09-06-2015
Luego de más de 20 días de una dura y heroica lucha, los aceiteros abren una grieta y consiguen romper el tope salarial de Cristina-Kicillof-Calo. De haber sido rodeados de solidaridad, de haber coordinado las luchas y los reclamos de una paritaria única con 15 mil pesos de salario mínimo, vital y móvil para todos... hubiera ganado toda la clase obrera.
El paro del 9 de junio debe tomar la demanda de los aceiteros de salario mínimo de 15 mil pesos para todos, fuera el impuesto al salario, basta de flexibilización laboral y trabajo digno para el conjunto de los trabajadores.
Las burocracias sindicales le firmaron el tope salarial de hambre al gobierno. Moyano y Michelli largaron un paro general tardío, después de dejar aisladas las luchas por el salario en las paritarias fundamentales del movimiento obrero, para descomprimir y fortalecer a los gorilas de Massa y Macri.
Una nueva dirección combativa y basada en la democracia obrera comienza a ponerse de pie... ¡Paso a la democracia sindical! ¡Basta de burocracia sindical, que entrega y divide nuestras luchas! ¡Que vuelva el clasismo de los '70!
Obreros bloqueando el acceso a la planta de Molinos Rio de la Plata |
Piquete de obreros aceiteros |
Un aporte del Movimiento por la Democracia Obrera a la dura y heroica lucha de los obreros aceiteros
Lo que todos los trabajadores debemos aprender de esta gran experiencia
El acuerdo firmado por la Federación aceitera con las empresas cerealeras significa un 27,8% de aumento al básico en una cuota que lo lleva a $13.420. Y adicionales de $880 que, como ha informado la directiva del sindicato de aceiteros, lleva el aumento conquistado a $14.300 para la categoría A, y así al resto de las categorías... llegando a un 36% en total.
Desde sus inicios, el gobierno y la patronal se negaron a acercarse tan siquiera a esta cifra, mientras los aceiteros comenzaban su lucha allá por el 4 de mayo por $15 mil de mínimo, porque ese es el costo de la canasta familiar. Los obreros sabemos perfectamente cuánto cuesta alimentar a nuestros hijos y a nuestras familias. Ni el INDEC, ni los patrones, ni sus números fantasmas lo saben. Los aceiteros pusieron este antecedente, que es un enorme paso para todo el movimiento obrero, de que toda paritaria comienza exigiendo un salario mínimo, vital y móvil de acuerdo a la canasta familiar, cuyo valor es fijado por los sindicatos y las organizaciones obreras.
Asimismo, han dejado un precedente para ser tomado por todas las organizaciones obreras que intentan negociar seriamente un salario digno para los trabajadores. Ellos demostraron, con los números en la mano, que las empresas cerealeras facturaron más de 250 mil millones de pesos en los últimos años. Esto abría el paso a hacer realmente una discusión de "paritarias libres", porque no puede ser que los patrones sepan cuánto ganan los obreros y nosotros no sepamos cuál es la ganancia que tienen ellos.
El índice de facturación es un dato. Los obreros también queremos saber lo que ganan los capitalistas. Por eso podemos exigir la apertura de los libros de contabilidad, que se termine el secreto comercial que oculta la ganancia de los patrones y, avanzar allí a conquistar el control obrero. Sin esto no se puede ni soñar con "paritarias libres".
La lucha de los trabajadores aceiteros abrió un nuevo camino en el programa y en el pliego de demandas para la lucha de toda la clase obrera argentina.
Durante 25 días, una huelga durísima, protagonizada por los trabajadores aceiteros, que mostraron todo su temple y firmeza, le arrancó este aumento a la patronal, abriendo una grieta a lo que fue un verdadero decreto de tope salarial, impuesto por el gobierno de Cristina y la burocracia sindical.
Esta lucha de los aceiteros no cayó del cielo. La fortaleza y unidad de sus filas, el método de la democracia obrera, el surgimiento de una camada de luchadores que sostuvieron tenazmente sus demandas, en las fábricas paradas y en los piquetes, no fue algo improvisado. Este sector del movimiento obrero lleva varios años, desde las principales plantas aceiteras, luchando contra el trabajo esclavo, contra la precarización laboral y la tercerización.
Templaron su unidad recuperando la Federación Aceitera Nacional de manos de la burocracia sindical, cosa que conquistaron en el año 2013 derrotando el ataque de los matones armados de los barras bravas de fútbol que custodiaban a la vieja burocracia traidora del sindicato.
