Se combate ya en decenas de ciudades. Se trata de la lucha por justicia, contra el hambre y los despidos, por los masacrados por la pandemia y el estado asesino.
Nada les queda a los obreros que no les haya sido arrebatado: ni casa, ni jubilación, ni medicina, ni educación, ni trabajo. Ni siquiera su vida les han dejado.
Contra un sistema capitalista pestilente que merece morir, hoy sus sepultureros están de pie para hacerlo.
La lacra imperialista, el 1% de supermillonarios yanquis, trata a sus trabajadores como a los esclavos de los países que saquean.
El imperialismo debe morir.
El puño de acero debe golpear más fuerte.
¡Que la revuelta se transforme en insurrección! ¡Que no se pare! ¡Que nadie quiera expropiar esta lucha y apagar los fuegos de la libertad que se han encendido!
Los supremacistas blancos desfilan armados.
Entonces que lo hagan los negros y obreros sublevados también.
Los de arriba saquearon el planeta y a sus trabajadores. Hay que recuperar lo que nos robaron.
En manos de un puñado de oligarcas accionistas y parásitos de las 8 manzanas de Wall Street, está el poder económico y politico del mundo. ¡Hay que tomarlo! Esa es la tarea y la obra que hoy comienza: la revolución socialista que merece vencer.
Volver atrás, a someterse al régimen infame de los asesinos de obreros del mundo de los Republicanos de Trump o de los Demócratas de las masacres de Vietnam, Palestina o Hiroshima, sería la muerte para la clase obrera.
¡Todos somos obreros negros de Minneapolis!
Ya se subleva Georgia, Ohio, Washington, Nueva York... Que sigan Ecuador y el Líbano. Los Chalecos Amarillos de Francia. Los obreros de la Nissan de Barcelona. Los trabajadores de la General Motors y de las maquilas de México. ¡Que triunfe la revolución iraquí, la resistencia siria, la “primera línea” de Chile y la Atenas indomable!
¡Paso al internacionalismo militante de la clase obrera mundial!
Si ganan los obreros norteamericanos, ganamos todos.
¡Hay que rodear las embajadas yanquis de todo el mundo!
¡Hay que unir todos los combates de los explotados del planeta en una Jornada de Furia Internacional!
Los negros ricos, los burócratas sindicales, la aristocracia obrera y sus partidos social-imperialistas someten a los trabajadores de todos los países a sus verdugos: los políticos patronales y sus regímenes infames. ¡Esas son las cadenas que hay que romper!
Bajo las banderas de la IV Internacional…
¡Proletarios del mundo, uníos!
¡Todos somos George Floyd!
Carlos Munzer
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