Cuba - Agosto 2015
- CAPÍTULO II -
Abajo el pacto Obama-Castro de restauración capitalista en Cuba
y de sostenimiento del régimen infame de los “Republicratas” yanquis
¡Por una nueva revolución socialista que restaure al estado obrero cubano, que la nueva burguesía, hoy ha entregado al capitalismo mundial!
¡Para que triunfe el socialismo en Cuba tiene que triunfar la revolución socialista en América Latina, el Caribe y en Estados Unidos!
El destino de la revolución cubana se define en última instancia en los avances y retrocesos de la revolución mundial
La clase obrera mundial está viviendo una verdadera tragedia. Fidel y Raúl Castro en un pacto con el imperialismo está restaurando el capitalismo en Cuba.
El castrismo, sostenido por el reformismo y los renegados del trotskismo desde el FSM, logró estrangular los procesos de ofensiva de masas en el continente americano de la primera década del siglo XXI, y esto le permitió al imperialismo conquistar las condiciones para dar saltos cualitativos en la restauración capitalista en Cuba.
La estafa de la “revolución bolivariana” sostenida por el FSM y su “ala izquierda” de renegados del trotskismo, estableció un verdadero engaño y chantaje contra las masas revolucionarias cubanas, haciéndoles creer que la burguesía bolivariana “rompía el aislamiento de Cuba”, cuando los verdaderos aliados de los proletarios de la isla fueron las masas revolucionarias del Caracazo venezolano, las de 2003-05 en Bolivia, 2001 en Argentina, el movimiento antiguerra en EE.UU, etc. procesos revolucionarios que el castrismo abortó, desvió y traicionó implacablemente. La “revolución bolivariana” expropió la revolución latinoamericana de comienzos de siglo XXI imponiendo que Ecuador, Argentina, Bolivia, Chile y Venezuela no sean una “nueva Cuba” donde se expropie a la burguesía y al imperialismo. Enviaron a más de 4000 cuadros cubanos bajo el manto de “médicos y maestros” en nombre de la “revolución” para sostener al gobierno de colaboración de clases de Morales y su “capitalismo Andino” que no es más que superganancias para las transnacionales y el imperialismo sobre la base del saqueo desenfrenado de los hidrocarburos y la miseria de las masas. Estrangularon la revolución argentina del 2001 con Castro en persona viajando en 2003 a Buenos Aires para decirle a la clase obrera que había que “aguantarse y trabajar” porque Kirchner luego iba a repartir…y no repartió más que miseria, salarios de hambre, inflación, más de 6500 procesados por luchar, decenas de presos políticos, condenas a cadena perpetua como a los compañeros de Las Heras, muertes y masacres obreras. El castrismo apoyó en Ecuador al militar Lucio Gutiérrez que expropió los combates del proletariado que venía de derrocar a dos gobiernos. La burocracia castrista fue la garante de los pactos contrarrevolucionarios que se impusieron en el continente: en Bolivia entre el MAS de Morales y la Media Luna fascista bendecido por la OEA sobre la sangre de los obreros y campesinos; en Colombia el pacto de Chávez y Uribe sobre la sangre de la resistencia colombiana que hoy sigue sesionando en La Habana para imponer la rendición completa y legitimar las bases militares yanquis en ese país; en Honduras sostuvieron la rendición del pueblo impuesta por el cobarde Zelaya ante el golpe proimperialista; en Haití el castrismo y los bolivarianos sostienen las tropas de ocupación imperialista.
Sin embargo su tarea fundamental fue, con Chávez y Castro a la cabeza, contener el proceso de irrupción de la clase obrera norteamericana que combatía contra la guerra de Irak, Afganistán y al carnicero Bush. Ellos, tutelando al FSM, proclamaron la “lucha” de “Todos contra el asesino Bush” y sometieron a la vanguardia obrera, de trabajadores inmigrantes y jóvenes combativos al “democrático Obama”, un verdadero “Bush tiznado”, el representante del partido único “Republicrata” de los carniceros imperialistas yanquis.
Este pacto con Obama del castrismo y el chavismo estranguló el combate de los indignados de Wall Street y al movimiento antiguerra encabezado por los obreros inmigrantes y fue la garantía del giro abiertamente pro imperialista de los gobiernos bolivarianos que, bajo el mando del FMI, descargaron el más brutal ataque contra los explotados, como hoy lo atestigua la situación venezolana. Es bajo estas condiciones que el castrismo dio pasos cualitativos en los últimos años en la restauración capitalista en Cuba como demostraremos a lo largo de esta declaración.
Es que el objetivo imperialista, en medio de la crisis mundial que estallara en 2008, es imponerle a las masas del continente americano un “Nuevo 89” con la caída del estado obrero cubano a manos de la burocracia restauracionista cubana, que devino, asociada al imperialismo, en una nueva clase poseedora en la isla.
El capital financiero no debe dejar rastro en las masas del continente de que se puede expropiar al imperialismo y a la burguesía y tomar el poder. Ya vemos a los hijos de la nueva protoburguesia del PCC disputar jugosos negocios como los nuevos ricos que ya gozan de derecho de herencia y propiedad privada. Los gusanos de Miami ya invierten en Cuba asociados a los nuevos ricos del PC, y consumen autos de lujo por 200 mil dólares en La Habana mientras miles de obreros ganan 18 miserables dólares de salario. Una verdadera postal de la Cuba de Batista.
Estamos atravesando momentos delicados de la lucha de clases mundial. Las direcciones traidoras del proletariado, en todas sus variantes de socialimperialistas, stalinistas, renegados del trotskismo, han sido centralizadas por el capital financiero para sostener un sistema imperialista putrefacto que ha entrado en una histórica crisis mundial a partir de 2007/8. Ante el crack y el desenfrenado ataque de los capitalistas contra las masas del mundo, el proletariado ha respondido con enormes procesos revolucionarios que conmovieron al mundo.
