JORNADA DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LA SUBLEVACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO DE COLOMBIA
Desde “La Verdad de los Oprimidos”, el periódico de los socialistas de Siria y Medio Oriente…
Un aporte de los revolucionarios de Siria a los explotados sublevados en Colombia:
“La coordinación se transformó en nuestra mejor arma… nos permitió golpear como un solo puño y nos mantuvo unidos”
“Pero hay que tener un programa claro, porque puede sucederles lo mismo que les sucedió a los jóvenes de Siria, que vieron en sus manos la victoria pero lamentablemente la crisis de dirección llevó a que se haya retrocedido…”
Abu Muad: Primero, quiero saludar a los compañeros de Colombia. Soy uno de los compañeros que junto con varios camaradas de la FLTI tuvimos el honor de haber llegado al campo de batalla en Siria. Es un honor para nosotros estar presentes esta tarde con los compañeros de Colombia, que en este momento están protagonizando una de las revueltas más importantes de Latinoamérica de los últimos años.
Colombia y Chile se nos presentó a todos los latinoamericanos como el modelo a seguir, y las masas han dado su veredicto. No soportan los regímenes directamente controlados porel imperialismo norteamericano.
A nosotros, que estuvimos en Siria, nos parece importante recalcar que los combates que da la juventud en Colombia hoy son iguales o similares a los que viene dando la juventud rebelde en Magreb y Medio Oriente, sobre todo en Siria, contra regímenes que son apoyados 100% por el imperialismo y que están puestos para proteger y garantizar los negocios de EEUU y las potencias imperialistas europeas.
Quiero hacer mención a uno de los compañeros que nos viene acompañando desde hace años, el camarada Andrey de Rusia. Un saludo para él que está presente en esta reunión.
En esta reunión también tenemos a compañeros que están en el campo de batalla en Siria, donde la revolución, a lo largo de 10 años, fue sufriendo varios ataques. Comenzó como una revuelta. Devino en una guerra civil. Hubo una revolución cuasi triunfante. Tembló el estado y el régimen dirigido por Bashar Al Assad. Las masas lograron armarse, hicieron sus propios comités de coordinación y lucharon hasta el final. Pero el imperialismo no deja nada librado a la suerte o al destino de las masas y largó una feroz contrarrevolución.
La crisis en la dirección de todos estos movimientos llevó a que, poco a poco, esa revolución vaya siendo derrotada parcialmente. Aun así, las masas de Siria no se han rendido. Siguen presentando batalla. Hoy el epicentro de esa revolución se concentra en Idlib. En esta ciudad se conglomera lo mejor de la vanguardia revolucionaria de Siria. Allí están los jóvenes que, con 17 años, se vieron obligados a empuñar armas para defender a sus familias, sus casas, sus barrios, sus hermanas, sus tíos, sus primos y a ellos mismos.
Por lo tanto, le voy a dar la palabra a estos compañeros, que están entusiasmados por lo que ven en Colombia y se ven reflejados en la juventud que combate allí. Ellos, desde Idlib, intentarán dar una visión que aporte, con su experiencia, al proceso que se está viviendo hoy en Colombia. Esperamos que ese proceso se generalice a toda América Latina, como sucedió en 2011 en las revoluciones de todo Magreb y Medio Oriente.
Abu Mustafa: Un saludo a todos los que están presentes en la reunión, sobre todo a los hermanos de Colombia. A lo largo de estos 10 años de revolución siria, hemos podido sacar algunas conclusiones.
En los primeros tres años de nuestra revolución, las movilizaciones eran las principales protagonistas, que llevaban a miles y millones de personas a las calles. Nos tomó 3 años entender que la realidad era que estábamos luchando contra la burguesía, y que teníamos que extirparles y sacarles a ellos lo que nos habían robado durante mucho tiempo. Poco a poco fuimos tomando conciencia de ello.
Teníamos en cuenta que lo principal era coordinarnos entre nosotros para que nadie quede aislado y todos podamos luchar como un solo puño. La coordinación se transformó en nuestra mejor arma. Nos juntamos en el barrio para saber qué había que hacer, para poder saber en dónde poner cada uno de los retenes. La coordinación nos permitió golpear como un solo puño y nos mantuvo unidos.
