Colombia- 15 de julio de 2021
Después de enormes combates de los trabajadores y el pueblo colombiano…Una gran Lucha, una gran Traición
No fue por falta de predisposición al combate ni falta de heroísmo, fueron las burocracias colaboracionistas y la seudo izquierda reformista sirvientes del régimen las que sostuvieron a Duque.
Con la profundización de la crisis económica del sistema capitalista imperialista desde el 2008 y que alcanzó niveles más profundos de quiebras y bancarrotas aún mayores en el 2012, ahora desde el 2020, no solo el crack y crisis con la pandemia del COVID19, como un nuevo agravante, han derivado en mayores penurias y miserias para el proletariado de los 5 continentes, por lo cual, se han desarrollado enormes sublevaciones, estallidos sociales y una heroica resistencia de los explotados.
En Colombia también las masas toman las calles desde el 21N del 2019, superando las direcciones del Comando Nacional de Paro -CNP-, conformado por Fecode, CTC, CGT, CUT, que ante la presión y el descontento y de forma oportunista convocaron a una movilización de 24 horas, como siempre han acostumbrado de manera conciliadora y como mecanismo de “presión” al gobierno, para de igual manera rencaucharse ante las masas, siempre ha sido esta la práctica de estas direcciones burocráticas. Pero no contaron con la disposición y el ánimo de combate de las masas, que para ese momento nadie esperaba que se superaran todos los esquemas de dominio tanto del estado como de esa izquierda reformista, de igual modo el imperialismo estaba convencido de lo efectivo de los pactos de “paz” de la Habana (Ver Recuadro), con la creencia de haber implementado una paz social, la paz de los sepulcros.
Como continuidad de dichos procesos de lucha, el mismo CNP convoca a un paro de un día para el 28 abril, pero los días 29 y 30 llaman a levantar la movilización y cometen su primera traición. De forma cobarde y arrinconados por el empuje de los jóvenes desempleados, obreros y sectores populares convocan a “movilizarse” virtualmente el primero de mayo, consumando la segunda gran traición de esta “izquierda” lacaya del régimen, cuando la realidad y la beligerancia de las masas superaban todos los mecanismos de dominio del régimen, dejando a la izquierda reformista relegada al rincón de los trastos viejos.
Los trabajadores, la juventud y el pueblo colombiano protagonizamos enormes jornadas revolucionarias que hicieron temblar al Gobierno del Títere uribista Duque. Con enormes acciones en las calles, dejando nuestros muertos, dándolo todo, porque comprendimos que para conseguir lo más mínimo era necesario tumbar al gobierno y su régimen asesino; solo haciendo rodar la cabeza de Duque se podía parar el paquete de reformas que significaban un redoblado ataque sobre las condiciones de hambre y miseria profundizadas por la pandemia en una situación que ya no se aguantan más.
Los explotados ganamos las calles superando a las direcciones burocráticas, imponiendo el Paro Indefinido, superando la lucha económica en una lucha política, que abrió un proceso revolucionario donde estaba a la orden del día la caída de Duque. Pusimos todo en el campo de batalla, así como nuestras organizaciones de lucha: los Comités de Resistencia, las Asambleas Populares de obreros, campesinos, estudiantes y jóvenes desempleados y combativos. Juntos organizamos los piquetes, bloqueos y barricadas y se activaron las primeras líneas como embriones de doble poder que querían la caída del régimen, mientras los traidores del CNP en momentos en que el gobierno largaba una verdadera operación masacre a manos de la policía asesina y los perros de presa del ESMAD, mostrando su careta fascista, mientras Colombia humana con su Pacto Histórico y pacifista se lamentaban de que las masas hubieran llegado a esos niveles de combatividad, con el estúpido argumento de que ya la reforma tributaria había caído y que era el momento de abandonar la lucha y confiar en las instituciones parlamentarias.
