Reportaje a María del Carmen Verdú
“…queda absolutamente claro que era necesario generar un gran escarmiento y
de esa manera seleccionando un grupo, que son estos 13 trabajadores,
poder amedrentar al conjunto de los trabajadores”
Democracia Obrera: Estamos al final de la primera sesión del juicio trucho a los petroleros de Las Heras. ¿Qué le pareció este primer día del proceso?
Maria del Carmen Verdú: Si este fuera un Tribunal de Justicia, ésta hubiese sido la primera y la última audiencia. Porque verdaderamente, después de escuchar las cuatro requisitorias de elevación a juicio, es decir, las acusaciones formales de quienes están presentados como querellantes, y luego los planteos de nulidad de las defensas, lo que ha quedado absolutamente claro -incluso para cualquiera que no haya leído jamás un código, porque son cuestiones de pura lógica-, es que lejos está de tratarse de un juicio en donde se intenta esclarecer en qué circunstancia murió el policía Sayago (circunstancias que los que seguimos el proceso de lucha de los petroleros que culminó en esa jornada de febrero de 2006, conocemos perfectamente y sabemos que fue lo que ocurrió frente a la alcaidía).
Escuchamos esas requisitorias hechas por la fiscalía de Cámara y por los familiares de Sayago, que están divididos en dos querellas distintas: sus padres y su esposa e hija; y por el otro lado, esta absurdísima querella de la provincia de Santa Cruz, como si acá se estuviera discutiendo algún tipo de delito del cual resultase víctima el fisco de la provincia de Santa Cruz, que fue ese uno de los planteos que hicieron los defensores. Lo que queda absolutamente claro es que era necesario, para poder poner un freno a la lucha de los petroleros, generar un gran escarmiento y de esa manera seleccionando un grupo, que son estos 13 trabajadores, a los cuales usaron de chivo expiatorio, poder amedrentar de tal forma y disciplinar al conjunto de los trabajadores. Que se disciplinaran, se terminasen, con esas luchas crecientes que llevaban ya varios años. El panorama actual hoy lo demuestra, ese control social ha funcionado.
Porque si bien acá ha habido una importante movilización, con presencia de muchas organizaciones, lo cierto, es que los centenares y miles de trabajadores que tendrían que haber llenado esta calle, no estuvieron, y eso es prueba del temor, del amedrentamiento, prueba de que ese control social ha funcionado. Las defensas plantearon nulidades muy concretas y precisas contra las requisitorias de elevación a juicio. Plantearon la nulidad de las indagatorias que fueron obtenidas bajo tortura. Oponiéndose a la pretensión de la fiscalía, que quiere convertir este juicio que debería ser oral y público –hoy fue oral, no fue público ya que no pudimos acceder a la sala, sólo escuchar el audio desde un ambiente contiguo-, que este juicio se convierta simplemente en la reconstrucción de esa instrucción, absolutamente amañada y tramposa, incorporando por lectura, sin que vengan a ratificar sus dichos, los más de 100 testigos que están citados. Ese planteo del fiscal pone de manifiesto la trampa. Pone de manifiesto, que sabe que si esos testigos son encontrados y vienen no van a sostener lo que dijeron, sencillamente porque no lo dijeron, porque eso es lo que está escrito y lo que fue firmado, pero no es lo que los testigos dijeron. Y lo mismo va a suceder cuando escuchemos las indagatorias. Ahora se ha hecho un cuarto intermedio hasta el día lunes. |