Poco a poco, los comités de coordinación fueron tomando conciencia de que debían armarse. Primero con un cuchillo, luego con una escopeta. De a poco fuimos entendiendo que nuestra seguridad era una prioridad.
Las movilizaciones siempre partían de lugares muy conocidos y llegaban a lugares emblemáticos. La idea era que nuestros reclamos fueran vistos en todo el mundo.
La coordinación y las movilizaciones masivas, con cientos de miles de personas en las calles, nos permitió poder desarmar a la policía, pues los superábamos ampliamente en número. Al ir cayendo una a una las comisarías, la policía comenzó a rendirse. Ellos ya no salían a enfrentarnos porque veían que los superábamos en número y que encima estábamos armados.
Este es un breve relato de lo que han transcurrido en esos 3 años, para poder transmitírselo a los compañeros. Los saludo nuevamente. Es un honor para mí estar acá. Estamos a disposición de todo lo que los compañeros puedan llegar a necesitar, y también está a su disposición el conocimiento que hemos adquirido en estos últimos 10 años.
Abu Muad: Ahora le daremos la palabra a un compañero muy activo en la revolución siria. Estuvo en la ciudad de Homs, que es un ícono a nivel mundial y dentro de Siria, porque fue una de las ciudades que sufrió uno de los mayores ataques. Estuvo cercada por más de 5 años, donde no dejaban pasar nada. Las masas se la tuvieron que ingeniar para comer, llegando hasta tener que comer pasto, porque no entraba ni un gramo de alimento. Fue una de las primeras ciudades que se levantó y una de las más golpeadas en la revolución siria.
Yezen Al Homsi: Un saludo a todos los presentes, en especial al pueblo y la juventud de Colombia. Primero quiero compartir con ustedes una experiencia que tuve hace poco. Desde Siria estamos en coordinación con compañeros de Palestina. Somos dos grupos de jóvenes, porque nosotros somos los Jóvenes de Homs y estamos en discusión con un grupo de jóvenes dentro de Palestina, debido a que allí, en estos días, ha habido revueltas alrededor de la mezquita de Al Aqsa, un lugar sagrado que en estas épocas de Ramadan los palestinos suelen visitar. El ocupante sionista se ha cansado de apalearlos. El pueblo palestino ha respondido con un combate similar al que se está dando en las calles de Colombia en estos días y al que se dio en los inicios de la revolución siria.
Con estos compañeros de Palestina se abrió el debate sobre el armamento. Pero inmediatamente surgió como necesidad debatir quién dirige las revueltas. Es sabido que en Palestina hay movimientos, como Hamas o el Frente Popular para la Liberación de Palestina o Fatah, que son quienes dirigen y hablan en nombre de la revolución y de la causa palestina. Esos movimientos mandaban gente a Siria a pelear contra el pueblo.
Por eso, en este debate con los jóvenes palestinos, salió a la luz la traición de estas direcciones, las cuales incluso están armadas. Ellas dicen tener sus armas a favor del pueblo, pero lo que hacen es impedir que el común de la gente se arme e impedir la lucha del pueblo palestino, para terminar entregando la causa palestina.
En Siria, luego del inicio de las movilizaciones en Daraa, que fue donde comenzaron las marchas de la revolución siria en 2011, se empezaron a dar movilizaciones en Homs. Eran movilizaciones espontáneas donde nadie se coordinaba con nadie. Solo entre algunos por teléfono para encontrarnos y de ahí fuimos creciendo en cantidad de personas, que íbamos saliendo casi espontáneamente de nuestros hogares. Siempre marchábamos hacia el mismo lugar, que era el centro de la ciudad. Las marchas eran pacíficas.
El gobierno de Bashar respondió a esas marchas en un primer momento con balas de goma y gases lacrimógenos, como en los países de occidente. Después fueron metiendo gente de civil al interior de las movilizaciones, y entre 5 ó 6 agarraban a algún desprevenido y le pegaban piñas, patadas y a los golpes le sacaban los ojos.
