Columna de Opinión - 29 de noviembre de 2022
Eduardo Belliboni: Al precipicio
TODOS QUIEREN UN DICIEMBRE EN PAZ.
¡QUE VUELVA EL MOVIMIENTO PIQUETERO REVOLUCIONARIO QUE LUCHABA POR LOS 21 PUNTOS del Congreso del Norte de Salta!
Por TRABAJO para TODOS y POR UN SALARIO MÍNIMO VITAL Y MOVIL de 260.000 pesos.
Este último 21 de Noviembre, el medio digital MDZ realizó una entrevista a Eduardo Belliboni, principal figura pública del Polo Obrero, en la que señala de manera puntual algunos elementos de la situación nacional, signada por una profunda crisis social, económica y política. En paralelo a ella traza un diagnóstico de la situación que en el cotidiano viven hombres y mujeres, junto a sus familias, en el movimiento de desocupados, que reúne a los más pobres entre los pobres y que los ubica como uno de los grandes perdedores producto de las fabulosas ganancias que amasa la clase capitalista en la súper explotación de la fuerza de trabajo.
Belliboni en dicha entrevista describe un cuadro de la situación general del país, que como mínimo se podría definir que el mismo se encuentra atravesado por la existencia de condiciones objetivamente revolucionarias. Un gobierno perdido y sin rumbo, un gobierno que fracasó y fracasa sistemáticamente aun haciendo un ajuste salvaje como el que encara Sergio Massa, el cansancio de los de abajo que no da para más, la presión de las bases (frente al hambre y los múltiples padecimientos) etc estarían delineando los contornos de la amenaza de un inevitable estallido social (un escenario que de acuerdo a lo señalado por el entrevistador no es del agrado del dirigente piquetero).
Cualquier observador medianamente informado y atento a la realidad social que en nuestro país vive la clase trabajadora, ocupada y desocupada, en este contexto actual, no puede negar que el movimiento de desocupados, junto a algunos sectores ocupados de la clase trabajadora, como los trabajadores del puerto, los de educación y salud, los del neumático enrolados en el Sutna, los del subte de Buenos Aires, etc, ha sido un protagonista de multitudinarias movilizaciones frente al Ministerio de Desarrollo Social en la CABA, con cortes y piquetes en reclamo de sus demandas. Cortes y piquetes definidos por los escribas del capital con la frase “caos en el tránsito”.
Frente a ellos la burguesía y sus partidos han apelado a diferentes fórmulas para sacar a los hambrientos de las calles y recuperar la “normalidad” en el manejo del espacio público. Desde el tristemente “Cárcel o bala” de Espert apoyado por todo el gorilaje republicano y las clases medias videlistas, hasta los aprietes oficialistas de implementar auditorías a los planes sociales, campañas sucias contra los desocupados y las organizaciones obreras. Todos buscan tener “un diciembre en paz”. Junto con Cristina llamando a saturar las barriadas obreras y populares con gendarmes. ( Dicho en el acta del Estadio en La Plata junto a un llamado a un gran acuerdo nacional, con JXC, las patronales agroexportadoras bendecido por Mr Stanley).
Ante este cuadro de situación, frente al escenario de aguda crisis como el descripto por Belliboni, en la que (según señalara en su momento Lenin, en 1915) el deber fundamental e indiscutible de todo socialista,(y el dirigente del Polo obrero se presenta de esa forma) es “el de revelar a las masas la existencia de una situación revolucionaria (o del conjunto de las condiciones objetivas para que tal situación se desarrolle), explicar su alcance y profundidad, despertando la conciencia y determinación revolucionaria del proletariado, ayudándolo a pasar a la acción revolucionaria, y formar para ese propósito, organizaciones adecuadas a la situación revolucionaria” es decir todo lo que significa sacar las conclusiones prácticas de una caracterización política como la desarrollada en la entrevista ya que como enseña la dialéctica materialista “siempre la verdad es concreta” y se verifica en y a través de la práctica. Por eso la dirección del partido obrero con Crespo y Beliboni se cuidaron en todo momento de impulsar un comité de lucha al que se hubiera sumado Terminal 5. Un camino de unidad para marchar a la CGT para abrir el camino a la Huelga General. De este escenario salvaron al gobierno de los Fernández, Massa y el imperialismo.
