Argentina - 17 de diciembre de 2022
Ante un nuevo aniversario de las jornadas revolucionarias de diciembre de 2001…
Contra el FMI y los capitalistas que saquean el país y hambrean al pueblo…
¡Es necesario que irrumpa la clase obrera en la escena nacional!
¡Abajo la burocracia sindical y el pacto social!
¡Hay que abrir el camino a la huelga general!
Por un Argentinazo triunfante.
¡Abajo este régimen infame de saqueo de la nación y esclavitud de los trabajadores!
¡Que se vayan todos y no que de ni uno solo!
Toda la podredumbre de un régimen de políticos patronales, banqueros imperialistas, terratenientes y grandes capitalistas, comandados por la embajada norteamericana, se muestra con toda claridad ante los ojos de los trabajadores, en momentos de un salto en el ataque del FMI y el gobierno, con inflación, hambre y miseria y un redoblado saqueo de la nación.
La condena CFK ha abierto una enorme crisis política en que, al calor de una disputa feroz entre pandillas patronales, salen a flote las conspiraciones entre jueces, fiscales, servicios de inteligencia en las mansiones de magnates extranjeros; los montajes judiciales; el espionaje de los servicios y policías en favor del kirchnerismo, etc.
Atrás de la condena a la Kirchner está la ofensiva del imperialismo yanqui, que quiere poner orden en América Latina, en momentos de una enorme crisis económica capitalista mundial. Cuando los levantamientos revolucionarios sacudieron Chile, Ecuador, Colombia, etc. Washington echó mano a sus agentes de colaboración de clases para engañar a las masas y desviar su lucha. Vinieron los Boric, Petro, Castillo, los Fernández, que garantizaron la continuidad del saqueo del FMI y Wall Street.
En 2019, Cristina puso sus votos y su partido para desviar la lucha obrera contra Macri hacia la trampa electoral.
Ahora que estos gobiernos cumplieron su rol y sacaron a las masas de escena, el imperialismo los disciplina sin piedad. Castillo (Perú) acaba de ser destituido y está preso. Lula asumirá con el látigo de la reacción bolsonarista. La Kirchner tiene una condena pendiendo sobre su cabeza. ¡Así terminan los sirvientes del imperialismo!
Unos cargan contra el parlamento. Otros, a los jueces “mafiosos”, pero todos usan las instituciones reaccionarias de los regímenes podridos contra la clase obrera para preservar sus negocios.
ABAJO EL RÉGIMEN ARCHIRREACCIONARIO DE LA CONSTITUCIÓN GORILA Y ANTI-DEMOCRÁTICA DE 1853-1994.
Basta de jueces millonarios y vitalicios, de presidentes que gobiernan por decreto con poderes de reyes. Hay que terminar con el senado aristocrático que conservan sus bancas hasta 9 años.
Abajo el partido judicial con el que persiguen y encarcelan a los luchadores obreros y populares. Disolución de la policía, la gendarmería y la prefectura asesinas, que todos los partidos patronales quieren sacar a las calles para disciplinar a los trabajadores y al pueblo pobre… ¡Son todos del partido de la embajada yanqui!
Los políticos patronales le mienten al pueblo con impunidad... TODOS VOTARON, como la UCR, el PRO y el Frente de Todos, EL PACTO CON EL FMI. Y LOS K, CON VOZ CRÍTICA, DIERON EL QUORUM NECESARIO PARA APROBARLA.
El imperialismo norteamericano quiere una Argentina proveedora de materias primas para el mercado mundial: soja y carne, litio, petróleo y gas. Todo en manos de los monopolios anglo-yanquis como Cargill, Barrick, Chevrón, etc., lo que significa un fenomenal salto en la colonización y saqueo de la Argentina.
¿Cómo planteó el embajador yanqui Stanley garantizar esto? Con un pacto de unidad nacional entre Massa-Fernández-Rodríguez Larreta, que deje afuera a la Kirchner. Esto es lo que está detrás de la condena a Cristina.
Pero esto abrió una enorme crisis política en el régimen, porque agudiza la crisis del peronismo golpeado por izquierda por el odio cada vez mayor de franjas de la clase obrera y por derecha por la ofensiva imperialista.
