Ya van más de 2 meses del inicio de la revolución chilena. Desde Arica a Punta Arenas seguimos luchando contra el gobierno asesino de Piñera y el régimen pinochetista de la Constitución del ’80, sus políticos corruptos y sus generales genocidas, todos sirvientes del imperialismo yanqui.
Luego de 80 días de combate revolucionario, las masas han establecido los viernes como el día de lucha por excelencia, concentrándose en las principales calles y plazas del país (tanto en regiones como en la Plaza de la Dignidad en Santiago), donde se erigen las “primeras líneas” para enfrentar la represión de los pacos asesinos.
La clase obrera y el conjunto del pueblo pobre demuestran que no están dispuestas a seguir soportando padecimientos que ya son inauditos. Esta enorme lucha revolucionaria es parte del mismo combate de los explotados de Ecuador, Bolivia, Colombia y Haití contra la feroz ofensiva del imperialismo yanqui sobre América Latina y contra sus gobiernos y regímenes cipayos en la región.
Con gran instinto de clase, los explotadores son conscientes de la magnitud de esta enorme revolución que ha empezado en Chile y desde el primer día se han dedicado a conspirar para desviar el combate de masas, salvar al gobierno de Piñera y al conjunto del régimen.
Hoy desde la cueva de bandidos del Parlamento, continúan la estafa del “Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución” sellado entre gallos y medianoche por los partidos del régimen pinochetista, desde la UDI al PS, de la DC al Frente Amplio, con la complicidad del PC. Un vil engaño para sacar a las masas de las calles y llevarlas a las urnas de este régimen infame, con el referéndum fraudulento del 26 de abril y “reformas constituyentes” que vienen a consagrar que todo siga igual: Piñera en el poder, la casta de oficiales como pilar fundamental del régimen, el imperialismo con su saqueo voraz del cobre y todas las riquezas naturales y más hambre, miseria y esclavitud para los trabajadores y el pueblo pobre.
Mientras se tejen todos estos engaños, el gobierno y el régimen siguen fortaleciendo la represión y persecución, sobre todo contra los sectores más avanzados del combate de masas, para así escarmentar al conjunto de los explotados. Ya son más de 40 muertos como el compañero Mauricio Fredes, asesinado en la Plaza de la Dignidad, miles de heridos, más de 300 compañeros mutilados como Gustavo Gatica y Fabiola Campillay, miles y miles de presos. Y día a día hay más pacos y agentes de la PDI en las calles, con más tanquetas, más balines y perdigones, más lacrimógenas, mientras aumentan el presupuesto a las fuerzas represivas y avanza la discusión de las leyes “anticapucha”, “antibarricadas”, etc. o la política de “tolerancia cero” del asesino Felipe Guevara.
¡La revolución que empezamos y la sangre de nuestros mártires no se entregan ni se negocian!
En estos 80 días de combate revolucionario, la clase obrera y las masas explotadas ya “plebiscitaron”: “Fuera Piñera” y “Basta de Constitución del ‘80”.
Por ello, contra las trampas de la burguesía, no negociamos con este gobierno verdugo del pueblo. No votamos en la estafa del referéndum de abril. No delegamos en nadie ni permitimos que nadie hable en nombre de los millones que nos despertamos y peleamos por nuestra dignidad, para entregar nuestra lucha. No queremos la “paz” que nos ofrece este régimen de los generales pinochetistas, que solo son muertes, represión, hambre y esclavitud. Queremos la victoria.
Cada día que continúa Piñera en el poder es un día más en que los explotadores apuestan a nuestro desgaste y siguen avanzando en sus planes y redoblando su ataque (como el aumento de la carestía de la vida con el incremento del precio del TAG, los peajes y la bencina) a cuenta del imperialismo yanqui. Mientras tanto, se mantienen los salarios de hambre, las jubilaciones de miseria, la esclavitud laboral y las infernales 45 horas de trabajo, la educación y la salud privadas, etc., y las transnacionales imperialistas siguen amasando superganancias por el saqueo del cobre.
Ha llegado la hora de preparar una acción decisiva para echar abajo a este gobierno asesino y que no quede ni piedra del maldito régimen cívico-militar de la Constitución del ’80. Hay que atacar a los capitalistas, al imperialismo, a su gobierno y su régimen donde más les duele: en su propiedad y sus ganancias. La clase obrera, la única clase que produce todas las riquezas de la nación, es la que tiene en sus manos, junto al conjunto de las masas en lucha, poder hacer esto realidad. ¡Hay que avanzar a la Huelga General Revolucionaria hasta que caiga Piñera y todo el régimen pinochetista! ¡Que se pare todo el país: las minas, los puertos, las fábricas, el transporte, los hospitales, las reparticiones del estado, los liceos, las universidades! ¡Que no salga ni un gramo de cobre ni se mueva nada hasta que se vaya este gobierno agente de los yanquis!
Las organizaciones que conforman la “Mesa de Unidad Social”, que dicen representar y hablan en nombre de la clase obrera, no pueden continuar por un minuto más sin llamar a la Huelga General Revolucionaria para echar abajo al gobierno.
Durante más de un mes la dirección de la “Mesa de Unidad Social” se dedicó a mantener una mesa de diálogo con un gobierno que tiene las manos manchadas de sangre y mientras las masas siguen dejando sus muertos, sus presos, sus mutilados, desaparecidos, etc. combatiendo por derrotar a ese gobierno asesino para terminar con el hambre, la represión y el saqueo de la nación y conquistar sus justas demandas.