No obstante ello, al finalizar la lectura de la nota, no le queda a uno más que un sabor amargo y la conclusión que en boca de Belliboni todo su sesudo análisis no es más que una impostura. Contrariamente a lo que debería constituirse una regla en el desempeño de todo socialista que realmente y hasta el final pelee por la revolución, la destrucción del estado burgués y el “gobierno de los trabajadores” (esta última frase compartida por todos sus socios electorales dentro del FIT-U) Belliboni , al que recordemos no le gustan los estallidos sociales (vaya a saber por qué), se ubica como un consejero del gobierno, un agente de este dentro del movimiento obrero, presto a actuar como un bombero para apagar la chispa que haga arder toda la pradera producto de la cólera y la ira que en los pobres diablos provoca la crisis social. Y es aquí donde queda al descubierto su impostura y se desenmascara su papel de salvaguarda del capital más allá de lo que escriban o digan en su literatura de consumo interno.
Hoy ante la profundidad de la crisis social, el continuo ataque y ajuste del gobierno, la inflación, la carestía de la vida, el hambre y las múltiples privaciones de las masas, “Chiquito” uno de los dirigentes públicos de la izquierda que debe tener mas espacios y minutos en los programas de televisión, producto del protagonismo de un movimiento de desocupados que ganó las calles con sus métodos de lucha, ¿qué le propone como salida a los más pobres entre los pobres?.
Recordemos, y no está de más, que el movimiento de desocupados, el movimiento “piquetero”, nació como tal atacando la propiedad capitalista frente el desastre y derrumbe que significó la híper desocupación en la Argentina de los 90 (Cutral Co, Plaza Huincul, Mosconi, Tartagal) y que en su lucha regó las calles con la sangre de nuestros mártires , ese movimiento de carácter revolucionario, que fue coronado con el congreso del norte de salta de ocupados y desocupados y sus 21 puntos, se puso de pie y se ganó la admiración y respeto de amplias franjas de masas explotadas y oprimidas, que con piquetes y cortes de ruta instalaron formas de lucha que hoy, a casi 30 años de su fundación, son patrimonio de todo sector que quiere combatir contra el estado y los capitalistas.
De vuelta. Frente al hambre, la carestía, la inflación, la desocupación, la represión y todos los etcéteras que se quieran agregar, ¿Qué propone “Chiquito”? (no en sus materiales internos, sino cuando está frente al micrófono de algún canal de noticias o frente al grabador de alguna radio y lo escuchan millones, es decir las grandes masas de “pobres diablos” que buscan una salida frente a la catástrofe social que lleva a millones a la desesperación).
Sin avergonzarse todo su programa, que es el mismo que despliega en la entrevista (que recordemos habla de la existencia de condiciones objetivamente revolucionarias y de la amenaza de un estallido social), se reduce a lo de siempre. “Ampliación de cupos del Potenciar Trabajo, herramientas para los laburantes, comida, mas fideos para los comedores y merenderos” ya que según sus palabras “esto así va a explotar”… “ya que no podemos seguir soportando la presión de las bases que nos piden más soluciones de las que podemos proponer”, “dennos algo más” porque “si no nos dan algo… el tema es que hay millones que no están organizados, esos son los que van a salir a romper todo” advierte a sus jefes Belliboni de una manera vergonzante.
