El MTR-PTS en Brasil… El viejo Foro Social Mundial, cuyo epicentro fue durante muchos años Brasil, ha cumplido su rol histórico, ha expropiado la revolución obrera y campesina en el continente americano que se desarrollara a principios del S XXI y ha desviado y abortado múltiples revoluciones en las semicolonias. Su política de “otro mundo es posible” y el “socialismo del SXXI” ha concluido con la restauración capitalista en Cuba de la mano de los Castro y Obama, la entrega de la resistencia obrera y campesina en Colombia a las bases militares yanquis, con los gobiernos “bolivarianos” como verdaderos agentes del FMI, represores y hambreadores de sus pueblos como el Chavismo en Venezuela o Evo Morales en Bolivia y cercando a la revolución siria primero y luego a su resistencia para que sea masacrada por Al Assad a cuenta del imperialismo. El FSM y sus dirigentes ya no pueden engañar a las masas, su ciclo histórico ha llegado a su fin y muy caro le ha costado a los explotados. Entonces el capital financiero, que en 2008 entró en una bancarrota absoluta, hoy a centralizado a nuevos agentes para lidiar con las revoluciones y ascensos de masas en el mundo. A este rol ha sido llamada la “Nueva Izquierda” de stalinistas y renegados del trotskismo, bajo la estrategia de que no hay que aplastar al sistema capitalista, sino que éste puede ser “reformado”, “bien administrado” bajo una “democracia real” y de esta manera las masas trabajadoras pueden mejorar su nivel general de vida ¡Una estafa del reformismo enemigo de la revolución socialista! Los principales referentes de esta “Nueva Izquierda” son Syriza que gobierna a Grecia contra la clase obrera y las masas explotadas, Podemos en el Estado Español como una verdadera “izquierda de la Monarquía imperialista”, Sanders de EE.UU., el NPA francés etc. A su vez, esta “Nueva Izquierda” tiene sus “alas más radicales”, pero no por ello menos venenosas para las masas que buscan un camino a la revolución proletaria. Este rol lo está jugando audazmente los renegados del trotskismo en todas sus variantes como el SWP inglés o el FIT en Argentina, Brasil es otro de los terrenos donde opera con protagónico rol la “nueva izquierda”. Entonces la política aplicada por el MTR-PTS es parte de una “división de tareas” de esta “Nueva Izquierda” y su alianza electoral con el P-SOL es parte de esta centralización. Su política de sostenimiento del régimen burgués infame con su programa de Asamblea Constituyente sin demoler el estado burgués con los métodos de la acción de las masas explotadas, la huelga general revolucionaria y la insurrección, es la continuidad de su apoyo político a Dilma y al PT inventando ante el “Impeachment” un supuesto “golpe de estado” al cual ni siquiera llamaron a derrotar con los métodos de la revolución proletaria, cuando en realidad actuaban los mecanismos normales de la constitución reaccionaria brasilera que le permitió al imperialismo seleccionar, en cada momento, a sus mejores agentes. Ahora, estos fanáticos del régimen democrático burgués, sacan a pasear la consigna de “Asamblea Constituyente” liquidándole todo el contenido con el cual supieron utilizarla los bolcheviques, utilizando las “consignas democráticas radicales” como una verdadera soga en el cuello del proletariado: es decir, para sostener la democracia de los capitalistas, su régimen infame y su estado. Nada nuevo, esta política ya se probó en la revolución del Magreb y Medio Oriente en 2011-12 donde las masas explotadas se insurreccionaron por el pan y en Libia hasta llegaron a demoler el estado burgués. Frente a esto vimos a esta misma izquierda fanática de la democracia, en momentos en que los regímenes burgueses se encontraban totalmente en crisis por la lucha revolucionaria de las masas, oponerles a los organismos que las masas ponían en pie en su lucha como los comités populares de la revolución en Túnez y la plaza Tahrir en Egipto, la política de Asamblea Constituyente como consigna de poder, es decir, como alternativa de poder dentro de los márgenes de las instituciones burguesas. El resultado, la vuelta del régimen del partido de Ben Ali en Túnez liquidando a lo más avanzado que dio la revolución allí, la feroz dictadura de Al Sisi en Egipto y el golpe contrarrevolucionario de Heftar en Libia. Hoy en Brasil, esta “Nueva Izquierda” para que no vuelva la lucha revolucionaria del 2013, llama a las masas a luchar por la “democracia” con su política de “elecciones generales” y “Asamblea Constituyente”. Son enemigos de la independencia política de los trabajadores y a cada paso subordinan los intereses de la clase obrera a diversas facciones burguesas como lo hicieron recientemente ante el Brexist en Inglaterra y los hacen con la burguesía bolivariana en el continente americano Esta “nueva izquierda” de viejos stalinistas y renegados del trotskismo cuyos representantes en Brasil son el PSOL y su pequeña célula el MTR-PTS, son enemigos del surgimiento de los soviets, del doble poder armado, de la insurrección. Ellos han renegado definitivamente de la revolución socialista y se han hecho stalinistas abrazando a Gramsci y apoyando a las burguesías nativas como al genocida Al Assad. Sin embargo, la historia es más fuerte que cualquier aparato y la lucha de clases más temprano que tarde ajustará cuentas con esta nueva centralización internacional del reformismo para sostener al capitalismo.
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