Colombia - 15 de junio de 2024
Colombia y el papel de Chiquita Brands International = United Fruit Company:
Comandar a sangre y fuego el saqueo de Colombia desde hace casi un siglo
La justicia yanqui intenta lavar la cara de la masacre en Colombia con una multa… ¡Hipócritas!
El pasado 10 de junio, luego de 17 años, un jurado de Florida encontró a la empresa bananera Chiquita Brands International, antes llamada United Fruit Company, como responsable de financiar a grupos paramilitares colombianos miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC- responsable de los asesinatos en la zona de Urabá y debe pagar a 8 demandantes una indemnización por US$2,7millones. En 2007 la empresa ya había reconocido ante las autoridades gringas, que pagó dineros a las AUC y tuvo que pagar una multa de US$27millones.
Las tropelías de las transnacionales imperialistas norteamericanas en Colombia:
Hace casi un siglo Chiquita Brands encabeza el saqueo de la nación en base a contrarrevolución y masacres
La United Fruit Company -UFC-, fundada en 1.870, llegó a Colombia hace casi un siglo, manteniendo una larga presencia en el mercado colombiano hasta su cese de operaciones en el 2004. Fue en este periodo que se inicia un momento caracterizado por la injerencia de estas multinacionales en las actividades políticas de los gobiernos de turno en el país. Las condiciones de trabajo en sus plantaciones eran precarias, contratos a través de terceros, pagaba por día, no siempre había trabajo para todos, las condiciones de salubridad en los campamentos eran pésimas, sin ventilación, ni duchas o retretes, ni agua potable. Hubo huelgas de trabajadores en 1910, 1918 y 1924, pero la gran huelga estalló en 1928, durante la cual, cuando la empresa presionó al gobierno, para que a un mes de huelga general de sus 25.000 trabajadores, en la que se paró por completo la producción y exportación del banano, se reprimiera con el ejército a los huelguistas y a sus 15 sindicatos (de obreros, junto a organizaciones de colonos, braceros y campesinos), terminando en la “MASACRE DE LAS BANANERAS”, el 5-6 de diciembre del año 1928, cuando el ejército dispara contra una reunión pacífica de millares de huelguistas, terminando en un baño de sangre con aproximadamente, 3.000 muertos y heridos en el municipio de Ciénaga, cerca de Santa Marta, en la costa Atlántica de la zona fronteriza con Panamá. Se estimaba que había unos 150.000 obreros dedicados al negocio bananero de la UFC, en esta región del Caribe colombiano, para el año del conflicto, era el tercer productor de banano en el mundo, como exportador, del 7% del total de exportaciones del país y una de las mayores fuentes de empleo del Caribe. La UFC, desarrolló además operaciones en Nicaragua, donde fue enfrentada por Augusto Sandino, Jamaica, Cuba, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Honduras, y Guatemala, con unas 1.400.000 hectáreas cultivadas en banano, la cual denominaban su “República Bananera”, apoyada además con su propia empresa encargada del transporte marítimo a nivel mundial.
La United Fruit Company -UFC-, después de su quiebra, en la década de los 70´s, se reorganizó como CHIQUITA BRANDS INTERNATIONAL -CBI-, desde finales de la década de los 90´S hasta el 2004, los registros indican que altos directivos de la empresa matriz en EEUU tenían conocimiento de los pagos de su filial en Colombia realizados a las AUC, grupo paramilitar responsable de miles de asesinatos, desapariciones y otros crímenes.
A Chiquita se le ha ordenado pagar un total de US$38,3 millones a familias víctimas de las AUC, según el Proyecto Mapping Militants de la Universidad de Stanford. En 2007 la empresa ya había reconocido ante las autoridades gringas, que pagó dineros a las AUC y tuvo que pagar una multa de US$27millones. A estos asesinos, los jueces yanquis le quieren lavar su ropa llena de sangre con un par de monedas. Hay que expropiar sin pago a los jefes de las bandas asesinas de los paramilitares colombianos y de los gobiernos del capital que se reportan a los centuriones de las bases yanquis. Los canallas stalinistas y sus jefes de La Habana hicieron el plan de paz e impusieron la “Paz de los Cementerios”.