En estas luchas se formaron los obreros aceiteros y conquistaron su unidad. Lo hicieron en un sector clave de la economía argentina: en el complejo oleaginoso agroexportador por donde pasan las enormes riquezas que se llevan las trasnacionales cerealeras, mientras que dejan hambre, salarios de miseria y faltante de alimentos, en un país que los produce para 450 millones de habitantes del planeta.
Con el método de la asamblea y el piquete, la huelga aceitera llegó a paralizar la mayor parte de las exportaciones a través de los puertos del cordón del Paraná.
Los piquetes fueron fundamentales cuando, luego de la Asamblea Nacional Aceitera del 25/5, cortaron los accesos en la Terminal Portuaria T6 del norte de San Lorenzo. Éstos están bajo la dirección del sindicato aceitero de San Lorenzo que dirige la burocracia kirchnerista de Reguera, que carnereó la lucha. Con estos cortes paralizaron el saqueo de las empresas como Cargill, Dreyfuss, etc., que es por donde se exporta el mayor volumen, y terminaron de unificar su lucha con todos los trabajadores del gremio de la zona.
La huelga de los aceiteros enfrentó a la patronal, las transnacionales y al pacto Cristina-Calo
El 20 de mayo, la burocracia kirchnerista le firmó al gobierno el tope salarial que exigían los Kirchner, las transnacionales y la patronal esclavista. Esa paritaria trucha con tope del 27,8% firmada por Caló (UOM), Martínez (UOCRA), Cavallieri (Comercio) y Rodríguez (UPCN) fue una puñalada por la espalda a la huelga aceitera y a todos los trabajadores que reclamaban salario digno.
Hay que hablar con claridad. Este acuerdo salarial encabezado por la burocracia de la UOM significó fortalecer a la patronal en la lucha salarial, y fue el obstáculo central que impidió el triunfo total de los aceiteros, que exigían el 42%.
El tope salarial de Cristina-Calo fue un golpe para todos los trabajadores en lucha, como los bancarios, los aceiteros, y para todos aquellos que luchan por paritarias superiores al 27,8%. El gobierno, la patronal, sus políticos, todas las transnacionales y las instituciones del estado se concentraron para que en la lucha de los aceiteros no se rompa ese tope.
Hoy podemos afirmar que, pese a la enorme concentración de fuerzas de los enemigos de los trabajadores, no pudieron con la dura y tenaz lucha de los trabajadores aceiteros, que patearon el tope salarial, dejando el camino abierto para que toda la clase obrera avance en ese sentido.
También podemos afirmar que el principal obstáculo que impidió el triunfo total de la lucha de los aceiteros (es decir el aumento de 42% y demás demandas) fue la traición de la burocracia sindical y su pacto infame con el gobierno.
Hay que decirlo claramente: ese pacto significó terminar de liquidar, inclusive, las paritarias truchas que durante años vienen firmando los dirigentes sindicales... paritarias ya acordadas de antemano, donde el salario va siempre por detrás de la inflación.
Los aceiteros, exigieron que el salario sea al nivel de la canasta familiar y lucharon por ello. El piquete, la asamblea y la férrea unidad de los trabajadores y su experiencia de lucha les permitió iniciar una huelga larga y tenaz.
A partir del pacto Cristina-Kicillof-Calo, la lucha de los trabajadores aceiteros se transformó en una lucha política
Enfrentaba no solamente a la patronal de las grandes transnacionales, sino también al gobierno y su pacto infame con la burocracia sindical
Por eso decimos que la lucha de los aceiteros se transformó así en una lucha testigo para todo el movimiento obrero argentino. Y éste la siguió con suma atención y cada vez con más simpatía.
Habrá un antes y un después. Ya nadie podrá decir que "no se puede romper el tope salarial" de hambre del gobierno y la patronal.
El resultado de esta batalla de los aceiteros dejó en mejores condiciones al movimiento obrero, tanto al que entra en la lucha por salario digno como también aquellos que llaman a desconocer los aumentos de hambre y las paritarias de entrega de Calo y compañía.
Cuando todavía la victoria no estaba asegurada y la patronal y el gobierno sumaban fuerzas con los traidores de la burocracia sindical, fue el momento más dramático de esa lucha. Era el momento en que los trabajadores aceiteros necesitaban todo el apoyo activo de las organizaciones obreras. Era innegable que la patronal concentraba con el gobierno todas sus fuerzas para derrotarlos, más allá de que unos se hicieran los "buenos" y otros los " malos". Estos duros combates que aún faltaban los tuvieron que dar los trabajadores aceiteros "solos", pero seguidos con una gran simpatía por todo el movimiento obrero.