El más poderoso fue el desatado en 2011 con las revoluciones obreras y socialistas en el Norte de África y Medio Oriente y su vanguardia en Libia donde las masas se armaron, demolieron al estado burgués y ajusticiaron al sirviente del imperialismo Khadafy. Estos combates empujaron a una nueva oleada generalizada de la clase obrera mundial y puso a la orden del día que irrumpa la revolución socialista en una serie de países imperialistas como Grecia, el Estado Español, Inglaterra, Portugal y EE.UU. La tendencia de las masas fue a centralizar su combate a nivel internacional y desarrolló poderosos proceso de radicalización que dieron jalones de programa revolucionario como en el Magreb, los Indignados de Madrid, el movimiento Ocupy Wall Street, la clase obrera y la juventud griega, los mineros y estudiantes chilenos y un largo etc. que llegaron a cercar la ciudadela del poder de los capitalistas proclamando “Luchemos como en Egipto”.
Sin embargo, por falta de una dirección revolucionaria internacional del proletariado, las direcciones reformistas con el castrismo y el stalinismo a la cabeza, lograron en 2012 cercar a la clase obrera mundial país por país, desincronizar, dispersar sus fuerzas y garantizaron las condiciones para que el imperialismo pase a una contraofensiva.
En 2013, con la clase obrera de los países centrales separada de la del mundo colonial y semicolonial, la ofensiva imperialista se profundizó golpeando con la imposición del genocidio en Siria sostenido en el FSM, la invasión imperialista francesa en Malí, la profundización del ataque contra las masas en Europa y el avance de la restauración capitalista en Cuba. El imperialismo debe asentar estos golpes contrarrevolucionarios para imponer una nueva relación de fuerzas entre las clases para poder derrotar a las masas en medio de la bancarrota capitalista. Por ello el castrismo jugó un rol decisivo en la conspiración contra la revolución internacional que tuvo a su vanguardia en las masas de Libia, Siria y todo el Norte de África y Medio Oriente. Su devenir en una nueva burguesía nativa en la isla, está íntimamente ligado a imponerle derrotas y retrocesos a la revolución mundial y en el continente americano en particular. La condición inestable de “burocracia” de los hermanos Castro, se está resolviendo históricamente deviniendo en una nueva burguesía nativa.
Por ello en esta contraofenisva imperialista, los hermanos Castro recibieron la “bendición” del Papa que viajó a Cuba en marzo de 2012, como la más absoluta legitimidad y reaseguro, de que son ellos –el castrismo- los agentes directos del capital financiero internacional para devenir en nueva burguesía y quienes asentarán la restauración del capitalismo en Cuba.
El reciente abrazo entre Obama y Raúl Castro en diciembre pasado que cubrió las portadas de la prensa mundial, es el festejo del amo imperialista y su perro stalinista devenido en nuevo rico. Es ese pacto contrarrevolucionario Obama-Castro el factor más reaccionario en nuestro contiene.
Estos son los pactos, las instituciones contrarrevolucionarias que puso en pie el imperialismo para asentar su dominio. Eso es la CELAC o las conferencias de Ginebra I y II para derrotar la revolución del Magreb e imponer el genocidio en Siria que hoy da un nuevo salto con las fuerzas de Al Assad recuperando a sangre y fuego Homs, la capital de la revolución mil veces traicionada.
Son los avances y retrocesos de la revolución mundial los que moldean la cuestión cubana. Sólo la clase obrera internacional, con golpes de la revolución, en particular en el continente americano, pueden ser la ayuda necesaria de las masas cubanas para impedir que se asiente la catástrofe restauracionista.
Los hermanos Castro se abrazan a Obama y afirman “no todo lo del socialismo en bueno y no todo lo del capitalismo es tan malo”
La política del castrismo es
¡Viva el Capitalismo!
Los hermanos Castro vienen afirmando hace tiempo que “el socialismo ya no sirve, no va más ni siquiera en Cuba” ¡Canallas! Le dicen a las masas cubanas y del continente americano, -que son los mejores testigos en la historia de que los explotados de la isla solo pudieron salir de la postración y penurias, expropiando al imperialismo y la burguesía con la revolución socialista-, que “el socialismo no va más” cuando lo que “no va más” es este sistema imperialista decrépito que ha entrado en una bancarrota absoluta desde 2007-08. Lo que “no va más” es Wall Street al que los explotados llegaron a cercar señalándolo como el fundamental enemigo de la clase obrera mundial. Lo que “no va más” son los estados imperialistas quebrados por los superbancos y que atacan brutalmente a los explotados de Europa y el mundo. Lo que “no va más” es este sistema imperialista que está arrastrando a la humanidad a la barbarie de las guerras, crack, la desocupación crónica, el saqueo del mundo colonial y semicolonial y la más feroz superexplotación… a esta barbarie están empujando también a las masas cubanas de la mano de los Castro, Obama y la Iglesia.
Los hermanos Castro y los nuevos ricos del PCC gritan que “el socialismo no va más ni siquiera en Cuba” para apoyar, como lo hicieron junto a Chávez, al carnicero Obama; para garantizar el desarme, masacre y entrega de la resistencia colombiana como se ve en las negociaciones de La Habana donde legitiman las bases militares yanquis en Colombia y todo el continente.
Ahora el castrismo afirma “no todo lo del socialismo en bueno y no todo lo del capitalismo es tan malo” Su programa es “¡Viva el capitalismo!”. Por ello el imperialismo y la burguesía internacional premió a Raúl Castro en la primera reunión del CELAC, de los gobiernos bolivarianos y TLC sometidos al imperialismo, le dieron la presidencia protempore de esa institución. Ni el mismo Bush y su ALCA hubieran imaginado semejante cipayaje.
