Los trabajadores buscan romper los diques de contención de sus direcciones que a cada paso les atan las manos para enfrentar al gobierno antiobrero de Duque y al régimen infame tutelado por las bases yanquis
Un hecho histórico: las bases obreras con estudiantes y campesinos se toman el congreso de las burocracias sindicales traidoras
Este 30 y 31 de enero, organizaciones sociales, sindicales y populares han convocado a través del Comité Nacional del Paro a un Encuentro Nacional para discutir la continuidad de las medidas de lucha en un feroz combate de la vanguardia y los explotados colombianos que pugnan por sacarse de encima a la burocracia sindical traidora que le ata las manos y le impide pelear.
La clase obrera y los trabajadores colombianos han dado sobradas muestras de su predisposición al combate. Ejemplo claro de ello fueron las jornadas del pasado paro nacional en noviembre, cuya cumbre de lucha se alcanzó con las marchas durante una semana continua de movilizaciones y bloqueos en todo el país. Al grito de “¡Fuera Duque!” y “¡Abajo el régimen!”, cansados de tanto abuso y explotación de la clase dominante, de que nos repriman y nos maten, el pueblo colombiano perdió el miedo y ganó las calles contra las reformas tributaria, laboral y pensional exigidas por el FMI, por un salario digno, educación gratuita y de calidad, contra la represión y el asesinato de líderes sociales, por el desmantelamiento de los asesinos del ESMAD y por la defensa de la vida y los recursos naturales.
En este Encuentro Nacional, las cúpulas de las centrales obreras CGT, CTC, CUT y la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), dirigidas por el estalinismo, intentaron restringir la participación de las organizaciones de base, de los estudiantes y la juventud trabajadora estableciendo cupos y pérfidas maniobras para impedir el acceso a la base combativa. Pero estas direcciones odiadas por las masas fueron superadas, rompiéndose todos los diques de contención por la beligerancia de los jóvenes obreros y estudiantes que obligaron a los matones de la seguridad a retroceder y abrieron las puertas de acceso, permitiendo que todos los que estaban afuera entraran al grito de “¡El Paro no es del MOIR!” y “¡Viva el Paro Nacional!”.
Desde el palco, la burocracia sindical llamó a entonar el himno nacional lo que generó el repudio y abucheo general de la mayoría de los presentes. Esto motivó a cambiar la música por la Internacional, que fue cantada y ovacionada por todos, al tiempo que un sector de los burócratas se retiraba con cara de pánico.
Así se hace justicia: ¡los que se quedan son los trabajadores y los que se van son los traidores! ¡Y los obreros cantan la Internacional!
El MOIR (“Movimiento de Izquierda Revolucionario") que controlaba a puño de acero, que entrega y traiciona al movimiento obrero colombiano fue repudiado y expulsado de la mesa del encuentro por las bases.
Ese partido MOIR representa a un sector de los stalinistas colombianos que estrangularon durante décadas los sindicatos mientras el régimen masacraba a las masas. Mientras las FARC controlaban la insurgencia campesina -que con el castrismo entregaron abiertamente al gobierno y al régimen infame-, el MOIR controlaba a las organizaciones sindicales. En sus dos patas, el stalinismo controlaba así a los obreros y campesinos de Colombia, impidiendo y traicionando sus luchas a cada paso. Pero hoy la situación ha cambiado: la traición ya ha quedado al desnudo. Los trabajadores, estudiantes y los campesinos con su guardia indígena, peleando por poner en pie un frente unitario para combatir por sus reclamos contra el gobierno asesino, buscan preparar y abrir el camino a una gran lucha. No están dispuestos a conformarse con haber realizado un paro nacional que hizo temblar de sus cimientos a Colombia. Ahora van por la huelga general indefinida. No aceptan que nadie negocie ni entregue su lucha.
Las bases obreras y campesinas enfrentan a las burocracias de las centrales sindicales que no representan ni a un 4% de la clase obrera de la nación, que ayer pactaron un salario de miseria con el gobierno, que dividieron al movimiento obrero, que traicionaron toda lucha seria contra los patrones, que dejaron aislado al movimiento campesino y a los estudiantes en lucha. Esta vez no lo podrán hacer. La rebelión de los trabajadores contra los traidores ya ha comenzado. El camino a preparar una gran lucha está abierto.
