Se realizó el evento “Trotsky en permanencia” desde Brasil, organizado por Frank García Hernández del PCC
Los ex trotskistas se reúnen bajo la dirección del PC Cubano para encubrir a los nuevos ricos del castrismo que restauraron el capitalismo en la isla
Del 2 al 6 de agosto se realizó el evento en línea “Trotsky en Permanencia”, organizado desde Brasil. Del mismo participaron las corrientes que conforman el FIT-U de Argentina (PTS, PO, MST e Izquierda Socialista/UIT-CI), la LIT-CI, la Tendencia del PO de Altamira y la Corriente Marxista Internacional que dirige Alan Woods, quien hace años atrás le entregara el Programa de Transición trotskista a Chávez para mostrarlo como “socialista”. Asimismo estuvieron corrientes que provienen del espartaquismo y el EEK de Grecia. Es de destacar, que la mayoría de estas corrientes son tendencias dentro del PSOL de Brasil y como tal participaron de este evento, incluyendo a todas las tendencias mandelistas, que son los autodenominados “anticapitalistas” del NPA francés.
También intervino Paul Le Blanc, ex dirigente de la ISO de EEUU y hoy militante de los “Socialistas Democráticos de América” (DSA) de Bernie Sanders, es decir, la “izquierda” de los carniceros del Partido Demócrata imperialista yanqui, que hoy están en el poder con Biden.
Como vemos, casi todo el abanico de los renegados del trotskismo se dieron cita en este evento que fue dirigido directamente por el Partido Comunista de Cuba, a través de Frank García Hernández. Este dirigente del stalinismo cubano fue el mismo que en 2019 organizó un encuentro sobre Trotsky en La Habana. En aquel momento, los renegados del trotskismo, bien lejos de los obreros y explotados cubanos, se encerraron en un aula a “disertar” sobre el legado del dirigente de la IV Internacional junto al partido castrista que recibió con honores a Mercader, el agente de la KGB que asesinó a Trotsky. Esa reunión fue el encuentro de la reconciliación, con los ex trotskistas abrazándose a los verdugos del movimiento revolucionario internacional, que pidieron “disculpas” por haber perseguido a los trotskistas cubanos en los ‘60.
El evento que acaba de concluir fue la continuidad del que realizaron en 2019, con un agravante: esta vez se reunieron días después del levantamiento de los trabajadores y las masas cubanas contra el hambre que padecen por la imposición de la restauración capitalista en la isla.
Frente a esto, como demostraremos en este artículo, todos los renegados del trotskismo, más allá de sus matices, se subordinaron a la política de García Hernández, representante de los nuevos ricos del PCC que quieren utilizar el legado de Trotsky para encubrir la restauración capitalista que impusieron en la isla y cómo ellos se enriquecieron como socios menores de las transnacionales imperialistas, mientras matan de hambre a las masas cubanas y las reprimieron violentamente cuando se sublevaron el pasado 11 de julio.
Los liquidadores de la IV Internacional se han disciplinado gustosos a esta política, usurpando las limpias banderas del trotskismo para legitimar a los nuevos burgueses millonarios del Partido Comunista Cubano. Al servicio de esto es que, durante 5 días, estas corrientes expusieron e intervinieron en las diferentes “mesas redondas” y “simposios temáticos” de este evento. Junto a académicos e intelectuales se dedicaron a falsificar y destruir el programa, la estrategia y todo el legado revolucionario de la IV Internacional para borrar el río de sangre que existe entre trotskismo y stalinismo y justificar que desde hace años han entrado a la así llamada “Nueva Izquierda”, en un partido común con la lacra stalinista.
