Catalunya- 12 de marzo de 2019
Asamblea Nacional Constituyente Catalana
sobre las ruinas del régimen del 78 y la monarquía de los Borbones
Los trabajadores de Catalunya junto a los del estado español, liderando la lucha en alianza con las clases medias pobres, son los únicos que tienen la fuerza para enfrentarse a la Monarquía y a los parásitos del capital financiero español y catalán.
La clase obrera que no tiene ningún negocio que la ate a la burguesía, tan sólo cadenas por romper, es la única que puede expropiar todos los bancos como la Caixa, BBVA, Santander, Sabadell, etc. sin pago y ponerlos a funcionar bajo control de los trabajadores.
La clase obrera es la que puede llamar a sus hermanos soldados que están en el ejército de la OTAN y poner en pie comités de obreros y soldados.
La clase obrera del conjunto del estado español es la única que, con sus métodos, puede garantizar el derecho de Catalunya, del País Vasco y de Galicia a su independencia. No hay ninguna posibilidad de que el pueblo catalán, vasco o galego, tengan ese derecho si no se acaba con la monarquía parásita.
Para que el pueblo catalán tenga el derecho a decidir es necesaria una Asamblea Nacional Constituyente Catalana verdaderamente libre y soberana, que sea realmente representativa con la elección de un diputado cada 1.000 habitantes, que, con una cámara única, con funcionarios revocables en cualquier momento que ganen el sueldo de un obrero, legisle y ejecute e imparta justicia.
Una Asamblea Nacional Constituyente Catalana cuya primera tarea sea la de la expropiación sin pago y bajo control obrero de los bancos y que les devuelva a los miles de trabajadores desahuciados sus viviendas.
Una Asamblea Nacional que imponga impuestos progresivos a las grandes fortunas, que reparta las horas de trabajos entre ocupados y parados con un salario igual a la canasta familiar.
Sin embargo, esta Asamblea Nacional Constituyente Catalana no tendría verdadero poder sino desarma a la burguesía y se asienta en el armamento del pueblo, puesto que, si tomara una sola medida que pusiera en riesgo la propiedad y los intereses del imperialismo y de la burguesía, como única manera de conquistar las justas demandas de los explotados las fuerzas armadas del estado español y la OTAN, la disolverían a tiros.
Por eso mismo, solo un gobierno obrero y popular asentado en los organismos de autodeterminación, armamento y democracia directa será el único que podrá garantizar una Asamblea Nacional Catalana democrática hasta el final.
Los trotskistas afirmamos que una república obrera es un millón de veces más democrática que la más democrática de las repúblicas burguesas. Porque solo el proletariado, que es la única clase verdaderamente nacional, que no tiene ningún interés que lo ate al imperialismo y a la Europa imperialista de Maastricht, elevándose como vanguardia de la nación oprimida, puede conquistar la ruptura con el imperialismo y expropiar los bancos, las fábricas, las tierras y todas las propiedades de las transnacionales y de la burguesía imperialista y nativa. Y garantizar que haya pan, trabajo, vivienda, salud, educación y una vida digna para todos los explotados.