Argentina - 8 de septiembre de 2022
La polémica entre el PTS y el NMAS: Más de lo mismo
El NMAS critica al PTS de apoyar una ley con los Kirchner. El PTS acusa al NMAS de marchar a Plaza de Mayo bajo la bandera del Frente De Todos apoyando al peronismo. Son lo mismo, nada más que en distintos lugares: apoyando al frente democrático con la burguesía liberal para “enfrentar al fascismo”: unos marchando con ella y otros votando con ella sus leyes en el parlamento burgués. Ambos están muy lejos de la política de comité de autodefensa y frente único de clase para aplastar al fascismo, que en última instancia sale de la misma cloaca y es financiado por los mismos capitalistas que sostienen a esta podrida democracia para ricos.
Si pretender parar al fascismo con discursos en el Parlamento de las transnacionales es una utopía reaccionaria, pretender pararlo con un frente único antifascista con la burguesía liberal de la embajada yanqui es ya un despropósito.
El fascismo y las células contrarrevolucionarias armadas que este ya pone en pie son financiadas por los mismos oligarcas y banqueros que conducen a todos los partidos anti-obreros del régimen.
Al fascismo hay que aplastarlo antes que levante cabeza y eso lo hará un comité de autodefensa de las organizaciones que se reclaman de los explotados, que deberá marchar y atacar sus madrigueras... antes de que sea tarde.
Lo demás es guerra de aparatitos de izquierda del régimen.
Igual, en la próxima marcha del FDT, tengan más cuidado. De la burocracia sindical salen y saldrán células fascistas peor que las de Milei… ¡Cuidado!
Este debate entre corrientes del régimen ya no da para más. Juntos estuvieron con los “Anticapitalistas” en Europa y con el PSOL en Brasil. Son las alas de izquierda pro burguesas autollamadas “anticapitalistas” que hace rato rompieron con la IV Internacional.
La burguesía y el capital financiero preparan a todos sus agentes y los sabrán utilizar en cada momento según le sirva para mantener su dominio.
La clase obrera argentina ya pagó muy caro el pacifismo de las corrientes de la izquierda reformista y pro burguesas. En 1974/75 Perón ponía en pie las AAA desde el Ministerio de Acción Social para masacrar a lo mejor del clasismo y la vanguardia obrera. Las corrientes de nuestra clase, unas con métodos desesperados y aislados de las masas, y otras sometidas al frente democrático del así llamado “grupo de los 8” de partidos burgueses (que negociaba por atrás el golpe con Videla y Massera), impidieron el camino a un frente único de clase que permitiera aplastar a los lúmpenes, policías y burócratas sindicales de los asesinos de las AAA.
Esta política reformista ya se pagó con sangre. La izquierda parlamentaria ha demostrado no aprender nada de las lecciones de la clase obrera internacional, argentina en particular, y de sus crueles derrotas. Esta cuestión, como la lucha por la revolución, pone a la orden del día la tarea de poner en pie un nuevo partido revolucionario en Argenitna que retome las mejores tradiciones del Cordobazo, del rosariazo, de las luchas de resistencia contra la dictadura, la lucha de la clase obrera de estos últimos 40 años y del 2001 en particular.
Este nuevo partido revolucionario surgirá en la vereda de en frente a la izquierda servil a los regímenes burgueses, que ahora están de moda en América Latina como los nuevos sirvientes del plan de los yanquis en el subcontinente de Boric, Petro, Castillo.
La lucha por poner en pie un nuevo partido revolucionario internacionalista en Argentina está a la orden del día. Pero ello se hará enfrentando abiertamente a los Morales, los Chavez, los Lula, los Kirchner, y a la nueva burguesía castrista represora de obreros cubanos.
Un nuevo partido revolucionario de combate por refundar la IV Internacional que le declare una guerra política despiadada a los traidores que entregaron la lucha de la clase obrera norteamericana a los burgueses multimillonarios de los Sanders y los Biden.
La fuerza de la clase obrera argentina está en la unidad con los trabajadores norteamericanos y en unidad con la lucha antiimperialista con la clase obrera latinoamericana, y no en su sometimiento a las burguesías nativas, hambreadoras y feroces verdugos de la clase obrera.
Un nuevo partido revolucionario solo podrá ponerse de pie sin rejuntes ni alquimias centristas, sin agrupamientos de resentidos y de imbéciles políticos, y muy lejos de las corrientes que hace rato renegaron del combate por la IV Internacional.
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