Cae otro mártir de la revolución chilena y latinoamericana, asesinado por los pacos comandados por Piñera
Compañero “Conejo”, ¡PRESENTE!
Sábado 07 de marzo. Son la 13:06; dicha hora marcó el momento en que dejó de respirar Cristian Valdebenito, obrero de la construcción de 48 años, conocido entre sus familiares y amigos como el “conejo”. Durante la tarde del día anterior, como parte de los millones de explotados que se sublevaron en el Chile que despertó, Cristian había asistido a Plaza de la Dignidad para ser parte de las protestas que cada viernes vienen sacudiendo Chile. El compañero, luego de su trabajo, se dirigiría al sector donde esperaría a su primo con el que ya venían luchando juntos en Primera línea desde el 18 de octubre. Tras el transcurrir de la tarde, los perros de caza de la burguesía comenzaron a reprimir para dispersar a los manifestantes. En medio de los gases lacrimógenos que cubrían la Zona cero, el primo de Cristian no daba con éste; a metros de él, brigadistas voluntarios atendían a un hombre que había caído al piso. Más tarde se enteraría que dicho hombre era la persona con la que, durante la tarde, había quedado en encontrarte en Plaza Dignidad. Mientras se encontraba resistiendo la represión, Cristian recibió un impacto de lacrimógena en su cabeza. Dicho impacto fue letal. Hoy, añadimos un compañero más a la decena de caídos en manos del régimen pinochetista y su gobierno asesino.
Los funerales transcurrieron bajo un ambiente de pena y rabia entre los cientos de familiares, amigos y luchadores que se formaban parte de la masa que acompañó la despedida del compañero. Pero pese a la congoja que anidaba en cada uno de los asistentes, el espíritu de lucha se manifestaba, aun cuando el dolor hacía apretar el puño de quienes despedían a este nuevo mártir de la revolución. “¡Piñera conchetumare, asesino igual que Pinochet!” y “¡Queremos justicia!”, eran las consignas coreadas por la multitud en el momento en que llegaba el ataúd del compañero al cementerio; junto a estos gritos de protesta, una lluvia de aplausos recibia al compañero caído. Carteles que rodeaban el féretro con las inscripciones “Cristian, el pueblo de llora", “Adiós guerrero del pueblo”, “No nos callarán”, “Tu muerte no será en vano, por ti resistimos y nos levantamos”, daban muestra que lejos de haberse infundido el miedo, el asesinato del compañero Conejo sería un motivo más para proseguir la lucha. Un dron monitoreado por los pacos fue enviado a sobrevolar la zona para sapear y hostigar a quienes nos encontrábamos en el lugar. Los comentarios de desprecio contra estos asesinos pagos de la patronal no tardaron en hacerse oír. Familiares y amigos rendían homenaje a Cristian dando cuenta de su historial de lucha contra la dictadura de Pinochet y de lo solidario que era; múltiples palabras que llamaban a seguir la lucha se enarbolaron en la jornada.
Mientras con su mano derecha el gobierno recrudece la represión con más asesinatos, cárcel, mutilaciones y torturas, con su mano izquierda nos habla de “democracia y libertad” invocando su plebiscito fraudulento. La izquierda del régimen pinochetista, haciéndose eco de este engaño, esparce el veneno edulcorado del pacifismo apoyando dicha trampa llamando a votar por el Apruebo; con esto, el gobierno de Piñera busca sacar a las masas revolucionarias de las calles. ¡Basta de somníferos para adormecer al Chile que despertó! ¡No podemos permitir que siga derramándose más sangre obrera! ¡La sangre derramada no debe ser en vano! Por Cristian y todos los caídos: ¡La revolución que comenzamos debe triunfar con la huelga general que eche abajo a Piñera y todo el régimen de la Constitución del ‘80!
¡Justicia por nuestros mártires! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y dar castigo a los asesinos del pueblo de ayer y hoy! ¡Ninguna confianza en los tribunales inquisidores, ni en la casta de jueces pinochetistas! ¡Basta de cárcel a los que luchan! ¡Libertad a los casi 3.000 presos políticos! ¡Con rehenes en las cárceles no podemos luchar!