COLUMNA DE OPINIÓN
16 de junio de 2021
Benito Toribio Morales, autor del libro "Lecciones de la Revolución Española"
Recomendando libros
Mis lecturas de la primera mitad de 2021
(Libros sobre la revolución española, la contrarevolución estalinista del PCE y la NKVD en los 30 en el Estado Español y la represión de los trotskistas en la Unión Sovietica de Stalin)
No todo es praxis militante, la teoría es imprescindible. Y el ocio también lo es. Y más si lo uno está conectado con lo otro. El placer de la lectura...
Acabé 2020 leyendo sobre la Italia de los años 20 del siglo pasado para profundizar en algunos aspectos históricos para una charla que di en enero sobre la traición de Gramsci y para refutar la falsificación neoestalinista de algunos ex-trotskistas que dicen que hay convergencias entre Trotsky y el estalinista Gramsci.
Entrado ya en 2021 mis lecturas han vuelto a la España de los años 30, más en concreto a algunos aspectos relacionados con la revolución y guerra civil española que no toqué en profundidad en el libro "Lecciones de la Revolución española". También me he dedicado a leer sobre la represión a los trotskistas en las cárceles y aisladores de Stalin en la URSS. Sobre esto último estoy colaborando en un próximo libro. Por cierto, también estoy colaborando en otro proyecto de libro sobre lo que me he referido más arriba, contra el estalinista Gramsci desde el trotskismo principista.
Voy a recomendar los libros que aparecen en las fotos de este post, libros que he leído durante estos seis primeros meses de 2021. Y lo haré agrupándolos en tres bloques:
A) Sobre los comités revolucionarios en la revolución española en la guerra civil
Los órganos de la revolución española que detuvieron el golpe de estado franquista de julio del 36 y organizaron la sociedad sobre nuevas bases con colectivizaciones en la cuidad y en el campo fueron los Comités revolucionarios.
Como reacción al golpe fascista de 18 de julio de 1936, se desencadenó una revolución obrera en la que la clase obrera se armó, dejando de existir la legalidad vigente, la República burguesa. Los Comités de los trabajadores llevaron a cabo colectivizaciones en muchos lugares de la zona “republicana”. Esto lo trata muy bien “La Revolución de los Comités (junio-diciembre 1936)” de Agustín Guillamón y “Los Colectivizadores” de Víctor Alba. La Revolución del 19 de julio hizo estallar el régimen capitalista republicano. Tras el 19 de julio el futuro dependía de la confrontación entre la revolución obrera triunfante y la voluntad del Frente Popular, liderada por la burguesía republicana y los estalinistas del PCE, de reconstruir el estado burgués, es decir de volver a la situación de antes del 19 de Julio. Fue, por tanto, una lucha entre revolución y contrarrevolución. “La Guerra del Pan (diciembre 1936 - mayo de 1937)” hace un relato exquisito de esta lucha. Mientras acaecía esto en la zona "republicana", los revolucionarios estaban combatiendo al fascismo con milicias revolucionarias. Los comités de defensa fueron el núcleo de las milicias que confrontaron al franquismo pero su origen era muy anterior, como explica “Los Comités de Defensa” de Agustín Guillamón. Leyendo este libro se da cuenta uno de que sin esta preparación previa la revolución del 19-J no hubiera triunfado en la zona donde se consiguió parar el golpe, de hecho, en las zonas donde triunfaron los militares fascistas en 18 de julio, los Comités de defensa no estaban desarrollados.
En estos cuatro libros se trasluce que las traiciones de Stalin, del PCE y del Frente Popular jugaron un rol crucial para las derrotas de estos Comités revolucionarios que dio paso a la derrota de la revolución, de la guerra y, como consecuencia, a una cruenta dictadura fascista de 40 años. La clave está en que el Frente popular ideado por Stalin hizo lo posible para que no se pudiera destruir los pedazos que quedaban de la República capitalista, que finalmente acabó reconstruyéndose gracias a la acción política del bloque frentepopulista republicano-estalinista.
Estos comités revolucionarios también plantearon su resistencia a la contrarrevolución estalinista en mayo del 37. Contra estos comités desde el primer momento luchó el PCE estalinista en su afán de reconstituir el estado burgués republicano. Para ello tenía que derrotar la revolución encarnada en estos comités. El libro “Barcelona, mayo 1937” de Agustín Guillamón relata día a día todas las Jornadas que acabaron en derrota no solamente por el accionar contrarrevolucionario del PCE estalinista sino también por la capitulación de las direcciones reformistas de los anarquistas de la CNT y los ex-trotskistas del POUM.
