Organizador Obrero Internacional
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Marzo 2013

A propósito de los bufones de la burocracia colaboracionista de la COB

La LOR-CI revisa, falsifica y liquida el programa trotskista para abrazarse a la burocracia de la COB.
A propósito de la “táctica y la estrategia” de los mecanicistas

Ante la cuestión del IPT, la LOR-CI plantea en su polémica con el POR llamada “El partido de la COB y el carácter sectario y vegetativo de algunos grupos” escrita el 16 de febrero del 2013, que: “En realidad esconden una postura que confunde táctica y estrategia” (…) “En la tradición marxista revolucionaria existe una conexión propiamente dialéctica entre esos momentos: la estrategia se manifiesta concretamente en la táctica.”

Estamos ante un parloteo de pseudo-intelectuales que justifican con pomposas palabras su política de subordinación a la burocracia colaboracionista, cuestión que los une mas allá de las “tácticas” al POR con quien polemizan.
La LOR-CI en su charlatanería “acusa” al POR de liquidar toda táctica planteando todo el tiempo y en todo lugar la “estrategia” de la “dictadura del proletariado”. Pues bien, la LOR-CI es la otra cara de la misma moneda mecanicista, se trata de una corriente que separa la táctica de la estrategia creando una relación etapista entre una y otra. Es decir, “primero muchas tácticas reformistas para luego, alguna vez, levantar la estrategia de la revolución”, ni más ni menos, a esto se resume la “táctica” de la LOR-CI sobre el IPT.
Por el contrario Trotsky en “El gran organizador de derrotas” plantea alrededor de la estrategia y la táctica en la época imperialista: “la idea de una estrategia revolucionaria se ha consolidado en los años de las post guerra, al principio indudablemente, gracias a la afluencia de terminología militar, pero no por puro azar. Antes de la guerra no habíamos hablado más que de la táctica del partido proletario; esta concepción correspondía con exactitud suficiente a los métodos parlamentarios y sindicales predominantes entonces, y que no salían del marco de las reivindicaciones y de las tareas corrientes. La táctica se limita a un sistema de medidas relativas a un problema particular al orden del día o un dominio determinado de la lucha de clases, mientras que la estrategia revolucionaria se extiende a un sistema combinado de acciones en su relación, en su sucesión, en su desarrollo deben llevar al proletariado a la conquista del poder.  
Ni que decir tiene que los principios fundamentales de la estrategia revolucionaria han sido formulados desde que el marxismo planteo ante los partidos revolucionarios del proletariado el problema de la conquista del poder a base de la lucha de clases. En el fondo, la primera internacional solo logro formular esos principios desde el punto de vista teórico y a comprobarlo en parte gracias a la diferencia de varios países. Le época de la segunda internacional obligo a recurrir a métodos y a concepciones a causa de los cuales, según la famosa expresión de Bernstein, “el  movimiento es todo el objetivo final es nada”. En otros términos: la labor estratégica se reducía a nada se disolvía en el “movimiento” cotidiano con sus fórmulas cotidianas de táctica. Solo la tercera internacional restableció los derechos de la estrategia revolucionaria del comunismo, a la cual subordinó completamente los métodos tácticos… Gracias a la experiencia inapreciable de las dos primeras internacionales, sobre cuyos hombros de alza la tercera; gracias al carácter revolucionario de la época actual (…) -Negritas nuestras-.