Cristina representa a una poderosa fracción de monopolios imperialistas del Mercosur y tiene la mayoría de los votos peronistas del GBA. En el acto de La Plata le advirtió a toda la burguesía y a la embajada yanqui del peligro de ese plan: “no hay Argentina sin peronismo” (porque garantiza el control de la clase obrera con los sindicatos estatizados y el pacto social) “y no hay peronismo sin Cristina” (que tiene los votos del PJ). Y remató planteando que un régimen apoyado en el “partido judicial” termina mal, como terminó el “partido militar” en 1982.
La embestida del imperialismo abrió una colosal crisis política en el régimen de dominio y en el bipartidismo, que todavía necesita al kirchnerismo como ala burguesa de engaño al pueblo y colaboración de clases. Por eso Cristina dice “no voy a ser candidata en 2023, a ver cómo se arreglan sin mí”, intentando negociar su ubicación en el régimencon el imperialismo y la oligarquía.
Sin embargo, a pesar de su bravuconada, Cristina acata el fallo de los jueces macristas y sostiene a Massa, el hombre directo de Stanley y el FMI. Sabe que para resistirse tendría que apoyarse en la movilización y la lucha de la clase obrera, cosa que jamás haría porque sabe que miles de trabajadores en las calles terminarían luchando por salario y trabajo contra el propio gobierno de los Fernández y el PJ y los carneros de la burocracia sindical, a los que la clase obrera odia profundamente.
¡Le tiene más miedo a la clase obrera que al mismo imperialismo yanqui que amenaza con meterla presa!
La consigna kirchnerista de “mafia o democracia” es una estafa. Esta “democracia” de la Constitución de 1853-1994, un régimen de entrega nacional y de esclavitud de la clase obrera no funciona sin sus jueces, fiscales y servicios de inteligencia, que están para garantizar la propiedad privada de los capitalistas contra la clase obrera bajo el mando de Wall Street y la embajada yanqui. Esa casta de jueces está en las dos veredas: la del PRO-UCR y la del PJ, y todas las semanas tienen reuniones secretas con la gran patronal, la oligarquía y las embajadas imperialistas como la de Lago Escondido.
Ese poder, hijo de la Constitución de 1853-1994, está lleno de cómplices del genocidio de la dictadura, que hicieron carrera con Videla, Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, los Kirchner, Macri. Todos permitieron y legalizaron la deuda externa, el mayor robo de la nación, y preservaron la seguridad de los oficiales genocidas y el estado mayor de las FF.AA. ¡Son parte del corazón del Estado capitalista, encubierto por la democracia para ricos, su parlamento y sus elecciones fantoche!
La Kirchner es una cínica. Ella y Néstor Kirchner, al igual que Macri y la UCR, se cansaron de usar este aparato judicial videlista-peronista-radical y sus fuerzas de represión contra los trabajadores, los petroleros de Las Heras, del Parque Indoamericano, con el Proyecto X de la Gendarmería, Santiago Maldonado, etc. ¡Hoy lo hacen con las compañeras mapuches!
Ante esta colosal crisis del régimen y la disputa abierta entre las pandillas patronales, el PTS (FIT-U), con Bregman y Del Caño, plantean que la salida es “democratizar” la casta de jueces videlista-radical-peronista, a la institución más reaccionaria e irreformable de la Constitución de 1853-1994, planteando que con jueces electos en las urnas se puede garantizar una justicia favorable al pueblo, ¡cuando la razón de ser de esos jueces es justamente defender a los bancos de Wall Street, la Sociedad Rural, la UIA, etc.!
Bregman, Del Caño e inclusive Solano, se niegan a oponerle a todo este régimen podrido la lucha por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana sobre las ruinas del régimen. Que acabe con un presidente con poder “monárquico” y que imponga una cámara única. Al contrario, ante semejante crisis del régimen se limitan a plantear el voto popular de los jueces para renovar la casta judicial de este sistema podrido de la embajada norteamericana y su gobierno títere y su parlamento fantoche.
Hoy más que nunca, tiene que intervenir la clase obrera en la crisis de la Argentina para enfrentar la ofensiva recolonizadora de los yanquis, contra Massa y el gobierno, el FMI y todo este régimen de hambre con paros, piquetes y lucha política de masas como en Perú.