Si se hubiesen unificado todas las luchas, hubiera sido un paso de gigante no sólo para la lucha de aceiteros, sino para todo el movimiento obrero argentino.
Pero Moyano y Barrionuevo fijaron un paro nacional para el 9 de junio. Esa fecha dejaba aislada la lucha de los aceiteros y todo reclamo salarial que rompiera el tope de Caló-Cristina, como la lucha de los trabajadores bancarios e inclusive de su propio gremio de camioneros que fue al paro este 4/6. Podríamos decir que Moyano y Barrionuevo, liberaron la zona para que Caló firme el convenio con Cristina y queden aislados los aceiteros. Este es el segundo obstáculo que debieron vencer los trabajadores aceiteros: además del pacto del gobierno con las transnacionales y Calo, tuvieron que enfrentarse con el aislamiento en el que los dejaron todas las direcciones del movimiento obrero y la burocracia sindical... Y pese a ello, no pudieron con los aceiteros.
El FIT (PO, PTS, IS), durante los treinta días de huelga y lucha y en su momento más dramático, no tuvo ningún vuelco decisivo más allá de acciones de solidaridad simbólicas. Desincronizó a las más aguerridas organizaciones de lucha del movimiento obrero de la lucha de los aceiteros. Estas organizaciones obreras influenciadas por la izquierda vienen sufriendo un durísimo ataque del gobierno con despidos, cierres de planta como Donnelley, World Color, Lear, ayer Kromberg, Gestamp y un larguísimo etc., o en docentes donde la paritaria viene de ser entregada.
El FIT estaba en la "batalla" electoral cuando el gobierno le largaba la batalla más cruel y dura al movimiento obrero que fue el decreto de tope salarial. Aquí la cuestión no se resolvía con promesas vacías de leyes "a favor de los trabajadores" que nunca llegan. La lucha de los aceiteros se resolvía en las calles, en la lucha de los trabajadores contra la patronal y su gobierno, como siempre se ha resuelto, a favor o en contra del movimiento obrero.
El FIT discutía el candidato que encabezaría la lista de la provincia de Buenos Aires, los candidatos a parlamentarios de este régimen burgués infame. Y fue un factor en contra de la lucha, como lo fue el llamado al paro fuera de tiempo de Moyano para el 9/6.
El paro del 9 de junio es y fue para descomprimir y dividir a los trabajadores. Lo mismo pasó en abril del año pasado, cuando Moyano y Barrionuevo largaron un paro general después de que la huelga docente -la lucha testigo en ese momento- fuera derrotada. Este año, esa trampa no les salió bien.
El sindicato camionero no puede aceptar menos del 36% (lo que consiguieron los aceiteros), a riesgo de la bancarrota del moyanismo. La lucha para romper el tope salarial de Calo-Cristina sigue abierta y, tarde o temprano, más allá de la burocracia sindical y del chamullo electoral que hay de por medio, la carestía de la vida se hará sentir y, muy probablemente, la lucha se retomará con la rebelión de los metalúrgicos, los obreros de la construcción y de comercio, que fueron sometidos, por la burocracia sindical traidora, al gobierno de las transnacionales.
El 20 de mayo se abrió el momento decisivo de la huelga larga de los aceiteros. Este combativo movimiento obrero aceitero ya había tomado consciencia del enorme peso que había adquirido su lucha en todo el país. Amplios sectores del movimiento obrero la veían a ésta con expectativa y la seguían día a día.
¡Y LOS OBREROS ACEITEROS NO FALLARON! Quizás, de haber visto la magnitud que adquiría su propia pelea, seguramente los compañeros hubieran hecho un llamamiento más audaz a todas las organizaciones obreras -que apoyaban de palabra y no en los hechos- a luchar juntos, a poner en pie un comité de lucha nacional, coordinando las fuerzas y así abrir el camino para derrotar el pacto Calo-Cristina, el gran obstáculo para conseguir una victoria total. Esta tarea sigue pendiente y será central y decisiva para los próximos combates de aceiteros y de toda la clase obrera argentina.
Nuevamente los aceiteros, pese a su aislamiento se pusieron a la altura del ataque y prepararon sus batallas decisivas para hacer valer todo su peso en la producción, en el corazón de las cerealeras y las transnacionales imperialistas en Argentina. Allí radica su peso. Ellos producen en empresas que ganan fortunas a expensas del sudor, la sangre y la explotación de los trabajadores.
La base una vez más dijo presente y, con su dirección a la cabeza, fue la gran protagonista de este combate. Miles de aceiteros se concentraron frente a la planta Santa Clara de Molinos Rio de la Plata, en Rosario a las 6 de la tarde del 25/5.
