Argentina - 1 de marzo de 2024
Ya no hay tiempo: el hambre, la desocupación, los despidos, el saqueo de la nación…
Vuelven insoportable la vida a los trabajadores y el pueblo pobre
¡Basta de Milei, de saqueo imperialista y de superganancias de las grandes pandillas capitalistas!
¡Basta de tregua de la burocracia sindical! ¡Basta de pelear divididos contra la desocupación, los despidos y las paritarias de hambre!
¡Huelga General de 48 horas y Plan de Lucha ya!
¡Hay que unir las filas obreras!
Desde las bases hay que imponer un
Congreso Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados
¡Paso al Argentinazo!
Para que los trabajadores y el pueblo pobre coman y vivan dignamente, este podrido sistema capitalista merece perecer
El autoproclamado “emperador” Milei, un lacayo y marioneta de los fondos piratas de Wall Street, luego del viaje a su patria, EEUU, vuelve recargado a profundizar su ataque al pueblo.
Para conseguir los dólares para pagar al FMI le ha robado el salario a los jubilados y a los trabajadores estatales y ha pactado paritarias muy por debajo de la inflación con su Secretario de Trabajo y la complicidad de la burocracia sindical.
Mientras tanto, la mayoría de la clase obrera bajo condiciones de precariedad laboral con salarios de 190 mil pesos, flexibilizados y en negro, con el aumento del transporte ya no puede siquiera ir a trabajar para ser explotados como esclavos.
La guerra de los de arriba es total y no da tregua. Los nuevos tarifazos de la luz, el gas, etc., son los misiles que dispara contra las masas esta pandilla de delincuentes capitalistas encabezada por el fondo de inversión pirata de Wall Street BlackRock, Eurnekián y demás socios de la AEA (Asociación Empresaria Argentina).
Estamos ante una pandilla de grandes capitalistas de Wall Street que viene a colonizar definitivamente la nación e inclusive a redibujar las fronteras internas de la vieja Argentina semicolonial con las “provincias del litio” en el norte, las “provincias de la Cordillera y sus minerales”, la “provincia de Vaca Muerta” con el gas y las “provincias de la Pampa Húmeda”. Y el resto, la amplísima mayoría de los trabajadores, en el hambre y la miseria más espantosa en una Argentina maquila.
Las fracciones burguesas se disputan cómo quedarán sus sociedades y negocios con los hoy dueños del poder y quién pagará también esta crisis… Como lo vimos con la “Ley Ómnibus”, en la crisis de las provincias, etc., estamos ante regateos de las clases dominantes sobre quién pierde y quién gana en la nueva Argentina colonia.
Pero esta es una disputa por sus negocios; no de los trabajadores. Es más, los “Nachito”, los gobernadores, los peronistas, los que se dicen “opositores blandos o duros”, no solo aplican en sus provincias el mismo o peor ajuste y ataque a los trabajadores que Milei, sino que le tienen más miedo a una irrupción revolucionaria de masas que buscan contener junto a sus aliados de la burocracia sindical, que al ataque colonizador que está en curso.
De eso se trata la hipocresía de la “oposición” al gobierno de los políticos patronales y la burocracia sindical. Ellos saben que un nuevo 2001 o un Cordobazo atacaría los negocios de todas las fracciones burguesas, del FMI y los saqueadores de la nación.
Ayer 29/2 fueron llevados a juicio decenas de luchadores docentes, trabajadores judiciales, etc. que pelearon en Chubut durante 3 años por cobrar sus salarios y contra las mineras que venían por el agua y la destrucción del hábitat de la provincia.
Son los trabajadores los que están yendo a declarar y con riesgo de ir a prisión, no es ese gobernador bravucón de palabra y socio “transgresor” de Milei y el gorila Macri.
Día a día Milei profundiza una guerra abierta y despiadada contra la clase obrera
La izquierda parlamentaria le quiere hacer creer a los trabajadores que desde el Congreso se para este ataque y que allí se frenó la “Ley Ómnibus” en un frente con los políticos patronales… Una falacia.
A decretazo limpio, el gobierno viene aplicando por fuera del Parlamento, como lo faculta la archirreaccionaria Constitución del ’53 al presidente, su ofensiva escrita en la “Ley Ómnibus” multiplicada por mil.
La izquierda busca aliados “democráticos” para enfrentar al “dictador” Milei, lo que constituye una verdadera estafa política porque en esa alianza con diputados “opositores”, la clase obrera no puede ni frenar la ofensiva del gobierno y sus jefes, ni mucho menos salir de sus padecimientos inauditos.