Con esta sucia maniobra se impidió que estos mecanismos organizativos se unieran y se coordinaran en un Comité de Lucha Nacional, organismo que hubiera representado el poder de millones, centralizando una milicia obrera y popular capaz de enfrentar y disolver a la policía asesina, al ESMAD y aplastar a los paramilitares y las bandas fascistas. Se limitaron a llamar a hacer jornadas de movilizaciones pacíficas y carnavalescas con el propósito de sacar la lucha de las calles, separándolo las primeras líneas como vanguardia del resto de la clase obrera y los sectores populares impidiendo que surgieran y se sincronizaran y se pudieran armar nuestras organizaciones de lucha. Así garantizaron la propiedad de los capitalistas y sostuvieron al Gobierno odiado de Duque que por terror a la revolución retiró la reforma tributaria, de salud y laboral, por temor a perder todo.
Hoy, la realidad diaria en las ciudades y poblaciones de Colombia, es de incertidumbre, tensión, y expectativa sobre el futuro inmediato, consecuencia de la traición, de parte de los que entregaron nuestra lucha, las burocracias estalinistas con el Partido Comunista al frente, quienes dirigen el Comité Nacional de Paro junto a las centrales obreras, “levantando el paro oficialmente”, estrellándose contra el sentimiento general de odio, repudio, y dolor acumulados en el transcurso de décadas de represión, masacres, sobreexplotación, hambre, engaños y mentiras, con lo cual el régimen se ha venido perpetuando, saqueando el erario público y todos los recursos de la nación a cuenta del imperialismo.
Este frente del PCC, Marcha Patriótica, UP, junto la burguesía de la Colombia Humana de Petro que dirigen las centrales obreras junto al MOIR, reunido en el Comité Nacional de Paro -CNP-, fueron como ya lo planteamos quienes separaron a la vanguardia obrera y juvenil de las Primeras Líneas, del resto del movimiento obrero y demás sectores populares impidiendo la caída del régimen asesino de Duque, quien largo una ofensiva fascista para escarmentar y aterrorizar a la población indefensa, por medio de una represión que continúa y se profundiza día a día. A pesar de esta ofensiva fascista no nos han derrotado, hemos dado todo en la lucha y hasta tuvimos en nuestras manos la posibilidad del triunfo, pero fueron estas direcciones las que impidieron la caída del régimen Duque-Uribe.
De esta alevosa traición son también responsables en alto grado los renegados del trotskismo del PST-LIT, quienes al cubrirle la espalda a esta “izquierda” que, con su cretinismo parlamentario, concentra todos sus esfuerzos y recursos para contribuir a salvar el régimen desde su legalidad dentro del parlamento burgués, como continuidad de ese pacto de la constituyente del 91, con el cual legitimaron el régimen descompuesto y podrido y que trajo como consecuencia inmediata esta tragedia que se profundiza hasta nuestros días.
Hoy, nuevamente, todos los renegados del trotskismo de América Latina han empezado a pregonar que la salida es una Asamblea Constituyente que deje intacto el régimen uribista y sacar a las masas de las calles, como ha sucedido en Chile. La LIT-CI y su grupo PST llegan muy lejos al plantear que las masas se podrán “politizar” y “educar” con una Asamblea Constituyente. Esta gente no tiene regreso al movimiento revolucionario. Quieren que las masas retrocedan hacia una conciencia parlamentarista, cuando en su combate ya se han educado lo suficiente, comprendiendo que a los gobiernos burgueses se los derroca con la lucha revolucionaria en las calles. Durante más 50 días estos traidores se han dedicado a llamar a distintas jornadas de marchas y movilizaciones de presión para intentar sacar a las masas de las calles y ellos conservar sus miserables privilegios.
Mientras tanto una nueva trampa y por la “izquierda” tras bambalinas a espaldas de las masas se cocinaba a fuego lento para terminar de cerrar el camino a la revolución que habíamos comenzado a adelantar los trabajadores y el pueblo colombiano:
La Asamblea Nacional Popular, ANP: una nueva estafa a la juventud trabajadora y al pueblo colombiano.
Durante los días 6, 7, y 8 se realizó la Asamblea Nacional Popular, convocada por una fracción de estas mismas direcciones. Estamos frente a una maniobra de esta burocracia aliada con los sectores reformistas y del "pacto histórico" (Colombia Humana, Partido Verde, Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) sumado al Partido Comunista y sus organizaciones (Partido Comunes, Unión Patriótica, Congreso de los Pueblos, CNA, etc.), estos, son los que han citado a este encuentro con el apoyo de la Coordinadora Nacional, Sindical, Social y Popular -CNSSyP-, el PST-LIT y Democracia Directa.