ORIGEN DEL PARAMILITARISMO
Fue con la llegada de Alvaro Uribe Vélez, primero, a la Dirección en Antioquia, de la Aeronáutica Civil, encargada de autorizar permisos de vuelo y rutas para aviones, que Uribe Vélez entra al servicio del cartel de Medellín, bajo el mando de Pablo Escobar, luego, el mismo Uribe Vélez como gobernador de Antioquia, impulsa inicialmente allí y luego a nivel nacional, la constitución de grupos de autodefensa campesinos, llamadas CONVIVIR, para protegerlos de las actividades delictivas y de guerrilleros, pero estas organizaciones fueron tomadas por los campesinos ricos y los narcotraficantes, que las usaron para sus propios fines.
Una de las masacres más graves, la del corregimiento EL ARO, en el municipio de Ituango, en Antioquia, del 22 al 31 de octubre de 1997, realizada por unos 150 paramilitares del BLOQUE MINEROS de las AUC, en la cual mueren 17 campesinos pobres indefensos, cuyas familias o de otros más, fueron despojados de sus tierras y expulsados de su territorio. Se ha señalado que el helicóptero de la gobernación de Antioquia de Uribe Vélez, estuvo presente en la zona durante la masacre. En este corregimiento antioqueño hasta el día de hoy, se han indemnizado a cerca de 2.200 víctimas del conflicto armado. Entre 1997 y el 2004, la CHIQUITA BRANDS, pagó a grupos paramilitares, y permitió que utilizaran sus puertos para el transporte de armas para los mismos, como el famoso caso del barco OTTERLOO en el 2001, que trajo a Turbo armas (8mil fusiles AK47 y 5 millones de municiones) desde Nicaragua, hasta el embarcadero El Zungo de Banadex SA (Filial de Chiquita Brands en el Urabá antioqueño) para Carlos Castaño, posteriormente esas armas llegan hasta el Bloque Norte, al mando de Salvatore Mancuso. Ese desembarco de armas, sumado a la financiación fijada de tres centavos de dólar por cada caja de banano exportada, desemboca en crímenes contra centenares de familias campesinas en todo Colombia. El entonces jefe paramilitar Carlos Castaño admitió públicamente que este hecho se consistía en “su mejor gol”. La mayoría de estas armas nunca fueron entregados como parte del proceso de desmovilización paramilitar realizado entre 2003 y 2006. El 16 de enero de 2008 la continuación de estos crímenes patrocinados e impulsados por Chiquita Brands International quedó al descubierto cuando la policía nacional incautó a la organización paramilitar del “desmovilizado” Daniel Rendón Herrera, alias “Don Mario”, hermano mayor del ex jefe paramilitar Freddy Rendón Herrera, alias “El Alemán”, 47 fusiles AK-47 que al parecer provenían del mismo barco OTTERLOO.
Otra zona colombiana de acción criminal paramilitar, es el Oriente del país, denominada Llanos Orientales, limítrofe con Venezuela y Brasil, en donde desde julio de 1997, aviones militares provenientes de la zona bananera de Urabá, llevan más de 100 paramilitares al mando de Carlos Castaño, jefe de las AUC, hasta Mapiripan en límites entre los departamentos Guaviare y Meta, zona de amplia presencia de las FARC, recibidos y transportados en vehículos militares, los primeros en llegar fueron los de la CONVIVIR “Costa Azul”, de Dairo Antonio Usuga David, alias “OTONIEL”, todos ellos recibían ordenes de mercenarios israelíes. Primero llegaron a la zona urbana y se expandieron a la rural, iniciando una masacre llegando a las casas y, listado en mano, sacaron a quienes en su criterio eran guerrilleros o colaboradores de la guerrilla, los llevaban al matadero municipal donde tras torturarlos, los asesinaron. Se habla de descuartizamiento, decapitaciones y luego eran lanzados a los ríos, aun es un misterio la cifra de víctimas mortales hoy día. En el 2002, con el ascenso de Alvaro Uribe Vélez a la presidencia, este grupo se enfrenta en una guerra zonal, al sur del Casanare, con otros grupos de autodefensa paramilitar de las CONVIVIR, conocidas como los “BUITRAGÜEÑOS”, oriundas de la zona, venciéndolas luego de dos años de combates, donde cientos de jóvenes fallecieron, obligados a luchar bajo el mando de ambos bandos, que controlaban la producción, transporte y comercialización de la marihuana y la cocaína, hacia Venezuela y Brasil, en los departamentos de Casanare, Arauca, Vichada y Guainía hasta el día de hoy, cuando sus actividades son controladas por el CLAN DEL GOLFO.
