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5 de Octubre de 2012
Adhesión del Núcleo Revolucionario Internacionalista
(NRI de Argentina)
El miércoles 3 de octubre, la burguesía, a través de las instituciones de “su” estado, ha perpetrado un nuevo ataque contra quienes luchamos contra un sistema que, basado en la explotación del hombre por el hombre sostenida por guerras, genocidios, hambrunas, desocupación y miseria, garantiza las ganancias de la burguesía.
En esta oportunidad, apelando a las herramientas legales o ilegales de que disponen desde el aparato del Estado, como citaciones irregulares, allanamientos y secuestro de documentación, celulares, computadoras, etc…, Paula Medrano -hija de desaparecidos-, Viviana Noguerol y otros dirigentes de Democracia Obrera son las víctimas de este nuevo ataque de la burguesía, su justicia y su aparato represivo.
Ataque que se suma al que en las fábricas, en los lugares de trabajo, en las barriadas obreras, padece cotidianamente el proletariado y la juventud trabajadora, para mantener el “orden” y garantizar la superexplotación de nuestra clase. Asesinatos como el de Santillán y Kosteki, desapariciones como el de Julio López y Luciano Arruga, ataques de la policía, la gendarmería y la prefectura, decenas de presos y más de 5.000 luchadores procesados, se cuentan entre las innumerables herramientas, legales e ilegales a las que apela la burguesía para preservar la propiedad privada de los medios de producción.
La burguesía argentina, socia menor de los negocios de las multinacionales imperialistas vuelve a demostrar que a través de las instituciones de su estado, es la garante del saqueo de nuestras riquezas y de la superexplotación de la clase obrera.
El sistema capitalista imperialista mundial atraviesa hoy la más profunda crisis en 80 años. La burguesía imperialista redobla su ataque contra la clase obrera y las masas en todo el mundo. Pero ésta ha demostrado en mil y una oportunidades su disposición a la lucha, desde Estados Unidos hasta la Europa imperialista; desde China y la India, hasta Bolivia y Chile; desde Marruecos, en el Norte de África hasta Irán en el corazón de Medio Oriente. Y si aún hoy, a pesar de los enormes esfuerzos y sacrificios desplegados, el proletariado no ha podido hacerse del poder en ningún país, no se debe a la fortaleza de su enemigo de clase, sino al accionar de las direcciones traidoras que pululan en su propio seno.
Más allá de las diferencias que nos separan de los compañeros de Democracia Obrera, desde el Núcleo Revolucionario Internacionalista somos conscientes de que se trata de diferencias entre revolucionarios; entre los que luchamos contra la miríada de reformistas y revisionistas que echan tierra a los ojos de la clase obrera, poniéndola a los pies de su propia burguesía; entre quienes luchamos por poner en pie la dirección que la clase obrera necesita para triunfar, que no puede ser otra que la Cuarta Internacional refundada en base a las lecciones estratégicas de su programa fundacional de 1938. Al fragor de esta lucha, Democracia Obrera ha estado a la vanguardia de mantener en alto las banderas del internacionalismo proletario en el seno de la clase obrera argentina, motivo por el cual se han puesto en la mira de la burguesía y todo su aparato del estado.
¡Fuera las manos del estado burgués de las organizaciones obreras!
¡Para parar el ataque de la burguesía contra las organizaciones obreras, revolucionarias internacionalistas, la clase obrera debe tomar el poder!
¡Redoblemos nuestra ofensiva para poner en pie la dirección internacional que la clase obrera necesita para triunfar!
¡Por la refundación de la IV Internacional en base a su programa de 1938!
Núcleo Revolucionario Internacionalista
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