Los Castro se abrazan a Obama festejando que expropiaron y controlaron –por el momento- la revolución, impusieron el peor ataque contra los obreros norteamericanos; sometieron en Bolivia a los mineros de Huanuni al gobierno de Evo Morales de la mano de la dirección de la COB transformadola en un apéndice del MAS; hundieron en la miseria, desesperación y superexplotación a los trabajadores venezolanos y argentinos; impusieron la rendición y masacre de la resistencia colombiana… Se abrazan y festejan las “zonas francas” para las transnacionales en Cuba.
Estamos entonces ante la ofensiva de la naciente protoburguesia cubana surgida de las entrañas del Partido Comunista, el partido de los “empresarios rojos” como en China, a donde viaja el castrismo a copiar recetas de cómo transformar a Cuba en una nueva maquiladora del imperialismo.
Los empresarios rojos del castrismo están asociados en múltiples negocios a las transnacionales como en el níquel, el turismo, así como también a la burguesía bolivariana con la cual hace enormes negocios en el ALBA, un verdadero mercado capitalista de las burguesías nativas y el imperialismo. Es la ofensiva del gobierno de los Castro que esta deviniendo en burguesía y ahora, una vez que traicionó la revolución latinoamericana que estalló a principios del siglo XXI y en medio de una brutal contraofensiva imperialista como la que golpea en Siria, Grecia, Europa y China, debe terminar de asentar la avanzada restauración capitalista en marcha.
La farsa de la “revolución bolivariana” fue la garantía de la restauración capitalista en Cuba
Con el pacto Obama-Chávez-Castro establecido en 2010, se mantuvo el control y el saqueo del continente y se avanzó en el proceso de restauración capitalista en la isla. Los nuevos ricos del Partido Comunista Cubano (PCC) han liquidado la propiedad nacionalizada, el monopolio de comercio exterior, la economía planificada y destruyó la revolución agraria en el campo para restaurar el derecho de herencia y de propiedad privada. Las empresas imperialistas están asociadas en empresas mixtas con los restauradores para la explotación del níquel, el turismo, etc. que se están quedando con todas las riquezas de Cuba. Los parásitos de los hermanos Castro y su camarilla lanzaron el grito de la burguesía mundial “¡Basta de obreros vagos!”, y con esa excusa despiden obreros y recrean un ejército industrial de reserva para garantizar cualquier inversión capitalista en la isla.
La “revolución bolivariana” y su ALBA fueron garantía de la profundización del proceso restauracionista, creando un mercado común capitalista para fortalecer a la nueva protoburguesía cubana. Esto significó la liquidación del monopolio del comercio exterior, con el levantamiento absoluto de todas las barreras aduaneras para las transnacionales y las “Repúblicas bolivarianas” de América Latina por parte de Cuba. Así las empresas imperialistas pueden invertir directamente en Cuba a través del ALBA. A su vez la nueva “boliburguesía” de los Castro y el PCC realiza grandes negocios vendiendo el sistema de salud y educación cubanos como franquicias a los países que integran el ALBA. A cambio de esto, la burguesía “bolivariana” comercia con Cuba mercancías subsidiadas como son petróleo y alimentos. No se trata de “solidaridad bolivariana” sino de negocios de la protoburguesía cubana y la “boliburguesía” latinoamericana que intercambia los programas y la mano de obra en salud y educación por mercancías. El ALBA también ha creado en Cuba un mercado negro basado en el contrabando, siendo éste otra fuente de ingreso de nuevas fracciones burguesas del ex aparato burocrático stalinista.
Sin embargo, ante los golpes de la crisis mundial y el saqueo que exprime a los países latinoamericanos, ya la Venezuela chavista entregada al endeudamiento con el FMI, no puede seguir suministrando petróleo y gas subvencionado a Cuba como hasta el momento. Con esta excusa la nueva protoburguesia cubana ya hizo votar a fines de marzo de 2014 en la Asamblea Nacional la llamada “Ley de inversiones extranjeras” abriendo definitivamente Cuba a la voracidad de las trasnacionales que desembarcan masivamente en la isla con el estado cubano liberándolas de impuestos y subsidiándolas con una mano de obra de 20 dólares de salario y salud y educación garantizados. ¡El castrismo ha transformado a la cuna de la revolución socialista en el continente americano en un paraíso para las trasnacionales!
Los nuevos ricos del PCC, en un pacto con Obama y el capital financiero, han endeudado enormemente al estado cubano con las instituciones imperialistas como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, poniendo de rodillas la ya moribunda economía de transición en la isla.
Es que Cuba esta inmersa en una economía mundo dominada por la oligarquía financiera parásita de Wall Street y la City de Londres y no puede sobrevivir aislada, como no pudieron sobrevivir tampoco los ex Estados obreros como la URSS, el Este de Europa, China, Vietnam, etc.
Hoy el estado cubano debe a la banca mundial, según cifras oficiales del año 2012 US$ 21.520 millones de dólares. De la misma forma que sucedió en los ´80 con Polonia que debía US$ 23000 millones, y como sucede con cualquier país semicolonial o colonial.
Los trotskistas habíamos definido las consecuencias del endeudamiento para con la banca mundial, que sumergieron en la espantosa miseria a las masas de los países del este de Europa:
“(…) en la URSS, en Polonia, en Hungría, para conseguir alimentos y productos básicos, un poco de pan, papas, jabón, algunos huevos, azúcar, los trabajadores y los campesinos debían hacer colas interminables, de días incluso, y la mayoría de las veces se iban con las manos vacías. Las condiciones de vida de las masas se degradaban, pareciéndose cada vez más a las semicolonias capitalistas. Las condiciones de vida de los mineros de esos estados, por dar tan sólo un ejemplo, eran peores que las de los mineros bolivianos: no contaban con jabón ni con elementos básicos de seguridad, ni con ropa mínimamente adecuada” (“1989. Luego de décadas de traiciones a la revolución socialista internacional, la burocracia stalinista entregó los Estados Obreros a Wall Street y al Capitalismo mundial”). Esto mismo es lo que hoy actúa implacablemente en Cuba.
