Argentina - Octubre de 2023
Elecciones 2023: con la clase obrera sacada de escena por la traición de la burocracia sindical, los capitalistas marchan al ballotage...
Massa-Milei: dos variantes del imperialismo y la gran patronal para derrotar a los trabajadores y recolonizar a la nación
El 22 de octubre se realizaron las elecciones presidenciales. Massa sacó 9.640.000 votos (36.7%). Segundo resultó Milei, con 7.880.000 votos (29.9%) y tercera quedó Bullrich, con 6.260.000 votos (23.7%). El FIT-U quedó en quinto lugar, con 710.000 votos (2.7%).
El resultado electoral es una gran victoria para la burguesía y el imperialismo, porque fortalece al peronismo que estaba en una profunda crisis después de atacar brutalmente a la clase obrera durante 4 años y llevar a la Argentina a una catástrofe.
Efectivamente. El gobierno había estallado. Fernández y la Kirchner se escondieron y le entregaron el gobierno a Massa, que no fue votado por nadie para que ser el actual presidente.
El resultado de las PASO desnudó la enorme crisis y repudio a los partidos patronales (PJ, PRO-UCR) que atacaron ferozmente a los explotados en estos años. Visto desde aquí, el triunfo de Massa y el fortalecimiento del peronismo son, insistimos, un triunfo burgués frente a la clase obrera.
Ahora, con esta verdadera trampa electoral, las pandillas de la burguesía discuten qué gobierno sale fortalecido del proceso electoral, capaz de lanzar un ataque decisivo sobre el movimiento obrero para terminar de imponer la colonización de la Argentina y una feroz derrota a la clase obrera, arrancándole todas sus conquistas.
Los capitalistas están cebados. Ven al proletariado controlado por la burocracia sindical y quieren asestarle una dura derrota para terminar de noquearla.
Los carneros de la burocracia sindical peronista sacaron de escena a la clase obrera, a pesar de que esta enfrentó el ataque del gobierno y el FMI con heroicas batallas de clase en Jujuy, en Chubut, en el puerto de Buenos Aires o sectores autoconvocados de la salud, la carne, etc., todos traicionados por la burocracia.
Maniataron a la clase obrera frente al gobierno peronista, que le tiró encima una brutal crisis económica, con 140% de inflación anual, devaluación y salarios de US$200, y el 60% de los obreros en negro y precarizados. El PJ pagó más de US$40 mil millones de deuda externa a Wall Street sobre el hambre y la ruina de millones de explotados. Esta semana fueron US$2.600 millones al FMI... ¡y a este gobierno cipayo se lo quiere vestir de “progresista”!
Dos puntas de la misma soga para estrangular a la clase obrera
“Massa y Milei no son lo mismo”, dice Bregman. Esa es una media verdad que oculta que, si bien son distintos, ambos tienen los mismos jefes: las pandillas de Wall Street. Atrás de ellos está el verdadero jefe y organizador de las filas patronales, el embajador Stanley, que comanda la ofensiva yanqui para terminar de quedarse con el litio, Vaca Muerta, etc. y arrancarle las conquistas históricas a la clase obrera.
Son dos agentes distintos del imperialismo norteamericano, con políticas distintas para derrotar al movimiento obrero:
Massa, con engaños y los pistoleros de la burocracia sindical y su “pacto social”, promete controlar a la clase obrera, generalizar la flexibilización laboral y garantizar el plan de coloniaje yanqui, a condición de que la burguesía nacional ligada al Mercosur conserve algunos negocios.
Milei viene como hombre de BlackRock, el mayor fondo de inversión de Wall Street, una banda de parásitos rapaces, para llevar hasta el final la política de ataque a las organizaciones obreras y de entrega total de la nación, corriendo del medio a la pandilla patronal del kirchnerismo. Su acuerdo con el macrismo expresa que toda una fracción de la gran burguesía y las transnacionales apoya esa política.
Massa y Milei son dos puntas de la misma soga en manos del imperialismo para estrangular a la clase obrera. No pueden existir el uno sin el otro. El fortalecimiento de Massa es impensable sin el látigo de Milei en la ventana para aterrorizar a la clase obrera y a las clases medias “progresistas” y someterlas a Massa. Y Milei no existiría si este gobierno no hubiese llevado a amplias franjas de los trabajadores y las clases medias a la ruina y la desesperación. Son distintos, pero representan a la misma clase y salen de la misma cloaca del podrido sistema capitalista semicolonial argentino.
Con esto, la embajada norteamericana y el FMI se garantizan que, cualquiera sea el resultado, el 10 de diciembre habrá un gobierno de su confianza, totalmente disciplinado a sus dictados. Un apoyo a Milei o a Massa en el ballotage es un apoyo a los verdugos del pueblo.
Antes de que sea demasiado tarde…
Hay que reagrupar las filas obreras para reabrir el camino a la huelga general contra el ataque del gobierno y los capitalistas
Hoy la clase obrera está en las peores condiciones para enfrentar este ataque. Sus propias organizaciones, comenzando por los sindicatos dirigidos por la burocracia, la pusieron de rodillas frente al ataque del imperialismo y la gran patronal.
El FIT-U le ha impedido a la vanguardia obrera reagrupar sus filas, como en Jujuy, donde inclusive habían obtenido el 13% de los votos. Dejaron aislados cada uno de los combates contra el gobierno y los capitalistas. A los desocupados los llevaron a mendigar al Ministerio de Desarrollo Social y los sacaron de las calles.
No es casualidad. Para el FIT-U, el enemigo a derrotar “es la derecha” y no el gobierno hambreador de Massa, al que visten de “progresista” y le votaron 24 leyes. Por eso su campaña electoral no estuvo al servicio de unir a ocupados y desocupados en un gran congreso obrero para derrotar a la burocracia y enfrentar decisivamente al gobierno; su política era... “meter diputados de izquierda” en el parlamento. Hoy festejan que consiguieron un nuevo parlamentario, ¡en medio de los padecimientos inauditos que viven las familias obreras!
La tarea más inmediata es poner en pie un congreso de trabajadores ocupados y desocupados que prepare las condiciones para la huelga general, derrotando a los carneros de la burocracia de la CGT y la CTA. ¡Abajo la burocracia sindical!
No se puede perder más tiempo. La burguesía se prepara para elegir al gobierno que intentará propinarle una derrota histórica a la clase obrera. Lo que hay por delante no es más “democracia” sino más garrote, hambre y saqueo de la nación.
Antes de que sea demasiado tarde, la vanguardia obrera debe volver a levantar un programa de combate contra los partidos de la patronal y su régimen: el grito del 2001, “que se vayan todos y no quede ni uno solo”. Eso es lo que se merecen los capitalistas, sus políticos hambreadores y los yanquis. Solo por ese camino se podrá conquistar salario, trabajo y vivienda digna para la clase obrera.
Ya está claro que el FIT-U no va a dirigir esta tarea. Es hora de un nuevo reagrupamiento revolucionario de la vanguardia obrera argentina, bajo el programa de la IV Internacional de 1938. La clase obrera argentina necesita el partido de León Trotsky y Mateo Fossa. No hay tarea más urgente que ponerlo en pie.
¡Paso a un nuevo Argentinazo!
¡Argentina será socialista o colonia de Wall Street!
Juan Gamarra
Ana Negri |