Quele saque la careta “democrática” al kirchnerismo luchando por una Asamblea Nacional, que tome como primera medida la confiscación de las tierras de la oligarquía terrateniente y la ruptura con Wall Street y el FMI. Que nacionalice sin pago las cerealeras, las petroleras y las mineras imperialistas para garantizar salario, pan, trabajo, salud y educación al pueblo. Una Asamblea Nacional revolucionaria que desarme a las fuerzas represivas del régimen y arme al pueblo, como hizo la Revolución Francesa de 1789 contra los reyes.
Que liquide la institución presidencial e instaure una cámara única con poderes ejecutivo y legislativo, con 1 diputado cada 100 mil habitantes, removible en cada momento por sus electores y que gane el salario de un obrero. Que disuelva la casta de jueces y ponga en pie tribunales obreros y populares.
Esta lucha por la más amplia democracia para los explotados significa preparar una contraofensiva obrera y popular que termine la tarea inconclusa del 2001 y el que “¡que se vayan todos y no quede ni uno solo!”, demoliendo todas las instituciones de este régimen de hambre, miseria y entrega.
El PTS y la izquierda parlamentaria, lejos de defender la “democracia” con el programa democrático-radical de los jacobinos contra los yanquis y todas las pandillas del capital, sostienen al régimen de dominio en medio de la crisis política. ¡Lamentable!
La clase obrera está ante un gobierno de Massa y el FMI que no votó. Ante un peronismo que le prometió pan y le dio inflación y miseria, precarización y liquidación de los convenios. Ante un Parlamento donde el PJ pactó con el macrismo para votar cada una de las medidas del FMI, mientras desatan la persecución y la represión a las organizaciones obreras con el gobierno y la Justicia.
Se ha abierto un camino de ruptura de millones de obreros con el peronismo, que tienden a la auto-organización contra la burocracia sindical y su pacto social. La lucha por una Asamblea Nacional libre y soberana puede facilitar saltos adelante en esta ruptura al sacarle la careta al kirchnerismo e impulsar el surgimiento de organismos de democracia directa de la clase obrera para intervenir en la crisis nacional.
¡Ningún apoyo a la Kirchner! El peronismo y el PRO-UCR son partidos patronales agentes de Wall Street, enemigos de la clase obrera y el pueblo. Los obreros no tenemos nada que ver con esta disputa de patrones parásitos y cipayos.
Hay que derrotar a los carneros de la burocracia sindical y su pacto social, que entregan el salario y el pan sometiendo al movimiento obrero al peronismo. Portuarios, trabajadores de la salud, metalúrgicos de Acindar, desocupados, resisten la ofensiva del gobierno y la gran patronal.
Hay que unir las filas obreras y poner en pie un congreso de organizaciones obreras de trabajadores ocupados y desocupados, que unifique las demandas del conjunto de la clase obrera y abra el camino a la huelga general contra el plan del gobierno y el FMI, llamando inclusive a los trabajadores y al pueblo peruano a una lucha común contra el imperialismo yanqui.
¡Hay que pelear como nuestros hermanos de Perú!
Por un Congreso obrero de ocupados y desocupados que reabra el camino de un nuevo Argentinazo, esta vez triunfante
Abajo la burocracia sindical y su pacto social. Que se abra el camino a la huelga general
¡Que se vayan todos y no quede ni uno solo!
¡Abajo el régimen de la archirreaccionaria Constitución de 1853-1994!
Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para que el pueblo tenga pan, salario y trabajo digno, ¡hay que romper con el FMI y el imperialismo y expropiar a la oligarquía parásita!
Sólo los trabajadores podrán garantizar esta Asamblea Nacional, retomando el camino del Cordobazo, el 2001, el de la revolución socialista, e instaurando un gobierno obrero y popular que se apoye en los organismos de autodeterminación y democracia directa de los explotados en armas.
Por esto, hoy más que nunca, es necesario refundar al trotskismo argentino, poniendo en pie el partido de León Trotsky y Mateo Fosa, un partido de la IV Internacional de 1938, contra los partidos del FIT-U que renegaron del trotskismo y la lucha por la revolución socialista y hundieron las banderas de la IV Internacional en la conciliación de clases. |