Conspirando contra la revolución mundial, expropiando la revolución obrera y campesina en Latinoamérica, sometiendo al proletariado norteamericano a Obama y entregando la resistencia colombiana, apoyando a Khadafy y luego a Al Assad, el castrismo –siempre sostenido por los renegados del trotskismo- fue “ganándose el derecho” de ser ellos la nueva burguesía en la isla.
La ex burocracia castrista utilizó y manipuló a las masas antiimperialistas cubanas para negociar su ubicación en la restauración capitalista
Ni por un instante los trotskistas confundimos al castrismo con las masas cubanas, cuya lucha y sentimiento antiimperialista fue usado por la burocracia castrista para negociar su ubicación en la restauración capitalista. El castrismo hizo lo mismo que la burguesía bolivariana, es decir manipular a las masas antiimperialistas, desviando y estrangulando las revoluciones en el continente americano, para discutir con el imperialismo con qué parte de los negocios se quedaba.
La burocracia castrista, para restaurar el capitalismo en Cuba, tenía que negociar con el imperialismo, pero para hacerlo debía apoyarse en las masas cubanas a las que movilizaba. Pero al movilizarlas las tenía que controlar férreamente y así más sometía a las masas y a Cuba al imperialismo. Cuanto más sometía a Cuba al imperialismo, más totalitaria se volvía la burocracia tomando medidas contra el socialismo, sacándole a la clase obrera todas sus conquistas.
No fue la burguesía gusana de Miami quien garantizara la restauración capitalista en Cuba, con las cañoneras y el bloqueo imperialista, sino que ese derecho, se lo ganó la nueva burguesía castrista estrangulando la revolución en el continente americano. Lo hace de la mano, como decía Trotsky, “del tractor Ford” es decir con el ingreso masivo de mercancías y el endeudamiento al capital financiero en la isla, de la cual la nueva burguesía comienza a ser un intermediario en los negocios de los capitalistas.
La protoburguesía castrista para sus objetivos se sigue apoyando en el sentimiento y justas aspiraciones antiimperialistas de las masas cubanas, puesto que aún no las ha podido aplastar con acciones contrarrevolucionarias como en Tiananmen lo hizo la burocracia china a partir del ‘89. El cinismo de esta nueva protoburguesía es justamente utilizar ese sentimiento anti yanqui de las masas para hacer negocios como en el ALBA, o ahora con la “Ley de inversiones” mientras avanza a cada paso en terminar de liquidar las conquistas al estado obrero y a las masas cubanas.
A esta situación se llegó sobre la base de la derrota contrarrevolucionaria que sufrió el proletariado mundial con la restauración capitalista de los estados obreros en el ’89. Ese fue el gran golpe contrarrevolucionario que sufrió el pueblo cubano y que a su vez ubicó a la vieja burocracia cubana en la perspectiva de devenir ella en nueva burguesía. Para esto el castrismo profundizó, a la misma velocidad que se profundizó el bloqueo imperialista, un régimen de terror y padecimientos inauditos para las masas cubanas. Si la restauración capitalista no pudo imponerse antes fue por la heroica lucha del proletariado cubano y del continente americano en las últimas décadas.
La restauración capitalista interrumpe el régimen de transición al socialismo y con ello liquida las conquistas de la revolución cubana
En un país semicolonial la burguesía nacional es muy débil, las dos clases poderosas que se enfrentan realmente son el imperialismo dueño de la mayoría de las empresas y los bancos, y la clase obrera como caudillo de los campesinos pobres y las masas explotadas.
Veamos cómo se expresa esta relación entre estados opresores y oprimidos en Cuba, cuando se está asentando el proceso de restauración capitalista.
En las inversiones imperialistas se asientan, junto al envío de dólares del exterior, la mayoría del proceso productivo cubano. Ésta verdad inexorable, plantea que la revolución cubana se extendía como revolución socialista a todo el continente americano, o el capitalismo terminaba inundando la isla de mercancía y de entusiasmados nuevos burgueses salidos de las entrañas de la burocracia castrista. Éstos últimos no iban a parar, como no lo hicieron, hasta poder testear y conquistar el derecho de herencia para sus hijos. Eso era imprescindible para que la vieja burocracia devenga a sí misma como nueva clase dominante, y la protoburguesía lo ha logrado, porque a través de sus hijos, interviene en las nuevas sociedades e inversiones imperialistas en la isla.
Eso expresa que la salida restauracionista en Cuba es una “salida a la china”. La condición que ponía la burocracia del PC Chino a partir del ’75 para que ingresaran inversiones imperialistas en el sudeste chino, con Deng Xiao Ping a la cabeza, fue que se incorporara en los directorios de las transnacionales a un tercio compuesto por los hijos de la burocracia restauracionista. Que luego con el derecho de herencia reconstituido se hicieron accionistas directos.
Como plantea Trotsky en “La revolución traicionada”: “Jamás puede pensarse que la burocracia, en estas condiciones, podrá abdicar en favor de la igualdad socialista. Ya desde ahora se ha visto obligada, a pesar de los inconvenientes que esto representa a restablecer los grados y las condecoraciones; en el futuro será inevitable que busque apoyo en las relaciones de propiedad (…) los privilegios que no se pueden negar a los hijos, pierden la mitad de su valor, el derecho de heredar es inseparable del derecho de la propiedad. No basta ser director del trust hay que ser accionista. La victoria de la burocracia en ese sector decisivo crearía una nueva clase poseedora”.