La verdad es que el plan de represión a las masas, la instauración de un régimen policíaco, el ataque feroz al pueblo: todo se resuelve por fuera del Congreso.
Es que Milei se ha vestido de “emperador” y las facultades para ello se las dieron en la embajada yanqui, por donde pasa toda la vida política del país. Allí van dirigentes políticos (hayan votado o no la “Ley Ómnibus), los jueces y hasta los burócratas sindicales, a pedir instrucciones…
Esta es la Argentina colonia. Si hasta el mismo Cameron, el Ministro de Asuntos Exteriores de Inglaterra, vino a visitar su colonia argentina en Malvinas. Ni hablar de Blinken, el Secretario de Estado del gobierno norteamericano, que vino a supervisar en persona la marcha de la colonización de la nación, abrazado por Milei y la lacaya Canciller Mondino. Quieren convertir a Argentina en una estrella más de la bandera yanqui.
A la guerra que nos han declarado los capitalistas y su gobierno, hay que oponerle la guerra de clases de los trabajadores y el pueblo pobre.
El combate es clase contra clase...
En manos de la burocracia sindical y de los políticos “opositores”, Milei solo gana tiempo para terminar su obra de colonización de la nación y derrota de la clase obrera.
Daer, el máximo burócrata de la CGT, ha declarado que esta es una “partida de ajedrez” que ellos tienen con el gobierno… Cínico. Si la burocracia apenas, tan siquiera, movió un peón.
Millones de trabajadores están por fuera de los sindicatos y ni siquiera gozan de los “beneficios” de las paritarias de hambre firmadas por la burocracia.
Toda lucha seria para enfrentar el ataque de los capitalistas debe partir de unir las filas obreras.
Efectivamente, los trabajadores si quieren hacerlo deberán cambiar de caballo en medio del río y sacarse de encima, desde las bases, a todos los dirigentes que le cierran el camino a esta unidad.
En la discusión del salario mínimo (¡que fue fijado por decreto en 200 mil pesos con un 60% de inflación encima!), la burocracia volvió a entregar no solo el salario, sino la unidad de las filas obreras.
Justamente, era el momento de luchar por un salario mínimo, vital y móvil de 1.200.000 pesos para todos: los jubilados, los obreros contratados, flexibilizados, los de los sindicatos con convenios más bajos, los desocupados. Eso hubiera puesto de pie rápidamente a todas las capas de la clase obrera, que aún están dispersas y sufriendo padecimientos inauditos, para entrar al combate.
Que “si Milei tiene mayoría”, que “si conserva los votos”, “si no los conserva”… Eso discute la burguesía para impedir una irrupción de masas o para sostener críticamente al gobierno, como está haciendo.
¿De qué están hablando? En la vida real se enfrentan dos clases: los capitalistas y los trabajadores con sus aliados, las capas medias arruinadas, es decir, la amplísima mayoría de la población que es la que produce las enormes riquezas de la nación.
Estas son las fuerzas que se enfrentan. Las elecciones fueron un engaño, donde la única opción que tenían los trabajadores era votar qué verdugo los martirizaba.
No se puede perder más tiempo
La ofensiva del gobierno de tarifazos, carestía de la vida e inflación que aterroriza al pueblo y arruina a la clase obrera, trae como consecuencia la desocupación. Una oleada de despidos recorre las fábricas. Los capitalistas paran parte de sus máquinas. El consumo cae brutalmente. Y así, en un mar de hambrientos, de consumidores que salen del mercado, de máquinas que se paran, el gobierno busca la “estabilidad económica”.
Esto constituye un gran chantaje para que la clase obrera no salga a la pelea. Este es el plan de guerra de los capitalistas.
A este plan de guerra, solamente se le puede oponer una lucha decisiva para pelear por el salario mínimo, vital y móvil de 1.350.000 pesos, indexado mensualmente con cláusula gatillo, y la escala móvil de horas de trabajo, es decir, sin rebaja salarial, reducir las horas de trabajo a 6 o 4 horas para que todas las manos disponibles entren a producir. Esta es la única salida favorable para los trabajadores.
Los capitalistas dirán que no se puede. Los trabajadores diremos que lo que no se puede es matarnos de hambre.
Los capitalistas dicen que no ganan, como si los precios que aumentan fueran fantasmas y no las ganancias de los grandes empresarios.
