Brasil - 30 de septiembre de 2022

Reportaje a Alex Santana del Boletín Lucha Por la Base, vocero del Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización

Alex Santana, 34 años, trabajador del subterráneo hace 13 años, como operador de trenes. Formó parte de 3 administraciones de CIPA (Comisión Interna de Prevención de Accidentes), incluso como vicepresidente; estuvo en la directiva del sindicato de 2016 a 2019 y está en la directiva de FeNaMetro (Federación Nacional de los Metroviarios, NdeT) desde 2014, actualmente en la secretaría de comunicación y prensa de la entidad.
Santana fue uno de los 42 despedidos de la huelga de 2014 y fue reincorporado en 2018. Militaba en el PSOL hacía algunos años, hasta romper públicamente el 15/08/2022 por no acordar con la política del partido pos congreso. (Último Congreso Nacional del PSOL realizado a finales del 2021, NdeT)

 “Necesitamos unificar las luchas… darles voz a los trabajadores. ¡Aislados no lo lograremos, necesitamos unir nuestras fuerzas!”

LPB: En medio a que se ha impuesto la trampa electoral, ¿cómo ves la situación de las luchas de la clase obrera en medio de la ofensiva de Biden y el imperialismo para recolonizar Brasil y toda América Latina?
AS: La situación en Brasil es calamitosa y la trampa electoral está haciendo que muchos se crean un país imaginario, creyendo que tales elecciones serán la solución a los problemas. Los ataques imperialistas se mantendrán, así como el bolsonarismo continuará fuerte independientemente de quién sea electo. Y eso puede significar un “balde de agua fría” en la clase obrera, porque cuando se dé cuenta de la realidad, habrá un reflujo por desilusión y se desarmará para las batallas.

LPB: ¿Crees que hay condiciones para llamar desde la CSP-Conlutas y los sectores en lucha de todas las centrales sindicales a poner de pie un Comité de Lucha Nacional unificar a las luchas en curso?
AS: Es posible y necesario llamar a los sectores mas combativos a la lucha por medio de comités, pero no existe esa perspectiva en este momento, ya que todos están enfocados en las elecciones y están dejando de preparar la movilización. Hará falta mucho trabajo para recuperar el tiempo perdido y aún más trabajo para convencer a los sectores vinculados al probable gobierno electo, que deben llamar a la lucha. Las Centrales Sindicales no pueden quedar rehenes del gobierno, pero sabemos que ya tuvieron esa postura y la tendencia es que repitan esta receta y esto puede ser el entierro del movimiento sindical, considerando que su credibilidad ya está bastante cuestionada.

LPB: Nos impusieron la trampa electoral, con una política de colaboración de clases frente a la candidatura Lula-Alckmin ¿Qué opinas sobre la propuesta poner de pie Comités de Apoyo a las candidaturas obreras el Polo Socialista y Revolucionario? ¿Crees que hay condiciones para que sea llamado desde la CSP-Conlutas?
AS: El llamado a las candidaturas revolucionarias es válido, pero debe ir más allá de presentar el proyecto socialista, deben haber acciones concretas para construir un movimiento que dinamice las demandas obreras, movilizando de hecho y que sea parte de un plan profundizando rumbo a la revolución. Creo que la CSP-Conlutas tiene condiciones para impulsar esto, pero que por sí sola no tendrá la fuerza suficiente para avanzar, es decir, necesariamente pasará por la concientización de la clase y del convencimiento del propio movimiento sindical y social para que alcancemos algo más amplio.

LPB: Ante esto, ¿que opinión tienes frente a la posición de la mayoría del PSOL, con quienes venís de romper?
AS: En cuanto al PSOL, creo que la política de la mayoría de la dirección del partido está equivocada y, más que eso, esa mayoría no respetó los foros democráticos, ni a los militantes de base, ya que el congreso aprobó un frente de izquierda en las elecciones y no un frente amplio. Además, no hubo debate sobre la creación de la Federación con la Rede y, en última instancia, Boulos se puso por encima del partido cuando anunció su renuncia apoyando a Haddad antes de cualquier discusión interna del partido. Todo esto llevó a que varios militantes rompieran con el PSOL, ya que el partido sigue una línea auxiliar del PT, del que ya se sabe que no tiene un proyecto de izquierda de hecho, incluso volviendo a aliarse con varios sectores de derecha claramente buscando nuevamente la conciliación. La tendencia del PSOL es ser parte del probable gobierno electo del PT, de materializarse, destrozaría toda la historia del partido y tiraría a la basura su proyecto original. Por otro lado, si el PSOL no se une al gobierno (no creo en esta hipótesis) y se opone desde la izquierda, puede recuperar un poco de su credibilidad. Lo sabremos en la práctica muy pronto.

LPB: ¿Cómo crees que debería prepararse la lucha no solo en la primera vuelta, sino también en la segunda y contra el gobierno que venga?
AS: La lucha frente a la primera vuelta ya no es viable, y quizás no haya una segunda vuelta, pero si la hay, tendríamos que poner nuestras demandas en la calle. Pero sabemos que hay resistencia a cualquier cosa de este tipo, en este período de elecciones, incluso esa resistencia fue parte de la táctica en los últimos dos años, en que las movilizaciones fueron calculadas, de manera que desgastase al gobierno de Bolsonaro para que no gane la elección y al mismo tiempo no sacarlo del gobierno antes de las elecciones, ya que eso dificultaría la elección de Lula. De todos modos, después de las elecciones, inmediatamente necesitamos organizar los foros de lucha, juntar los comités, armar un calendario de actividades que construyan movilizaciones para exigir nuestras demandas y demostrando ya que seremos oposición al gobierno, que no aceptaremos ataques.

LPB: Queda claro que la ofensiva sobre Brasil y América Latina del imperialismo es feroz y si las luchas en curso son derrotadas, deberemos mirarnos en el espejo de Siria o de Ucrania ¿Qué opinión tienes al respecto?
AS: No creo que un reflujo en las luchas en Brasil lleve al país a situaciones similares a Siria y Ucrania. No existe tal cultura arraigada, tampoco hay conciencia de clase de manera amplia y no hay una dirección creíble para avanzar hacia algo más amplio. Habrá que hacer un trabajo de “hormiguita” para concientizar, organizar, movilizar y no quedar rehenes nuevamente de la conciliación con las “bendiciones” de las principales centrales sindicales del país. Pero creo que estamos llegando a un límite tolerable o límite de tolerancia con los ataques y, al romperse ese límite, pueden darse de forma heterogénea reacciones dispersas y aisladas, que necesitaremos saber unirlas y construir algo más amplio y organizado.

LPB: Siendo parte de la dirección nacional del Metro ¿Qué lucha consideras que está planteada dentro de las organizaciones obreras frente a las luchas del momento actual? ¿Qué te gustaría plantear frente a esta situación?
AS: Como parte de la dirección de la FeNaMetro, veo que una de las principales luchas por las que tendremos que batallar es contra las concesiones, las privatizaciones y las tercerizaciones. Esta cuestión envuelve varios ataques de forma fragmentada, que demandan un enorme trabajo de resistencia contra cada parte de este ataque mientras avanza por la “tangente” el plan más grande. Esta cuestión es la base para muchas luchas, incluyendo la lucha contra las concesiones y las privatizaciones, y determina concretamente un proyecto de izquierda. Entonces necesitamos unificar las luchas conjuntas, unificando a los distintos sectores y organizaciones que están pasando por este proceso y darles voz a los trabajadores de la forma lo más amplia posible. ¡Aislados no lo lograremos, necesitamos unir nuestras fuerzas!