Tal como tuvieron que salir a admitir los dirigentes de la “Mesa de Unidad Social”, esta política no le sirvió de nada a los millones de explotados que se sublevaron. Todo lo contrario. Con este diálogo solo han permitido que Piñera se sostenga en el poder y siga arremetiendo contra los trabajadores y explotados. Ahora anuncian que han decidido terminar todo diálogo pero afirman que recién ¡en marzo! evaluarán la posibilidad de llamar a una Huelga General. Esto significa seguir dándole tiempo a Piñera y al régimen pinochetista para que se fortalezcan, para que se impongan sus trampas contra la lucha revolucionaria de masas, para redoblar su ataque de hambre, miseria y represión que se profundizará contra la vanguardia de la “primera línea”.
¡Basta! Todas sus fuerzas deben estar al servicio de llamar urgente a la Huelga General Revolucionaria ya. De lo contrario, serán cómplices de sostener al gobierno.
No hay nada que lo impida. La clase obrera ha dado sobradas muestras de su predisposición al combate. Como sucedió en las distintas jornadas de huelga general de octubre y noviembre, no hubo llamado a la lucha que los trabajadores no hayan tomado en sus manos para salir al paro.
¡Que la “Mesa de Unidad Social” rompa toda tregua con el gobierno y convoque de forma inmediata a la Huelga General Revolucionaria!
¡Hay que imponerla desde las asambleas de base y los comités de empresa por mina, puerto, fábrica, centro de trabajo, liceo y universidad!
¡Votémosla en asambleas de la Plaza de la Dignidad y todas las plazas del país!
¡Tenemos que llevar la “primera línea” a todas las fábricas, puertos, minas, etc. para garantizar que se paralice todo el país! Desde todas las “primeras líneas” de Chile, pongamos en pie comités de los aguerridos luchadores de la juventud obrera y estudiantil para recorrer cada mina, puerto, fábrica; hay que ir a los grandes centros de la economía del país como a La Escondida, Chuquicamata o los puertos a buscar a los mineros y portuarios para conquistar esta Huelga General Revolucionaria con la cual echaremos abajo a Piñera y al maldito régimen pinochetista, porque solo tocándole la propiedad a los grandes capitalistas y al imperialismo, podremos abrirnos paso en la revolución que empezamos.
¡No hay más tiempo que perder! ¡Los de abajo tenemos que ir por los de arriba o ellos vendrán por nosotros! ¡Hay que demostrarles quién manda en el país! ¡Tenemos que pelear como nuestros hermanos de clase de Francia que han paralizado el país con una oleada de huelgas contra el gobierno de Macron, en defensa de las jubilaciones! ¡Los trabajadores y el pueblo pobre que está protagonizando la revolución iraquí nos marcan el camino, con los obreros petroleros tomándose los pozos petroleros para enfrentar al régimen del protectorado yanqui en ese país!
Este es el camino que nos permitirá poner en pie el poder de los de abajo, contra el poder de los de arriba, avanzando en coordinar y centralizar por población, ciudad, región y a nivel nacional a todos los sectores en lucha y todos nuestros organismos de autoorganización y democracia directa. ¡Por un Congreso Nacional de obreros, estudiantes, campesinos pobres y explotados en lucha! ¡Por comités de autodefensa centralizados, junto a las “primeras líneas”, y la milicia obrera y popular para derrotar a los pacos en las calles! ¡Por comités de soldados rasos que rompan con la oficialidad de las FFAA y se organicen junto al pueblo en lucha!
La burguesía nos quiere engañar con sus “cantos de sirena” de supuestas constituyentes y plebiscitos y sus llamados a la “paz”, cuando ellos nos han declarado la guerra y alistan los sables de los generales para volver a masacrarnos como en el ’73 si persistimos en nuestro combate.
Esta vez no permitamos que nos impongan la estafa de la “vía pacífica al socialismo” que pregonaba el castrismo en los ’70 y que terminó siendo la “vía sangrienta” a la dictadura pinochetista que masacró la revolución de los Cordones Industriales. Esta vez, avanzando a la Huelga General Revolucionaria, marcharemos a los cuarteles, pondremos en pie el poder de los explotados para que no quede ni escombros del poder de los de arriba y vengaremos a nuestros abuelos y padres asesinados por el imperialismo y los milicos y a todos nuestros mártires, recuperando La Moneda.
Llegó la hora de que gobiernen los mineros, los portuarios, los trabajadores fabriles, los jóvenes y estudiantes rebeldes, los campesinos pobres y los explotados. ¡Por un gobierno provisional revolucionario de obreros y campesinos!
Este será el único gobierno con el cual podremos conquistar salarios y jubilaciones dignas, educación, salud, transporte, vivienda, luz y agua gratuita para el pueblo, terminar con la esclavitud y la flexibilización laboral, conseguir la tierra para el campesino pobre de origen étnico mapuche y para que los explotados coman, y todas nuestras justas demandas, recuperando el cobre para los chilenos,expropiando sin pago y bajo control obrero a las transnacionales y banqueros, terminando con el robo de los generales de las FFAA de las riquezas de la nación y expropiando a todos los expropiadores.
Este gobierno obrero y campesino será el único que desarmando a las FFAA y a las fuerzas represivas del estado, podrá garantizar las más amplias libertades democráticas para el pueblo y una Asamblea Constituyente revolucionaria, verdaderamente libre y soberana, que podrá decidir democráticamente sin las bayonetas de los generales y milicos pinochetistas apuntando sobre sus cabezas. Con las armas en manos de la burguesía, los grandes banqueros y transnacionales imperialistas, Chile volverá a bañarse de sangre. En cambio, con las armas en manos del pueblo, conquistaremos la ruptura con el imperialismo, la tierra, el pan, la libertad y la dignidad. ¡El pueblo unido jamás será vencido y el pueblo armado jamás será aplastado ni engañado!
Partido Obrero Internacionalista - Cuarta Internacional (POI-CI)
Adherente a la FLTI
|
Llamamiento al referendum de abril
|