Se trata de una gran mentira y conspiración contra el pueblo, La otra punta de la soga para terminar de amarrar y desmovilizar a las masas llevándolas a marchas pacíficas y negociaciones con los alcaldes, pregonando la democracia y la “paz” que no es otra cosa, que continuar dándole vida al alevoso pacto Santos-Obama-Castro y ex-FARC, en otras palabras “el pacto de los sepulcros”.
Dicha “paz” ya la usaron de cortina de humo para encubrir la masacre de líderes sociales y de los excombatientes de las ex-Farc, traicionando decenas de años de lucha campesina por la tierra para imponer por parte del régimen las medidas dictadas por el FMI. Las cárceles se llenaron de excombatientes, presos políticos y campesinos pobres. Todos los días caen líderes sociales, sindicales, ambientalistas y populares. Todos traicionados por el reformismo y el castrismo, como sucedió en El Salvador y Nicaragua en los años 80´, hasta nuestros días.
Una de las mociones votadas en esa Asamblea de principios de junio fue la de citar el 20 de julio, un mes después a una reunión en la ciudad de Cali cuando aparecen los cadáveres de cientos de jóvenes y el régimen continua la represión militarizando los barrios obreros, un verdadero escarmiento a los que osamos levantarnos contra los verdaderos vándalos y terroristas de este Gobierno. Junto con los DDHH vienen a encubrir la masacre bajo el mando del plan de pacificación de los acuerdos de La Habana, acordados con los Castro, el imperialismo y la CIA
Con estas direcciones no pudimos triunfar ni podremos nunca, la tarea del momento es construir la dirección que el proletariado necesita para el triunfo contra el yugo del capital, ya que estas direcciones burocráticas no nos representan, todo lo contrario, son el peor obstáculo para la Lucha.
El reformismo ha imbuido de pacifismo a la vanguardia obrera, sometiéndola a la burguesía y a sus “cantos de sirena”, mientras el fascismo asesina a lo mejor de la juventud obrera.
La grandiosa lucha de más de 50 días de barricadas combates en las calles, fue arrinconada transitoriamente y lo que prima hoy es la represión y la negociación, una vez que la acción nefasta de toda esa “izquierda” entrego la lucha, es lo que denominamos desde el marxismo un Frente Popular (alianza entre la burguesía y organizaciones obreras) lo que es un total imposible y una farsa al querer conciliar intereses de clases antagónicas. Lo que hay hoy es una contraofensiva burguesa imperialista que se está imponiendo. Se utiliza al frente popular y a las direcciones traidoras como eje central para sacar a las masas de escena con engaños y frases dulzonas mientras al estado burgués y sus fuerzas represivas intentan consolidar una victoria pírrica de su ofensiva, masacrando y asesinando.
Solo retomando el camino de reagruparnos volviendo a poner en pie los organismos con democracia directa para preparar la contraofensiva, esto será un paso atrás para dar dos adelante. Si no ponemos en pie nuestros organismos para la lucha y dejamos que ellos sigan dirigiendo, luego de que Duque nos mate a palos, van a venir y nos van a decir: “vamos que votamos y resolvemos el problema” y habrá abortado nuestra revolución. Es la contraofensiva que están imponiendo, el frente popular y el régimen, junto al fascismo, las fuerzas militares y demás fuerzas represivas del Estado.
Lo que prima hoy, una vez que el frente popular desmovilizó, es la represión, porque la represión consolida. No el llamado a la constituyente, sino el bonapartismo. El frente popular trabajó para que se mantenga la institución bonapartista de un régimen y un gobierno semi-fascista. Se mantiene Duque. Lo hace con las fuerzas armadas pisando cabezas. Ese es el rol del frente popular y el fascismo en Colombia, por eso es que no cae Duque, la consigna es aplastar a la vanguardia a sangre y fuego. El frente popular desorganiza para que el fascismo mate, antes que surja el armamento de las masas y los organismos de doble poder, sino hubieran surgido los comités de coordinación de obreros, campesinos y de estudiantes armados, eso fue lo que el reformismo impidió. Si hasta los patrones de la pequeña industria y los camioneros pequeños paraban, bloqueaban toda Colombia.