Hay que imponer la apertura inmediata de los libros de contabilidad de toda la cadena de comercialización de alimentos y bienes para que los trabajadores demuestren con los números en la mano cómo los parásitos capitalistas saquean al pueblo y tienen superganancias.
Fabrica que cierre, suspenda o despida, pasa a funcionar bajo control de los trabajadores. Ni un solo despido.
Solo con estas demandas mínimas, que sean un paso decisivo para expulsar al FMI y al imperialismo en Argentina, la clase obrera podrá unir sus filas, organizando desde los sindicatos y el movimiento piquetero comités de abastecimiento, comités de control de precios, de jubilados, de desocupados, etc.
La clase obrera debe tomar la resolución de la crisis en sus manos para que la paguen los capitalistas.
Los de arriba dicen que quieren Vaca Muerta, el litio y la Pampa Húmeda: vulgares ladrones de las riquezas de la nación.
¡Hay que ir por todos ellos para recuperar lo que le robaron al pueblo!
Ellos vienen por todas las riquezas de la nación. Los trabajadores debemos ir por las riquezas que nos robaron.
Nacionalizar el comercio exterior para impedir la fuga de divisas y estatizar sin pago y bajo control de los trabajadores la banca privada para garantizarle los ahorros al pueblo, es la tarea del momento antes de que la banda de Caputo y compañía se los expropien a las clases medias, a las que ya están obligando a cambiar sus dólares para sobrevivir.
¡Hay que expropiar a los expropiadores del pueblo!
Los de abajo, pese a sus dirigentes, buscan el camino para pelear
Cuando se anunciaron las primeras medidas del gobierno, un cacerolazo espontáneo recorrió las ciudades más importantes del país. Eso no lo organizó ninguna asamblea ficticia de los aparatos de los partidos. Fue una acción espontánea del pueblo enardecido que debe poner en pie, como en el 2001, asambleas de base de masas que coordinen a todos los sectores que entran al combate.
Distintos gremios están en negociación paritaria. La tarea del momento es conquistar una paritaria única nacional para impedir el aislamiento de los reclamos que son de toda la clase obrera.
La rama 21 de la UOM de los siderúrgicos amenaza con un plan de lucha por salario y la patronal le responde con la amenaza de cerrar Acindar.
En el SUTNA, la patronal viene de despedir a decenas de obreros en Bridgestone. Así debilita a los trabajadores en la lucha por el salario.
Este es el plan de guerra de los capitalistas, todos sostenidos por la ofensiva de Milei-Caputo.
Es de vida o muerte conquistar la unidad de la clase obrera y para ello hay que incorporar como reclamo el pase a planta permanente de todos los contratados y obreros en negro de todos los establecimientos del país para volver a poner en pie comisiones internas y cuerpos de delegados que representen a la mayoría de los trabajadores.
El movimiento de desocupados no puede seguir como mendigo ni un día más. Hay que unir los sindicatos y las luchas contra los despidos, al combate por la reducción de las horas de trabajo que lleva al trabajo digno para todos.
¡Por comités de trabajadores ocupados y desocupados junto a los comités de lucha de los obreros despedidos que resisten y defienden sus puestos de trabajo!
A los esclavos ni siquiera se les permite llegar a trabajar. El costo del transporte ya no se aguanta más.
La lucha por boleto gratuito obrero-estudiantil pagado por los capitalistas debe ser la demanda del momento, como parte de la discusión paritaria, de convenio y la lucha estudiantil. ¿Cómo imponerlo? Saltando los molinetes como en Chile para conquistar la Dignidad.
¡Por un Congreso Nacional de delegados de base con mandato de todo el movimiento obrero ocupado y desocupado!
¡Libertad y desprocesamiento de los luchadores perseguidos!
¡Juicio y castigo a los asesinos de Maldonado y demás mártires obreros y populares!
¡Disolución de las fuerzas represivas del estado!
¡Basta ya!
¡Basta de Milei!
¡Basta de la archirreaccionaria Constitución del ’53 con su Senado aristocrático y su Parlamento donde las pandillas discuten sus negocios!
¡Basta de “justicia para ricos”!
¡Paro activo ya de 48 horas y Huelga General hasta derrotar la guerra que han lanzado los opresores y el imperialismo!
¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
¡Paso a la clase obrera! ¡Paso al Argentinazo!
Argentina será socialista o será colonia de Wall Street |