En ese programa en el que mendigan ante la clase capitalista alguna migaja para tranquilizar a las masas, le dicen al gobierno… “Estúpidos”… “Nosotros somos el tabique que banca que esto no reviente”, repitiendo esto una y otra vez, en coro con el conjunto de la burocracia piquetera y la de los sindicatos, garantes de un infame pacto social (de hambre, miseria y represión al pueblo pobre) con el gobierno fondomonetarista y las cámaras empresarias de la industria, la banca y el comercio.
De pelear por el reparto de las horas de trabajo, a luchar por un turno más en todas las fábricas para que todos entren a trabajar, la pelea por un salario mínimo vital y móvil móvil de 260 mil pesos, de abolir el secreto comercial y bancario bajo el cual se ocultan ante los ojos de la clase obrera, la única clase social que genera riqueza bajo el capitalismo, las ganancias de los explotadores, de la nacionalización de la banca y del comercio exterior, de la expropiación de los capitalistas, del control obrero en la producción, de los piquetes de obreros armados, altamente disciplinados, entrenados y familiarizados en el manejo de las armas para defendernos de aquellos que “prometen bala” a los explotados, de abrir los libros contables de las empresas para exigir el control de la fijación de los precios en base a la formación de comités de consumidores, y muchas medidas más que sacarían a las masas de pobres diablos de la catástrofe social en la que se halla inmersa, de eso ni una palabra. Del único programa que puede soldar la unidad de nuestra clase, de ocupados y desocupados, de las masas humildes de la ciudad y el campo, y dar un curso de acción revolucionario. A ese movimiento de obreros de millones que nació atacando a la burguesía y si propiedad de eso nada. Bien guardado bajo siete sellos lo tiene a ese programa que se choca la nariz con el curso reformista y de agente burgués de Belliboni, garante de la gobernabilidad capitalista.
El movimiento de ocupados y desocupados que dejó a Veron, a Teresa Rodríguez, a los 35 compañeros en plaza de mayo en el 2001. Este heroico movimiento de desocupados rego de sangre y mártires de nuestra clase en las rutas de quienes peleaban por trabajo para todos.
La patronal, los CEO’ S de las multinacionales y la embajada norteamericana sacó lecciones y coopto a sus dirigentes corrompiendolos. Así convirtió al movimiento de desocupados en un movimiento de mendigos. Entregando la lucha por unir las filas obreras por trabajo para todos y derrotar el gobierno y el plan de los yanquis y las compañías imperialistas.
Estos dirigentes de hoy se han convertido en administradores de la miseria.
Cuando en CULTRAL CO y Mosconi iban a las rutas iban a las refinerías atacaban la circulación de mercancías sabían que la plata estaba ahí. Odiaban a la burocracia. Tomaban la casa de gobierno eso la burguesía sabe que no puede volver a pasar.
Lamentablemente Belliboni y su corriente el PO dentro del FIT-u, han abandonado los 21 puntos de que se votaron en Mosconi, su política ha sido la de subsumir al movimiento de desocupados a la conciliación de clases, rompiendo la alianza entre obreros ocupados y desocupados y sobre todo la alianza obrera y popular, condenandolos a mendigar ante el Ministerio de Desarrollo Social, opuesto a lo que hacía el movimiento piquetero. Cuando peleaba por trabajo para todos ante las refinerías. Antes de ser corrompidos sus dirigentes y convertidos en una agencia de contención social que le ata las manos al movimiento obrero para que no luche. Cómo diría Malcom X “ estaban los negros y los negros de la casa”.
Sostenemos junto a Lenin: “La experiencia de la guerra, como la experiencia de cualquier crisis en la historia, de cualquier calamidad y cualquier cambio brusco en la vida humana, aturde y quiebra a algunas personas, pero ilumina y templa a otras”. El veredicto de la historia es implacable. En Belliboni nos encontramos frente a la primera alternativa. Afortunadamente, “el número y la fuerza de la segunda clase de personas, se han probado más grandes que aquellos del primer tipo de personas”. En ellos nos apoyamos.
Rogelio Romero, Alejandro Villarruel, Maribel Perez |