LA BATALLA DE CHILE AL DÍA
18 de noviembre de 2019
30 días de combate revolucionario contra el gobierno de Piñera, el régimen cívico-militar, sus políticos corruptos y su casta de oficiales genocida, sirvientes del imperialismo…
La revolución que empezamos debe triunfar
¡Ningún “pacto constituyente” ni Concertación con los verdugos del pueblo!
Para que caiga Piñera y no quede ni escombros del poder de los de arriba:
Hay que poner en pie el poder de los de abajo
¡Congreso nacional de obreros, estudiantes y campesinos pobres!
¡Hay que fortalecer la “primera línea” de las barricadas, conquistar los comités de autodefensa y la milicia obrera y campesina para derrotar a los pacos asesinos en las calles!
¡Por comités de soldados rasos que se pasen con sus armas junto al pueblo en lucha!
¡Huelga General Revolucionaria hasta que se vayan todos!
Ellos masacraron la revolución de los Cordones Industriales en el ’73… Llegó la hora de saldar cuentas:
¡Recuperemos La Moneda para imponer un gobierno provisional revolucionario de obreros y campesinos!
Hoy se cumple un mes de aquel viernes 18 de octubre, cuando Chile comenzó a ser movido de sus cimientos por una magnífica sublevación revolucionaria de masas que ese día se ponía de pie. Ya van 30 días de enormes acciones independientes de masas, con jornadas de huelga general revolucionaria, acciones en las calles, paros, revueltas locales, ataques a la propiedad de los grandes capitalistas y las instituciones del poder burgués, combates de barricadas, choques con la policía y también las FFAA, tomas de liceos, cacerolazos y concentraciones masivas en la “Plaza de la Dignidad” en Santiago y todas las plazas del país.
La burguesía sabe bien qué está enfrentando: el inicio de una revolución que ha puesto en vilo al poder de los explotadores. Superando a todas las burocracias sindicales y direcciones colaboracionistas, las masas a cada paso pugnan por derrotar al gobierno de Piñera y hacer volar por los aires al régimen cívico-militar de la Constitución del ’80, sirvientes del imperialismo.
Siguiendo el camino de sus hermanos de clase de Ecuador, Haití, Irak, Líbano, Irán y Catalunya, Chile se transformó en un enorme proceso revolucionario en respuesta a la feroz ofensiva de EEUU en América Latina que viene a por todo en su “patio trasero”, a colonizar todas las naciones latinoamericanas, con sus gobiernos sirvientes como el de Piñera que nos han declarado la guerra y son verdaderos gerenciadores de los negocios de Wall Street a costa de la sangre y el hambre de los explotados.
Al principio, luego de sacar a los milicos de las calles, el gobierno de Piñera apostó al desgaste de esta lucha revolucionaria de los trabajadores y explotados, mientras intentó contener las acciones de masas con una redoblada y furibunda represión de los pacos y las fuerzas represivas del estado contra los sectores más radicalizados y aguerridos para así aterrorizar a los explotados en lucha. Con este objetivo, bajo el mando yanqui convocaba al COSENA (Consejo de Seguridad Nacional), el corazón del régimen pinochetista, y anunciaba los proyectos de ley “anti-encapuchados”, “anti-saqueos” y “anti-barricadas”, le daba más poder a los pacos para reprimir y más facultades a los oficiales de las FFAA para labores de inteligencia.
En paralelo, la política de la burocracia de la CUT y demás organizaciones de “Unidad Social”, del PC y el Frente Amplio fue convocar a “cabildos ciudadanos” que se reunían con los alcaldes y concejales de estos partidos y de la ex Concertación, que siempre fue un pilar de este régimen de la Constitución del ‘80 que las masas quieren derrotar. A su vez, la amplia mayoría de los alcaldes convocaban a plebiscitos municipales para el mes de diciembre, para votar si se quiere o no una nueva Constitución. Todos intentos para llevar el combate revolucionario a los pies de este régimen infame.
