Bolivia- 17 de septiembre de 2019
Polémica
HUANUNI:
Una escandalosa posición del POR-Masas sobre los mineros desocupados
A inicios de septiembre, avivado por el gobierno, con titulares amarillistas de la prensa burguesa, publicaban que “200 jukus (ladrones de mineral, NdR) ingresaban de manera ilegal al cerro Posokoni” de los cuales habrían sido detenidos 20 y los restantes 180 habrían huido. Nadie explica cómo huirían en medio de la militarización que cuenta con un férreo control de cientos de policías, milicos e inclusive de los mismos mineros de la empresa.
La burocracia minera del frente ORO masista indujo a los mineros de interior mina de la empresa a resguardar la Empresa Minera Huanuni (EMH) suspendiendo la extracción de mineral por cuatro días y patrullar por las bocaminas, incluso promoviendo grupos de mineros de la empresa armados con cachorros de dinamita para cerrar algunas bocaminas contra los mineros desocupados que yacían dentro de la mina, es decir, una siniestra política, nuevamente como excusa a los “jukus” que buscaba fortalecer la militarización con nuevos cuarteles como en Cataricagua y profundizar la división de mineros ocupados y desocupados enfrentándolos incluso físicamente, una verdadera tragedia.
Ante esta situación tan delicada en Huanuni el POR ha reivindicado la política que aviva el enfrentamiento entre ocupados y desocupados (situándose a favor de los ocupados) afirmando que: “Los trabajadores (se refiere a los mineros de la EMH, NdR) están en todo su derecho de movilizarse defendiendo la estabilidad y la salud de la empresa estatal frente al robo de mineral que, junto a la caída de los precios del estaño por la crisis internacional, pone en serio riesgo la estabilidad laboral de los trabajadores de la EMH.” (Masas 2601, “Trabajadores toman en sus manos la defensa de la empresa contra los jukus”) En su publicación indican además que la desocupación ha dado lugar: “al surgimiento de poderosas bandas delictivas para robar mineral en Huanuni y boicotear la producción”. Léase bien, el POR indica que los mineros desocupados impulsan poderosas bandas delictivas, cuando en realidad son junto a los mineros ocupados los verdaderos dueños de la mina.
Acá no hay “bandas de delincuentes” como afirma el POR, son obreros (desocupados) que quedaron por fuera del proceso productivo por la sed de ganancia de las transnacionales que aumentaron los ritmos de producción y superexplotan a menos mineros que mueren como moscas adentro del socavón. Son obreros (desocupados) –que bajo la política colaboracionista del sindicato de Huanuni- terminan arriesgando sus propias vidas en el peligrosísimo trabajo de extraer mineral para llevar un poco de pan a sus familias, sin un mínimo de seguridad industrial (peor que los mineros de la EMH), incluso exponiéndose a ser tiroteados por los milicos y la policía asesina que están en Huanuni para seguir masacrando, fuerzas represivas que, a cuenta del gobierno, imponen la división de las filas obreras entre ocupados y desocupados en medio de la coyuntura electoral, evitan que Huanuni se unifique con otros centros mineros como los mineros de la San Cristóbal, de Tierra, Amayapampa y Ch’ojlla en un pliego único de reclamos, y en definitiva defienden los intereses de las transnacionales que buscan de la mano de Morales terminar de privatizar los resabios de la minería estatal.
El POR ha quebrado toda política de unidad entre mineros ocupados y desocupados, y en cambio ha adoptado la política servil del sindicato masista de Huanuni (ORO) que acordara la militarización con la excusa de defender la estabilidad laboral y la salud de la empresa contra los supuestos “ladrones de mineral”. Además, en su publicación (no es casualidad) el POR omite condenar la militarización que ya masacró a cuatro mineros y un joven de 16 años, ni condena a las verdaderas “bandas delictivas que roban mineral”, que son las transnacionales mineras que se llevaron tan solo en el 2017 la suma de 3.828 millones de dólares por el saqueo de nuestros minerales dejando en el país el irrisorio monto de 340,6 millones de dólares (el 8,9%).
Lo que acontece en Huanuni es por demás grave para los mineros ocupados y desocupados, el pacto de militarización entre la burocracia minera y el gobierno fue hace 8 meses, la sangre minera sigue fresca, se declaró estado de sitio en todo el distrito minero y el POR en su lugar reivindica y aplaude la política del frente ORO masista que desgarró las filas obreras. Esto es una vergüenza, que tal posición provenga de una corriente que se reivindica revolucionaria.