Los renegados del trotskismo disciplinados a Frank García Hernández y el castrismo, en la barricada de enfrente de las masas cubanas hambrientas
Estas corrientes hacen pasar a ese impostor de Frank García Hernández como si fuese un “luchador opositor perseguido por el régimen castrista”, que luego de encarcelarlo el 11 de julio en La Habana, lo habría mantenido en prisión domiciliaria. Incluso, algunos como la LIT-CI hablan de él como un “activista trotskista” dentro de Cuba, cuando García Hernández es un militante stalinista confeso, orgulloso dirigente del PCC. Tan ferviente castrista es este sujeto, que no solo aclaró rápidamente que su detención en Cuba se debió a una “confusión” y al otro día fue liberado, sino que se jactó de haber estado ese 11 de julio en la columna del Partido Comunista Cubano, el mismo que molió a palos a las masas hambrientas que se movilizaron en toda la isla. Así, en los mismos días que se desarrollaba este evento, García Hernández en una entrevista para una radio de Argentina, afirmaba: “Yo no estaba con los manifestantes que estaban en las protestas. Más bien estaba (…) como miembro del Partido Comunista, marchando con los miembros del Partido Comunista. (…) Un grupo de militantes comunistas estábamos gritando: ‘esta calle es de Fidel’, ‘yo soy Fidel’”… ¡A los cuatro vientos este cuadro stalinista despliega toda su bandera castrista! La misma que desplegó cuando festejó hace meses atrás el apoyo infame del régimen castrista al fascista Al Assad en Siria, que junto al sicario Putin masacró a más de 600.000 trabajadores y explotados.
García Hernández cerró el evento “Trotsky en permanencia”, defendiendo la política del PCC de que el problema del hambre y la miseria en Cuba se deben al bloqueo yanqui sobre la isla. Claramente, García Hernández ocultó la restauración capitalista impuesta por los nuevos ricos del PCC. Lo trágico es que, en este evento, los renegados del trotskismo hicieron lo mismo pues en sus diversas disertaciones silenciaron que en Cuba se restableció la propiedad privada, el derecho a herencia y, sobre todo, que de las entrañas del PCC surgió una nueva clase poseedora que es la burguesía castrista.
Más allá de las diferencias que tienen sobre la caracterización de Cuba, todas estas corrientes callaron y ocultaron los negocios de los “empresarios rojos” castristas, asociados al imperialismo español, francés y canadiense en el turismo, la minería del níquel, el petróleo, etc.
Así se ubicaron en la barricada de enfrente de las masas cubanas, porque la única forma que estas tienen para comer y recuperar sus conquistas es con una nueva revolución que expropie todos los negocios y propiedades de los jerarcas del PC y a las transnacionales instaladas en Cuba, como parte de la revolución latinoamericana.
Tan lacayos del castrismo son, que en este evento se escuchó a gente proveniente de la corriente espartaquista afirmar sin ningún pudor que los obreros cubanos sublevados eran todos “agentes contrarrevolucionarios organizados por el imperialismo”. ¡Miserables sirvientes del stalinismo!
En relación al bloqueo yanqui, la política que está apoyando García Hernández desde su blog “Comunistas Cuba” es un petitorio para mendigarle a Biden que levante el embargo a Cuba, ¡haciéndole creer a los obreros cubanos, de EEUU y todo el continente que el nuevo representante de los carniceros de Wall Street puede ser su aliado!
Ese petitorio no solo fue firmado por viejos personeros “bolivarianos” como Lula y Correa, por el DSA de Sanders, etc., sino que también fue apoyado por la mayoría de las corrientes que se dieron cita en el evento “Trotsky en permanencia”, como el PSOL de Brasil, el mandelismo desde el “Secretariado Unificado”, etc. Esto no es casualidad: todos los renegados del trotskismo comparten con el PCC ocultar que la única forma de derrotar el bloqueo es enfrentando al gobierno de Biden, con la unidad y con la lucha revolucionaria de la clase obrera norteamericana -que impuso la retirada de EEUU de Vietnam-, y con los obreros cubanos armados como cuando derrotaron a los yanquis en Bahía de los Cochinos.
Los entregadores de la IV Internacional están cubriendo con un “ropaje rojo” al partido del castrismo que está imponiendo en el continente americano un “nuevo ’89” (que fue el año que el stalinismo consumó la restauración capitalista en la URSS, China y demás ex estados obreros). Cuando se está propinando la mayor puñalada por la espalda a la lucha revolucionaria por la toma del poder de obreros y campesinos, haciendo creer a las masas de Cuba y el continente que el “socialismo” es el hambre y la miseria que padecen los explotados de la isla, los ex trotskistas se encuentran abrazados a los entregadores de la revolución socialista.
