Lunes 25 de noviembre de 2019
La Batalla de Chile al Día
A pesar de las direcciones de Unidad Social que buscan llevar la lucha a un “diálogo” con el gobierno…
Las masas toman en sus manos el primer día de la huelga general
Se paralizan los puertos, edificios públicos y continúan los combates de barricadas para que caiga Piñera
La primera jornada de la huelga general comenzó con un paro de trabajadores portuarios que paralizaron 24 puertos de todo Chile, incluyendo San Antonio y Valparaíso, donde hubieron bloqueos en el puerto y en las carreteras que conectan esas ciudades con Santiago. A su vez, trabajadores estatales paralizaron los edificios públicos. Horas más tarde, estudiantes secundarios tomaron estaciones de metro, impidiendo que se utilizaran. Ya antes hubo un intento de asaltar una comisaría en la comuna de Pudahuel, en Santiago, que los pacos respondieron a los tiros. Por la tarde, estaba llamada una movilización en la Plaza de la dignidad en Santiago por el día internacional contra la violencia de género, que fue tomada por los trabajadores y jóvenes como una jornada más de lucha en la revolución chilena.
Fue así que, en este primer día, las masas tomaron el llamado a huelga general en su manos, a pesar de que la dirección de los sindicatos de la Mesa de Unidad Social la habían llamado de forma escalonada, dividida, haciendo salir a unos sectores hoy, a otros mañana y a otros pasado.
Los trabajadores buscan dar un paso adelante y subir un escalón. Quieren que caiga Piñera y todo el régimen pinochetista. Pero las direcciones, agrupadas en la Mesa de Unidad Social, con el PC y el Frente Amplio a la cabeza, solo se remiten a reclamar al gobierno que los incluya en el diálogo para negociar la implementación de una “agenda ambiciosa”, que incluiría aumento de salarios y pensiones, etc. mientras vociferan a los 4 vientos que solo quieren “protestas pacíficas” y condenan los “hechos de violencia” en general, sin distinguir que son los pacos lo que reprimen toda movilización, han asesinado 22 compañeros, violado mujeres y lo único que hace la juventud (denostada por la burguesía y su gobierno como “vándalos criminales”) es defenderse. Incluso la marcha contra la violencia de género fue reprimida por los pacos, que descargaron sus gases sobre las compañeras. Fue la “primera línea” la que montó barricadas, escudos, piedras y llevó medicamentos y atención médica para defender a los que marchaban.
Mañana una nueva jornada de huelga general está convocada. La presidenta de la CUT y dirigente del PC, Bárbara Figueroa, ya aclaró que quiere que esta jornada se desarrolle de forma pacífica para luego reunirse con el gobierno en el “diálogo” al cual el ministro del interior los convocó para plantearle su “agenda ambiciosa”. Otra dirigente del PC, la diputada Camila Vallejo, festejó el llamado que les hizo el gobierno al “diálogo”. Ellos, como toda la Mesa de Unidad Social, a espaldas de las masas en lucha y por sobre la sangre de los compañeros caídos, pretenden negociar con el gobierno, cuestión que llevaría a que se quede Piñera y con él las mismas condiciones de hambre y miseria que ya no se soportan más. Quieren llevar la revolución a la vía muerta de la mesa de negociación, como sucedió en Ecuador o recientemente en Bolivia, para poner a los trabajadores a los pies del gobierno, salvarlo de que no caiga, y permitir que, con tal o cual reforma, siga existiendo el saqueo del cobre, la pobreza en la amplia mayoría de los trabajadores, etc.
Estas direcciones, como toda la burguesía, están buscando todo lo posible para que la huelga general del 26 y 27 de noviembre no sea como la huelga del 12/11, donde la clase obrera y los explotados la tomaron en sus manos y fue una de las más grandes jornadas de lucha que hubo en el último mes en Chile. El plan de la burguesía es implementar un “acuerdo de paz y una nueva constitución”, que no es otra cosa que la paz de los cementerios para los trabajadores, para la lucha por la educación gratuita y el cobre para los chilenos, para los mártires que ya dejaron su vida en esta revolución y para la vanguardia que se niega a darse por vencida y es perseguida constantemente acusada de “vándalos criminales”.
Ya vemos lo que quiere decir Piñera por “paz” en sus proyectos de leyes “anti-capucha”, “anti-barricadas”, reforzando a los pacos y se encuentra en vigencia y aplicándose la “Ley de seguridad interior del estado”… y además anunció que presentará otro proyecto de ley por el cual, sin necesidad de implementar el estado de emergencia, las fuerzas armadas pasarían a resguardar la “infraestructura critica”, como puertos, aeropuertos, transporte, centrales eléctricas, agua potable, telecomunicaciones… y todo lo que el gobierno considere “esencial”, que incluye las comisarías, cuestión que las reforzaría ante los ataques que varias de ellas vienen recibiendo, y además dejaría más pacos disponibles para reforzar la represión a las movilizaciones. Estas leyes, estén o no en vigencia, ya actúan como una amenaza hacia las masas de que o aceptan la mesa de negociación o vendrán nuevamente las fuerzas armadas.
La realidad es que nada bueno vendrá de esta mesa de negociaciones. La amplia mayoría de la juventud obrera y el conjunto de los trabajadores de Chile lo sabe y por eso sigue clamando por la cabeza de Piñera y que caiga el régimen pinochetista. Si no se avanza hacia tomar La Moneda, Piñera seguirá allí… el parlamento seguirá allí… y todo el régimen pinochetista seguirá allí. Pero para eso, hay que sacarse de encima a la burocracia colaboracionista y las direcciones que constantemente nos llevan a esa vía muerta. Ellas llamaron a la huelga general solo para montarse al frente e imponer ese camino. Pero en esta primera jornada, las masas la han tomado en sus manos garantizando un enorme paro en los puertos, en el sector público y en las calles.
Más que nunca, ¡hay que poner en pie el poder de los de abajo! Hay que coordinar los comités de empresa, de puertos, de estudiantes de liceos, que voten delegados a integrar las “primeras líneas” de las barricadas que se enfrentan a los pacos y garantizan las movilizaciones, bloqueos y huelgas. Tenemos que centralizar y generalizar las “primeras líneas” para conquistar comités de autodefensa centralizados de todo el pueblo en lucha y la milicia obrera y popular para derrotar a los pacos en las calles y hacerlos retroceder hasta llegar a La Moneda. ¡Esta revolución debe triunfar! ¡Fuera Piñera! ¡Abajo el régimen pinochetista! ¡Disolución de la casta de oficiales! ¡Comités de soldados rasos que los desconozcan y se pasen a combatir del lado del pueblo! ¡Gobierno provisional revolucionario obrero y campesino!