La dedicación de los últimos años de la gerontocracia castrista a los Congresos de la Juventud Comunista han demostrado que allí están las fuerzas, en los hijos de la vieja burocracia, para la restauración capitalista. En los últimos congresos, Raúl Castro adelantó el plan que determinaba: el despido de los trabajadores del estado; la tendencia a la apertura económica que garantice el ingreso y la salida de mercancías y capitales de la isla; el derecho a herencia y de propiedad privada etc. De esta manera el castrismo avanza en liquidar absolutamente todas las medidas socialistas del régimen de transición y da rienda suelta a que se reproduzcan automáticamente todas las medidas capitalistas en detrimento del estado obrero.
Las condiciones económicas desde el punto de vista de las relaciones sociales, el modo de producción y del régimen de domino, han abierto ya condiciones para un ciclo de nuevas inversiones capitalistas en Cuba como lo demuestra la aprobada “Ley de inversiones extranjeras”. El ritmo de ese proceso está dado, no por la resistencia de la nueva protoburguesía castrista, sino por el temor de ésta a la clase obrera y a las masas cubanas, en cuya consciencia vive aún la lucha antiimperialista y anti yanqui de la clase obrera de todo el continente latinoamericano. Allí está el único límite que tiene el proceso de asentamiento de la restauración capitalista en curso.
El carácter de clase actual del estado cubano y su tipo de régimen y gobierno
Lo antes desarrollado fundamenta que el de Raúl Castro es un gobierno burgués bonapartista sui géneris, es decir que hace de árbitro, apoyándose en la movilización de las masas a las que controla ferreamente, para negociar su parte de los negocios con el imperialismo, de la restauración capitalista en Cuba.
A su vez dentro del aparato del Partido Comunista cubano, los hermanos castro hacen las veces de “Bonaparte” y establecen los ritmos y tiempos de la restauración capitalista, defendiendo los intereses del conjunto de las nuevas clases poseedoras emergentes. Inclusive atacando a las capas más ávidas de negocios de la vieja burocracia castrista, que a cada paso buscaron acelerar los tiempos de la restauración arriesgando los intereses de la mayoría de la burocracia frente a las masas cubanas, que aún no han sido aplastadas ni sacadas de escena históricamente, como no lo han sido la clase obrera latinoamericana, del Caribe y Norteamérica.
Hoy Cuba es un ex estado obrero en liquidación y en transición al capitalismo, que aún no se ha asentado. Es decir que se ha restaurado el capitalismo, pero Cuba aún no ha podido ser recolonizado, puesto que por el momento no tiene aún ningún tratado político y económico que lo ate al imperialismo. Esto es por la resistencia antiimperialista de la clase obrera del continente latinoamericano y de la propia clase obrera de Cuba y no por las “bondades” de los nuevos ricos del PC Cubano.
Estamos ante un estado capitalista transitorio. Podríamos decir que es dependiente del imperialismo para manejar su cadena de hoteles, para ingresar dólares a La Habana, para hacer negocios comunes en la industria del níquel, para que vengan nuevas inversiones, pero no tiene tratados ni acuerdos políticos firmados con el imperialismo que someta a Cuba directamente. Como ya dijimos, mientras exista la lucha y la conciencia antiimperialista de las heroicas masas cubanas que son las que hicieron la revolución de 1959, sostenidas en la conciencia antiimperialistas de las masas latinoamericanas, la cuestión de la recolonización de Cuba por el imperialismo esta indefinida.
Eso significa que la restauración se define históricamente en el terreno de la revolución y la contrarrevolución a nivel mundial. Es decir que se puede asentar el capitalismo en Cuba si es derrotada la revolución en EEUU y América Latina y si es aplastada la conciencia y la lucha antiimperialista de las masas cubanas. Por eso es un estado transitorio.
El gran rol contrarrevolucionario de los Castro en medio de la crisis capitalista imperialista mundial fue premiado por Obama con la presidencia de la CELAC, ese verdadero ministerio de colonias en el patio trasero yanqui, donde están todos los gobiernos del CAFTA, los TLC, el Mercosur, el ALBA, y la UNASUR. Todos son el ALCA de Bush bajo el mando de Obama. De esta manera el imperialismo intenta avanzar en un proceso de recolonización del ex estado obrero, proceso que para nada ha sido definido aun.
Justamente, como plantean las tesis del 89 acerca de la URSS y los países del este europeo: “sostenemos, entonces que se han interrumpido lo que Trotsky había denominado regímenes transitorios del capitalismo al socialismo, que han sido liquidadas las dictaduras del proletariado, que la restauración del capitalismo se ha impuesto. Pero hay que denominar a estos países capitalistas transitorios, porque no está definida su ubicación definitiva como semicolonias del imperialismo”.
Entonces con la liquidación de la dictadura del proletariado y el avance de un régimen restaurador encabezado por los hermanos Castro en un pacto con Obama, Cuba ha devenido en un ex estado obrero en liquidación en transición al capitalismo, bajo un gobierno bonapartista sui generis que manipula la conciencia antiyanqui de las masas cubanas para negociar con el imperialismo su parte en los negocios de la nueva Cuba capitalista.
El régimen restaurador tiene en el PC y la casta de oficiales sus instituciones claves. Se trata de un régimen de control policíaco de las masas basado en los “Comité de Defensa de la Revolución”, una especie de policías de civil que vigilan y denuncian a las masas y son quienes definen quiénes estudian en la universidad o tienen trabajo y quienes no.
La iglesia, como el otro partido político en la isla juega el rol de legitimar y ser garantía de la restauración y que sea el castrismo la nueva burguesía bolivariana en la isla.
¡La clase obrera mundial debe derrotar la restauración capitalista en Cuba!
¡Hay que imponer la ruptura de las organizaciones de lucha de las masas con Obama y los bolivarianos para retomar el camino de la revolución obrera y campesina!
