Argentina - 18 de abril de 2023
COLUMNA DE OPINIÓN
Argentina: El imperialismo, la burguesía y sus partidos, junto al gobierno peronista atacan, azuzan y amenazan al pueblo
EN LA FUERZA DE LA CLASE OBRERA, EN SUS LUCHAS Y SU ORGANIZACIÓN INDEPENDIENTE DEL ESTADO BURGUÉS ESTÁ EL CAMINO PARA IMPEDIRLO.
“Shock de orden económico y semi dinamitar todo", las frases de Macri ante empresarios en la Sociedad Rural.
Ya hace unos años, cuando le preguntaron qué hacer con el Astillero Rio Santiago, luego de un informe de Lanata, dijo "hay que dinamitarlo". Se ve que le gusta jugar con fuego.
Está vez redobla la apuesta.
Hay que poner orden en todo.
En la economía, en los barrios, etc.
Se preparan para la guerra de clases, para hacer pagar a la clase proletaria la bancarrota del capitalismo imperialista. En todo sentido.
La burguesía redobla su apuesta, se pinta la cara, habla a los cuatro vientos el idioma de la contrarrevolución, porque tiene plena conciencia que les va la vida. Miran el mundo y observa las respuestas revolucionarias de los explotados. Y antes de caer advierte.
La burguesía es una fuerza social activa, pone en juego todos sus recursos, alimenta al reformismo, compra a las capas altas del Proletariado, a la aristocracia y burocracias obreras, para tirar tierra a los ojos de los explotados y que éstos en sus embates no terminen la tarea de demoler el dominio burgués y hacerse del poder.
Debemos estar preparados para responder a la altura del ataque que se viene. Un ataque superior al que está en curso, por citar en Argentina bajo el gobierno de los Fernández y el peronismo, que si bien hoy en medio del ataque a la clase obrera, que agudiza cotidianamente los padecimientos del pueblo pobre, no viene aún con la dinamita (como les gusta decir a los gorilas amarillos de JxC y a los liberfachos de Millei y compañía), cuenta entre sus filas a esa policía dentro del movimiento obrero que es la podrida, corrupta y asesina burocracia sindical, que con “manu militari” defienden los negocios de la clase capitalista, de la misma forma que hace medio siglo pusieron en pie, amparados desde el estado burgués y Perón, las 3A.
No hay dudas. Toda esa burguesía y todo ese partido que defiende los negocios y la explotación de los trabajadores, estará junto a Macri o quien sea llegado el momento de reprimir al pueblo en su resistencia y lucha, ya que todos vienen de la misma cloaca que los del otro lado de la “grieta”. Todos sirvientes de la embajada yanqui, los bancos, la UIA, la Rural y cuanta cámara empresaria existen. Como sostiene el marxismo: “El gobierno del estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”
Acostumbrados y defensores de la represión al pueblo, todos los partidos burgueses aplaudieron rabiosamente a la Kirchner cuando defendió la condena a cadena perpetua implementada por “el tribunal de venganza” contra los trabajadores petroleros de Las Heras. En ese momento “Cristina dio la orden” como se gritaba en las manifestaciones, hoy es el FdT, mañana serán otros.
Preparémonos antes de que sea muy tarde.
Está gente no se va a andar con vueltas
Juntaron toda la tropa de JXC con los empresarios y bajaron la línea. Ya anticiparon lo que van a hacer.
Crean un mounstro de dos o tres cabezas, con cuerpo, cuernos, garras, que escupa fuego por la boca, que aterrorice a las masas, y también alimentan varios monstruitos no menos peligrosos que el primero, al que presentarán como el mal menor para que el pueblo con resignación acepte lo que les depara el enemigo.
Es una guerra, eso dicen. Así sin pelos en la lengua.
A esta gente no se la para con votos, tampoco poniendo la otra mejilla.
A ver si queda claro.
Es la guerra abierta y declarada contra las masas laboriosas.
Así como la burguesía habla el idioma de la guerra de clases, del Fascismo y la contrarrevolución, el proletariado debe hablar el idioma de la revolución socialista si no queremos ser esclavizados. Hay que hablar el idioma de la guerra de clases, de la revolución comunista contra toda expresión de conciliación de clases. Para ello es necesario romper con toda la política de postración y sumisión que la izquierda parlamentaria desarrolla al interior del movimiento obrero.
La época reformista ha quedado en el basurero de la historia.
El imperialismo, de reacción en toda la línea, cuya existencia define una época histórica de crisis, guerras y revoluciones (y de contrarrevoluciones), de agudizamiento de los antagonismos y de las disputas por las zonas de influencias implementa toda una política de contra reformismo, sacando con su mano derecha lo que se vio obligada a dar con su mano izquierda.
El proletariado si no quiere terminar esclavizado, debe hablar con claridad. Debe presentar un programa, una estrategia y un partido Revolucionario que diga, así como la burguesía amenaza con dinamitar todo, "explotadores, los vamos a expropiar, les vamos a sacar todo, los perseguiremos hasta el último rincón del planeta; donde se escondan, de ahí los sacaremos, hasta el aire que respiran le quitaremos. Amenazan con dinamitar: ni se atrevan porque iremos por ustedes, dinamitaremos sus barrios, sus countries, sus clubes, sus cámaras empresarias, sus coloquios y conversatorios dónde conspiran contra el pueblo, los desarmaremos para armar al pueblo y doblegar vuestra resistencia", un Partido que hable el idioma de la revolución y no de la reforma, un partido de combate, internacional e Internacionalista.
No hay otra salida. No hay tiempo que perder. Las piezas se han puesto en movimiento. |