Tras las Jornadas de mayo del 37, el propósito principal del Gobierno Negrín, controlado por Stalin y el PCE, era acabar definitivamente con los comités revolucionarios potenciando el estado burgués republicano, especialmente cruel fue la disolución del Consejo de Aragón a manos de las tropas del estalinista del PCE Líster.
Este gobierno acabó también con las milicias obreras potenciando el Ejército Popular burgués. Las armas que enviaba la URSS de Stalin, más que estar destinadas a combatir al ejército franquista, fueron utilizadas contra estas milicias revolucionarias del campo republicano.
La contrarrevolución estalinista acabó con las colectivizaciones creadas por estos Comités, es decir, el gobierno del Frente Popular de Negrín expropió a la clase obrera entregando las tierras y fábricas a sus antiguos propietarios, burgueses y terratenientes. En suma, el éxito contrarrevolucionario de Negrín y Stalin fue hacer retroceder la revolución obrera que en el campo y la ciudad había tenido lugar desde el 19 de julio del 36. Esta última etapa se relata en varios de los libros que voy a comentar en el apartado siguiente.
B) Sobre el papel contrarevolucionario del estalinismo en la guerra civil española
Tras más de una década de búsqueda he conseguido por fin estos tres primeros libros que menciono en este segundo bloque, el primero de los cuales es el libro de Burnett Bolloten “El Gran Engaño”, obra precursora de su amplia ”Guerra civil española. Revolución y contrarrevolución" (mastodóntico libro de 1.200 páginas que es de lo mejor sobre la revolución española, solo superable por el imprescindible tridente "Jalones de derrota, promesas de victoria" de Grandizo Munis, "Revolución y contrarrevolución en España" de Felix Morrow y "El Frente Popular abrió las puertas a Franco" de M. Casanova). Se puede decir que su "precuela" es "El gran engaño", que trata el proceso de infiltración de los servicios secretos estalinistas con su policía política la NKVD, y de cómo así el PCE acaba controlando todos los resortes del estado republicano. Se detalla el carácter contrarrevolucionario burgués del PCE en la guerra civil, el cual, apoyándose en los sectores asustados por la revolución, rescató las viejas instituciones republicanas, poniéndolas al servicio de una restauración capitalista en contra de la revolución del 19-J, para lo cual se valió del terror represivo contra los revolucionarios. Se ve bien claro leyéndolo que Stalin mató por la espalda a la vanguardia revolucionaria en la Guerra Civil.
El papel que desempeñaron Stalin y el PCE en la Revolución y Guerra civil española fue la de recomponer el estado burgués y acabar con la revolución mediante la táctica ideada por Stalin de Frente Popular en el que hay un sometimiento de la clase obrera a una fracción de la burguesía.
En esta obra se explica que la razón de por qué fueron los estalinistas del PCE los grandes defensores del Frente Popular está en la orientación de la Internacional Comunista, estalinizada ya totalmente en los años 30, hacia las “democracias capitalistas” y en los pactos de coexistencia pacífica de Stalin con ellas. Explicando todas las intrigas internacionales, Bolloten relata cómo Stalin utilizó a los Partidos Comunistas para ahogar revoluciones en países capitalistas y dar signos claros a Francia e Inglaterra de que los Partidos comunistas eran los mayores defensores de la Democracia burguesa. No hay ninguna duda de que Stalin y el PCE ahogaron la revolución y de que la liquidación de la revolución fue la que conducirá en última instancia a la pérdida de la guerra frente a las tropas franquistas.
El Gobierno Negrín-Stalin fue el gobierno de la contrarrevolución, el resultado de la derrota de la clase obrera en las Jornadas de mayo. Stalin se había salido con la suya, satisfizo los intereses internacionales contrarrevolucionarios del capitalismo contra la revolución obrera. Stalin consolidó el estado capitalista republicano.