¡Fuera los PC de todas las organizaciones obreras y de lucha!
Los trotskistas afirmamos categóricamente que las conquistas de la revolución cubana se perderán si no triunfa la revolución socialista en los EE.UU. Es que ahí está lo más avanzado de las fuerzas productivas que necesita la isla para salir de la postración y la miseria. La revolución socialista al interior de la bestia yanqui sublevaría al proletariado y los campesinos de todo el continente. Los explotados cubanos necesitan también el alimento de la pampa húmeda de la Argentina, el cobre chileno, los hidrocarburos bolivianos y venezolanos, la industria automotriz y metalúrgica de Brasil etc. Esas fuerzas productivas solo pueden sostenerse en las manos de los explotados si triunfa la revolución socialista en los EE.UU. y se extiende a todo el continente. Es ahí donde se define la cuestión cubana aunque todos los reformistas quieran ocultarlo.
La crisis económica mundial y la bancarrota de este sistema capitalista imperialista, la burguesía ha logrado tirarle todo el peso de la crisis sobre los hombros de la clase obrera y las masas explotadas del mundo para que sean ellas las que paguen los costos. A las masas cubanas se la está haciendo pagar el castrismo con la restauración capitalista que comanda de la mano del carnicero imperialista Obama y de la Iglesia. ¡Basta! Que la crisis la paguen ellos, los que la provocaron. Para que estas penurias inauditas de las masas cubanas terminen hay que derrotar la restauración capitalista y al castrismo que fue y es enemigo de llamar a la clase obrera norteamericana a que se subleve contra Obama. Para que las masas norteamericanas no paguen la crisis ¡Hay que derrotar al carnicero imperialista de Obama y al partido de los “Republicratas”! Con esta lucha es que las masas cubanas estarán en inmejorables condiciones para derrotar al gobierno de los Castro que es el principal responsable de los padecimientos inauditos de los explotados cubanos.
La clase obrera y la juventud que supieron cercar Wall Street, marcándole a los explotados del mundo que ese 1% de los parásitos capitalistas son los que los hambrean y masacran, deben romper con el castrismo a donde fueron llevados por los renegados del trotskysmo y retomar su lucha en las calles, pues son quienes tienen la llave para derrotar la ofensiva contrarrevolucionaria de los Castro, los bolivarianos y el imperialismo, comandados por el carnicero Obama. ¡Derrotar la ofensiva restauracionista en Cuba es una tarea de todo el proletariado mundial y en particular de la clase obrera norteamericana!
¡Hay que romper todo sometimiento de las organizaciones de lucha de las masas a Obama, los Bolivarianos y sus gobiernos! ¡Hay que recuperar la revolución obrera y campesina expropiada! Es una tarea de toda la clase obrera y la juventud combativa del continente, expulsar de todas las organizaciones obreras y de lucha al Partido Comunista para enfrentar la restauración.
Cada traición a la revolución latinoamericana golpeó con dureza a las masas cubanas, es que la “revolución bolivariana” con Obama es la tumba de la revolución socialista en Cuba y latinoamericana.
La conciencia antiimperialista de las masas cubanas y latinoamericanas es manipulada por la burguesía bolivariana, e intenta ser liquidada sometiéndola a Obama, Correa, Kirchner etc. El castrismo aún no ha podido liquidar esa conciencia antiimperialista con una derrota física, por el momento debe manipular a esas heroicas masas para disputar su parte de los negocios. Pero para ello, cada vez le es más necesario al castrismo aplastar a las masas cubanas y su conciencia antiimperialista. Esta cuestión es la que aún no se ha resuelto definitivamente.
El verdadero y más poderoso aliado del proletariado cubano, es la clase obrera norteamericana que ha demostrado en el último periodo una poderosa predisposición al combate revolucionario. El castrismo y sus sostenedores de los renegados del trotskismo, han volcado todas sus fuerzas a impedir el comienzo de la revolución obrera y socialista al interior de la bestia imperialista. Luego de un abierto apoyo a Obama por parte de los bolivarianos, el Castrismo ha llevado a La Habana a 400 de los principales activistas de Ocupy Wall Street para disciplinarlos en la absoluta colaboración con el “democrático Obama”. El castrismo desde sus orígenes, siempre fue enemigo del triunfo de la revolución socialista en EE.UU.
La alternativa de hierro hoy en Cuba es: o el asentamiento de la restauración capitalista que hundirá a las masas cubanas en la miseria, la superexplotación y someterá a Cuba al imperialismo aún más que en su pasado colonial; o la clase obrera mundial en su combate empujará a las masas cubanas a una nueva revolución socialista triunfante que derrote a la restauración, que expropie a la burguesía y las transnacionales en la isla. Solo el triunfo de la revolución latinoamericana y norteamericana puede reconstruir la economía cubana sobre bases socialistas.
La lucha contra los despidos, por un salario digno, contra la desigualdad social, contra el saqueo de las transnacionales, el derecho a la libre organización, es lo que empujará a las masas cubanas a enfrentar la restauración capitalista con una nueva revolución socialista
La avanzada restauración capitalista en Cuba significa para las masas los peores padecimientos. La expropiación de la burguesía y el triunfo de la revolución en 1959 garantizaron durante décadas que las masas cubanas cuenten con trabajo para todos, educación gratuita y de calidad y sistema de salud para el conjunto de la población. Mientras más se profundizaba la política contrarrevolucionaria de la vieja burocracia castrista, más se liquidaban las conquistas de la revolución. La nueva protoburguesía restauradora no está dejando ni rastros de aquellas conquistas.