Lo que la LOR-CI afirma no es nada nuevo, reeditan la teoría de la II Internacional y la de Bernstein: la estrategia se manifiesta en la táctica, pero por un lado van las tácticas y por otro la estrategia. Son ellos los que terminan separando de forma mecánica ambas cuestiones. Por ello estos “estrategas” se la pasan planteando tácticas que no responden a la estrategia revolucionaria para la toma del poder. Es decir el control obrero, intervención en el parlamento, lucha sindical, etc. siempre dentro del marco del régimen burgués; y para estos reformistas confesos no existe el programa de la milicia obrera, los soviets, la lucha contra las direcciones traidoras, etc. nada de ello existe en la política de la LOR-CI para su “IPT” con la burocracia colaboracionista de la COB.
Son continuadores de la socialdemocracia que planteaba un programa mínimo para luchar todos los días por conquistar demandas mínimas y un programa máximo para las calendas griegas, donde jamás establecen un sistema de demandas transicionales que establezcan un puente entre la lucha por las demandas mínimas y el programa para la toma del poder y el socialismo.
Por ello, la LOR-CI le critica al POR que se la pasa planteando “dictadura del proletariado”, es decir la estrategia y “no plantea las tácticas”. Sin embargo ambos terminan planteando un programa mínimo por un lado y uno máximo por el otro, liquidando el Programa de Transición trotskista que no niega las reivindicaciones del programa inmediato “mínimo”, en la medida en conserven su fuerza vital. La IV Internacional propone un sistema de reivindicaciones transitorias que establecen un puente entre estas demandas mínimas y el programa de la revolución socialista.

Entonces, esta cuestión teórica que aquí definimos es para demostrar con claridad que lo que se enfrentan nuevamente en Bolivia y a nivel mundial son dos teorías, programas y estrategias: por un lado la LOR-CI, el POR y sus amigos empuñando el legado stalinista con la colaboración de clases y “revolución por etapas” versus la teoría-programa de la Revolución Permanente de la IV Internacional.

En “¿A dónde va Francia?”, León Trotsky desenmascaraba el programa de los estalinistas que planteaban: “Combatiendo cada día para aliviar a las masas laboriosas de las miserias que les impone el régimen capitalista, los comunistas subrayan que la liberación definitiva no puede ser lograda más que por la abolición del régimen capitalista y la instauración de la dictadura del proletariado”. Y más adelante plantea Trotsky en el mismo libro: “Esta fórmula no sonaba mal en los principios de la social democracia hace medio siglo y más. La social democracia dirigía entonces no sin éxito la lucha de los obreros por reivindicaciones y reformas aisladas por lo que se llamaba “programa mínimo”, “subrayando” bien que la liberación definitiva no sería realizada más que mediante la revolución. El “objetivo final” del socialismo era dibujado entonces en la lejana nebulosa de los años. Esta concepción, que ya en la víspera de la guerra se sobrevivía, es la que en el Comité Central comunista ha transportado súbitamente a nuestra época, repitiéndola palabra por palabra hasta la última coma.
¡Y esta gente invoca a Marx y a Lenin!”

Este es el apotegma de la LOR-CI y todos los reformistas. Contra ellos los trotskistas reafirmamos el apotegma del marxismo revolucionario que plantea: “La fórmula política marxista, en realidad, debe ser la siguiente: Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de vida de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo menos impedirle, rebajar aún más el nivel de vida de los obreros.

La LOR-CI y su falsificación de la táctica de Trotsky sobre el “Partido Obrero”
para justificar que sueñan con un partido con la burocracia de la COB