La dirección del sindicato y los trabajadores constataron la nueva relación de fuerzas establecida, y que la patronal negociaba bajo la dirección política del gobierno directamente.
En asambleas democráticas, la base y la directiva resolvieron poner un piso en la negociación del 36% para el salario mínimo, vital y móvil. Esto se votó en asambleas. Ahí se atalonaron.
Los trabajadores comprendieron que aún para conquistar esta cifra había que dar una lucha decisiva. Y la batalla se dio: con la asamblea y el piquete se paralizó toda la salida de las oleaginosas y la agroindustria en Argentina, parando los puertos y dejando centenares de barcos sin cargar. Ahí radicaron sus fuerzas, basadas en la unidad y en la democracia obrera.
Y este es el triunfo de los obreros aceiteros, porque con su lucha hicieron temblar todo el plan político y económico de este gobierno antiobrero y de las trasnacionales y le abrieron una grieta al mismo. En su batalla decisiva, arrancaron el 36% de aumento salarial. Este triunfo es provisorio, puesto que, como veremos, no pasarán más que un par de meses para que la inflación haga aumentar los precios y el valor de la canasta familiar, cuestión que los capitalistas harán rápidamente.
¿Qué hubiera pasado si esta batalla junto a los aceiteros la daban los 200 mil metalúrgicos, el millón de obreros de la construcción, los miles de obreros del SMATA, los trabajadores del estado, los docentes, los camioneros... todos unidos para conquistar, en una paritaria única, el salario mínimo, vital y móvil de 15 mil pesos (el valor de la canasta familiar) para todo el movimiento obrero? Fue la burocracia de todas las centrales sindicales la que impidió esta perspectiva y que los aceiteros conquistaran el 42% que buscaban desde el inicio.
La huelga de aceiteros demostró que la clase obrera tiene peso y lo hace valer. Los obreros no delegaron en ministerios de trabajo, ni en jueces, ni en nadie para conseguir sus demandas. Confiaron sólo en sus fuerzas y su movilización. Esto es lo que los llevó tan lejos hacia adelante en esta lucha.
Corrientes estudiantilistas como el PTS llevó a la derrota a múltiples luchas dejando a centenares de trabajadores despedidos en las calles. Con un método irresponsable, impulsó conflictos con petitorios pacifistas antes de que la base estuviera preparada para luchas decisivas. Llamó a luchas por fábrica, pero jamás las llamó a coordinar y centralizar. Los patrones y el gobierno concentraron todas sus fuerzas sobre estas luchas aisladas.
Permitieron que se arrinconen a las luchas obreras parciales y luego, para salir del atolladero, intentaron hacerle creer a los obreros que "teníamos que aprovechar las contradicciones del enemigo", de "los jueces buenos contra la patronal mala", del "ministerio de trabajo progresivo contra los jueces ", y de "éstos contra los parlamentarios", los cuales "a veces ayudan a los obreros, como también los jueces con sus fallos". Así metieron a la vanguardia obrera en la maraña de la ciénaga de los explotadores.
Pero ellos, los de arriba, son del mismo palo. Ellos, los jueces, los ministros, los políticos, los milicos defienden sus intereses. Se dividen roles, pero todos tiran para un mismo lado: defender su ganancia contra los trabajadores.
La fuerza de los trabajadores está en su lucha y su unidad, y en confiar solamente en sus propias fuerzas. Eso demostró el sindicato aceitero.
Y habían muchas más fuerzas para poner en la balanza de los aceiteros, cuestión que el FIT no hizo. Se negó a centralizar sus enormes fuerzas que aún en la vanguardia obrera con los aceiteros, porque no unen ni centralizan las luchas que entre ellos dirigen.
La máxima expresión es en gráficos, donde dirigen fábricas distintas de la misma patronal y se niegan a coordinar... ¿por qué lo iban a hacer entonces con los aceiteros en lucha?
Pretender creerse "un iluminado de la táctica" y hacerle creer a los obreros que "se usa un enemigo contra el otro" no es política socialista, sino maquiavélica. Eso no tiene nada que ver con la realidad. Es como que la cebra confíe en el león que acaba de comer para que la ayude contra el león hambriento.
Las fuerzas de la base aceitera en la lucha, y un sindicato golpeando unido es lo opuesto al camino de la división y el aislacionismo que le impuso el FIT a lo más combativo de la vanguardia obrera argentina.