El Programa de Transición de los trotskistas claramente afirma diametralmente opuesto al POR-Masas y el frente ORO: “Contra la desocupación, tanto de “estructura” como de “coyuntura” es preciso lanzar la consigna de la escala móvil de las horas de trabajo. Los sindicatos y otras organizaciones de masas deben ligar a aquellos que tienen trabajo con los que carecen de él, por medio de los compromisos mutuos de la solidaridad. El trabajo existente es repartido entre todas las manos obreras existentes y es así como se determina la duración de la semana de trabajo. El salario, con un mínimo estrictamente asegurado sigue el movimiento de los precios. No es posible aceptar ningún otro programa para el actual período de transición”. Y para el POR de lo que se trata es de defender la “estabilidad laboral y la salud de la EMH” dándoles la espalda a los mineros desocupados.
El POR se jacta en sus congresos y conferencias de la Tesis de Pulacayo, la independencia política y condena a todo dirigente “chupatetilla” al servicio del MAS, pero lastimosamente ahora ellos se han vuelto chupatetillas de la política servil de la COB, de la FSTMB y del sindicato minero de Huanuni que pactaron la militarización con el gobierno. La Tesis de Pulacayo en sus Reivindicaciones Transitorias afirma tácitamente en contra de la política servil de la burocracia minera: “La única manera de luchar eficazmente contra el peligro permanente del boicot patronal contra los obreros, está en conseguir la implantación de la escala móvil de horas de trabajo, la que hará disminuir la jornada de trabajo en la misma proporción en que aumenta el número de desocupados”. Es decir el programa del trotskismo parte de una política de unidad entre ocupados y desocupados, incluso para no hundir más el nivel de vida de los trabajadores ocupados y en blanco, los sindicatos tienen la responsabilidad de velar la solidaridad mutua junto a las capas más precarizadas como la de los desocupados y la base superexplotada por los patrones cooperativistas. La solidaridad de las filas obreras no sucede hoy en Huanuni, nadie objetará esta afirmación, y peor aún, la tragedia es que se ha desplegado una campaña de calumnias contra los mineros desocupados que dejados a su suerte por los dirigentes de la COB y la FSTMB terminan siendo esclavizados por la patronal cooperativista, entre ellos mujeres y niños como en las minas de Potosí.
La experiencia revolucionaria del 2006 –como parte de los jalones de la revolución del 2003-2005- demostró que es determinante la unidad entre ocupados y desocupados para demostrarle a las transnacionales mineras quienes son los verdaderos dueños de las minas, así se conquistaron más de 5000 puestos de trabajo enfrentando a 2000 patrones cooperativistas enviados y armados por Evo Morales. Así se abría la posibilidad de luchar por la nacionalización de toda la minería sin pago y bajo control obrero para financiar todas las demandas de los explotados como jubilación digna, viviendas, salud, educación para sus hijos, etc. Pero al no generalizarlas a todo el movimiento obrero por responsabilidad de las burocracias masistas sostenidas por el reformismo hoy se están perdiendo. Por esto mismo hace bastante tiempo el gobierno de Morales y su gerente ya anunció más despidos en la EMH, quites de conquista y más súperexplotación, tuvo que militarizar y masacrar a mineros desocupados. El POR no puede reivindicar semejante situación de tragedia en Huanuni, hacerlo es cubrir por izquierda el plan de Morales y las transnacionales que son los que avivan la campaña contra los mineros desocupados y que los bufones de la burocracia minera de Huarachi (COB), Gutiérrez (FSTMB) y del sindicato minero de Huanuni hacen eco.
¡Basta de tratar a los desocupados como bandas de delincuentes! ¡Basta de dirigentes chupatetillas que imponen la división entre ocupados y desocupados! ¡Hay que romper con el gobierno de Evo Morales! ¡Recuperemos nuestros organismos de lucha para ponerlos al servicio de la clase obrera y la unidad entre ocupados y desocupados! ¡Un turno más en todas las minas para todos los desocupados con un salario básico, vital y móvil según la inflación! ¡Mina que suspenda, despida o cierre debe ser tomada sin pago y bajo control obrero!
¡Que viva la lucha de los mineros y del Comité de amas de casa de San Cristóbal que impusieron la huelga general indefinida, ellos marcan el camino para enfrentar a las transnacionales y al grito de “masista, vendido, inútil y traidor” a Huarachi de la COB, pugnaron por echar a la burocracia minera podrida! ¡Así se lucha! ¡Unidad y coordinación de los mineros en lucha de la San Cristobal, Ch’ojlla, Amayapampa y Tierra!
¡Las únicas “bandas de delincuentes” son las transnacionales mineras que robaron nuestro mineral del país llevándose 3.828 millones de dólares tan solo en el 2017! ¡Hay que expropiar a los verdaderos “jukus” sin pago y bajo control obrero, las transnacionales mineras comenzando por la Sumitomo!
¡Fuera el ejército y la policía asesina que están para mantener la división de ocupados y desocupados, mantener a raya a los mineros de la EMH y avanzar decididamente en la privatización de la EMH y el resabio de minería estatal!
Liga Socialista de los Trabajadores Internacionalistas de Bolivia (LSTI, Democracia Obrera Bolivia)
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