El gobierno de colaboración de clases de Petro deja intactas las superganancias del saqueo imperialista en Colombia… Un lacayo de la Chiquita Brands
El gobierno frentepopulista de Gustavo Petro, se clarifica cada día más como, el lacayo de izquierda de la Chiquita Brands International y los banqueros imperialistas, plantea su discurso de “reconciliación”, mientras el imperialismo continúa saqueando. No habrá paz. Ni justicia. Ni independencia nacional sin revolución socialista que expropie a los capitalistas y banqueros y rompa con el imperialismo. El paramilitarismo mantiene hoy su accionar, apoyado por los carteles mexicanos de narcotráfico, en complicidad con sectores de las Fuerzas Militares y de Policía, en su disputa con los desmovilizados o disidencias guerrilleras en la producción, manejo y comercialización de insumos y producto final, manteniendo al campesinado esclavo de esta actividad.
Con los levantamientos de masas de 2021 en Colombia sus clases explotadas buscaron una salida revolucionaria. También ardían el Ecuador, Chile, Bolivia, Perú, dando los primeros pasos de la verdadera revolución latinoamericana encabezada por obreros y campesinos. La traición vino por parte de la estafa de la “Revolución Bolivariana” de los Castro, los Chávez, etc. Y luego la política de cantos de sirena de la izquierda gringa con las burguesías pro-yanquis del continente que se pintaron de pacifistas. Colombia fue otro laboratorio de traiciones de la revolución en el subcontinente. La traición y entrega de las guerrillas castro-estalinistas, buscando LA PAZ TOTAL, o PAZ DE LOS CEMENTERIOS, no ha disminuido la masacre contra los campesinos pobres, las comunidades indígenas y negritudes del campo colombiano.
Ahora, se levanta la juventud rebelde en EEUU por Palestina como ayer en Vietnam. Pero ahora POR TRAICIÓN DE LOS DIRIGENTES las masas latinoamericanas ya no están en el centro del combate. El hambre, el saqueo y las masacres se han profundizado. El FMI y las transnacionales mantienen su control del “patio trasero” yanqui, gracias a gobiernos como los de Petro, Lula, Boric, Díaz Canel, Maduro. Los estalinistas y renegados del trotskismo entregaron la revolución americana, les privaron a los obreros de América Latina pelear junto a sus hermanos de EEUU, y ahora, la Chiquita Brands International, se lava la ropa. ¡Traidores!
Solo la IV Internacional y la FLTI continuando su legado, combate contra esta entrega en el continente americano. La revolución en el continente culminará con la expropiación de la oligarquía financiera de las 8 manzanas de Wall Street. Allí se controla a las transnacionales, los trusts y los ejércitos imperialistas genocidas que masacran hoy en Palestina.
El que le entrega la uña más pequeña del dedo meñique al stalinismo, será cómplice de estas traiciones y de la que ha coronado la entrega: la restauración capitalista en Cuba. ¡Traidores! ¡Miserables! ¡En nombre del trotskismo ¡NO! DE ESO NOS ENCARGAREMOS NOSOTROS.
Cheo N., por el COLECTIVO UTOPIA LA PALABRA de Colombia, integrante de la FLTI |