El gobierno de Bachelet puede asentarse y comandar esta gran trampa para impedir que vuelva el combate revolucionario de la clase obrera y la juventud, porque se apoya en la derrota que le impusieron las direcciones del proletariado en 2013 y principios de 2014 a lo más aguerrido de la clase obrera como a los Portuarios de Mejillones, a los mineros que tienen la llave para expropiar el cobre como los de El Teniente, Collahuasi etc. y antes habían sacado de escena al movimiento estudiantil revolucionario impidiendo el camino a la huelga general para barrer con el gobierno de Piñera y el régimen cívico-militar pinochetista y abrir la segunda revolución chilena. El gobierno de Bachelet, en un verdadero frente de colaboración de clases, viene a impedir que vuelva el grito en las calles de “Renacionalización sin pago bajo control obrero del cobre para conquistar la educación gratuita”.
Por ello afirmamos que este gobierno nada bueno le dará a los explotados. En el mejor de los casos, sólo dará algunas limosnas para asentarse e impedir que los explotados vuelvan al combate. A esto se reduce su trampa que es el programa de la Bachelet y sus “cuatro reformas” que buscan el objetivo de hacerles creer a los explotados que será este gobierno lacayo del imperialismo y administrador del TLC el que pueda otorgarle sus demandas. Otra gran estafa es la “Reforma Constitucional” con la cual sólo buscan limar las aristas de este maldito régimen cívico-militar que resultan más irritantes para las masas. Pues cada lucha de la clase obrera puso en cuestión este régimen basado en la reaccionaria Constitución del '80. El derrocamiento revolucionario de este régimen pinochetista con la Huelga General abriendo la segunda revolución chilena, es la tarea que una y otra vez las direcciones traidoras le han impedido a las masas chilenas. El gobierno de Bachelet, es el gobierno mas de “izquierda” que puede tener este régimen cívico-militar donde la clave es preservar de conjunto al corazón del estado burgués que son sus FF.AA pinochetistas, que en Chile son los agentes de las trasnacionales y se llevan el 10% del saqueo del Cobre. Ahora el gobierno ha salido a anunciar su “cuarto pilar”: la “Reforma al Código del Trabajo”, anunciando una posible “negociación colectiva real”, es decir “cambiando” algo para que todo siga igual, para que las filas obreras continúen totalmente divididas, para que sigamos trabajando en las peores condiciones de esclavitud y flexibilización laboral, para que el proletariado chileno sea uno de los más súper-explotados del mundo. La esencia es que serán los explotadores los que seguirán reglamentando cómo debemos organizarnos los trabajadores, mediante sus malditas leyes, cuestión que es garantizada por esos traidores de la burocracia de la CUT, los guardianes del régimen cívico-militar y de su Código del Trabajo pinochetista. Ahora quieren que los trabajadores nos conformemos con la modificación de tal o cual artículo, cuando la clase obrera cada vez que salió a pelear, tuvo que barrer primero en las calles con ese Código del Trabajo, como lo demostraron, por dar tan solo un ejemplo, los obreros portuarios unificándose entre los contratados y los eventuales y a nivel nacional en la Unión Portuaria. ¡Que el gobierno de la Bachelet y los burócratas de la CUT discutan con Obama y los parásitos de Wall Street sus reglamentaciones! ¡Los trabajadores nos organizamos como queremos! ¡Fuera las manos del estado de todas las organizaciones obreras! La Bachelet no vino a resolver las necesidades de las masas, sino a terminar de expropiar el combate revolucionario de los explotados. A esto se reduce el rol que tiene este gobierno de colaboración de clases: viene a adormecer a las masas con falsas ilusiones y con promesas de “reformas”, mientras prepara golpes certeros contra el corazón de la vanguardia obrera y juvenil para cerrar el camino de las masas a la revolución y terminar de expropiar su combate por la “renacionalización sin pago y bajo control obrero del cobre”, sin pago y bajo control obrero, para financiar la educación gratuita y todas las demandas de los explotados, que puso en cuestión la propiedad del imperialismo. El pasado 1° de Mayo con su marcha-acto fue la primer acción decisiva que tuvo este gobierno para volver a recuperar las calles donde la clase obrera y su juventud combativa no se cansaron de enfrentar, no sólo al régimen cívico-militar, sino también a sus distintos gobiernos como el de Piñera. Así también fue el anterior gobierno de la Bachelet que fuera acorralado en 2006 por un ascenso de masas, encabezado por el heroico movimiento estudiantil al grito de “el cobre por el cielo y la educación por el suelo”. E incluso contra los “pacos de rojo” del PC que eran expulsados de las organizaciones estudiantiles, de las tomas de colegios y universidades, de las barricadas y marchas. El otro botón de muestra se vio el 21 de Mayo en las calles de Valparaíso. Como todos los años, las distintas corrientes de izquierda organizaron una “contra-marcha” en esa fecha cuando el presidente rinde cuentas públicamente en esa cueva de bandidos del Parlamento. Esa es la fecha donde se centraliza toda la izquierda reformista y se dividen las tareas.
