JORNADA DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LA SUBLEVACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO DE COLOMBIA
“Cheo” Navarro, dirigente del Núcleo Obrero Internacionalista
“Estas jornadas son continuidad de los embates que en 2019 protagonizó la clase obrera en Ecuador, Bolivia y Chile”
Desde la Colombia sublevada, reciban un caluroso saludo revolucionario. Desde hace diez días, el pueblo colombiano viene protagonizando enormes jornadas revolucionarias que han hecho temblar los cimientos del Gobierno asesino de Duque-Uribe.
Estas jornadas son continuidad y parte de los embates que en 2019 protagonizó la clase obrera en Ecuador, Bolivia y Chile, que pusieron en jaque a los gobiernos de estos países. Las grandes luchas del 21 de noviembre de 2019 hasta hoy en Colombia son protagonizadas por una nueva generación de obreros y jóvenes luchadores, que superaron a las direcciones stalinistas que durante décadas traicionaron su lucha.
El 30 y 31 de enero de 2020 el Comité Nacional de Paro, conformado por las burocracias de las centrales obreras (CUT-CGT-CTC y el sindicato docente FECODE), dirigidas por stalinistas, llamaron a un encuentro para continuar la lucha iniciada en 2019. Allí un valiente sector de trabajadores, obreros jóvenes y estudiantes se plantó contra estas burocracias, que les impedían participar en el evento para poder consumar su traición negociando con el gobierno a espaldas de las masas explotadas.
Esas direcciones fueron superadas. Los jóvenes obreros y estudiantes rompieron los cordones de contención de matones de la seguridad, los hicieron retroceder con enorme beligerancia y los obligaron a abrir las puertas de acceso para permitir la entrada. Producto de esta lucha surgió y se puso en pie la Coordinadora Nacional Sindical Social y Popular, como polo de reagrupamiento de la vanguardia combativa para coordinar y unificar a todos los sectores en lucha.
Aquí y allá esos procesos se detuvieron, retrocedieron o fueron llevados a crueles derrotas por las burocracias sindicales traidoras y las direcciones colaboracionistas.
Colombia no fue la excepción. Las burocracias stalinistas de las centrales sindicales, la izquierda reformista junto a la centroizquierda burguesa de la Colombia Humana de Petro, nos someten al pacto de paz de La Habana, el de los Castro y Obama, un pacto de “paz de los sepulcros”, de entrega de las FARC y masacre de los explotados y luchadores colombianos, con el objetivo de sacar al movimiento obrero del combate por la huelga general revolucionaria, única vía para conseguir alimentos, recuperar la tierra, el derecho al trabajo y salarios dignos .
Las traiciones del stalinismo le han permitido al imperialismo mantener -no solo en Colombia sino en toda América Latina- un feroz ataque a nuestros pueblos luego de haber restaurado finalmente el capitalismo en Cuba
Pero no hemos sido derrotados. Las consignas levantadas en la lucha por el paro indefinido de fines de 2019 son las mismas por las que hoy volvemos a las calles: contra las reformas tributaria, de salud, laboral y pensional, exigidas por el FMI, por detener la masacre para que dejen de matarnos.Hoy volvemos a enfrentar al régimen, a su ejército, a la policía y los paramilitares asesinos.
Los explotados de Colombia han sacado la conclusión de que, para conseguir la más mínima de nuestras reivindicaciones deben tumbar al gobierno asesino de Duque, el gobierno de las 9 bases militares yanquis.
En estos momentos, las direcciones de las centrales obreras y el reformismo, junto a la burguesía -incluida la oposición-, vuelven a intentar montar la trampa amarrando la lucha de los explotados colombianos a la actual campaña electoral en desarrollo, que lleva a elegir presidente y congresistas en el 2022.
Esta traición se ratifica cuando las protestas del 28 de abril se salen de sus manos y las burocracias llaman a levantar inmediatamente el paro nacional y citan a celebrar un 1° de mayo por zoom. A estos les hacen coro la seudoizquierda, los reformistas, sacando de las calles la lucha solo para permitir que el régimen y este gobierno agente de los capitalistas y el imperialismo queden con las manos libres para profundizar un ataque cruel, no solo reprimiendo, para imponer las reformas exigidas del FMI.
La respuesta de las masas fue tomar en sus manos la lucha autoorganizándose y volviendo a ganar las calles para romper esos pactos de muerte y hacer temblar a la burguesía. Para enfrentar la traición e ir por todo se hizo necesario actuar de manera independiente de las burocracias. Ahora nos falta estructurar y consolidar una organización de lucha reconocida por los trabajadores, el pueblo y los campesinos pobre, para detener este ataque, el robo de la tierra y las riquezas de Colombia; un organismo que sea elegido desde las bases, de abajo hacia arriba y con libre remoción de sus dirigentes. Autogobernarnos es una necesidad sentida. En la mayoría de ciudades del país se ha avanzado enfrentando día y noche a las fuerzas represivas del régimen, quienes, con orden de matar, no han podido sacarnos de calles ni de las carreteras colombianas.
No podemos detenernos. Hay que avanzar en la alianza y la unidad de un Frente de Lucha Nacional de obreros, campesinos, pobres, estudiantes y jóvenes revolucionarios. Esa es la mayoría del pueblo colombiano. Tenemos que poner en pie el poder de los de abajo que hará temblar a la Colombia de las bases con militares yanquis, a los generales asesinos y sus bandas fascistas.
Un reagrupamiento revolucionario de las filas obreras se ha vuelto más necesario que nunca. Este se desarrollará bajo el fuego del enemigo de clase en los actuales combates. La revolución colombiana es parte de la revolución latinoamericana y la quieren impedir el reformismo y las direcciones sindicales traidoras. Por eso debemos levantar un frente de lucha latinoamericano y mundial. No queremos más muertes, la vida del pueblo importa. Disolver la policía, que los soldados abandonen a los generales, que surjan comités de autodefensa y preparar la milicia obrera: esas son tareas impostergables.
Los trotskistas debemos sacar las lecciones revolucionarias de los actuales combates a nivel internacional, sobre todo de tantas traiciones y revisiones del marxismo, que han llevado a nuestro partido mundial la IV Internacional a los pies del stalinismo.
Nuestra corriente internacional, el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional-FLTI, está al servicio deesta importantísima tarea.
Abrazo revolucionario para todos ustedes.
|