La LOR-CI y todos los reformistas que están con la política de IPT, se justifican planteando que Trotsky y el SWP lanzaron la misma pelea en los EE.UU. Son unos falsificadores del marxismo.
En Estados Unidos, a fines de los 30, la clase obrera se había hecho del Partido Demócrata y para nada tenía independencia de clase, entonces el SWP lanza la táctica de “partido obrero” como una moción concreta hacia los sindicatos que comenzaban a surgir, para lograr que los obreros rompan con el Partido Demócrata de la burguesía. Por ello el “partido obrero” estaba basado en el programa de la revolución socialista y para la toma del poder. Así lo plantea Trotsky en las discusiones acerca del Programa de Transición: “La cuestión del partido obrero nunca ha sido una cuestión de “principios” para los marxistas revolucionarios….Hace varios años, antes de la crisis de 1929 e incluso más tarde, hasta la aparición de la CIO, podíamos haber esperado que el partido revolucionario, esto es, el partido bolchevique se desarrollase en Estados Unidos paralelo a la radicalización de la clase obrera y que con el tiempo lograse ponerse a su cabeza. Bajo esas condiciones hubiese sido absurdo dedicarse a una propaganda abstracta en favor de un “partido obrero” sin precedentes.
Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente desde aquel entonces, y sería injustificable cerrar los ojos ante ello. El desarrollo pujante de los sindicatos, bajo las condiciones de una crisis del capitalismo que se intensifica, los arrojará a todos irresistiblemente al camino de la lucha política y, así al camino de la cristalización de un partido obrero (…) El SWP, sin embargo, no se limita, como hacen los estalinistas, seguidores de Lovestone, etc. A una consigna abstracta por un partido obrero u obrero-campesino, y lo que menos puede admitir son las  combinaciones sin principio en la cumbre que se ocultan tras esta consigna; adelanta un programa de reivindicaciones transitorias para fecundar el movimiento de masas en favor de un partido obrero.
Manteniendo su plena independencia política y organizativa, el SWP sostiene una lucha sistemática irreconciliable contra la burocracia sindical, que se opone a la creación de un partido obrero o pretende convertirlo en una herramienta auxiliar de uno de los partidos burgueses.” (Discusiones sobre el Programa de Transición)

La LOR-CI es un grupo de revisionistas desfachatados. El IPT que plantean no es una moción concreta hacia los sindicatos, sino todo un programa político para intervenir en las elecciones. Por ello en sus planteamientos programáticos no existe el programa revolucionario de ruptura con el gobierno de Morales, ni de lucha para expulsar a la burocracia colaboracionista de la COB, ni mucho menos plantean que hay que luchar contra el régimen de las transnacionales, del pacto de Morales con la Media Luna fascista, ni preparar la huelga general revolucionaria para unificar en ese combate en las calles a los obreros con los campesinos pobres, ni mucho menos que la clave es volver al camino de los combates revolucionarios del 2003-2005 para hacerse del poder.

Si no plantean estas cuestiones esenciales del programa revolucionario, es mentira que quieren luchar por un “IPT revolucionario”, ni menos por una COB revolucionaria. Lo que quieren es un IPT reformista con un programa reformista para intervenir en las elecciones sin siquiera llamar a desarrollar la lucha extraparlamentaria de masas.
La LOR-CI está planteando un IPT para hacer un “Partido Laborista” como el de Inglaterra que se dio durante la época reformista, donde los obreros elegían a sus candidatos desde los sindicatos. Pero esto en Bolivia, donde el proletariado fundo una COB revolucionaria con Las Tesis de Pulacayo y la revolución de 1952, es ridículo. En Bolivia lo que hay es un gobierno de frente popular al cual las direcciones traidoras del proletariado se subordinan con colaboración de clases. Allí lo que está planteado es llamar a que la COB rompa con el frente popular y expulsar a las direcciones colaboracionistas para preparar los organismos para la toma del poder. Tanto hablan de “estrategia y táctica”, que se han olvidado que lo esencial de la época imperialista es la crisis de dirección revolucionaria del proletariado.
La estrategia revolucionaria no solo es la toma del poder, sino poner en pie un partido revolucionario internacional derrotando a las direcciones traidoras del proletariado, partido que para los trotskistas no puede ser otro que la IV Internacional. Para la LOR-CI en definitiva la clase obrera puede hacer revoluciones y tomar el poder con cualquier dirección, inclusive poner en pie un IPT con la burocracia colaboracionista de la COB.
Por ello, sin ir más lejos, a estos bufones de la burocracia colaboracionista, meses atrás los restauradores del capitalismo en Cuba, los gusanos Castristas, les otorgaron un premio en La Habana por la realización de un Documental sobre la lucha de clases. Raros “trotskistas” que son premiados por los stalinistas que cobijaron a Ramón Mercader, el asesino del camarada León Trotsky.