Argentina - 14 de noviembre de 2022
Tras la enorme lucha de los obreros del neumático
La tarea del momento es soldar la unidad de las desgarradas filas de la clase obrera, en el camino de la alianza revolucionaria con las capas empobrecidas de las clases medias
Por una Coordinadora de los que luchan para derrotar a la burocracia sirviente de los yanquis y su pacto social con el gobierno y la gran patronal
La revisión de las paritarias -con aumentos que casi alcanzan la inflación- es lo que vino después de la dura lucha del SUTNA, que no solo derrotó el ataque a sus conquistas por parte de la patronal, la burocracia sindical, el gobierno y el embajador norteamericano Mr. Stanley, sino que amenazó con abrir una oleada de huelgas por salario en los principales gremios del país.
Con los nuevos acuerdos paritarios en Camioneros, UTA y otros gremios, el gobierno y la burocracia sindical se anticiparon a un escenario de pesadilla, que podía terminar en una lucha generalizada de la clase obrera por salario y trabajo digno para todos, al calor de una carestía de la vida insoportable.
Pero esos acuerdos son una trampa. Ni siquiera las paritarias más altas de la burocracia le ganan a la inflación: mientras los capitalistas tienen ganancias indexadas con remarcaciones semanales, los obreros cobramos aumentos en cuotas cada dos o tres meses -con suerte-, calculados sobre salarios devaluados de meses atrás. ¡Y todo esto mientras el 60% de la clase obrera está en negro, con salarios de $60 o $70 mil o directamente desocupada!
El plan de Massa, dictado por Stanley y el FMI y apoyado por la Kirchner, no es solo convertir a la Argentina en exportadora de materias primas al mercado mundial para pagar la deuda externa, sino además garantizarle una Argentina “maquila” de obreros baratos a la UIA. Desde 2018, el salario en blanco promedio bajó de US$ 920 a US$ 500.
¡Los esclavistas de Toyota, Ford, Rocca, Madanes, Pérez Companc & Cía. hacen fortunas!
Los Fernández y Massa pasan el “plan maquila” con una flexibilización laboral feroz en la mayoría de la clase obrera, por acuerdos con la burocracia por gremio o directamente bajo el látigo patronal en los obreros en negro. Las autopartistas y las automotrices toman jóvenes bajo contrato, totalmente flexibilizados, con jornadas laborales y salarios de maquila. Además de correr el peligro de ser despedido cuando la patronal quiera.
Esta conspiración de Pignanelli (SMATA) y Caló-Furlán (UOM) con las empresas es un ejemplo de cómo la burocracia le garantiza un control policíaco del movimiento obrero a los capitalistas y entrega nuestras conquistas. Eso es el pacto social y la estatización de los sindicatos.
Por la traición de la burocracia, la clase obrera salió de la pandemia y de crisis anteriores (2018-2021) con una ínfima minoría sindicalizada de no más del 15% o 20% y una absoluta mayoría flexibilizada, en un país con millones en desocupación crónica y una inflación insoportable. Estos carneros dejaron a la clase obrera desgarrada entre ocupados y desocupados, planta permanente y contratados, obreros en blanco y precarizados en negro. Es una traición histórica.
Ninguna conciliación con los patrones y sus políticos como proponen los traidores de la UOM
Furlán y la burocracia de la UOM organizaron un acto con la Kirchner para decirle a los metalúrgicos que tienen que entregar el salario y apoyar a esa patrona sirviente de los yanquis, que en 2015 dejó el poder con decenas de obreros asesinados por luchar, los petroleros de Las Heras condenados a perpetua, Julio López desaparecido y más de 7500 compañeros procesados. ¡Quieren atar la suerte de la clase obrera y sus intereses a Cristina y los políticos patronales!
Ese acto es una derrota estratégica para el movimiento obrero. Los traidores de la UOM han puesto al batallón industrial más pesado a los pies de la Kirchner y el gobierno.
Pero aún en ese acto de traidores y buchones la base de la burocracia tuvo que pedir aumento a la Kirchner, que asegura que quiere engañar a los obreros diciendo que las paritarias funcionan pero que hay que complementarlas con un bono a fin de año para los salarios más bajos.
La política de estos carneros es hacer pasar a Cristina como una burguesa “progresista” aliada de los trabajadores y llaman a votarla “para que no vuelva la derecha”. Cuanto cinismo. Este gobierno está al servicio de Wall Street, tanto como estuvo el de Macri. Massa es un hombre de la embajada yanqui y Cristina lo apoya abiertamente. Los burocrátas sindicales están bajo la disciplina de Stanley, que es el jefe del PRO-UCR y del gobierno del que ellos mismos son parte. ¡Hay que echar a estos agentes de la patronal y de la embajada yanqui de los sindicatos! ¡Abajo la burocracia sindical!
La lucha por el salario, el trabajo y contra la flexibilización laboral es una sola…
¡Abajo el plan económico de Massa, el FMI y los capitalistas!
