25 de marzo de 2015
El “Sube y Baja” de los precios del petróleo
Durante años, el precio del petróleo, estuvo por las nubes, llegando incluso a valer 140 dólares el barril. Esto se debió a que alrededor de él se creó una fuerte especulación del capital financiero que llevaba allí sus inversiones para incrementar sus ganancias y salir de la crisis de 1997/2001. Cuestión que para nada fue pacífica.
El imperialismo yanqui con el gobierno de Bush y las “siete hermanas” petroleras destinaron 600.000 millones de dólares anuales para las “Guerras del petróleo”; con las que ocupó a Irak y Afganistán, donde masacró a cientos de miles de explotados. Como parte de esta ofensiva contrarrevolucionaria, encarcelaban y torturaban a los luchadores anti-imperialistas en Guantánamo (Cuba) y en Abu Graib (Irak); mientras que en el año 2006, en la Patagonia Argentina mandaban a ocupar militarmente la ciudad de Las Heras, en la que reprimieron, torturaron y encarcelaron a los trabajadores petroleros que luchaban contra el impuesto al salario y la esclavitud laboral.
Controlando cada pozo de petróleo del Magreb y Medio Oriente, el imperialismo yanqui y las grandes petroleras elevaban el precio del crudo revalorizando las inversiones hechas en material bélico. Este aumento incesante del precio del petróleo, que arrastraba también a los commodities y aumentaba el parasitismo de los banqueros de Wall Street, creaba tendencias recesivas y encarecía la producción en los países imperialistas.
Entonces apareció China, país al que, gracias a su ventaja comparativa de tener masiva mano de obra esclava, fueron a relocalizarse miles de transnacionales. A su vez, allí se vendía petróleo y materias primas para la producción a gran escala de mercancías que luego sería exportada por las mismas transnacionales a todo los rincones del mundo.
Así, con guerra (que al decir de Lenin, confirma ser el “factor económico determinante en la época imperialista”), desarrollando fuerzas destructivas y ejecutando matanzas generalizadas, saqueando hasta la última la gota “del oro negro” sin ningún tipo de inversión, conquistando nuevos mercados y zonas de influencia (con la entrega por parte de la lacra estalinista de los ex estados obreros); el imperialismo yanqui salía de su crisis.
Sin embargo este pequeño ciclo de crecimiento duró poco. En el 2007/2008 estallaron los grandes bancos de Wall Street. Esta crisis “desnudó que el capitalismo se había gastado los beneficios que aún no había producido. Los valores existentes no se correspondían, y no se corresponden aún, con los bienes existentes. Y allí donde el trabajo humano no ha creado un bien, no hay dios que le dé valor a una moneda, a un cheque, a una acción, a una hipoteca, a un bono de deuda que tenga el capital financiero registrado en su contabilidad” (cita extraída del libro “1989” de Carlos Munzer).
Esta crisis no ha hecho más que profundizarse, como lo demuestran la entrada en recesión de Europa y el comienzo del estancamiento en China (cuya “locomotora” o “milagro” de la economía mundial, se develó apenas como una tendencia contrarrestante a la caída de la tasa de ganancias). La demanda de petróleo ha bajado debido a esto, y debido a que Estados Unidos, que nuevamente empieza a producir mercancías para exportar al mercado del pacifico y al mundo, logra auto-abastecerse con la extracción a través del sistema shale. A lo que se suma para los capitalistas el problema causado por las grandes luchas revolucionarias de las masas del Magreb y Medio Oriente que transformaron a toda la región (donde radican las llamadas “rutas del petróleo”) en una zona de riesgo para las inversiones del conjunto de la burguesía.
Esta combinación de factores, provoca en gran medida que el precio ficticio de petróleo, hoy a 50 dólares el barril, vuelva a aproximarse a su valor real. |