronales para pagarle al FMI y profundizar la flexibilización laboral.
A eso viene el nuevo gabinete. El PJ cerró filas para cumplir el mandato del FMI, preparando un nuevo zarpazo a la clase obrera. Por eso llamaron, entre otros, a Manzur, ese gorila peronista gobernador de Tucumán, y a Aníbal Fernández, que organizó la masacre de Kostequi y Santillán con Duhalde y Solá y en 2010 le liberó la zona a los pistoleros de la burocracia sindical para que maten a Mariano Ferreyra.
El PRO y la UCR le garantizan gobernabilidad desde el parlamento al gobierno debilitado de los Fernández, tal como el PJ hizo con Macri cuando quedó en crisis tras el combate revolucionario en Plaza Congreso en diciembre de 2017. Todo el régimen de los partidos patronales está para garantizar el saqueo de la nación a manos del FMI y Wall Street.
La burocracia sindical de la CGT y la CTA -los únicos “ministros” que no se tocan-, junto a la burocracia del hambre de los “Cayetanos” del Vaticano, le garantizan la paz a todos los partidos patronales y los capitalistas con un pacto social de férreo control de las organizaciones obreras, con los pistoleros de la CGT y los punteros de los “movimientos sociales”. Traidores.
Para luchar por salario, trabajo digno y vivienda hay que reabrir el camino a la huelga general. Llegó la hora de organizar un nuevo 7 de marzo de 2017 contra los carneros de la burocracia sindical, como cuando los expulsamos del palco de la CGT al grito de “ponele fecha al paro”. ¡Abajo la “paz social” del hambre, la esclavitud y la muerte de la burocracia, el gobierno peronista, el PRO y el FMI! ¡Fuera los burócratas empresarios! ¡Que se vayan a la UIA, donde pertenecen!
Hay que llamar a hacer asambleas en los lugares de trabajo para reabrir las paritarias por $120 mil de salario básico para todos, con paros y piquetes contra los patrones y su gobierno.
Hay que llamar al movimiento piquetero a cortar las rutas por el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles para trabajar, con salario de $120 mil para todos.
Hay que expropiar sin pago las tierras de la oligarquía para garantizar alimento barato para el pueblo.
¡Libertad inmediata de Sebastián Romero! ¡Absolución de Ruiz y Arakaki y de los petroleros de Las Heras!
¡Que la crisis la paguen el FMI, la UIA y la oligarquía!
Debemos poner en pie ya mismo, sin demora, un Comité de Lucha Nacional de trabajadores autoconvocados, sindicatos y movimientos piqueteros combativos, para derrotar a los carneros de la burocracia sindical y piquetera con la unidad de ocupados y desocupados. ¡Paso a la huelga general!
El FIT-U le dice a los trabajadores que el reparto de las horas de trabajo o el salario básico de $120 mil se pueden conseguir por vía parlamentaria, con una política de presión sobre el Congreso. Eso no es verdad. Argentina está quebrada. El parlamento va a votar el acuerdo de entrega nacional con el FMI. Wall Street quiere un régimen de superexplotación obrera al nivel de las maquiladoras del norte de México, desde el Río Bravo a Tierra del Fuego. El Congreso de Colombia acaba de votar una ley que retrotrae las condiciones de trabajo al nivel del siglo XIX. Y eso es lo que planean hacer los Fernández, apoyados por Cambiemos y en complicidad con la burocracia sindical y piquetera, con la liquidación de los planes sociales y el ingreso de los desocupados a trabajar por $30 o $40 mil... ¡para seguir bajando los salarios a niveles insoportables y garantizarle obreros baratos a las transnacionales!
El surgimiento de un movimiento protofascista encabezado por Milei y apoyado en las clases medias reaccionarias demuestra que el gran capital no solo no va a dar ninguna concesión, sino que se prepara para grandes choques de clase. ¿Cómo el FIT-U puede negar esto?
A los capitalistas hay que ponerles la rodilla en el pecho. El salario, el trabajo digno para todos y la defensa de los convenios y las conquistas no van a venir de este parlamento del PJ, el PRO y toda esa banda de levantamanos de la UIA, la oligarquía y la embajada yanqui, sino peleando por todo, con una gran lucha revolucionaria en las calles como la del 2001, como la de Colombia o la Chile de 2019, inclusive con comités de autodefensa de los trabajadores.
El FIT-U ha decidido subordinar los intereses inmediatos de la clase obrera a la trampa electoral del FMI y los partidos patronales. Su peso en el SUTNA, la UF-Haedo, SUTEBA-Matanza y todos los SUTEBA opositores, en los movimientos piqueteros combativos lamentablemente no está puesto al servicio de preparar un gran combate contra el gobierno y la burocracia sindical. Tampoco el apoyo de los obreros jujeños al compañero Vilca, que obtuvo el 24% de los votos en Jujuy.
¡El Frente de Izquierda debe romper su subordinación a la trampa electoral y poner sus fuerzas e influencia al servicio de estas tareas impostergables! ¡No hay tiempo que perder! ¡Está en juego la suerte de millones de trabajadores!
El camino para echar al FMI y a Wall Street es el que marcaron los trabajadores y los explotados de Ecuador, Perú y Colombia, que se levantaron en lucha política de masas contra los gobiernos lacayos del imperialismo y los planes fondomonetaristas.
Hay que volver al grito del “que se vayan todos”. Hay que preparar un Argentinazo para que este gobierno antiobrero se vaya en helicóptero y conquistar, sobre las ruinas de este régimen infame, un gobierno obrero y popular de las masas autoorganizadas y armadas. Solo ese gobierno, en unidad con la clase obrera de todo el continente, puede garantizar salario y trabajo dignos para todos los trabajadores, rompiendo la sumisión al imperialismo y expropiando a la oligarquía, sin lo cual no habrá jamás pan ni liberación nacional.
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