El MOIR y la burocracia prefirieron destrozar y dividir a la clase obrera antes que unificar sus fuerzas para derrotar a los patrones y al gobierno.
¡No lo podemos permitir! Ahora las bases se han unido… ¡Fuera los agentes de los patrones y el gobierno de las filas obreras!
Para que los movimientos revolucionarios de masas que han comenzado suban un nuevo peldaño, los trabajadores pugnan por sacarse de encima a los que conspiran y entregan sus luchas…
Una oleada de enormes combates revolucionarios de masas sacude el planeta en respuesta a la brutal ofensiva del imperialismo y la burguesía contra la clase obrera a nivel mundial. Medio Oriente se ha inundado de nuevas revoluciones. En Francia los trabajadores no abandonan las calles luego de semanas y semanas de huelga general. En Chile la rebelión de masas no cesa. En Ecuador ha quedado en crisis el gobierno de Moreno y el régimen luego de una feroz ofensiva de los explotados que frenó el ataque del imperialismo a los trabajadores, puesto que cuando enviaron al ejército a reprimir al pueblo en octubre, los soldados rasos bajaron sus fusiles y se unieron a las masas sublevadas.
Pero aquí y allá estos procesos revolucionarios se empantanan o retroceden porque son duramente traicionados y cuando no, llevados a crueles derrotas. Siria cercada y masacrada es un ejemplo de esto.
En Chile la clase obrera está siendo brutalmente traicionada por la burocracia de las centrales sindicales, mientras el PC y el PS, que gobernaron Chile con la Democracia Cristiana durante 30 años, buscan llevar a las masas al callejón sin salida de un plebiscito fraudulento para desviar la revolución. Junto a esto, se encargaron desde la “Mesa de Unidad Social” de cerrar el camino a la intervención independiente de la clase obrera con sus métodos de lucha del paro, los piquetes y la huelga general para quebrar la resistencia de la burguesía, atacando la propiedad de los capitalistas, y derrotar al gobierno de Piñera para que se abra la crisis revolucionaria.
En Ecuador las masas obreras y campesinas tienen a su alcance derrocar al gobierno que hoy es sostenido por las direcciones colaboracionistas de las centrales obreras y campesinas. Los obreros y campesinos pobres, por traición de sus direcciones, están dejando pasar la oportunidad de hacerse del poder en ese país. Esto lo pagarán muy caro. Allí está en marcha una nueva trampa electoral. Al igual que en Chile, estos fraudes y trampas electorales son solo desvíos que más temprano que tarde llevarán a la clase obrera al yugo de los sables de los generales.
Sin embargo, hoy los trabajadores franceses, que vienen de padecer duras derrotas parciales, marcan el camino. Esta vez pugnan por derrotar la ofensiva de los capitalistas que ayer les arrebataron la semana laboral de 35 horas y les impusieron la flexibilización laboral. El gobierno de Macron no logra pasar el ataque a las jubilaciones. Van dos meses de huelga con piquetes, combates en las calles y lo más importante: cada vez que las direcciones de los sindicatos intentan firmar un acuerdo con el gobierno para entregar la lucha obrera, las centrales sindicales son tomadas por las bases. En el París sublevado los trabajadores reconocen que para derrotar al gobierno y a la patronal, hay que derrotar a las direcciones que los traicionan día a día. Colombia sigue ese camino que deberá ser recorrido por toda ofensiva de masas que busca frenar el feroz ataque de los capitalistas y el saqueo de los pueblos oprimidos por parte del imperialismo.
Esto mismo intentan hacer hoy las masas de Idlib en Siria, denunciando que HTS ha escondido las armas y está entregando la revolución, mientras organizan una gran marcha hacia la frontera con Turquía para llegar a Berlín.
Es el mismo camino que sigue la revolución iraquí, que ya enfrenta abiertamente a la burguesía chiíta de Al Sadr, agente de la teocracia contrarrevolucionaria iraní que ha mandado sus milicias a masacrar a las masas insurrectas. Pero los explotados han irrumpido al grito de “¡Fuera los yanquis!” y “¡Fuera los clérigos contrarrevolucionarios iraníes de Irak!”.