El obrero cubano hoy sufre despidos masivos –verdaderos golpes contrarrevolucionarios- empujado a la desocupación o al comercio individual para subsistir, quienes quedan en el proceso productivo lo hacen con un salario miserable de 18 dólares, peor que los obreros chinos o vietnamitas. Las ya miserables raciones de alimentos se limitan cada día, el sistema de salud para los trabajadores está en decadencia ya casi sin personal porque los Castros han mandado a decenas de miles de profesionales de la salud fuera del país, no para “hacer la solidaridad socialista cubana” sino los negocios con las franquicias en el ALBA. En la Cuba de hoy mientras 500 mil obreros quedan sin trabajo, los hijos de los gerontes del PC pasean con sus trajes “Armani” y administran los Clubes de Golf para la gran burguesía mundial.
Aquellos poblados de las zonas rurales que la revolución agraria supo construir y desarrollar, hoy son pueblos fantasmas producto de la contrarrevolución burocrática que durante el “periodo especial” de los 90 destruyó la revolución agraria.
¡Los verdaderos “vagos” y parásitos que deben vivir con 18 dólares al mes son los Castro y sus hijos que se llenan los bolsillos a costa de los explotados de la isla! Los obreros cubanos no hicieron la revolución y la sostuvieron durante décadas contra el imperialismo para hoy intentar sobrevivir con un puesto de fruta (el que tiene suerte) en alguna plaza de La Habana, mientras los nuevos ricos del PC viven en las lujosas mansiones de “El Laguito” y hacen sus fiestas en los hoteles de lujo y pasean por los campos de golf.
En la Cuba de la restauración capitalista, la lucha por la defensa de los puestos de trabajo, contra los despidos, por un salario digno para poder comer es el motor que llevará a las masas proletarias a enfrentar la restauración capitalista y a quienes la comandan: el PC de los hermanos Castro.
La lucha por un empleo digno, el aumento general de salarios, la escala móvil de salarios y horas de trabajo, para poder comer y tener vivienda, está íntimamente ligada a derrotar la restauración capitalista con una nueva revolución socialista.
¡En Cuba hay que hacer nuevamente una revolución socialista, que destruya nuevamente las relaciones de propiedad que la nueva burguesía castrista ha restablecido! Se trata de una segunda revolución que interrumpa la transición al capitalismo y aplaste la restauración e imponga nuevamente la dictadura del proletariado esta vez bajo formas revolucionarias. La conquista que se mantiene en pie de la revolución de 1959 es la conciencia antiimperialista del heroico proletariado cubano que está íntimamente ligado a la lucha y combate de la clase obrera de Latinoamérica. Esta conciencia solo puede ser derrotada con un aplastamiento físico de la contrarrevolución a nivel continental, puesto que allí está atada la suerte de la clase obrera cubana, en una nación-isla con una fuerza productiva que bajo un régimen capitalista no hacen más que descomponerse. Esa conciencia y predisposición de lucha antiimperialista de las heroicas masas cubanas, es el punto de partida para romper el aislamiento que le impone la protoburguesía castrista y el sometimiento de las “boliburguesías” como los chavistas y Morales, que no son más que socios directos de las transnacionales en el saqueo imperialista de América Latina.
Las condiciones que llevan a la miseria y padecimientos que el triunfo de la revolución había erradicado, solo colaboran con destruir y minar la defensa de las masas cubanas en su lucha antiimperialista.
Si al momento el castrismo no pudo hacer un “Tiananmen” en La Habana o una contrarrevolución como la de su socio Al Assad, es porque aun le teme a la revolución proletaria. Sin embargo, el proletariado debe saber que un levantamiento contra el hambre y el saqueo del imperialismo en Cuba, será respondido por los hermanos Castro, de la misma manera que lo hicieron Khadafy y Al Assad en Medio Oriente y el Magreb contra las masas.
Esta segunda revolución cubana que debe realizarse, protagonizada por los hijos y nietos de los que realmente la hicieron en 1959, debe recuperar lo que el castrismo y el imperialismo se han robado. Esa segunda revolución cubana triunfará en Nueva York, derrocando a los gobiernos burgueses de América Latina, porque podrá ponerse de pie y triunfar sólo como un eslabón de la revolución latinoamericana, americana y mundial.
Nos impidieron triunfar, ayer el stalinismo con los traidores de la URSS y ahora los sinvergüenzas que entregan nuestras conquistas nos dejan muriendo de hambre y eso no es el socialismo. El castrismo y sus sostenedores son los traidores que nos impidieron triunfar en Nueva York, en Buenos Aires, en Santiago, en La Paz, etc. Por ello debemos preparar y organizar nuestra segunda revolución, una revolución latinoamericana que pondrá a Cuba como un bastión de la revolución socialista y aliada intransigente de las masas antiimperialistas de nuestro continente. ¡Esta es la segunda revolución cubana que debe triunfar!
Hay que hacer de Venezuela, Bolivia, Chile, EE.UU. una nueva Cuba donde se expropie a todos los capitalistas. ¡Viva la revolución socialista mundial! ¡Esta es la estrategia de la IV Internacional y de un partido revolucionario en La Habana!
Las demandas de la revolución boliviana de ¡Fuera Gringos! El combate por aplastar a las transnacionales y la demanda de renacionalizar el cobre sin pago y bajo control obrero de Chile, es ya la demanda que deben levantar las masas cubanas para que puedan volver a comer dignamente, educarse y recuperar su dignidad. La consigna de ¡Fuera los “pacos de rojo” que entregaron la revolución socialista en Cuba! Está a la orden del día porque ellos han devenido abiertamente en hambreadores de los trabajadores a manos de las transnacionales.
Las masas cubanas deben mirarse en el espejo de sus hermanos de Rusia, China o Vietnamitas hundidos en el hambre y la miseria, masacrados por la contrarrevolución y produciendo para el imperialismo por salarios de 15 dólares ¡Hay que impedirlo!
La cuestión cubana se resolverá efectivamente en el terreno de la lucha de clases mundial.
