Brasil - 4 de noviembre de 2022
Gana las elecciones el frente burgués de Lula-Alckmin, el nuevo gerente de los negocios del imperialismo y las 300 familias
La clase obrera y las masas empobrecidas del campo y la ciudad han quedado sometidas a los verdugos “democráticos”, agentes de los yanquis
Ahora,
Bolsonaro, las bandas fascistas y los generales asesinos del pueblo levantan cabeza
A las libertades democráticas, al pan, el techo y la tierra de la clase obrera y los explotados se los defiende y se los conquista con los métodos de lucha de la clase obrera y la revolución proletaria
¡Con el fascismo no se discute, al fascismo se lo combate!
Desde los sindicatos, los comités de fábrica, los movimientos sin tierra y sin techo,
¡Hay que poner ya de pie una milicia obrera y campesina para aplastar el levantamiento de la escoria fascista!
Son los trabajadores y el pueblo pobre los que deben rodear los cuarteles. Allí están los soldados rasos, los hijos de la clase obrera y el pueblo
¡Por comités de soldados rasos para controlar y detener a todo oficial golpista que intente levantarse contra el pueblo!
La clase obrera debe poner orden en un Brasil devastado por el saqueo imperialista, que han dejado millones y millones de explotados viviendo en la hambruna
¡Basta ya! ¡Hay que atacar los negocios y los intereses de las 300 familias y el imperialismo!
¡Pan, tierra, techo y libertad!
¡Fuera el imperialismo y el FMI! ¡Expropiar a los expropiadores del pueblo!
La clase obrera sometida al frente de Lula y la burguesía tiene las manos atadas para ganarse a las clases medias empobrecidas y permitirle aplastar a la reacción.
Hoy la base de Bolsonaro se concentra en los cuarteles con piquetes proto fascistas y bloquean más de 200 rutas en todo el país llamando a la intervención militar.
Las organizaciones obreras deben romper con la burguesía. Ya es hora de romper con los capitalistas y sus partidos que someten y aíslan a la clase obrera de sus aliados del campo y la ciudad.
¡Basta ya!
Lula no viene a derrotar a Bolsonaro, sino a entregar Brasil al imperialismo. Desde hace dos días la clase media fascista ha ganado las calles y Lula está escondido.
Desde la CUT, la CSP-Conlutas y todas las organizaciones obreras, Sin Tierra y Sin Techo deben romper la subordinación a Lula-Alkmin y organizar ya mismo y de forma urgente los piquetes para aplastar a la reacción.
Los metalúrgicos de Angra en Río de Janeiro ya marcaron el camino marcharon con sus piquetes a disolver el bloqueo de la ruta BR101…
Con el fascismo no se discute ¡Al fascismo se lo aplasta!
Desde las fábricas y en las favelas hay que poner en pie ya las milicias obrera y los comités de autodefensa obreros y populares.
Son esas mismas bandas fascistas las que llaman a la casta de oficiales del ejército a dar un golpe. Los obreros debemos marchar con nuestras milicias sobre los cuarteles a aplastar esas concentraciones y llamar a los soldados rasos, que son nuestros hijos y hermanos bajo armas en el ejército a que desconozcan a la oficialidad y que se pasen del lado de la clase obrera y el pueblo. ¡Pongamos en pie Comités de soldados rasos y sub oficiales para poner bajo arresto a todos los oficiales y jerarcas militares! ¡Hay que disolver a la policía asesina que arma a las bandas fascistas!
Mientras la reacción continúa en las calles, Lula asumirá el 1 de enero dándole garantías totales al imperialismo y a la burguesía que no va a tocarle uno solo de sus reales, ganancias ni negocios.
Hay que decirle la verdad a la nuestra clase. Lula puso a un representante directo de las 300 familias como vice para que si no cumple con sus deberes Alckmin lo tire con un impeachment como lo hizo Temer con Dilma. Puso la garantía de un ministro de finanzas hombre directo de Wall Street.
Lula solo se comprometió a dar limosnas a los esclavos defendiendo al régimen burgués a rajatabla y manteniendo el control absoluto de los sindicatos y del movimiento obrero.
Aun así… nada es suficiente. Ayer salieron los hambrientos a tomar supermercados en algunas zonas de Brasil.
Es que creen que hay un gobierno amigo y los obreros pueden redoblar la ofensiva por salarios, techo, tierra y trabajo.
En las calles se definirán las relaciones de fuerzas y no en las elecciones burguesas en las que la burguesía dirimió la administración de sus negocios.
Como ayer con Moro, hoy Bolsonaro con las masas reaccionarias en las calles le recuerda a Lula su carácter de presidiario y que allí volverá si no se porta bien.
Bolsonaro y las 300 familias le muestran el látigo a su agente "democrático” al que harán que, como un camello, se arrodille para que se le suba el gran capital a sus ya viejas jorobas de mentiroso y embustero de las masas.
El camino a seguir para derrotar a Bolsonaro y al imperialismo, para conquistar el pan y la tierra y aplastar a las bandas proto-fascistas es expropiar a las transnacionales, el imperialismo y a las 300 familias más ricas, a los grandes dueños de Brasil, entre ellos Alckmin y los CEOS de la banca…hay que pegarle donde les duele, en sus ganancias y propiedades ¡Fuera el FMI! ¡Fuera las transnacionales!
Las libertades democráticas se defienden con el método de la revolución proletaria.
¡Hay que parar ya a la reacción! ¡Ellos vienen contra toda la clase obrera y el pueblo pobre! Como lo hicimos las organizaciones obreras en los ’30, cuando marchamos a aplastar a los “camisas verdes” fascistas en la Praça da Sé…Como lo plantearon en las calles nuestros hermanos de Bolivia, enfrentando a las bandas fascistas de la Media Luna en 2019 ¡Ahora sí, guerra civil!
CROJA
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