Si el PTS y el PO hubieran llevado el 10% de las fuerzas que concentraron en sus actos divididos de campaña electoral que hicieron en diciembre pasado; si hubieran llevado las fuerzas que concentraron en sus encuentros sindicales y piquetes, no solamente la lucha de los aceiteros hubiera estado más fuerte, sino que lo hubiera estado también la lucha por la reincorporación de los despedidos de Lear, por la reapertura bajo control obrero de Donnelley, World Color y tantas otras luchas de la clase obrera argentina.
En la zona norte del Gran Buenos Aires, en el 2014 una oleada de luchas marcó el despertar de un nuevo movimiento obrero combativo. La izquierda impidió la unidad y la coordinación de esa oleada de luchas que, hasta el día de hoy, están terminando en crueles derrotas parciales, despidos, etc., y con la burocracia sindical retomando el control en las fábricas como en Kromberg, Lear, etc.
Los trabajadores de Paty, que resistieron 13 años defendiendo sus conquistas, fueron dejados aislados y vieron cerrar su empresa. Obreros de las gráficas más importantes fueron despedidos masivamente, mientras subsisten intentando mantener cooperativas de trabajo...
Hasta ahora, el movimiento obrero argentino, sometido por la burocracia sindical y las paritarias de hambre y por la impotencia que le impuso la izquierda cretinamente parlamentarista, parecía adormecido y sometido a sus enemigos. Ya la izquierda, después de dividirlo y llevarlo a crueles derrotas, comenzaba a desplegar su pseudoteoría del "atraso de los obreros". El caso del PTS ya es desopilante. Ha transformado su política en el movimiento obrero. Cuando actuaba sobre una aguerrida vanguardia, que lo llevó a donde nunca quiso estar, debatía demagógicamente sobre Clausewitz y la "teoría de la guerra en la lucha sindical". Ahora cuando hay duras derrotas parciales a las que llevó el PTS, se dedican a organizar partidos de fútbol, transformándose de hecho en una cooperativa deportiva. Para los políticos de izquierda, candidaturas y cargos parlamentarios; pero para los obreros, partidos de fútbol, que por otra parte los juegan solo los militantes de esta corriente.
La huelga de aceiteros disipa la neblina. Su lucha demuestra no sólo el peso de la clase obrera, sino que ésta intenta marchar, en todas sus luchas decisivas, a retomar la experiencia del clasismo y de lo más combativo del movimiento obrero argentino, pero que no tiene la dirección que se merece, y cuando la tiene, avanza enormes pasos hacia adelante, como pasó en aceiteros.
Y la neblina se disipa... Hoy nadie podrá decir que "no hay condiciones" para preparar una gran lucha. Los aceiteros demostraron lo contrario: QUE LAS CONDICIONES PARA PELEAR CONTRA LOS PATRONES SE CONQUISTAN.
En este nuevo período, los trabajadores que luchan por la reapertura de sus fuentes de trabajo, contra los despidos, por paritarias dignas, tendrán un gran aliado en todos los trabajadores aceiteros. Por delante, conquistar la coordinación de los que luchan es la tarea decisiva, inclusive para mantener la conquista de los aceiteros.
La lucha no ha terminado. Esto fue un round en una pelea larga
Conquistar la unidad de todos los trabajadores en lucha es una cuenta pendiente para preparar los próximos combates
Tienen razón los obreros aceiteros de estar orgullosos y ver como un triunfo su lucha. El mérito es de ellos. Ese fue su punto fuerte.
Pero la patronal y el gobierno no se quedarán tranquilos. Se relamen sus heridas y volverán por lo suyo. Los trabajadores aceiteros tienen, a nuestro entender, un enorme desafío hacia adelante para mantener sus conquistas o ir por más. Su llamado a coordinar junto a todos los trabajadores en lucha, y preparar sus próximos combates, se torna una tarea decisiva del momento.
La tabla de la canasta familiar de abril que los aceiteros elaboraron rápidamente cambiará en los próximos meses. Con la inflación, los capitalistas y el gobierno dejarán atrás la conquista económica que hoy consiguieron los trabajadores. Muy cerca de navidad, el salario habrá caído, y el impuesto al salario devora una parte de las conquistas.
El año que viene, la patronal y el gobierno prepararán su venganza para darles una respuesta dura a los trabajadores. Las próximas paritarias, a no dudarlo, se definirán por los pasos hacia la unidad que den los aceiteros con todos los trabajadores en lucha. Es que no habrá salida para defender estratégicamente el salario obrero, si no se rompe el pacto social de la burocracia con el gobierno. Los trabajadores no podremos conquistar un salario de acuerdo a la canasta familiar sin equiparar nuestro salario mes a mes con la inflación; si no conquistamos una cláusula gatillo de aumento automático del salario mensual de acuerdo al costo de la vida; y si no garantizamos trabajo digno para todos y terminamos con la limosna del estado a nuestros compañeros desocupados y precarizados, levantando la demanda de $ 15 mil de salario mínimo para todos los trabajadores.
