Producto de la guerra comercial, el crac y el cierre de fronteras en una economía mundial que entró en recesión, el precio de las comoditties, como es el caso de los minerales, que ya venía en bajada, con la pandemia del coronavirus, se hunde cada vez más. Esto para toda América Latina y especialmente para Bolivia puede ser mortal. En consecuencia, el gobierno fascista de Añez ha decretado una cuarentena nacional desde el 22 de marzo hasta el 15 de abril por la pandemia, con un estado de sitio para controlar cualquier posible levantamiento de los explotados.
Es que las transnacionales no quieren perder un solo dólar y, previniendo que nada afecte sus negocios, le tiran el costo de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. La japonesa Sumitomo en San Cristóbal-Potosí ya había anunciado la suspensión de la producción desde el 25 de marzo y hacía más de una semana que había enviado a casa a los trabajadores. La canadiense Andacava-Arisur Inc. despidió a 80 mineros en Potosí. La canadiense San Vicente-Panamerican Silver o la suiza San Lorenzo-Sinchi Wayra-Glencore también tienen denuncias de despidos por parte de los trabajadores.
De la misma manera, desde diciembre del año pasado la canadiense Paititi-Orvana en Santa Cruz de la Sierra despidió de manera injustificada a 130 mineros con la excusa de “implementar nueva tecnología”. En respuesta los mineros salieron a denunciar estos despidos a la COB, y por ello, el dirigente Juan Carlos Huarachi tuvo que salir a pronunciarse, junto a los mineros despedidos de Paititi, planteando “…la intervención inmediata del Estado y deba revertirse a manos del Estado” de todas las empresas transnacionales mencionadas (mineríabo.blogspot.com, 25-03-20). Más allá de las declaraciones del burócrata de la COB, los mineros con su instinto de clase buscan una salida que les sea favorable con la estatización sin pago de todas las trasnacionales.
Por su parte, los patrones cooperativistas también han paralizado las minas y quieren salvar sus beneficios. Se reunieron con el gobierno para renovar contratos, exigiendo también que se les de tolerancia en el pago de luz, entre otras exenciones. Pero buscan reducir costos con miles de despidos que están en ciernes. Ya lo mencionaba el ex presidente de la COMIBOL Héctor Córdoba: “La caída de los precios de los metales en el mercado internacional va a provocar el cierre de cientos de cooperativas y unas 50.000 personas en la calle”. (25-03-20,Radio Fides).
Por su lado las empresas estatales también han paralizado el trabajo en las minas. Mediante un comunicado del 23 de marzo, la COMIBOL, instruyó esta paralización de manera paulatina hasta el 4 de abril y posteriormente en otro comunicado del 01 de abril, se instruyó la suspensión hasta el 15 de abril. El día de lunes 30 de marzo la Empresa Minera Huanuni suspendió su actividad. Esto iba en contrario de la política de la burocracia sindical de Huanuni que días antes y en conferencia de prensa garantizaban seguir trabajando. Pero hoy la suspensión es un hecho. Es que el gobierno sabe que si llega el coronavirus a las minas no lo podrán detener, porque la gran mayoría de los mineros que ya muere por silicosis, con el COVID-19 y sin servicio sanitario adecuado, el cuadro sería ya desolador.
El anuncio de la COMIBOL, sin embargo, deja a los mineros de base con incertidumbre, puesto que probablemente solo les pagarán el salario básico (90 bs, 13 $us, por día) lo cual sería una reducción salarial extrema, porque ya no recibirían ningún adicional al estar en cuarentena. Asimismo hay duda de cómo se retornaría a las labores ya que el gobierno fascista hace semanas amenazó que si hay “empresas estatales deficitarias deberían cerrarse o capitalizarse y pasar a manos privadas”. Esta situación, deja al gobierno, en inmejorables condiciones para dar pasos hacia la privatización de las minas estatales en beneficio de las transnacionales, y donde los mineros queden trabajando lo harán en las peores condiciones, igual o peor que los trabajadores súper explotados de las cooperativas, con aumentos en la producción y salarios de miseria.
Las transnacionales mineras y los patrones cooperativistas, encima que nos súper-explotan, se robaron miles de millones de dólares anualmente durante el gobierno de Evo Morales que garantizó el saqueo de los minerales e impuso el año pasado, con la complicidad de la burocracia de la COB y el entonces sindicato de Huanuni, la militarización del distrito, masacrando mineros desocupados con las FFAA banzeristas .Hoy Añez no hace más que dar continuidad a esos pasos, avanzando además con los planes de privatización de las minas estatales camuflada bajo la “refundación de la COMIBOL” que inició Morales para dejarlas a merced de la voracidad de las empresas privadas.
Ahora para salvar sus ganancias, estas transnacionales echan como a perros a los mineros a la calle dejándolos a su suerte para que mueran de hambre en la cuarentena en sus casas, en distritos mineros que ni siquiera cuentan con hospitales, ni insumos, ni agua potable, tal como lo denuncian las mujeres mineras (palliris) de Potosí, puesto que las empresas privadas saquean y no dejan un solo peso para la salud de los explotados.
¡Ya basta! ¡Basta de dirigentes cómplices, que la dirección de la COB rompa el pacto de pacificación con el gobierno fascista de Añez y el MAS! ¡No podemos dejar nuestras vidas y salud en manos de las transnacionales, los patrones cooperativistas y el gobierno fascista de Añez!
¡Por un Comité Nacional de Salud pública donde esté la FSTMB, el Sindicato de Huanuni con los dirigentes y delegados, junto a los sindicatos mineros coordinando junto a las Amas de casa y las organizaciones obreras y de salud para tomar el problema de la pandemia y la crisis económica en nuestras manos, antes que sea tarde!
¡Cuarentena para todos los mineros con el 100% de su salario e indexado al costo de la canasta familiar! ¡Por un comité de desocupados que tenga un salario de acuerdo a la canasta familiar y estén representados en la FSTMB! ¡Si pasan los despidos irán por todos los mineros en conjunto! ¡No lo podemos permitir!
La salida la marcan los mineros de Paititi: ¡Que se reviertan las empresas privadas al estado! ¡Mina que cierre, suspenda o despida que pase inmediatamente a manos de los trabajadores, sin indemnización! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero a todas las transnacionales mineras y a los patrones cooperativistas! ¡Con ese dinero se puede garantizar hospitales de calidad, salud pública y gratuita con personal médico e insumos de calidad para enfrentar la pandemia en las minas y en toda Bolivia!
¡Fuera la policía y los militares de las calles! ¡Comités de vigilancia de las organizaciones obreras junto con los vecinos!