¡Coordinadora Nacional para unir a los que luchan!
¡Abajo la burocracia sindical y su pacto social de paz con los esclavistas!
Hoy los aumentos salariales son arrasados por la inflación con que la patronal recupera rápidamente toda concesión salarial. La lucha contra la inflación demuestra que sin atacar la propiedad de los capitalistas, toda conquista será efímera y pasajera.
En un país totalmente quebrado y saqueado por el imperialismo y los grandes capitalistas, no se le puede arrancar ni la más mínima conquista a los explotadores sin enfrentar al gobierno en una gran lucha política que unifique las filas obreras, tal como mostró la tendencia abierta por la lucha de los obreros del neumático. En estas condiciones, toda conquista parcial viene como subproducto de una lucha que amenace a los patrones y sus políticos con perder todo.
Para pelear por salario y trabajo digno para todos y terminar con la precarización hay que unir a ocupados y desocupados y sus organizaciones de lucha. El PTS en el FIT-U está llamando a poner en pie una Coordinadora de Lucha y un encuentro nacional de trabajadores ocupados y desocupados. Aunque consideramos que se trata de una maniobra electoral en medio de su interna con el PO, aun así, estamos dispuestos a impulsar, juntos y en forma audaz, este llamado que es lo que necesitan los trabajadores para luchar y triunfar.
Consideramos que, más allá de las especulaciones de los aparatos que terminan desgarrando la vanguardia en sus encuentros sindicales, para enfrentar el colosal ataque de los capitalistas debemos concentrar las fuerzas de la vanguardia de forma independiente del estado, la patronal y, por supuesto, combatiendo por acabar con la burocracia sindical del PJ en los sindicatos.
Los compañeros de la Terminal 5 del puerto vienen llamando a coordinarse. Nada impide que el puerto, los trabajadores de la salud, los movimientos de desocupados, etc. se encuentren para poner en pie una Coordinadora Nacional bajo un pliego único de demandas, que empiece por declararle la guerra a la burocracia sindical y piquetera y su pacto social infame.
Un Salario Mínimo Vital y Móvil de $260 mil para todos, indexado mes a mes según inflación; la jornada laboral de 6 horas y un turno más en todas las fábricas y establecimientos, sin reducción salarial; el pase a planta permanente de todos los contratados y precarizados, son demandas básicas para impedir que los obreros sigamos pagando la crisis.
Desde una Coordinadora Nacional podremos convocar a un congreso de delegados de base con mandato de todo el movimiento obrero, que prepare una gran lucha de masas con paros, piquetes y la huelga general, de cara a los explotados y las clases medias arruinadas, para que la crisis la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador.
No hay otro camino. La riqueza para garantizar el bienestar y la dignidad de los explotados solo puede venir de la expropiación de la oligarquía y la ruptura con el FMI y los banqueros de Wall Street.
La nacionalización sin pago de las tierras podría garantizar alimento barato y poner la fabulosa renta agraria al servicio del pueblo explotado y no de un puñado de parásitos ligado a la Bolsa de Chicago.
La ruptura con el FMI y Wall Street terminaría con la hemorragia de la riqueza nacional, desconociendo la deuda externa y nacionalizando sin pago y bajo control de sus trabajadores a las grandes transnacionales como Cargill, ADM, Chevron, Barrick Gold, etc. que se roban la nación.
Hay que establecer el control obrero de todas las ramas de la industria y los servicios. ¡Que los esclavistas de la UIA abran los libros de contabilidad, queremos ver las superganancias que amasan!
Desde ya que ese Congreso obrero será incluso el mejor lugar para discutir qué hacer frente a las elecciones 2023. Allí los trabajadores podrán votar a mano alzada qué hacer frente a las elecciones y, si así lo decidieran, poner a sus mejores luchadores como los candidatos de la clase obrera contra los partidos patronales. La legalidad electoral del FIT-U debería estar a disposición de este congreso.
Pero falta mucho para las elecciones. El hambre, la miseria, el saqueo y la bancarrota de la nación no esperan. La vanguardia obrera debe responder a esta catástrofe antes de que sea demasiado tarde.
Nada de esto no se va a conseguir con elecciones ni con leyes en el parlamento, sino luchando como en el Chubutazo, el Cordobazo o el 2001, es decir, con el método de la lucha de clases y la revolución socialista.
Los capitalistas ya oponen la represión del gobierno, apoyados en las mismas clases medias gorilas de Milei y el PRO que piden leña contra los “planeros” y los “piquetes”. Por eso hay que poner en pie inmediatamente comités de autodefensa unificados de todas las organizaciones obreras, mientras luchamos por la libertad de las compañeras mapuches y la absolución de Goodman, Romero, Arakaki y los petroleros de Las Heras. No hay tiempo que perder.
Este es el aporte que, en medio de tanta tierra en los ojos de los trabajadores, los trotskistas de Democracia Obrera le hacemos a nuestra clase con estas líneas.
Comité Redactor Democracia Obrera de Argentina |