Y esto no lo podrá conseguir solo un sindicato, sino todo el movimiento obrero argentino en pie de lucha.
Aquí radica el falso "milagro" del que hablan los Kirchner: en un país de 13 millones de trabajadores produciendo riquezas y pagando el impuesto al salario y el IVA -para mantener la superganancias de los capitalistas y a sus políticos parásitos- los patrones y el imperialismo se llevan, todos los años una enorme masa de plusvalía sacada a la clase obrera. Una economía pesificada y con el peso devaluado es un negocio apetecible para todas las transnacionales imperialistas que invierten en dólares, y también se llevan sus ganancias en dólares. Pero, aparte de estas ganancias sacadas a la explotación obrera, se roban un "súper-bonus". En las paritarias truchas, avaladas por la burocracia sindical, los aumentos -que siempre están por debajo de la inflación- son pagados en 2 ó 3 cuotas hacia adelante. Esto es un robo descarado, puesto que significa que la fuerza de trabajo, aparte de ser explotada, le da un crédito a los capitalistas y, a su vez, un plus de ganancia en base a la inflación.
Por eso los trabajadores tenemos que luchar por todo... porque nos roban todo, porque todo es nuestro. Hay que luchar por lo que es necesario, porque lo que es justo es lo que los patrones, para defender sus bolsillos, dicen que es "imposible".
El salario de $14.300 retroactivo a abril y con el aumento en una sola cuota no sólo rompió el tope del gobierno y Caló, sino que además plantea que los trabajadores aceiteros no están dispuestos a financiar a los capitalistas. ¡Que los financien los banqueros, que cobran un 27% de interés! Es un gran logro de los trabajadores, y desenmascara que todos los aumentos en cuotas hacia adelante, conseguidos por la burocracia sindical, son una mentira y un crédito otorgado por los explotados a los explotadores.
Entonces, como ya dijimos, ha quedado claro que los 5 mil pesos de salario que percibe la clase obrera en negro y precarizada no se aguantan más. Las asignaciones por hijo y un par de planes sólo subsidian a los patrones para que los obreros con salarios de miseria puedan ir a trabajar al otro día a sus fábricas como esclavos.
El salario de acuerdo a la canasta familiar pasa a ser una demanda de todo el movimiento obrero, de todas sus capas y profesiones. Esta es una enorme tarea y desafío que estará planteada por delante. Será una tarea de todo el movimiento obrero recuperar sus sindicatos, como lo hicieron los aceiteros, con la lucha y en las calles, contra los burócratas y sus barrabravas, para poder pelear realmente por sus intereses.
Ha llegado la hora de poner de pie a todo el movimiento obrero para luchar por lo que realmente necesita y se merece
¡Por un congreso nacional de las organizaciones obreras!
para hacer una lucha unificada por 15 mil pesos de salario mínimo para todo el movimiento obrero argentino, terminar con el impuesto al salario y conquistar la absolución de los compañeros de Las Heras
Terminar de completar un programa que impida la división del movimiento obrero, las negociaciones parciales por gremio -que siempre nos debilitan- es la tarea del momento. Los aceiteros han puesto como moción la lucha por aumento de salario de acuerdo a la canasta familiar. Esa demanda unifica a todo el movimiento obrero, y pone a la orden del día la lucha por conquistar una paritaria nacional única. ¡Un solo reclamo, una sola lucha de toda la clase obrera!
Los capitalistas, aunque pongan un tope salarial con el gobierno con la mentira de que "bajarán la inflación", aumentarán los precios. Con la conquista de la lucha de los aceiteros, con un movimiento obrero unificado en una paritaria única, se pondría a la orden del día la exigencia de: SALARIO MÍNIMO, VITAL Y MÓVIL INDEXADO DE ACUERDO AL COSTO DE VIDA.
Los capitalistas y las cámaras empresarias dirán que "no tienen plata". Es lo que siempre dicen... ¡Mentira!
En las paritarias se discute el salario de los trabajadores. Los capitalistas aducen que "no tienen plata"... LOS ACEITEROS DEMOSTRARON QUE LAS CEREALERAS FACTURARON MÁS DE 250 MIL MILLONES DE PESOS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS. ¡Excelente! ¡Un enorme paso hacia adelante!