Por su parte, en el Estado Español, la clase obrera vasca acaba de realizar un paro general a pesar y en contra de las burocracias españolistas de las CCOO y UGT, sirvientes de la Corona.
Para abrir el camino a la victoria, las masas buscan desesperadamente sacarse ya de encima a las direcciones traidoras que tienen a su frente. Este es el rumbo que han comenzado a recorrer los obreros y campesinos de Colombia, en un enorme ejemplo para la clase obrera de todo el continente americano y a nivel mundial. ¡A las burocracias sindicales y a las direcciones traidoras se las derrota en las luchas, en las calles e imponiendo la democracia directa de las bases! Esta es una enorme lección para el proletariado mundial.
¡Fuera la burocracia sindical! ¡Paso a la democracia de las bases! ¡Paso a la democracia obrera para organizar y abrir el camino al Paro Nacional indefinido! ¡Hay que declarar en estado de asamblea a toda la base del movimiento obrero! Las agrupaciones que han unido sus fuerzas para conquistar en pie un Frente de Lucha por la huelga general indefinida, deben hacer ya mismo ese llamamiento para poner en pie cuerpos de delegados con mandato, que sean revocables en cualquier momento por la base que los vota, por empresa, por sindicato, por facultad, etc. Solo un Congreso de delegados de base con mandato de todo el movimiento obrero y de las organizaciones de las masas en lucha, junto a estudiantes y campesinos pobres, podrá llevar hasta el final y a la victoria la lucha revolucionaria que ha comenzado en Colombia.
¡Hay que avanzar con la alianza y la unidad en un Frente de Lucha Nacional de obreros, campesinos pobres y estudiantes! Esa es la absoluta mayoría del pueblo colombiano.
¡Tenemos que poner en pie el poder de los de abajo que hará temblar a la Colombia de las bases militares, los yanquis, los generales asesinos y sus bandas fascistas!
Hay que poner en pie la dirección revolucionaria que la clase obrera colombiana e internacional se merece y necesita para triunfar
El enemigo de las masas es poderoso: son las 9 bases militares, el tutelaje yanqui de la nación, el régimen semifascista y el gobierno de Duque con su ejército asesino y sus paramilitares. Pero ellos jamás han vencido a la clase obrera y los campesinos colombianos en un combate frente a frente. Las derrotas sufridas por los trabajadores y el campesinado han sido por los traidores que entregaron sus luchas desde adentro. El stalinismo es el que ha enterrado desde hace décadas, una a una, las luchas ofensivas de obreros y campesinos en Colombia, en Centroamérica, El Caribe y toda América latina. El stalinismo ha entregado Cuba a los yanquis y a la voracidad de los capitalistas. Sostiene a Maduro que mata de hambre al pueblo de Venezuela, mientras paga la fraudulenta deuda a los yanquis. Apoya a Morales que se rindió de forma cobarde en Bolivia dejando expuestos a los obreros y campesinos a la masacre de los generales banzeristas.
Hace rato entregó a la Colombia martirizada en un pacto infame de la dirección de las FARC con Obama y Castro. Ese pacto de “paz social” es el que quería imponer, esta vez en el movimiento obrero, la burocracia traidora del MOIR. Este pacto de “pacificación de los cementerios” y de un pueblo esclavizado, es el que también quieren imponer Petro y la centroizquierda burguesa con frases dulzonas y edulcorando a este régimen asesino. Ellos les mienten a los trabajadores, haciéndoles creer que saldrán de sus padecimientos con elecciones tramposas y fraudulentas. A ese fraude de Petro travestido de “izquierdista”, el PST, el grupo de la LIT en Colombia, lo llamó a votar en las pasadas elecciones presidenciales. Crearon así ilusiones en las masas en ese personero de la burguesía y el imperialismo.