Por eso no es de extrañar que la corriente mandelista haya tenido un gran protagonismo en este evento. Es que el mandelismo es una corriente probada en su sumisión al stalinismo desde hace décadas y en sostenerlo cuando se dieron los acontecimientos de 1989. Mandel en persona, desde la segunda mitad de la década del ’80 se dedicó a apoyar y legitimar por izquierda a Gorbachov, el agente directo de EEUU e Inglaterra al interior de la URSS, que con su política de “perestroika” (apertura económica) y “glasnost” (apertura política) comenzaba a entregar el estado obrero al imperialismo mundial. Tan abierta es su ruptura con el legado del trotskismo, que esa corriente en un Congreso quitó de sus estatutos la lucha por la dictadura del proletariado, es decir, renunció abiertamente a pelear por la toma del poder por parte de la clase obrera. ¡Cómo no va a apoyar hoy al castrismo que entregó la última dictadura del proletariado que existía!
Un evento sobre Trotsky donde se falsificó el legado del trotskismo para darle “permanencia” al programa del stalinismo
Como vienen haciendo desde hace años, en este evento los entregadores de la IV Internacional revisaron el programa y la teoría del trotskismo revolucionario, castrándole su contenido revolucionario. Así, presentaron a un Trotsky adaptado a las “buenas costumbres” de las universidades burguesas, transformándolo en un ícono inofensivo y falsificando el combate librado por el trotskismo contra el stalinismo y demás direcciones traidoras, que son compradas por la burguesía para sostener al sistema capitalista mundial en su fase imperialista.
En este evento se liquidó el programa de la IV Internacional de combate a muerte contra el stalinismo, la socialdemocracia, las aristocracias obreras y las burocracias sindicales. Estas corrientes se dedicaron a mostrar que las diferencias entre trotskismo y stalinismo eran cuestiones “ideológicas” o “teóricas”, y no que el legado revolucionario de Trotsky fue llamar a enfrentar a esos verdugos contrarrevolucionarios sirvientes del imperialismo con la guerra civil, como era el programa de revolución política para derrocar a la burocracia soviética y volver a transformar a la URSS en un bastión de la revolución mundial. ¡Por combatir por esa política, el stalinismo persiguió, encarceló y asesinó a los trotskistas, comenzando por el propio camarada Trotsky!
A 180° de esto, los ex trotskistas en este evento se callaron no solo las traiciones históricas del castro-stalinismo a la revolución mundial y la entrega de Cuba al imperialismo, sino que silenciaron las puñaladas por la espalda que le propinaron a los combates revolucionarios de los trabajadores y oprimidos del continente, como en EEUU, Ecuador, Bolivia, Chile y recientemente en Colombia.
El ejemplo máximo de esto es cuando en la apertura de este evento se afirmó que “hay un movimiento revolucionario más amplio que el trotskismo”, es decir, que hay alas “revolucionarias” del stalinismo, como sería la de Frank García Hernández. Todo lo que debatieron en los distintos simposios estuvo al servicio de esta política, como fue el enorme peso que le dieron a la discusión sobre el “Frente Único Obrero”, que fue vilmente falsificada para justificar que el “frente único” de estas corrientes es con la lacra stalinista. Esto es lo que los renegados del trotskismo están haciendo en todo el planeta, poniendo en pie bloques y partidos comunes con el stalinismo, como lo demostró este evento de Brasil junto al PCC.
Este nuevo encuentro de los liquidadores de la IV Internacional volvió a confirmar que han devenido en corrientes neo-stalinistas. Por ejemplo, en una abierta política de colaboración de clases, reeditan la vieja receta del stalinismo de apoyar a los “campos burgueses progresivos” o “democráticos” en aras de “enfrentar a la derecha” y al “fascismo”, sometiendo al proletariado a un sector de sus verdugos y liquidando toda política de independencia de clase.
Así lo vimos en el apoyo que le otorgaron a Haddad - Lula contra Bolsonaro en Brasil, mientras hoy el PSOL se encuentra discutiendo hacer un frente con el PT para las elecciones del año que viene. Fue la misma receta que aplicaron en Chile: con la excusa de enfrentar a Piñera y al régimen de la Constitución del ’80, terminaron todos a los pies de la estafa de la Asamblea Constituyente pinochetista, mientras que en Perú llamaron a votar a Castillo “contra Fujimori”. Hablando de “todos contra Trump”, no faltó el apoyo que los renegados del trotskismo le dieron a Sanders, el “ala izquierda” del Partido Demócrata que hoy comanda el carnicero Biden.