Cuando empezamos a ver que el régimen hacía un despliegue enorme de sus fuerzas de represión, hicimos una movilización pacífica a una comisaría y pudimos recuperar armas que estaban en poder de la policía en favor de todo el pueblo. De esa manera, un grupo de jóvenes salimos a proteger las movilizaciones.
Sin embargo, no nos animábamos a mostrar las armas y mucho menos a usarlas. Las escondíamos y las teníamos por precaución.
Un día, el régimen comenzó a responder nuestras movilizaciones con balas. Veíamos que cada día moríamos más de nosotros. Un día eran 10, otro día eran 20, luego 30. Pero nosotros no nos animábamos todavía a usar las armas.
Empezamos a coordinarnos entre varias ciudades, Homs con Hama, Daraa, etc. y nos propusimos salir todos armados a proteger las movilizaciones. Así pudimos liberar casi el 80% de todo el país, llegando incluso a tomar el 90% de la ciudad de Damasco, que es la capital.
Pero quiero hacerles llegar a ustedes un error que cometimos, para que puedan aprender del mismo y no lo cometan. No teníamos un programa. No sabíamos qué hacer. Teníamos el 80% de Siria en nuestras manos. Dejamos un montón de almacenes de armas sin tomar, porque pensamos que habíamos ganado. No habíamos coordinado con nadie para crear hospitales de campaña. No podíamos ofrecer una resistencia real porque no teníamos un programa real al cual seguir.
Para cerrar, quiero mandar un saludo enorme desde Idlib, desde los muros destrozados donde Aziz al Asmar pintó la bandera de Colombia con un cartel que dice “De Siria a Colombia, una sola revolución”. ¡De todo Medio Oriente a Colombia, una sola revolución!
Creo que es el momento de armar comités de autodefensa, de coordinarlos, que cada uno de los barrios ponga 50 compañeros armados, así, cuando salen las bandas fascistas, pueden defenderse de esas personas o hacer ataques esporádicos si así lo requieren, por ejemplo, a comisarías. Hay que estar un paso delante de ellos con la coordinación y los comités de defensa, alejados, si es posible, de las movilizaciones, para que no corran balas entre las masas y los comités de defensa. De a poco, cuando estos comités de defensa vayan creciendo y la policía vaya retrocediendo, hay que llegar al armamento generalizado.
Cierro con estas palabras, y gracias por haber escuchado.
Abu Muad: Estas fueron en pocas palabras la experiencia adquirida, luego de diez años, por los camaradas dentro de Siria. Como resumen, creo que nos dejan la enseñanza de poder coordinarnos entre nosotros, sobre todo los camaradas que están en Colombia. Se necesita mucha coordinación entre los que luchan, según los compañeros de Siria, para poder avanzar por lo menos a defenderse de este ataque feroz que ha lanzado la burguesía en Colombia.
Aparte de la coordinación, hay que tener en cuenta que hay que tener en claro un programa, porque puede llegar a sucederles lo mismo que les sucedió a los jóvenes de Siria, que en un momento vieron que en sus manos tenían el 80% de una nación, pero lamentablemente la crisis de dirección llevó a que no se haya podido tomar el poder y se retrocedió, lamentablemente, porque el régimen seguía vigente y fue apoyado por el imperialismo a nivel mundial, como así también por las direcciones traidoras de las que hablaba Yezen Al Homsi. Estas direcciones fueron las que se encargaron de hablar en nombre de la revolución, pero para tirarle tiros por la espalda.
Este es nuestro humilde aporte, de parte de los camaradas que hemos estado en Siria. Quedamos a disposición suya. Ha sido un honor.
Saludo de los compañeros de Cali a los compañeros de Siria
Alberto: A los compañeros de Siria queremos darles un saludo caluroso desde Colombia. Hemos aprendido muchísimo de ustedes. Ustedes son una escuela y una gran enseñanza para nosotros, para lo que estamos viviendo.
Nosotros les rendimos un homenaje a ustedes por lo que han hecho y lo que han luchado. Queríamos decirles que estamos con ustedes; que los acompañamos; que siguen siendo nuestros referentes; que tomamos muy en serio lo que ustedes han planteado y la lucha que ustedes han desarrollado.
¡Gracias compañeros de Siria! ¡Que viva la revolución siria!
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