La unidad de las filas obreras en Brasil y en todo el continente se dará bajo la dirección de la IV Internacional
Tras los pasos de las Tesis de Pulacayo y de las lecciones de la “Batalla de Sé” luchando por la independencia del proletariado y por la revolución socialista o detrás de los renegados del trotskismo y de la “nueva izquierda” a los pies de los regímenes burgueses
¡Por la refundación del Partido Trotskista Brasilero tras los pasos de Trotsky
y el joven Mario Pedrosa!
¡Por la refundación de la IV Internacional de 1938!
Ya no hay dudas. Los que hablaron en nombre del socialismo para sostener al capitalismo, muestran su verdadera cara en la medida en que el capitalismo en bancarrota precisa avanzar en su ataque sobre los explotados. Durante décadas sometieron a lo mejor del proletariado al PT y la CUT cuando estos expropiaron el combate revolucionario de los Comités de Fábrica y de los Comandos de Huelga en los años 70 y 80, separan el proletariado brasilero del combate revolucionario de los trabajadores y explotados de América Latina, desviaron la lucha de los obreros de los EEUU contra la guerra de Bush y sometieron a los trabajadores del continente al “Bush tiznado” de Obama, y todos juntos, como dijimos, fueron garantes del estrangulamiento de la revolución en el Norte de África y Medio Oriente.
Los que nos organizamos en las filas de la IV Internacional, los militantes del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional – FLTI, luchamos contra el colaboracionismo y para que la clase obrera recupere el internacionalismo enterrado por los destructores del marxismo.
Contra el colaboracionismo defendemos las Tesis de Pulacayo: “1- La lucha de clases es, al final de cuentas, la lucha por la apropiación de la plusvalía. Los proletarios que venden su fuerza de trabajo luchan por hacerlo en mejores condiciones y los dueños de los medios de producción (capitalistas) luchan por continuar usurpando el producto del trabajo no pagado, ambos persiguen objetivos contrarios, resultando ser intereses irreconciliables. No podemos cerrar los ojos ante la evidencia de que la lucha contra los patrones es una lucha a muerte, porque en esa lucha se juega el destino de la propiedad privada. No conocemos, contrariamente a nuestros enemigos, tregua en la lucha de clases. La etapa histórica presente, que es de vergüenza para la humanidad, solo podrá ser superada cuando desaparezcan las clases sociales, cuando ya no existan explotados y explotadores. Sofismas estúpidos de los colaboracionistas que sostienen que no se debe destruir a los ricos, sino convertir a los pobres en ricos. Nuestro objetivo es la expropiación de los expropiadores. 2- Todo intento de colaboración con nuestros verdugos, todo intento de concesión al enemigo en nuestra lucha, es nada más que una entrega de los trabajadores a la burguesía. La colaboración de clases quiere decir la renuncia a nuestros objetivos. Toda conquista obrera, mismo que menor, fue conseguida después de una lucha cruel contra el sistema capitalista. No podemos pensar en un entendimiento con los sojuzgadores porque el problema de reivindicaciones transitorias lo subordinamos a la revolución proletaria. No somos reformistas, aunque entregamos a los trabajadores la plataforma más avanzada de reivindicaciones, somos, sobre todo, revolucionarios, porque nos dirigimos a transformar la estructura misma de la sociedad.” (III – Lucha contra el colaboracionismo clasista).
Compárese atentamente esta definición de combate determinado por las Tesis de Pulacayo (una enorme lección y programa revolucionario en que la militancia internacionalista del proletariado del cono sur bajo dirección de la IV Internacional conquistó) y la política defendida por los renegados del trotskismo del PCO, PSTU, PSOL, y de todos sus satélites.
Al mismo tiempo desde las organizaciones sindicales que dirigen no hacen más que vestirse de rojo para impedir que la clase obrera organizada en esos sindicatos sea la punta de lanza del combate revolucionario de la clase obrera y los explotados. Contra ellos el programa de los trotskistas en las organizaciones obreras y sindicales define lo siguiente: “Tenemos que adaptarnos a las condiciones existentes en cada país dado para movilizar a las masas no sólo contra la burguesía sino también contra el régimen totalitario de los propios sindicatos y contra los dirigentes que sostienen este régimen. La primera consigna de esta lucha es: independencia total e incondicional de los sindicatos al Estado capitalista. Esto significa luchar por convertir a los sindicatos en organismos de las grandes masas explotadas y no de la aristocracia obrera… En realidad, la independencia de clase de los sindicatos cuanto a sus relaciones con el Estado Burgués solamente puede garantizarla, en las condiciones actuales, una dirección revolucionaria, esto es, la IV Internacional. Naturalmente, esta dirección debe y puede ser racional y asegurar a los sindicatos el máximo de democracia concebible bajo las condiciones concretas actuales. Pero sin la dirección política de la IV Internacional la independencia de los sindicatos es imposible.” (Negritas nuestras, “Los sindicatos en la era de decadencia imperialista”, León Trotsky).
Ni con Lula-Dilma y el PT, ni con la burocracia que acuerda con la patronal la entrega de nuestras conquistas, ni con la “oposición” burguesa y la burguesía esclavista de la FIESP/FIERJ. Con los explotados de Brasil, con los explotados del continente, con los explotados del mundo, luchando por recuperar el internacionalismo proletario y por el triunfo de la revolución socialista. ¡Paso a la IV Internacional!!
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Mario Pedrosa
León Trotsky
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