De esta manera, estas corrientes enarbolan la pseudo teoría del stalinismo de “revolución por etapas”, diciéndole a la clase obrera que por delante tiene toda una etapa de lucha por “más democracia” contra los burgueses “reaccionarios”; y quién sabe cuándo, podrá pelear por la revolución socialista, en una ruptura abierta con la teoría-programa de la Revolución Permanente del trotskismo.
Con esta política, los renegados del trotskismo no hicieron más que colaborar en sostener los desvíos impuestos a los procesos revolucionarios que se desarrollaron en todo el continente. Por eso en todos los simposios se silenció la estrategia del trotskismo que, contra toda política de colaboración de clases, pelea por el surgimiento de los soviets armados para el triunfo de los combates de masas y la revolución socialista.
Esta política que levantan los ex trotskistas explica por qué este evento fue de espaldas a la clase obrera de Colombia que padece la masacre del gobierno de Duque-Uribe, de las masas de Chile que tienen más de 2.500 presos políticos pudriéndose en las cárceles y de todo el proletariado latinoamericano, ocultando la necesidad de conquistar una lucha revolucionaria común contra el imperialismo, sus gobiernos y regímenes y las burocracias y direcciones colaboracionistas traidoras. La gran ausente fue la clase obrera norteamericana, cuando ella es la que tiene la llave para la liberación de los obreros cubanos y de todo el continente.
Lo que sesionó en San Pablo fue el partido único del stalinismo y los renegados del trotskismo
Como parte de la política internacional de la así llamada “Nueva Izquierda”, los ex trotskistas disolvieron definitivamente la IV Internacional para marchar a partidos únicos a los pies de los stalinistas en los 5 continentes.
Los renegados del trotskismo quieren justificar su entrega de la IV Internacional y su sumisión al stalinismo en el mundo entero, afirmando, como ya dijimos, que hay sectores con los cuales confluir porque son parte del “movimiento revolucionario que es más amplio que el trotskismo”. Incluso, para encubrirse llegaron a afirmar que “hay stalinistas que no conocen los crímenes de Stalin”. Ya el PO de Argentina (incluyendo a la actual Tendencia del PO) y el EEK de Grecia -que estuvieron presentes en este evento- se dedicaron años atrás a hacer conferencias y a discutir poner en pie una Internacional común con una mujer del sicario Putin, Darya Mitina del Partido Comunista Unificado (OKP) de Rusia, con la excusa de que ese “sector del stalinismo está repensando y sacando lecciones de su accionar”.
Lo que se realizó desde Brasil fue una reunión de la “sección del continente americano” de esta nueva internacional que han puesto de pie stalinistas y liquidadores de la IV Internacional. Apenas meses atrás, se reunió la “sección africana” de este partido único en el evento “Marxismo África 2021” de la ISO del SWP inglés, donde se juntaron con representantes del sionismo y del PC sudafricano del CNA.
Es que ya las burguesías “bolivarianas” y el viejo Foro Social Mundial entregaron todas las luchas antiimperialistas de las masas y no tienen autoridad para expropiar ningún combate revolucionario de los pueblos oprimidos. Por ello, los renegados del trotskismo y el stalinismo avanzaron en todo el planeta a centralizar sus fuerzas y poner en pie partidos en común para contener los ascensos revolucionarios de la clase obrera mundial. Ese es el rol que juegan en la “Nueva Izquierda”, que esta vez se reunió en San Pablo, donde se alistaron para contener la irrupción que está latente en Brasil por el profundo odio de masas contra el gobierno de Bolsonaro.
Contra todos ellos, los trotskistas peleamos por recuperar la IV Internacional de las manos de quienes se la han entregado al stalinismo, que han llevado nuestro partido mundial al fango de la ignominia y la traición. Por ello la lucha por refundar la IV Internacional es inseparable de recuperar sus limpias banderas. Este será el camino para que el verdadero trotskismo llegue a Cuba y lo haremos contra la lacra castrista y los liquidadores del trotskismo que cubren las espaldas a los entregadores de la revolución.
Florencia Barcaz |
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2 de agosto de 2021
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