Otros dos libros que he encontrado tras una ardua búsqueda son las obras del estalinista arrepentido, Jesús Hernández (ministro del PCE con Largo Caballero y con Negrín y miembro de la ejecutiva de la Internacional Comunista en tiempos de Stalin) que desvela, reconociéndose arrepentido y entonando su mea culpa, todo el papel contrarrevolucionario de los estalinistas en la guerra civil en sus obras “Yo Fui Ministro de Stalin” y “En el País de la Gran Mentira”. Hernández narra cómo España fue un peón en el tablero de ajedrez de Stalin y cómo el PCE traicionó la revolución de mano de los tovarichs enviados por Stalin. Jesús Hernández fue el primero en desvelar todo el complot contra el POUM y el asesinato de Andreu Nin. Confiesa el robo del oro de Moscú por parte de Stalin, la falsa ayuda militar chantajista desde Moscú, la traición a Largo Caballero y su sustitución por Negrín, controlado por los estalinistas, etc. Hernández relata detalladamente lo significativo del papel que tuvo Stalin en la Guerra Civil Española. Mientras que Mussolini y Hitler intervinieron de parte de la zona franquista el 24 y 25 de Julio, es decir 5 días después del inicio de la Guerra, Stalin no intervino hasta octubre, 3 meses después, cuando se daban ya los pasos hacia la reconstrucción del poder burgués y se empezaba a aplastar en la zona republicana la revolución obrera.
En obras como estas se explica que Stalin condicionó su intervención al aplastamiento de la revolución, de la que fue su principal verdugo en el seno de la zona republicana. Hernández sostiene, como en otros libros que he mencionado, que la misión de Stalin era frenar la revolución para demostrar a Francia e Inglaterra que eran defensores de la propiedad y la legalidad de la república burguesa. Se explica en el libro que Stalin sólo daba armas a las milicias que se reconvertían en Ejército Popular, al servicio de los que quería reconstruir el poder burgués. En cuanto a las Brigadas internacionales se explica cómo Stalin las introdujo (tarde) y las retiró (prematuramente) según le convenía en su juego europeo coqueteando con Hitler y con Inglaterra y Francia alternativamente. La "ayuda" de Stalin a la República no fue desinteresada. Stalin la abandonó cuando le convino.
En el segundo tomo Jesús Hernández narra su etapa en la URSS tras la Guerra civil y su profundo desengaño con la degeneración dictatorial de la revolución a manos de la casta burocrática de Stalin. Y cómo consigue huir de la URSS y su abandono del Estalinismo y del PCE.
Otra obra de otro estalinista arrepentido es la del líder militar Valentín González (El campesino) “Comunistas en España y Antiestalinistas en la URSS”. El libro es una confesión en el mismo contexto de los libros anteriormente mencionados. El Campesino fue parte del engranaje junto a los agentes policiacos y comisarios políticos de Stalin, los "consejeros" rusos. Como personalidad militar, El Campesino en España combatió en última instancia contra la revolución, igual que el siniestro Lister, y reprimió a los revolucionarios. Al término de la guerra civil se exilió a la URSS y allí, de no haber huido in extremis, se hubiese convertido en víctima de los mismos servicios represivos de Stalin que le recluyeron en campos de trabajos forzados. El Campesino contribuyó con este libro a difundir la represiva realidad del régimen dictatorial en la URSS con Stalin en el poder.
En estos cuatro últimos libros mencionados se puede ver como una evidencia apabullante la creciente infiltración y dominio estalinista durante los gobiernos de Negrín. De esta manera, gracias a Stalin los estalinistas del PCE en unos meses consiguieron hacerse con el control político de las instituciones republicanas frente a las fuerzas hegemónicas hasta el inicio de la guerra civil de la izquierda, los anarquistas, los socialistas y los republicanos. Tras la fachada de las instituciones democráticas, una vez derrotada y reprimida la revolución, convirtieron la España republicana de la Guerra civil en un Estado policial, prácticamente de un solo partido totalitario, el PCE.
A las mismas conclusiones llega Justo Martínez Amutio en su libro “Chantaje a un Pueblo”. Amutio era un socialista de izquierdas del sector caballerista del PSOE, partido que a pesar de su reformismo estaba situado en aquella época mucho más a la izquierda que el PCE, que se alineaba con el sector prietista-negrinista del PSOE. En sus relatos de sus años en la Guerra como Gobernador de Albacete aparecen predominantemente descripciones de las acciones perpetradas por los comisarios políticos de Stalin, explicando la infiltración de los asesores soviéticos y sus consecuencias en el robo por Stalin del oro de Moscú. Desde el plano militar Amutio detalla la tardía, limitada, y carísima "ayuda" militar de Stalin basada en la presión y coacción a los españoles. Hasta tal punto llega el quehacer estalinista que el Servicio de Investigación Militar, el Ejército y la policía estaban en manos del PCE y los técnicos y consejeros enviados por Stalin desde la URSS. Estos eran los resortes de la represión junto a la NKVD o GPU, policía política estalinista enviada desde Moscú. En las cárceles de la zona republicana había más revolucionarios que fascistas. La actividad de las checas extraoficiales de los estalinistas contribuyó a ello.