Obama, la burguesía “bolivariana” y los hermanos Castro en un pacto contrarrevolucionario bendecido por la Iglesia quieren terminar de restaurar una Cuba capitalista:
LA CLASE OBRERA LATINOAMERICANA, DE LOS ESTADOS UNIDOS Y A NIVEL INTERNACIONAL DEBE DERROTAR LA RESTAURACION CAPITALISTA EN CUBA
¡Fuera la burguesía, las transnacionales, los capitalistas y los nuevos ricos del PC de Cuba!
¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias!
¡Abajo el gobierno restauracionista burgués de los hermanos Castro y su casta de oficiales parásitos!
¡Abajo la farsa de la “revolución bolivariana” y el pacto Obama-Castro para restaurar el capitalismo en Cuba!
Los verdaderos parásitos en Cuba son los funcionarios de los nuevos ricos del PC ¡A ellos hay que despedirlos de Cuba! ¡Basta de despidos! ¡Reincorporación de los 500 mil despedidos! ¡Que vivan los hermanos Castro y los ricos del PC con 18 dólares! ¡Aumento general de salarios YA que le garantice a las masas tener acceso y consumir lo mismo que lo que consumen los parásitos burgueses en los Hoteles y Shoping! ¡Escala móvil de salarios y horas de trabajo!
¡Por el triunfo de la revolución socialista en los Estados Unidos y todo Latinoamérica! para reconstruir la economía cubana sobre bases socialistas con la derrota de los nuevos ricos del castrismo restaurador y la expropiación sin pago de las transnacionales y la burguesía. ¡Por una nueva revolución socialista en Cuba para expropiar al imperialismo y a los nuevos ricos del PCC!
Hay que poner en pie los órganos para la nueva revolución socialista ¡Consejos obreros, de desocupados y soldados rasos, sin el PC ni los restauradores! Esos consejos deben armarse para defender la democracia obrera y la revolución, apoyados en las masas revolucionarias latinoamericanas. Esos Consejos son quienes podrán reorganizar la planificación económica de la isla expropiando a los nuevos ricos y las transnacionales, restaurando el monopolio del comercio exterior. En los consejos obreros sólo tendrán legalidad los partidos que defiendan las conquistas de la revolución socialista, no habrá lugar para los gusanos y los nuevos ricos, ni para los partidos contrarrevolucionarios como los del papado y la iglesia.
¡En las masas norteamericanas y latinoamericanas están las fuerzas para la nueva revolución socialista en Cuba! ¡Solo extendiendo a nivel internacional la revolución cubana las masas podrán triunfar!
¡Hay que imponer la ruptura de las organizaciones de lucha de las masas con Obama y los bolivarianos para retomar el camino de la revolución obrera y campesina! ¡Fuera los PC de todas las organizaciones obreras y de lucha!
¡Tribunales obreros y populares que decidan quienes son presos políticos y se los libere y quienes son enemigos de la revolución y se los condene! ¡Hay que juzgar y castigar los crímenes del los parásitos del castrismo contra la clase obrera latinoamericana y mundial!
¡Abajo el régimen restauracionista del PC, la casta de oficiales y la iglesia! ¡Por una nueva revolución socialista triunfante! ¡Por un gobierno de los consejos armados de obreros, campesinos y soldados!
¡Fuera las bases militares imperialistas de Guantánamo y América latina!
¡Por los Estados Unidos Socialistas del Caribe! ¡Por los estados unidos Socialistas de Norte América! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Sudamérica!
Contra la restauración capitalista, el proletariado cubano y mundial necesita para triunfar de una dirección revolucionaria: la IV Internacional refundada bajo el programa y los principios de 1938.
Los renegados del trotskismo son directos responsables de la tragedia que vive el proletariado cubano y del continente americano. La IV Internacional en vida de Trotsky había forjado un partido revolucionario en las entrañas del imperialismo yanqui, el SWP. Pero durante la II Guerra Mundial fue disuelto el centro internacional de la IV arrastrando a la degeneración a nuestro partido mundial. Quienes hablaban en nombre del trotskismo se adaptaron al stalinismo, inclusive muchos se disolvieron en los PC. El pablismo traicionó en la revolución boliviana de 1952 donde podría haber dirigido la toma del poder y cambiado la historia. Frente a la revolución cubana, quienes hablaban en nombre del trotskismo se adaptaron al castrismo afirmando que “Fidel era un revolucionario jacobino”, aquel mismo que le rindió honores a Mercader, el sicario stalinista asesino de León Trotsky. Así el SWP norteamericano liquidó el programa para la revolución socialista en EE.UU. y de la revolución política en Cuba. Devino en una agencia del castrismo al interior de los Estados Unidos. Las distintas alas de los liquidadores de la IV Internacional siempre siguieron al castrismo como la sombra al cuerpo. Lo mismo hicieron con los bolivarianos a quienes, como a Chávez, le llevaron el Programa de Transición para legitimarlo ante lo más combativo del proletariado. La clase obrera cubana volverá a ponerse de pie, sus enterradores jamás.
Castro y su camarilla sostienen a Al Assad y su genocidio en Siria a cuenta del imperialismo, porque sabe muy bien que tarde o temprano debe aplastar a las masas cubanas en el corazón de La Habana. Es tarea urgente la refundación de la IV Internacional y su partido en Cuba para dirigir el combate contra la restauración capitalista y que Cuba vuelva a ser como en 1959 la vanguardia de la revolución socialista internacional, sobre los huesos del castrismo y sus sostenedores.
La defensa de las conquistas de la revolución cubana ha quedado en manos de la vanguardia revolucionaria del proletariado mundial y del trotskismo principista. .
Los trotskistas de la FLTI-Colectivo por la IV ponemos todas nuestras fuerzas para que las banderas del trotskismo flameen en La Habana y lleve al triunfo la revolución en Cuba como un capítulo de la revolución socialista en toda América.