¿Por qué les vamos a creer a los patrones que "no tienen plata", si éstos esconden todas sus ganancias? Todos saben cuánto ganan los obreros. Los obreros queremos saber cuánto ganan los patrones. ¡QUE PRESENTEN LOS LIBROS DE CONTABILIDAD DE TODA LA RAMA DE LA INDUSTRIA! QUEREMOS CONOCER LO QUE GANA DREYFUSS, CARGILL, MONSANTO, VOLKSWAGEN, CITIBANK... ¡ABRAN LOS LIBROS DE CONTABILIDAD!
El salario de los trabajadores es público. Los gobiernos, inclusive, fijan cuánto debemos ganar por asignación por hijo, de jubilación, qué salario nos dan por mes... ¡Basta!
Los trabajadores no sabemos las riquezas que ocultan los patrones. Justamente de eso se trata el secreto comercial, de ocultar las ganancias. ¡Fuera el secreto comercial! ¡Abran los libros de contabilidad! Sólo así habrán paritarias libres.
La lucha de los trabajadores aceiteros ha sido histórica, porque han dado los primeros pasos para que el movimiento obrero conquiste un programa y un pliego de demandas para la lucha inmediata de acuerdo a lo que la clase obrera necesita para vivir dignamente, y no para seguir siendo sometida a los patrones por la burocracia sindical.
Los obreros aceiteros dijeron que peleaban por lo necesario, por la verdad, por el salario de acuerdo a la canasta familiar. La burocracia sindical y la izquierda electoralista vienen a decir que "hay que pelear por lo que es posible"... así jamás la clase obrera podrá pelear por sus intereses, que es lo que realmente necesita.
El camino se ha puesto a andar. El sindicato aceitero abrió el paso. Un nuevo reagrupamiento de los trabajadores de todo el país se ha puesto como moción a la orden del día.
Todo el mérito entonces hoy ha sido de los aceiteros. Las organizaciones que hablan en nombre del movimiento obrero tendrán que explicar por qué no fortalecieron la lucha de los aceiteros, porque en su victoria estaba el triunfo de todo el movimiento obrero argentino.
El sindicato de aceiteros se ganó la autoridad para llamar ya mismo a un gran congreso de organizaciones obreras para no pelear nunca más solos y unificar todas las demandas del movimiento obrero. Ya hemos aprendido cómo el enemigo concentra sus fuerzas.
Enfrentando a los aceiteros no estaba solamente la patronal aceitera. Estaban también la UIA, la Sociedad Rural, la Cámara de los Bancos, la Bolsa de Valores, todos representados por Kicillof y el gobierno, para derrotar la lucha de los aceiteros. Y no lo lograron.
Los obreros, de esta experiencia, vamos a aprender que tenemos que estar todos unidos porque somos poderosos para doblegar a la clase de los capitalistas que como parásitos lucran con nuestro trabajo.
La heroica base aceitera le ha dicho a la clase obrera que con la asamblea y la democracia obrera se une a los trabajadores. Le demostró cómo se derrota a la burocracia sindical: no en sus elecciones fraudulentas, tuteladas por el Ministerio de Trabajo, sino en las calles y en las luchas donde esta camada de luchadores del movimiento obrero se fogueó. Esta es la otra gran verdad. Esta vez fue el ministerio de trabajo y los patrones los que tuvieron que hocicar y firmar y amoldar sus papeles y leyes a lo que impusieron los trabajadores con su lucha. Tuvieron que disfrazarse para ocultar que el tope salarial se había roto. Aducían que "los patrones ponen una parte y la otra el ministerio de trabajo, que avalaba el 27,8%". Esa mentira duró un par de días. Acá lo concreto es que tuvieron que ponerse con el 36%. ¡Bien compañeros! ¡Bien por los aceiteros! ¡Por fin hocican los de arriba! ¡Pero cuidado compañeros! Esa conquista hay que defenderla, porque la patronal intentará sacárnosla ni bien pueda y la relación de fuerzas le dé. Para ellos, los papeles no valen nada.
Y mal que le pese a ese perro guardián de los capitalistas y el gobierno, Berni, que auguraba que nunca más un piquete iba a imponer el peso de los trabajadores en Argentina, este represor bajo las órdenes del videlista Milani no ha podido aparecer con su Gendarmería represora a tocar un solo obrero aceitero, porque la base obrera de toda la Argentina, pese a los dirigentes que la traicionan y le atan las manos para luchar, no lo hubiera permitido.