Pero pese a esto, la acción de respuesta obrera a los traidores de la burocracia encontró entre sus animadores fundamentales, a decenas de grupos de obreros y estudiantes que desde hace años vienen buscando un camino revolucionario en Colombia. La experiencia del estallido de la LIT y el PST colombiano producto de sus enormes capitulaciones en los ’80 y los ’90 al stalinismo, dejó decenas de grupos buscando un rumbo en el marxismo ante la crisis y dispersión de su movimiento. Muchos de estos grupos y cuadros de años de combate, que han influenciado a esta nueva generación de obreros y estudiantes que surge a la lucha, fueron animadores muy importantes de la sublevación de las bases obreras y de la juventud rebelde contra la burocracia sindical. Fue esa confluencia la que creó la relativa madurez en la vanguardia para dar este paso adelante.
Hoy sobran condiciones para refundar el trotskismo en Colombia, esta vez bajo las banderas internacionalistas de la IV Internacional. La lucha por poner en pie una dirección revolucionaria de la clase obrera colombiana se vuelve imprescindible, porque sino, el reformismo y el stalinismo llevarán a la clase obrera y a los campesinos pobres a nuevas frustraciones y masacres.
El trotskismo colombiano deberá esta vez refundarse sobre bases internacionalistas, sacando lecciones de un duro aprendizaje basado en graves crisis y combatiendo irreconciliablemente al stalinismo que hace rato viene entregando los procesos revolucionarios de toda América Latina.
A mediados de los ’70, el movimiento revolucionario socialista de Colombia intentó buscar un camino internacionalista para poner en pie un partido revolucionario. Este y no otro es el rumbo. Pero una enorme crisis cerró este proceso cuando todas las corrientes del viejo trotskismo de Yalta terminaron en el ’89 capitulando al stalinismo… Reagrupar fuerzas para volver a intentarlo se torna una cuestión clave de todos los obreros concientes. La clase obrera ya facilita enormemente este camino.
De un lado de la barricada han quedado los patrones, su gobierno asesino junto a toda la lacra stalinista. Del otro, ha quedado la clase obrera y las fuerzas que se reivindican del trotskismo.
En esta fase preparatoria de enormes combates y choques de clase, la tarea central es poner en pie los organismos de democracia directa, es decir, los comités de fábrica, de estudiantes y campesinos en lucha, junto a una poderosa milicia obrera y campesina.
Combatir la estafa de la “Revolución Bolivariana” y al stalinismo que ha entregado Cuba y que en Medio Oriente sostiene a Al Assad y la masacre a la revolución siria, es una tarea internacionalista de primer orden para los obreros colombianos.
Explicar pacientemente a las grandes masas que los aliados de este gran combate que ha comenzado son los obreros de EEUU, de Centroamérica y de toda América Latina, se vuelve imprescindible. Como decía Trotsky, hay que unir el combate de los trabajadores y explotados del continente como un nervio sensible capaz de vibrar de Alaska a Tierra del Fuego ante cualquier acontecimiento de la reacción, de la contrarrevolución o de grandes luchas de masas.
La tarea del momento también es enfrentar la pérfida política de colaboración de clases de los que entregaron nuestro partido mundial, la IV Internacional, y que hoy junto al stalinismo buscan entregar los combates de la revolución chilena y ecuatoriana, de Siria, de Medio Oriente, de Francia y a nivel internacional. Esta es una obligación revolucionaria de la cual no se puede rehuir. Es que aquí y allá estas corrientes sostienen frentes populares con la burguesía para someter a la clase obrera, como hacen los así llamados “anticapitalistas” de Europa que apoyan a Podemos en el Estado Español, a Syriza en Grecia, a los sinvergüenzas del Partido Laborista de la city de Londres o al agente imperialista Sanders de EEUU.
Un reagrupamiento revolucionario de las filas obreras se ha vuelto más necesario que nunca. Este se desarrollará bajo el fuego caliente de los combates actuales, del ataque del enemigo de clase y de las lecciones revolucionarias que los trotskistas podamos sacar concientemente a nivel internacional de las tantas capitulaciones y el revisionismo que llevaron a la IV Internacional y sus limpias banderas a los pies del stalinismo.
Los esfuerzos de la FLTI, nuestra corriente internacional, están al servicio de profundizar este enorme esfuerzo que centenares de cuadros y obreros socialistas ya han iniciado en Colombia.
Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / Fracción Leninista Trotskista Internacional