Todos los aspectos represivos mencionados más arriba se narran en “El Terror Estalinista en Barcelona 1938” de Agustín Guillamón. Además, incluye el relato a los juicios a los líderes de los trotskistas de la Sección bolchevique-leninista de España. En la misma tónica de enumeración de aspectos represivos del estalinismo está el libro “Los Verdugos de la Revolución Española (1937-1938” de Katia Landau, compañera del poumista Kurt Landau, asesinado por los estalinistas en España. Relata su asesinado al igual que el de otras víctimas como los líderes trotskistas Erwin Wolf y Moulin, el anarquista Berneri o el poumista Andreu Nin. En ambos libros la base está en que tras las Jornadas de mayo del 37 para aplastar definitivamente la revolución el Gobierno Negrín-Stalin se sirvió de una represión atroz. Además de los asesinatos de los revolucionarios, el POUM fue sometido a un proceso judicialmente de ilegalización similar a los que Stalin estaba llevando a cabo en Moscú en aquellos años contra la vieja guardia bolchevique que había hecho la revolución de octubre de 1917.
Para acabar con este bloque de libros he releído algunos extractos de “Contra el Estalinismo” del ex-poumista Julián Gorkin referentes a su crítica del totalitarismo estalinista y los métodos de Stalin en España y las jornadas de mayo y sus consecuencias, en concreto sobre el asesinado de Andreu Nin. En esta obra Gorkín hace una reflexión sobre el papel del estalinismo en la revolución, destacando la dependencia del PCE respecto de los intereses de la diplomacia del Kremlin y en su intento de conquistar el Estado republicano burgués, que estaban reconstruyendo para parar la revolución, a través de una infiltración totalitaria en las instituciones principales del aparato administrativo hasta el punto de que detrás de la fachada democrático-republicana había un auténtico control estalinista del poder.
Al igual que en los libros comentados anteriormente, Gorkin relata cómo el estalinismo del PCE y sus adláteres soviéticos realizaron una auténtica conquista del Estado republicano burgués, a partir de la caída del Gobierno Largo Caballero en mayo de 1937.
Gorkín indica que los estalinistas utilizaron su influencia en el Estado para aniquilar o someter a las restantes fuerzas políticas republicanas, de este modo se apoderaron del Ejército, de la policía y de los medios de comunicación para consolidar la derrota de la revolución española.
C) Sobre la represión contra los trotskistas en los campos de concentración políticos de la URSS de Stalin
La vieja guardia del partido de Trotsky y Lenin que hicieron la revolución de 1917 y sus jóvenes seguidores de la siguiente generación estaban en los años 30 perseguidos por la casta burocrática encabezada por Stalin que había usurpado el poder elevándose por encima de la clase obrera. La vanguardia obrera que estaba resistiendo desde la cárcel, eran los auténticos revolucionarios que habían tomado el poder en el año 1917 y no sucumbieron ante los chantajes, las purgas, las torturas y los asesinatos de Stalin. En el libro “Comunistas Contra Stalin” de Pierre Broue se narra la trayectoria de los oposicionistas trotskistas desde la muerte de Lenin, la configuración de la Oposición Izquierdas y su extensión, pasando por su purga, destierro, exilio y confinamiento en cárceles, hasta el fusilamiento por los estalinistas en los campos de Vorkuta y Kolyma. Es extraordinaria la descripción de la lucha de los bolcheviques-leninistas que hace Broue. Transmite fielmente que estos trotskistas eran la fracción de izquierda de los soviets, el sector de obreros que no se resignaba a entregar la victoria de la revolución socialista y que quería continuar peleando por la revolución europea.
Este libro está en total simbiosis en su parte final con “Samizdat (Voces de la Oposición Soviética)”, recopilado por George Sanders, dentro del cual está "MEMORIAS DE UN BOLCHEVIQUE-LENINSTA", sobre las cartas de los trotskistas en las cárceles de Stalin. Samizdat es el nombre del procedimiento basado en la copia y distribución clandestina de literatura prohibida en el régimen estalinista.
