Chile - 17 de octubre de 2018
La “Plataforma de Lucha” de la Central Clasista de Trabajadores:
una reedición de la “vía pacífica al socialismo” del stalinismo
¡La clase obrera no puede mejorar su nivel de vida en los marcos del capitalismo!
¡La única solución es retomar la lucha de 2011-2013 para que se ponga de pie la segunda revolución chilena!
La “Plataforma de Lucha” aprobada en el Congreso de fundación de la Central Clasista de Trabajadores (CCT), comienza planteando: “La CCT busca conquistar mejores condiciones de trabajo y de vida para el conjunto de la clase trabajadora en el marco de la actual sociedad capitalista, pero teniendo siempre como norte la abolición de las condiciones de explotación y opresión bajo las que vive hoy nuestra clase y el conjunto del pueblo trabajador.”
Esta afirmación de la “Plataforma de Lucha” de la CCT es una completa mentira. Una central sindical realmente clasista le diría la verdad a los trabajadores: que no es posible mejorar su nivel de vida en los marcos del capitalismo. El sistema capitalista imperialista en bancarrota no solo no les da nada a los trabajadores y explotados, sino que en todo el mundo redobla su ataque contra la clase obrera y las masas para imponerles aún mayores condiciones de esclavitud, súper-explotación y penurias inauditas. Es criminal afirmar que sin derrotar a los parásitos imperialistas, a quienes no les tiembla el pulso a la hora de masacrar y torturar a los trabajadores para imponer sus planes y aplastar la lucha revolucionaria de los explotados, como están haciendo desde hace 7 años en Siria de la mano de Al Assad y Putin, es posible alcanzar “mejores condiciones de trabajo y de vida para el conjunto de la clase trabajadora”. Estamos ante un sistema que ya ni siquiera le puede dar a sus esclavos ni trabajo ni un lugar donde vivir, como prueban los 200 millones de explotados inmigrantes que se ven obligados a recorrer el planeta buscando una vida digna. Es un sistema capitalista imperialista que hace rato merece morir.
En todo caso, los patrones imperialistas solo otorgan algo a los trabajadores cuando ven que por su lucha revolucionaria pueden perder todo. ¡Hay que pelear por todo incluso para conseguir lo más mínimo! Pero incluso si la clase obrera no avanza a tomar el poder, toda conquista se termina perdiendo.
Lamentablemente, los dirigentes de la CCT se niegan a plantearle esta verdad elemental al proletariado chileno que si hoy está peor que antes, es porque por la traición de sus direcciones justamente no pudo llevar al triunfo el combate abierto en 2011, abriendo la segunda revolución chilena, derrotando al régimen pinochetista y su gobierno y avanzando en expropiar a los expropiadores.
La burocracia de la CUT y la izquierda reformista cerraron el camino a la Huelga General Revolucionaria y hoy no hay sector de la clase obrera, del movimiento estudiantil, de los campesinos pobres y de las masas explotadas que no esté pagando las consecuencias con más miseria, esclavitud, quite de conquistas, etc. Los trotskistas afirmamos que estamos mal porque no pudimos tomar el poder y que la tarea más urgente sigue siendo la revolución socialista.
Hoy se trata de preparar una gran lucha revolucionaria para derrotar el poder de los explotadores en una nación oprimida y sometida con dobles y triples cadenas por el imperialismo, para así conquistar las más sentidas demandas de las masas, peleando contra los TLC, por expropiar sin pago al imperialismo y por expulsar las bases militares yanquis.
Para derrotar el ataque del gobierno de Piñera y avanzar en conquistar las demandas más acuciantes de los trabajadores y explotados, hay que preparar una nueva ofensiva revolucionaria como la de 2011-2013. Pero la necesidad de derrotar al gobierno de Piñera, al régimen de la Constitución del ’80 y la casta de oficiales pinochetista brilla por su ausencia en la “Plataforma de Lucha” de la CCT. En definitiva, no estamos más que ante una reedición de la estafa de la “vía pacífica al socialismo” de Castro y Allende que significó la vía sangrienta a la dictadura pinochetista y tan caro le costó a la clase obrera chilena y de todo el Cono Sur latinoamericano.
Ahora queda claro por qué lamentablemente el congreso de fundación de la CCT tuvo un profundo carácter antidemocrático, de espaldas a la base obrera, y totalmente reñido con los principios de la democracia obrera y de la independencia de las organizaciones con respecto al estado burgués. ¿Para qué impulsar una central sindical basada en las asambleas de base y los comités de fábrica, la democracia directa, absolutamente independiente del estado burgués, etc., si la dirección de la CCT opina que la clase obrera puede resolver sus justas demandas dentro del capitalismo? Si esto fuera así, entonces bastaría solo con hacer luchas de presión sobre las instituciones burguesas y para ello no es necesaria una central sindical que se disponga a unir las filas obreras, a derrotar a los traidores al interior del movimiento obrero, etc.
En este punto, también salta a la luz la influencia stalinista proveniente de grupos como el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez. Es que fue el stalinismo el que desde hace décadas se dedicó a pregonar el apotegma de: “Combatiendo cada día para aliviar a las masas laboriosas de las miserias que les impone el régimen capitalista, los comunistas subrayan que la liberación definitiva no puede ser lograda más que por la abolición del régimen capitalista y la instauración de la dictadura del proletariado”, como denunciaba Trotsky en su trabajo “Una vez más, ¿adónde va Francia?”, de marzo de 1935, donde a continuación le contraponía la “fórmula política marxista”: “Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo mejor, impedirle rebajar aún más el nivel de vida de los obreros.”
A 180° de esto último, el Manuel Rodríguez y demás apéndices del PC dentro de la CCT, han marcado tanto su impronta también en la “Plataforma de Lucha”, que la misma finaliza planteando la necesidad de ponerle “fin a la Constitución y que una nueva sea fruto de la amplia participación de todos y todas las ciudadanos”… ¿sin expulsar a la base yanqui de Con Con, sin romper con el imperialismo, sin disolver a la casta de oficiales pinochetistas…? Estamos ante una variante más de los que pregonan, como hace también el Frente Amplio, la lucha por “democratizar” al régimen cívico-militar pinochetista antiobrero. Lamentablemente, por responsabilidad del stalinismo, de mantener este programa la CCT se acerca peligrosamente a erigirse como un sostén del régimen burgués y un nuevo obstáculo para la lucha de los trabajadores y explotados contra sus verdugos.