Pero hasta el momento todos estas trampas han fracasado. Esto se vio el pasado martes 12/11 en toda su magnitud: las direcciones colaboracionistas de “Unidad Social” llamaron a una “huelga general” con el objetivo de que sea un paro de “brazos caídos” para presionar al gobierno de Piñera y conseguir una mesa de negociación con él. Pero a 180° de la política de estas direcciones, la clase obrera y las masas tomaron este llamado en sus manos y lo transformaron en una verdadera Huelga General Revolucionaria para derrotar al gobierno y al régimen.
El “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”: una nueva trampa contra el combate revolucionario que los explotados ya comenzaron a enfrentar en las calles
Ante el nuevo embate revolucionario del 12/11, comenzó una nueva conspiración contra las masas. Mientras el imperialismo concentraba sus fuerzas en Bolivia para imponer un golpe de estado, en una clara respuesta contra los procesos revolucionarios de Chile, Ecuador y Haití, Piñera, mientras recrudecía su represión, proclamaba la estafa de “acuerdos nacionales” en pos de la “paz”, la “justicia” y también por “una nueva Constitución”.
Todos los partidos de la “oposición” salieron a saludar esta iniciativa… para terminar sellando con este gobierno verdugo de las masas, entre gallos y medianoche y a espaldas del pueblo, el autodenominado “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”.
Estamos ante una verdadera trampa contra la revolución que empezamos, con el único objetivo de sacar a las masas de las calles, impedir la caída revolucionaria del gobierno de Piñera y salvar al régimen pinochetista.
Convocan a un plebiscito para abril de 2020 para que se vote si se quiere o no una “nueva Constitución” y si el mecanismo para redactarla es una “convención constituyente” o una “convención mixta”, que serán totalmente amañadas. Es que no solo harán esto utilizando todos los mecanismos del actual régimen pinochetista, sino que si se llega a redactar una nueva Constitución ¡dentro de dos años!, la palabra final igualmente la tendrá el Parlamento. Es decir, es un verdadero circo porque seguirán definiendo los mismos parlamentarios que hoy sostienen a Piñera y al régimen pinochetista y que defienden el saqueo de las transnacionales imperialistas de las riquezas de la nación a costa del hambre, la miseria y la súper-explotación del movimiento obrero y las masas oprimidas.
Mientras tanto, se aseguran que todo siga igual: que Piñera continúe en el gobierno, que se mantenga la casta de oficiales pinochetista de las FFAA como pilar fundamental del régimen, que las transnacionales imperialistas sigan saqueando el cobre y todas las riquezas de la nación y que para los explotados continúen los salarios y jubilaciones de hambre, el robo de las AFP, la esclavitud, la súper-explotación, las extensas jornadas de trabajo, la carestía de la vida, los tarifazos, la educación privada, la salud pública que se cae a pedazos, los campesinos pobres de origen étnico mapuche despojados de sus tierras, etc.
Es una verdadera trampa con la cual intentan que las direcciones colaboracionistas tomen el control del combate, imponiendo “marchas pacíficas” de presión, para crear ilusiones “democráticas” en un sector de las masas para que abandonen las calles, desviar el combate revolucionario y separarlas de la vanguardia combativa que no acepta someterse a esta estafa. Y así, con los sectores de avanzada aislados, poder atacarlos como ya vienen haciendo con represión, muertos, persecución, cárcel, cazas de brujas casa por casa a los luchadores y aplicando la Ley de Seguridad Interior del Estado que endurece las penas de prisión. Es un pacto que solo busca imponer la “paz de los cementerios”, como demuestra que mientras anunciaban este acuerdo a altas horas de la madrugada del viernes, a los trabajadores y la juventud de Lo Hermida les enviaban hasta helicópteros para reprimirlos.
Por ello con este pacto no vendrá “más democracia” ni “libertad” para las masas chilenas porque todo esto va a estar tutelado por la casta de oficiales de las FFAA que cuando haga falta, en nombre de la “paz”, también podrán intervenir para provocar un baño de sangre.
Esto es lo que sostiene el Frente Amplio, que desde que surgió se dedicó a legitimar desde el Parlamento todas las leyes antiobreras que emanaron de allí. Por su parte, el PC se jacta de no haber firmado este acuerdo pero ya anunciaron que se están alistando para ser parte del proceso del plebiscito de abril del año que viene. Es decir, apoyan el pacto desde afuera.