De esta manera, la política de la izquierda reformista fue impedir que surja una poderosa Coordinadora Nacional de Lucha para centralizar y reagrupar a todos los sectores que estaban peleando y a la vanguardia obrera y estudiantil. La esencia de su política fue cerrar el camino a la Huelga General Revolucionaria con la cual echar abajo al gobierno, hacer volar por los aires al régimen burgués y avanzar en conquistar todas las demandas de los explotados. Todos ellos fueron los que cerraron esta perspectiva que la clase obrera y la juventud combativa conquistó en las calles y puso a la orden del día, como en el paro portuario de marzo-abril, las jornadas de lucha del 26/6 y del 11/7, y nuevamente en la huelga encabezada por los portuarios de Mejillones en diciembre pasado. La única salida para la clase obrera y la juventud combativa para conquistar el pan, trabajo, salario, la educación gratuita, salud y vivienda, para enfrentar el ataque del gobierno, reincorporar a todos los trabajadores despedidos, comenzando por los portuarios de Mejillones, es retomar el camino revolucionario del 2011, por la “renacionalización sin pago y bajo control obrero del cobre” y por que vuelvan los Cordones Industriales para abrir la segunda revolución chilena porque ¡Chile será socialista o será colonia! Para ello la tarea del momento es imponer la ruptura con el gobierno, la burguesía y su parlamento fantoche de todas las organizaciones de lucha de la clase obrera y la juventud rebelde. Por eso es urgente conquistar un Congreso nacional de emergencia con delegados de base de toda la clase obrera, encabezado por los portuarios y los mineros, junto a los estudiantes combativos y los explotados en lucha para echar a la burocracia de la CUT y de todas las organizaciones obreras y estudiantiles, refundar al movimiento obrero de abajo hacia arriba contra el Código del Trabajo pinochetista y conquistar el camino a la Huelga General revolucionaria contra el régimen pinochetista, su gobierno y todos los agentes de Obama y Wall Street, el TLC y el Transpacific. ¡Hay que imponer la ruptura de nuestras organizaciones con la burguesía! ¡Hay que pelear con el método de la asamblea, los comités de fábrica y la democracia obrera! Los trotskistas no dudamos en decirle a la clase obrera chilena y de todo el continente que no tendrá salida sin pelear por derrotar la restauración capitalista en Cuba, enfrentando al castrismo que ayer traicionó la revolución de los Cordones Industriales y hoy está terminando de entregar al imperialismo el único estado obrero del continente y así impedir que hayan “nuevas Cubas” revolucionarias de Alaska a Tierra del Fuego, y en primer lugar en EE.UU., contra los piratas imperialistas. La clase obrera chilena debe derrotar al PC que está en el gobierno, y es la misma lucha por derrotar la restauración capitalista en Cuba. Así se pondrá de pie enfrentando el Pacto-contrarrevolucionario de Obama-Castro y los bolivarianos, sostenido por el Foro Social Mundial y las direcciones traidoras. Este es el programa de la FLTI para combatir todos los días codo a codo junto a la vanguardia obrera y juvenil para pelear por poner en pie la dirección revolucionaria que la clase obrera necesita y se merece para triunfar, la IV Internacional de 1938 refundada contra el estalinismo y sus laderos de los renegados del trotskismo, agrupados en el Foro Social Mundial. |