EL FIT: una izquierda democratizante del estado y el régimen infame argentino Nuevamente las principales corrientes que componen el FIT se postran ante las instituciones del régimen burgués. La investigación sobre la causa AMIA y la muerte del fiscal Nisman volvió a poner al desnudo el carácter colaboracionista (frentepopulista) y oportunista de la dirección del PO y el PTS. Los políticos del FIT le están diciendo a los trabajadores que el “esclarecimiento” de la muerte de Nisman es una causa de la clase obrera. Los trabajadores no tenemos nada que ver en la guerra de los servicios de inteligencia con la que las fracciones burguesas se disputan el botín de los negocios sobre la base, justamente, de nuestra superexplotación. ¡Que se arregle la burguesía y sus instituciones con la muerte de sus funcionarios! El diputado Pitrola y el Partido Obrero plantean: “Esclarecimiento de la muerte de Nisman. Que se haga público el contenido de sus denuncias. Que el gabinete comparezca al Congreso Nacional, para una interpelación integral y pública sobre la causa AMIA. Apertura integral de los archivos de inteligencia de la SI y del Ejército. Destitución y juicio y castigo de Milani. Derogación de la ley antiterrorista y el Proyecto X de inteligencia”. (20/01/2015, Partido Obrero, publicado en su página web). El diputado Del Caño (PTS) dice: “(…) apertura de los archivos de la Secretaría de Inteligencia y de todos los servicios de las fuerzas de seguridad, cuerpos que deben ser disueltos porque su única función es conspirar contra los intereses del pueblo trabajador y manejar información al servicio de las distintas camarillas capitalistas”. (19/01/2015 PTS, publicado en su página web). Palabras más, palabras menos, ambos diputados del FIT dicen lo mismo. Pero, como podrá observarse, los parlamentarios de la izquierda reformista reducen a leyes presentadas en el Parlamento donde están los mismos partidos patronales que son los que comandan a la ex SIDE y a todo el aparato de contra inteligencia de la burguesía. ¡Están diciéndole a la clase obrera que el propio estado burgués, cuya esencia es la de ser una “banda de hombres armados” de opresión contra los explotados, se puede disolver a sí mismo! ¡Por favor! Esto es como pedirle a un animal depredador que se vuelva presa de su víctima. Una vergüenza, que reedita la teoría estalinista de “vía pacífica al socialismo” en este caso en una versión más decadente y barrida por la historia de “vía parlamentaria a disolver el poder del estado”. La dirección del FIT, en una verdadera sublevación contra el marxismo revolucionario, les dice a los trabajadores que el estado y la democracia burguesa son elementos neutros. La IV Internacional hace muchos años demostró la falsedad de esta creencia: “(…) La democracia modelada por la burguesía no es, como pensaban Bernstein y Kautsky, un saco vacío que puede llenarse tranquilamente con cualquier especie de contenido de clase. La democracia burguesa sólo puede estar al servicio de la burguesía”. (“A 90 años del Manifiesto Comunista”, León Trotsky, 1938). Y es bajo esta “estrategia” política, la misma que promulgaba la vieja Socialdemocracia alemana, con la que el FIT, buscando patrones y jueces “progresivos” a los cuales “presionar”, está llevando a la derrota al ala izquierda de la vanguardia combativa. Desgraciadamente, ante estos acontecimientos que sacuden la escena política nacional, el FIT ni siquiera llega a ser un “Frente” de demócratas consecuentes. Se niegan a plantear en este momento, donde queda al desnudo el carácter totalitario y bonapartista del régimen burgués de la Argentina semicolonial, el llamado a una Asamblea Nacional, como demanda democrática extrema. Decía la IV Internacional en 1938: “Los problemas centrales de los países coloniales y semi-coloniales son: la revolución agraria, es decir, la liquidación de la herencia feudal y la independencia nacional, es decir, el sacudimiento del yugo imperialista. Estas dos tareas están estrechamente ligadas la una a la otra. Es imposible rechazar pura y simplemente el programa democrático; es necesario que las masas por sí mismo sobrepasen este programa en la lucha. La consigna de la Asamblea Nacional (o Constituyente) conserva todo su valor en países como la China o la India. Es necesario ante todo armar a los obreros de este programa democrático. Sólo ellos pueden levantar y unir a los campesinos. Sobre la base del programa democrático revolucionario es necesario oponer los obreros a la burguesía 'nacional'. A una cierta etapa de la movilización de las masas bajo las consignas de la democracia revolucionaria, los soviets pueden y deben surgir. Su rol histórico en cada período dado, en particular su relación con la Asamblea Nacional, está determinado por el nivel político del proletariado, por la ligazón entre éste y la clase campesina, por el carácter de la política del proletariado. Tarde o temprano los soviets deben derribar a la democracia burguesa. Sólo ellos son capaces de llevar hasta el final la revolución democrática y abrir así la etapa de la revolución socialista”. Eso sí, el FIT esconde este programa ahora; pero cuando las masas demuelen a los regímenes y estados burgueses -como sucedió por ejemplo en las revoluciones del Magreb y Medio Oriente-, cuando las masas ponen en pie sus organismos de doble poder maduros para derrocar a la burguesía... ahí sí desempolva el programa de "asamblea constituyente" y lo saca a la luz, pero esta vez para utilizarlo como un dogal en el cuello de las masas, es decir como una consigna de poder burguesa, que aleja a los explotados de la conquista del poder político en sus propias manos y por sus propios medios. El PO, el PTS, IS y demás grupos de izquierda, siempre con el pie cambiado; pero siempre buscando democratizar a los regímenes y estados burgueses. La clase obrera debe derrotar la política frentepopulista de colaboración de clases del FIT, que desde su tribuna parlamentaria abrazado a una u otra (según el momento) de las fracciones burguesas y desde su tribuna electoral planteando que todo se resuelve votando a diputados de izquierda y leyes, calla y silencia el carácter totalitario y dictatorial de la constitución de 1853-1994 y de todas sus instituciones; y se ha convertido ya en un obstáculo para la lucha revolucionaria de las masas explotadas, no sólo por su emancipación, sino también por conquistar más derechos democráticos. |