Ese mismo viernes 15/11 la Plaza Italia amanecía cubierta de enormes lienzos blancos con la palabra “Paz”, en una verdadera provocación contra las masas revolucionarias, que con certero instinto de clase, saben bien que estamos ante una gran trampa y por ello, una vez más, volvieron a ganar las calles masivamente en todo el país, demostrando que no están dispuestas a cesar en su combate ni a permitir que se negocie con la sangre derramada por nuestros mártires. Combates en las calles, barricadas, choques con la policía y acciones de masas se desarrollaron a lo largo y ancho de país. Es que los explotados quieren la caída de Piñera y del régimen pinochetista, por ser los responsables de los padecimientos inauditos que les han impuesto durante décadas a los trabajadores, la juventud rebelde y los explotados. Por eso aunque pasaron ya 30 días, los combates no cesan. ¡Los de arriba nos quitaron todo y los de abajo estamos yendo por todos ellos para recuperar lo nuestro!
Al finalizar la jornada, los verdaderos dueños de la Plaza de la Dignidad volvían a recuperarla. El sábado nuevamente la Plaza amanecía con un nuevo mensaje: “Sin justicia no habrá paz. Memoria por Abel Acuña”, en honor al joven que el viernes murió en Plaza Italia. Los explotados dejaban en claro su postura contra la estafa de la burguesía.
¡Que nadie nos robe nuestra revolución ni las calles que ya son nuestras!
¡Abajo las trampas del gobierno, el Parlamento y sus partidos lacayos!
Nada de esto se definirá en los despachos lujosos de los Parlamentos, ni en mesas de negociación en La Moneda. Esto se definirá en las calles.
Llegó la hora de que el combate revolucionario de masas suba un nuevo peldaño y preparemos una acción superior, un golpe decisivo que le corte la cabeza a la serpiente que está en La Moneda, en los cuarteles de las FFAA pinochetistas y en Wall Street. De lo contrario, los de arriba seguirán jugando al desgaste de nuestra lucha. ¡A un mes de iniciado nuestro combate, queremos triunfar!
Para derrotar a Piñera y demoler el poder de los explotadores: ¡pongamos el pie el poder de los de abajo, el único legítimo y que representa a la mayoría de todo Chile!
Tenemos que coordinar por población, ciudad, región y a nivel nacional a todos los sectores que entramos al combate y todos los organismos de autoorganización y democracia directa con los cuales nos organizamos para pelear, con delegados de las asambleas y comités de empresas de los mineros, los portuarios, los trabajadores de la salud, los profesores, los obreros de la construcción, los funcionarios públicos, etc.; de las asambleas de los estudiantes y explotados en lucha de las poblaciones; de las barricadas; etc. ¡Por un Congreso nacional de obreros, estudiantes, campesinos pobres y explotados lucha!
Miles de trabajadores y jóvenes desde la “primera línea” de las barricadas son la avanzada en enfrentar al gobierno, al régimen y a las fuerzas represivas del estado que nos matan, nos torturan, nos violan, nos mutilan.
Junto a las trampas parlamentarias del imperialismo, hoy lo único que sostiene a Piñera es la brutal represión de sus pacos asesinos. Por ello han concentrado sus fuerzas contra los sectores de vanguardia y están yendo a buscar a sus casas a los luchadores más aguerridos para encarcelarlos. Tenemos que desnivelar la balanza a favor de las masas y derrotar a los pacos en las calles para que caiga Piñera.
Por ello tenemos que fortalecer las “primeras líneas” con delegados de los puertos, minas, fábricas, sindicatos en lucha, de la juventud rebelde, de los estudiantes, de las mujeres trabajadoras, etc. Tenemos que centralizar y generalizar las “primeras líneas” para conquistar comités de autodefensa centralizados de todo el pueblo en lucha y la milicia obrera y popular para darle su merecido y un escarmiento a la policía. ¡Hay que derrotar y sacar de las calles a los pacos asesinos! ¡Hay que disolver todas las fuerzas represivas del estado!