Hay que destacar a los obreros aceiteros de base, a los que garantizaron los duros piquetes de noches y días. Ellos contaron con el apoyo de sus familias. Ellos son los verdaderos protagonistas de la batalla decisiva del 25/5 cercando los puertos y las terminales. Estos luchadores, muchos anónimos para la mayoría de la clase obrera, son los que se merecen el lugar más destacado en las páginas de esta lucha.
Se está abriendo un nuevo periodo en el movimiento obrero argentino. Las tareas de derrotar este plan económico de hambre y miseria de los capitalistas y su gobierno, que planteó esta enorme lucha, han quedado pendiente para que la lleve hasta el final el conjunto de los trabajadores. Los compañeros cobijaron en su lucha a los obreros petroleros de Las Heras demostrando el sentimiento de unidad y solidaridad que conquistaron, y hoy lo ejercieron con los que en el 2006 protagonizaron una lucha como ellos contra el impuesto al salario y la precarización laboral.
Refiriéndose al paro del 9/6, en el acto electoral en Ferro de un sector del FIT (el PO e IS), se clamaba que "había que pelear como en aceiteros". Tuvieron 25 días para organizar esa lucha, hacerla y coordinarla con los aceiteros. En gráficos, en ferroviarios o en el SUTNA, donde hay un brutal ataque a los trabajadores... ¿por qué no lucharon como los aceiteros? Sobraban condiciones.
Se acabó la hora de las palabras bonitas y los versos electorales. Para que el triunfo de los aceiteros sea absolutamente total hay que recuperar lo que gritaban en la lucha, en sus piquetes y reclamaban en sus banderas, “unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”.
La vanguardia obrera hoy padece la división que le impuso el FIT, con sus partidos peleándose no por puestos de lucha en la avanzada de los combates de los trabajadores, sino por cargos electorales. Los aceiteros demostraron que la unidad es capaz de conquistarse. Queda en manos de los obreros honestos del FIT pelear realmente con y como los aceiteros, unificando las filas de los obreros en lucha. Así la victoria será completa.
¡Unidad de los aceiteros con los trabajadores a los que les cerraron sus fábricas y empresas y han quedado en la calle! ¡Unidad con todos los que entran a pelear y la puesta en pie de un comité de lucha nacional para pelear por 15 mil pesos para todos, con cláusula gatillo mensual de aumento de salario de acuerdo a los costos de vida! Y esto para todo el movimiento obrero, comenzando por sus capas más explotadas de trabajadores en negro, precarizados y contratados. Ese es el camino para unirse y derrotar, en paritarias nacionales únicas y en un plan de lucha nacional, el impuesto al salario, avanzar a conquistar la libertad inmediata de los compañeros de Las Heras y el desprocesamiento de los 7 mil procesados por luchar; para que alguna vez pongan la plata de las súperganancias que le roban al país los banqueros, las transnacionales y la patronal esclavista con los políticos corruptos.
La clase obrera debe conquistar un programa y un pliego de demandas que le permita enfrentar a la patronal, el gobierno y sus paritarias fraudulentas, como decimos más arriba. Pero también, deberá sumar a todos los sectores que la componen.
A los patrones y su gobierno les sobra plata. Se la llevan en pala... ¡Trabajo digno para todos! ¡Todos bajo convenio! ¡Basta de impuesto al salario! ¡Fuera el IVA! ¡Que los impuestos los paguen los capitalistas!
Cada vez que la clase obrera fue convocada a un paro general, nunca faltó a la cita. Lo que faltó es un programa y una dirección que unifique sus filas y lleve esas enormes energías a la victoria.
La demanda en defensa de la mujer trabajadora, que por igual trabajo no recibe el mismo salario, y que en su hogar debe realizar un doble trabajo sin recibir nada a cambio, debe ser una demanda decisiva de las organizaciones obreras, que no puede ser dejada en manos de la demagogia de los políticos patronales.
La absolución inmediata de los obreros petroleros de Las Heras y el desprocesamiento de todos los compañeros es vital; es de vida o muerte para todos los que luchan. Es que todos mañana podemos ser un procesado o condenado por los jueces de los patrones.
La demanda de los aceiteros ya es la demanda de todo el movimiento obrero.
¡Paso a las asambleas! ¡Paso a los piquetes!
¡Basta de direcciones colaboracionistas en los sindicatos!
¡Fuera la burocracia sindical!
Los obreros peleamos por todo porque somos los que con nuestro trabajo y sudor creamos todas las riquezas y bienes que existen en este país. Peleamos por todo porque nos corresponde todo. |