Creemos que la última palabra no está dicha aun, toda vez que con esta contraofensiva para nada han logrado ganar una relación de fuerzas favorable al imperialismo y la burguesía, porque la realidad es totalmente inestable y la situación revolucionaria sigue abierta. pero si, es un momento de retiro, de un necesario repliegue, para la reflexión sacando lecciones de quienes son nuestros aliados y quienes nuestros enemigos; es un repliegue en orden para reagrupar nuestras fuerzas y para preparar un segundo embate, una contraofensiva de masas que termine la tarea inconclusa que comenzamos: la caída del gobierno semi-fascista asesino de Duque y el régimen de las 9 bases militares yanquis.
El estado burgués y sus agentes ya sean fascistas, bonapartistas, organizaciones reformistas y conciliadoras o estalinistas (partido comunista), centran sus fuerzas para impedir el surgimiento del doble poder revolucionario, impedir que se ponga en pie, se arme y se centralice a nivel nacional, derrotando a la burocracia del Comité Nacional de Paro -CNP-, que negocia con el gobierno de Duque, sacando a las masas del paro y de las calles, para preservar al actual Estado de los capitalistas frente a la ofensiva popular revolucionaria.
La juventud obrera debe marchar a las fábricas a buscar a los obreros y derrotar a los rompehuelgas de la burocracia sindical que nos separó de las primeras líneas impidiendo la unidad y levantando el paro.
Contra los reformistas y sus “pactos de paz”, que quieren imponernos, es nuestro deber llamar a poner en pie un Congreso Nacional Obrero y de la Juventud trabajadora, campesinos, estudiantes, con compañeros (as) elegidos desde las bases agrupados en los comités de fábricas, comités comunales y veredales, por universidades, colegios, sindicatos, de las comunidades indígenas y negritudes, un representante por cada 100 elegidos en asambleas, para unir lo que los traidores dividieron y votar un plan de lucha, un verdadero plan obrero de emergencia contra las dádivas de manos vacías de los alcaldes y el gobierno; que plantee la unidad de los trabajadores sindicalizados con los trabajadores “informales”, flexibilizados y desocupados reduciendo la jornada laboral con un turno más en todas las fábricas y todas las manos disponibles que entren a producir con un salario al igual a la canasta familiar. Los trabajadores que somos la inmensa mayoría del pueblo colombiano en su mayoría jóvenes que no tenemos derecho ni siquiera a tener trabajo digno debemos pelear por conquistarlo sobre la base de la expropiación sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre, suspenda o despida: Fábrica cerrada fábrica tomada; para ello es necesario expulsar a los traidores de la burocracia sindical de las organizaciones obreras y conquistar una dirección revolucionaria en los sindicatos bajo una verdadera democracia obrera. ¡Ellos no nos representan!
Para tener salud gratuita y de calidad hay que conformar los Comités de Salud Pública, expropiando sin pago y bajo control de los trabajadores todas las clínicas privadas, las EPS, IPS y los laboratorios, junto a las fábricas de insumos para abastecer y prevenir enfermedades, eliminando la ley 100.
Frente a las falsas promesas de la suspensión de la Matrícula 0 para los estratos 1, 2 y 3 de las Universidades Nacionales, debemos retomar la pelea por la educación gratuita y de calidad en todos los niveles, servicio de comedores y transporte subsidiado, como lo fue en los años 70, una conquista de la lucha estudiantil que hoy ha sido arrebatada, por la ley 30. La lucha también es por 4 horas de trabajo y 4 horas de estudio pagados por la patronal y el Estado sobre la base de impuestos a las grandes fortunas y al no pago de la deuda externa. Becas gratuitas para todos los estudiantes plata hay, pero se la roban (50 billones al año).
Hay que recuperar la tierra para devolvérsela a sus verdaderos dueños, los campesinos pobres y trabajadores agrícolas, comunidades indígenas y grupos de negritudes, estamos por la restitución de los más de 7 millones de hectáreas expropiadas a los tiros y con masacres por los paramilitares, el régimen y el imperialismo. Expropiación sin pago bajo control de los trabajadores de los grandes terratenientes, de la Chiquita Brand y demás multinacionales de la agroindustria, de las mineras y las petroleras imperialistas. Expropiación y estatización de la banca privada, en un banco estatal único para darle crédito barato al campesino y a los pequeños comerciantes.