Hay que llamar urgente a los reservistas e ir a los cuarteles a buscar a los soldados rasos para que rompan con la oficialidad de las FFAA, se pasen junto al pueblo en lucha, vengan a las “primeras líneas” con sus armas a enfrentar a los pacos e impedir que los generales pinochetistas vuelvan a llenar Chile de sangre obrera. Piñera, los partidos burguesas y las direcciones lacayas, nos largan “cantos de sirena” hablando de “paz” y “libertad”, mientras los oficiales preparan un golpe sangriento si nos negamos a dejar las calles. ¡Por comités de soldados rasos! ¡Juicio y castigo a los generales pinochetistas por ladrones y asesinos!
¡Paso a la Huelga General Revolucionaria hasta que caiga Piñera y el régimen cívico-militar, sus políticos corruptos y su casta de oficiales genocida!
No hay salida con los políticos, jueces ni gobiernos de este régimen pinochetista infame. La única solución: ¡la victoria de la revolución que ayer nos robaron y aplastaron en los ‘70! ¡Por un gobierno provisional revolucionario de obreros y campesinos!
Tenemos que recuperar La Moneda para vengar a nuestros abuelos y padres que fueron masacrados en el ’73 por el imperialismo y sus agentes y a todos nuestros compañeros caídos.
Solo así podremos garantizar las justas demandas de los trabajadores y el pueblo, la educación pública y gratuita y de calidad y la tierra para el campesino, rompiendo con el imperialismo, recuperando el cobre para los chilenos, expropiando sin pago y bajo control obrero a las transnacionales y banqueros, terminando con el robo de los generales pinochetistas de las riquezas de la nación y expropiando a todos los expropiadores. ¡Esto es lo mínimo por lo que ya peleamos!
Un gobierno provisional revolucionario de obreros y campesinos será el único que podrá garantizar una Asamblea Constituyente Revolucionaria, con el método de la revolución obrera y campesina, desarmando a las fuerzas represivas del estado y a las FFAA. Con los generales pinochetistas y los pacos asesinos en las calles, no habrá posibilidad de conquistar una Asamblea Constituyente democrática. Solo será una herramienta más de los poderosos para salvar al régimen pinochetista. Si las armas siguen en manos de Piñera, los grandes banqueros, capitalistas y sus generales asesinos, Chile volverá a bañarse de sangre de los obreros y la juventud. ¡El pueblo unido jamás será vencido y el pueblo armado jamás será aplastado ni estafado!
El imperialismo y la burguesía nos declararon la guerra en Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia y en toda América Latina. Chile es un eslabón de una misma y sola revolución en América Latina.
Por ello, para poder llevar este combate al triunfo, la clase obrera y los explotados de Chile deben levantar en alto el apoyo de sus hermanos de clase de Bolivia en el combate contra el golpe de estado de las Fuerzas Armadas banzeristas, la policía asesina y la burguesía fascista de la Media Luna, bajo el comando de la ONU, la OEA y el Pentágono.
En los ’70 el imperialismo concentró primero sus fuerzas en Chile para luego derrotar las revoluciones que conmovieron el Cono Sur latinoamericano. Hoy busca hacer lo mismo en Bolivia de la mano de esos generales que asesinaron al Che Guevara. ¡No podemos permitirlo! A no dudarlo que si se asienta este golpe en Bolivia, la burguesía, el gobierno de Piñera y el régimen de la Constitución del ’80 estarán más fortalecidos y en mejores condiciones para derrotar nuestra lucha e incluso bañarla en sangre.
¡De pie junto a los trabajadores y campesinos pobres de Bolivia! ¡En cada movilización y barricada de Chile debe flamear la bandera de los obreros y de los campesinos pobres de Bolivia junto a la bandera de los trabajadores, la juventud rebelde y los campesinos mapuches de Chile, como ya comenzó a suceder en el norte del país! ¡Fuera gringos de Bolivia, Chile y América Latina!
¡Chile y Bolivia serán socialistas o colonias de Wall Street!
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