Los disidentes trotskistas, que trata Pierre Broue en su obra y que compila George Sanders en la suya, lograban sortear dentro de las cárceles la fuerte censura política estalinista con estas autopublicaciones clandestinas a mano, de hecho, Samizdat significa "autopublicación" en ruso. Los Samizdat incluyen prensa subterránea, boletines internos políticos, cartas desde la cárcel con análisis políticos bajo la censura de un estado policial que imponía severas penas de cárcel en el Gulag a toda publicación que cuestionase al régimen. Las cartas eran periódicos y documentos de los bolcheviques en la resistencia. Destaca la carta "MEMORIAS DE UN BOLCHEVIQUE-LENINSTA" que es un testimonio en primera persona de un cuadro de la Oposición de Izquierda desde el comienzo de su formación, pasando por Verjne Uralsk hasta Vorkuta. En esta carta se relatan diversas anécdotas donde se van ilustrando la conformación y evolución de la Oposición de Izquierda.
De un modo paralelo a lo que he comentado sobre la Guerra civil española, en el caso de la URSS también hay arrepentidos que decidieron dar su testimonio y exponer sus vivencias revelando todo el papel contrarrevolucionario de los estalinistas. Un ejemplo de esto es “El País de la Mentira Desconcertante” de Ante Ciliga. Ciliga era un joven estalinista yugoslavo que viajó a la URSS y sufrió una gran decepción con la degeneración de la revolución rusa. En Rusia fue arrestado por la GPU y estuvo en las prisiones estalinistas de Leningrado, Cheliábinsk, Verkhne Uralsk y en Siberia. Tras su experiencia, Ciliga gira políticamente acercándose al trotskismo. Finalmente consigue escapar de la URSS. Ciliga relata la cotidianeidad de su paso por la URSS, la opresión de los obreros, los privilegios de los burócratas, condiciones en las prisiones, los trabajos forzados y las huelgas de los presos.
En estas tres obras se ve la profundidad del pensamiento irreductible de los trotskistas encarcelados, que tenían un programa para la clase obrera para la que planteaban desde la cárcel que los trabajadores soviéticos debían ser conscientes de que, para que no sea aplastada la Unión Soviética, era necesario que la clase obrera alemana tome el poder en su país. Por eso llamaban a los obreros y a los soldados del Ejército Rojo a sublevarse contra Stalin, a reagrupar las fuerzas y llegar a las puertas de Alemania, para que así la clase obrera alemana supiera que contaran con las fuerzas de los trabajadores soviéticos para aplastar a Hitler.
Los escritos de los militantes que, recluidos en las prisiones de Stalin, enfrentaban al régimen estalinista levantando un programa alternativo para la URSS en los años 30, a pesar de las dificultadas de su confinamiento represor, contra el que hacían huelgas de hambre y protestas. Casi todos los trotskistas de los aisladores encontraron su fin en los campos de Vorkuta donde fueron físicamente exterminados en 1937-1938 por el estalinismo.
Para complementar estas lecturas he releído algunos extractos de “Archipélago Gulag” de Alexandr Solzhenitsin, increíble relato del entramado de prisiones y campos de concentración estalinistas en la URSS. Esta obra es una denuncia del sistema de represión política basado en la propia experiencia de Solzhenitsyn y la de más de dos centenares de testimonios orales de aquellos compañeros de campos de concentración, prisión, trabajo y "reeducación" (Gulag) que le contaron la historia de sus vidas. En este libro se disecciona el proceso de detención y las torturas practicadas para "confesar" lo que no se había hecho.
Solzhenitsin mantuvo el texto en secreto hasta que en 1973 cuando una copia del manuscrito cayó en manos de la policía secreta de la KGB y la portadora del texto, su secretaria, "se ahorca" tras haber sido torturada en un interrogatorio. Solzhenitsin decidió que ya no tenía sentido mantenerlo en secreto, y lo publicó en París.
Los tentáculos de Stalin no solo eran locales en el interior de la URSS. Como vimos llegaban hasta el estado español en plena guerra civil, pero hasta cruzaban el Atlántico, hasta el mismo México, refugio de León Trotsky. De eso trata “Los Gangster de Stalin” de Trotsky, que relata el fallido primer atentado en México con los documentos que en propio Trotsky preparó en su defensa de la acusación de que fue un atrevido fingido. También explica las polémicas con la prensa controlada por el estalinismo que le acusaba de haber fingido el atentado.
Esta obra es un valioso documento ya que apenas tres meses después el asesino estalinista español Ramón Mercader atentó, esta vez certeramente contra el líder de la revolución de octubre.
Benito Toribio Morales. |