¡Para enfrentar y parar la masacre debemos organizarnos en la autodefensa en la ciudad y en el campo, llamando sin demora a conformar milicias obreras y campesinas centralizadas, para derrotar a los grupos paramilitares, el ejército y la policía! ¡Disolución de la policía asesina y desmantelamiento del ESMAD! ¡Fuera la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH-, venidos de esa cueva de bandidos imperialistas que es la OEA!, es un nuevo fraude para imponernos el siniestro plan de reconciliación y de “paz de los sepulcros” de un pueblo esclavizado y entregado al imperialismo por la dirección de las ex-FARC hoy Comunes y el castrismo en los acuerdos de La Habana.
¡Juicio y castigo a todos los responsables de los más de ochenta compañeros asesinados, ¡Libertad incondicional a todos los presos políticos! ¡Aparición con vida de todos los compañeros desaparecidos!
¡Debemos confiar en nuestras propias fuerzas llamando a poner en pie una dirección revolucionaria para preparar un nuevo embate que esta vez nos permita llegar a tumbar al régimen y al Gobierno asesino de Duque!
¡PARA PARAR LA MASACRE…HAY QUE PONER EN PIE UNA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA DE OBREROS Y JÓVENES REVOLUCIONARIOS!
¡PASO A LA REVOLUCIÓN…!
¡SI LA TIRANÍA ES LEY… LA REVOLUCIÓN ES ORDEN!
¡COLOMBIA SERÁ OBRERA Y SOCIALISTA BAJO UN GOBIERNO OBRERO Y CAMPESINO O SERA UNA COLONIA DE WALL STREET ¡
¡FUERA DUQUE… FUERA EL IMPERIALISMO DE COLOMBIA Y TODA AMERICA LATINA!
ACUERDOS DE LA HABANA DEL 2016: UN PLAN ESTRATEGICO DEL IMPERIALISMO PARA PROFUNDIZAR Y AMPLIAR EL SAQUEO Y LA EXPLOTACION DE AMERICA LATINA …UNA PUÑALADA MORTAL POR LA ESPALDA A LA ULTIMA RESISTENCIA DE LATINOAMERICA
Con el denominado “Acuerdo de paz” (“paz de los sepulcros”), se da continuidad a las mil y una traición de la revolución latinoamericana direccionada por la burguesía castrista, celosamente supervisada y avalada por la CIA en cabeza de John Kerry y ejecutada por el Partido Comunista colombiano, gran responsable de esta alevosa traición, quienes junto con el régimen burgués Santos-Uribe y la dirección burocrática de las exFARC, abandonaron a su suerte sus bases facilitando su masacre.
De esta manera la burocracia del PC cubano le da cumplimiento a su compromiso de entregar un continente en paz, como se expresó en la cumbre de la CELAC (La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), mientras el “democrático” Obama impone ese plan del imperialismo en su patio trasero, supervisado y garantizado por la presencia gringa en las 9 las bases y batallones de Colombia y que tienen un comandante en jefe en EEUU que se llama Joe Biden, el nuevo amigo de toda la izquierda reformista del planeta, con lo cual Wall Street y las transnacionales imponen las medidas para paliar la profunda crisis del sistema capitalista imperialista venida del 2008, a costa de más miseria, hambre y explotación de los oprimidos del continente.
Dicho plan de “paz” del imperialismo y la burguesía lo celebraron como una victoria sobre los explotados, creyendo que la resistencia había quedado aplastada con el engaño político de la supuesta “paz”, afianzada con el control militar sobre las masas obreras y campesinas.
Lejos estaban de haber logrado dicha victoria, dado que el hambre y los padecimientos inauditos de los trabajadores, llevaron a romper la camisa de fuerza impuesta por las burocracias y aristocracias obreras junto a la seudoizquierda, resultando en los grandes estallidos revolucionarios en Chile, Bolivia, Ecuador, Perú, y posteriormente en Colombia, logrando desestabilizar y derrocar algunos regímenes burgueses, pero que con la traición de esa izquierda reformista, las llevaron a la derrota, entregando la revolución en las mesas de concertación y el parlamentarismo sacando la lucha de las calles. |
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